Por: Gonzalo Gómez-Betancourt*
He tenido la oportunidad de pertenecer a algunas juntas directivas en este periodo del Covid19, y como responsables de las decisiones estratégicas y tácticas hemos realizado muchos cambios al interior de las firmas.
Recuerdo que lo primero que hicimos al inicio de la pandemia fue la creación de dos comités, uno de crisis que se dedicaría a la creación de escenarios para planear acciones concretas que respondieran al objetivo de supervivencia de la empresa, del cual ya hemos hablado en artículos previos. Paralelamente se creó el comité de innovación, que además de permitir una reacción oportuna en el día a día, permite estudiar la forma de competir en un entorno más virtual que no había sido priorizado, aunque que si se había contemplado en muchas organizaciones.
A continuación, les comentaré las acciones tomadas en uno de los comités de innovación. La junta directiva designó a dos miembros independientes con competencias de empresarios, que habían demostrado un mayor nivel de innovación en sus propias organizaciones. La presidencia del comité se le asignó a uno de ellos; trabajarían en compañía de varios ejecutivos internos como el CEO, la dirección de innovación, de TI, de marketing y la dirección comercial. Se definió con claridad el objetivo: “crear alternativas estratégicas para competir en un entorno más virtual y cuya implementación fuera de corto plazo”.
Posteriormente, se debía realizar una planeación estratégica con un análisis profundo del entorno y del sector. Dado que la empresa no contaba con ese conocimiento, se contrató a una firma externa para investigar las mega-tendencias de una manera rápida, con base en observación de grandes competidores, especialmente en países más desarrollados.
La sorpresa fue mayúscula para todos, ya que se evidenció que había un desconocimiento generalizado sobre lo que estaba ocurriendo a nivel mundial, algo vergonzoso para todos los que ocupamos posiciones de alta responsabilidad. Debido a esta situación decidimos invitar a nuestro comité a un emprendedor exitoso que como externo quisiera ayudar a la empresa y complementara las habilidades del grupo. Además, se realizó un análisis de fortalezas y debilidades a lo largo de la de cadena de valor, y se identificaron los puntos ciegos para enfrentar las nuevas alternativas estratégicas.
Se encontraron cuatro mega-tendencias en nuestro sector: En primer lugar “la presión medioambiental” pasó de ser algo opcional a un tema fundamental que ha crecido exponencialmente en la conciencia humana, con ejemplos como el de Adidas que con su asociación “Parley for the oceans” está fabricando tenis con el plástico recogido de los océanos.
Segundo, las famosas “marcas avatar” como las de “Lili Miquela” (Humanos digitales), que son influenciadores creados por las empresas para trabajar su segmento objetivo; tercero, “las redes sociales de nichos” como “Quilt app” que ayuda a mujeres profesionales a realizar reuniones fuera de sus hogares, o la alianza entre Sprite y Google “You are not alone” que le dicen a la generación “z” que no están solos. Finalmente, la cuarta mega-tendencia, “el diseño metamórfico” que consiste en utilizar las nuevas tecnologías de información para rediseñar el producto en cuanto al servicio personalizado por la red, por ejemplo, con el uso de software de identificación de emociones.
Hoy en día el comité de innovación ha pasado a la palestra pública, es decir debe presentar sus primeras alternativas estratégicas a la Junta Directiva, que con un vistazo tecnológico, ha permitido entender que el futuro llegó antes de lo que pensábamos; con un reto adicional, alinear los productos a un mercado objetivo en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible. Bienvenidos al futuro.
*Ph.D., CEO de L&M Consulting Group.