De acuerdo con el DANE, las ventas reales del comercio minorista tuvieron un aumento de 4,4%, a pesar de los que pronosticaban que podría disminuir debido a las marchas que iniciaron el 21 de noviembre y que bloquearon importantes zonas comerciales, no solo de Bogotá sino de todo el país.
Con respecto a lo corrido del año, en el periodo enero – noviembre 2019, las ventas reales del comercio minorista aumentaron 6,4 % frente al período enero – noviembre 2018. De las 16 líneas de mercancías, 15 registraron variaciones positivas en sus ventas reales.
Además, entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019, las ventas reales del comercio minorista aumentaron 6,5 % frente al período diciembre 2017 – noviembre 2018.
Estas cifras positivas coinciden con lo registrado en la encuesta de percepción de los comerciantes realizada por Fenalco. Según esta estadística, el 41% de los consultados las ventas, expresadas en cantidades físicas, aumentaron frente al mismo mes de 2018 y el 20% dijo que disminuyeron.
Parte de esta buena visión de los comerciantes tiene que ver con el cambio en el comportamiento de los compradores que, anualmente, hacían las compras del 16 al 24 de diciembre sino que se adelantaron más las fechas de compras para aprovechar los descuentos.
Por otro lado, llama la atención que los distribuidores mayoristas consultados, así como voceros del formato denominado “Cash & Carry” reportaron una intensa actividad en diciembre, lo que sugiere que el canal tradicional también habría tenido un aceptable cierre de año.
Uno de los sectores que afectó parte del crecimiento de las ventas minoristas y es el de los vehículos. De acuerdo con el informe del Banco de Bogotá, este sector cayó -16% en el año y 2,7% en el mes de noviembre.
Finalmente, los comerciantes tienen buenas perspectivas para el 2020. En categorías como aguas, gaseosas, cerveza y snacks, así como en electrónica hay optimismo por los efectos que sobre el consumo tendrán la realización de la Copa América de Fútbol y los Juegos Olímpicos en 2020. Sin embargo, hay preocupación por las marchas se conviertan en un factor de riesgo para el ambiente de los negocios y que el ambiente caldeado por las movilizaciones postergue la aprobación de leyes decisivas para el país como la laboral.