Solicitar con mayor frecuencia pedidos de comida o mercado a domicilio, trabajar desde la casa y usar tapabocas, son las medidas que a los colombianos les han parecido más difíciles de adoptar para evitar el contagio del COVID-19 en esta cuarentena.
Teletrabajo, clases virtuales y socializar con amigos
En esta cuarentena, al 34% de los encuestados les ha parecido difícil trabajar desde la casa, especialmente para el 49% de los menores de 25 años y al 44% de las personas entre 26 y 35 años.
Para el 32% de los entrevistados, tomar clases, seminarios o talleres en línea no presenciales, es un hábito difícil de adoptar. Para el 44% de los menores de 25 años, ha sido mucho más difícil, en comparación con los entrevistados de otros grupos de edad.
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Para el 37% de los menores de 35 años, el hábito de permanecer en casa la mayor parte del tiempo posible es particularmente difícil, mientras que solo el 18% de los mayores de 36 años perciben dificultad en adoptar esta conducta. Salir a bailar, a tomar una copa y socializar con amigos podría ser difícil de abandonar en el corto plazo para el 23% de los consultados.
Frente a estos resultados Miguel Gutiérrez, profesor del Programa de Psicología y miembro del Centro de Estudios Psicosociales de la Universidad del Rosario, explica que lo más llamativo es ver que la población de los más jóvenes, es decir, aquellos entre los 18 y 25 años, son quienes reportan las mayores dificultades para adoptar determinadas acciones para evitar el contagio del COVID-19. Dentro de las conductas de las que refieren mayor dificultad, reportan aquellas relacionadas con el dejar de tener actividades sociales y de contacto, como lo son trabajar desde casa, tomar clases en línea, no poder asistir a fiestas y reuniones con amigos. Adicionalmente, reportan el cuidarse de compartir vasos con familiares y lavarse las manos con frecuencia.
Agrega que esto es llamativo ya que, a pesar de ser los “nativos digitales” y los mayores usuarios y más conocedores de las redes sociales, ello no suple la necesidad de los encuentros presenciales con sus pares. El salir con amigos, asistir a fiestas o restaurantes, es parte fundamental de su identidad. Estos jóvenes están en una etapa en la que se están posicionando socialmente y tienen el deseo de salir y proyectarse por fuera de sus casas. Es posible que entre los más jóvenes de ellos el estar en sus hogares los devuelve a una posición de subordinación que en algunos casos es contraria a la autonomía y libertad que pueden encontrar en sus espacios sociales.
Uso del tapabocas
El 32% de las personas manifestó dificultad para adoptar el hábito del uso del tapabocas, principalmente para el 50% de los mayores de 46 años. El 32% del segmento de los 46 a los 60 años señaló malestar por asistir con menos frecuencia a reuniones espirituales (iglesias y lugares de culto).
Según Miguel Gutiérrez, una posible explicación frente al uso del tapabocas, puede tener que ver con una mayor sensación de vulnerabilidad por la edad frente al contagio y, por lo tanto, una mayor conciencia de la necesidad del uso del tapabocas. A su vez, las iglesias y lugares de culto pueden jugar un rol importante frente a su identidad, constituyendo espacios de socialización y congregación importantes, y siendo posiblemente más difíciles de sustituir para este segmento por medios digitales, comenta el experto.
Viajar al exterior
Para el 39% de los entrevistados entre 46 y 60 años, será difícil dejar de viajar al extranjero en el corto plazo. Para Gutiérrez, puede entenderse el malestar frente al no viajar por estar en edades en las que posiblemente cuentan con mayor tiempo y recursos materiales y, tal vez en los de mayor edad de este segmento, puede producir ansiedad el no contar con las condiciones de salud y vitalidad para poder viajar una vez se reestablezcan con las condiciones de salud pública mundial para viajar.
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