Publicado: mayo 1, 2018, 4:08 am
«Es necesario que el nuevo liderazgo apele a los valores éticos y que las empresas re-definan su concepto de éxito porque no solamente se trata de la conquista o participación en el mercado, el volumen de ventas o margen de utilidad, el éxito y grandeza de una empresa tiene que ver con que sus empleados se desarrollen, crezcan, tengan un plan de carrera y un programa de bienestar, eso también hace parte de la estrategia empresarial», dice Jessica Triana, directora de Armonía en Acción.
Líderes y alta gerencia se enfrentan hoy en día a nuevas responsabilidades de cara a la gestión de equipos. El liderazgo que hoy muchos quieren ejercer es el liderazgo inspirador, esto se debe a que las empresas son cada vez más conscientes de que los colaboradores son el principal motor de la productividad del negocio.
La consultora Gallup, asegura que “los equipos con compromiso de los empleados son un 21% más productivos”. Además, los análisis y la experiencia de esta firma, midiendo los niveles de compromiso, demuestran que los empleados que están comprometidos tienen un 27% más de posibilidades de realizar un trabajo excelente. Lo cual indica que un empleado comprometido hace las cosas con pasión y es capaz de lograr hasta lo imposible porque cree profundamente en lo que hace.
Por lo anterior, desarrollar habilidades y competencias no solo profesionales, sino también personales es una tarea indispensable para el éxito de la organización. El bienestar integral de los colaboradores es un intangible que muchas empresas comienzan a gestionar con el fin de generar ventajas competitivas que lleven a la empresa a un óptimo posicionamiento en el mercado.
Nidia Rocío Fonseca Ruiz, administradora de RED señala que “pensar en el bienestar personal y laboral de los colaboradores es pensar en el futuro de la compañía, genera orgullo y crea identidad con las metas compartidas, buscar ir más allá de la labor diaria es parte del crecimiento del ser. El líder otorga confianza, da alas para volar y brinda herramientas para su desarrollo integral”.
Sin embargo, para los líderes desarrollar las competencias en las personas es una tarea desconocida. No es fácil ser un líder inspirador y mucho menos lograr equipos comprometidos. Requiere un nuevo tipo de liderazgo, cercano, colaborativo y poco autoritario, requiere reinventarse y aprender a gestionar a las personas.
«El liderazgo tiene que evolucionar de estructuras piramidales a estructuras en red, donde el líder deja de ser el jefe y pasa a ser un facilitador y mentor, en el sentido que teniendo la visión del negocio reúne diversos talentos y llevarlos hacia un objetivo, donde todos participan y aportan desde su saber», concluye Triana.
