Empresas, ONG’s y representantes gubernamentales están reunidos en la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC, ya que están interesados en proteger sus industrias, economías y países de la amenaza del comercio ilícito. El evento se está llevando a cabo en Centro Cultural ubicado en Sarmiento, Buenos Aires, Argentina.
El encuentro cuenta con la presencia de Ruud Smulders, Director Ejecutivo de CSI, Devrol Dupigny, Director Global de Operaciones, y Edson Vismona, presidente del Instituto Brasilero de Ética Competitiva (ETCO). Los panelistas presentarán la problemática del comercio ilícito desde distintas ópticas, destacando su impacto en el comercio internacional, la salud y las economías de los países afectados. También exponen la relación que tiene el comercio ilícito con la corrupción, el lavado de activos y el financiamiento de grupos terroristas, y cómo las zonas de libre comercio son explotadas por organizaciones criminales.
La escala e impacto del comercio ilícito a nivel global
Desde la creación de la OMC en 1995, el comercio internacional ha crecido sustancialmente, mejorando las condiciones de vida de miles de personas alrededor del mundo. Sin embargo, este mismo crecimiento ha traído consigo un aumento exponencial del comercio ilícito, el cual asciende a un valor cercano a los U$650 billones. Se estima que los flujos financieros ilegales relacionados con esta actividad ascienden a U$1.3 trillones, y que la economía ilegal representa alrededor del 15% del PIB mundial.
En Colombia, la DIAN ha estimado que el contrabando representa cerca de US$6.000 millones, equivalente a un 10% del total de las importaciones legales, y que una lucha efectiva contra este flagelo se traduciría en 4,6 % más de Producto Interno Bruto, 148.355 más empleos y un aumento de 14,1% de más valor agregado por la industria manufacturera colombiana. En Latinoamérica el contrabando transfronterizo deja cada año pérdidas por 85.000 millones de dólares.
En lo que va corrido del año 2017, en Colombia las incautaciones por este concepto ascienden a más de $ 7.500 millones, siendo las bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre los de mayor participación con el 40%, seguido por carne y despojos comestibles con el 14%.
Estos niveles abrumadores de comercio ilícito presentan un sinnúmero de retos que aún no han sido solucionados por la comunidad internacional. Se hace necesario implementar mayores y mejores controles para contrarrestar estas actividades ilegales, fomentando el comercio formal e impactando positivamente la gobernanza y eficacia del desarrollo sostenible a nivel global.