Publicado: marzo 28, 2018, 10:57 am
En un conflicto que duró más de 50 años, millones de personas sufrieron las consecuencias. Aunque no se tienen cifras realmente exactas, se cree que durante los años que Colombia vivió el conflicto armado se contabilizaron 8 millones de víctimas y más de 58.000 desplazados, quienes tuvieron que cambiar sus formas de vida para subsistir.
En medio de la sociedad civil afectada y las entidades gubernamentales, también se encuentran las empresas privadas, que al hacer parte de la sociedad han sido testigos e incluso víctimas de los estragos de la violencia.
En este sentido, desde hace más de 10 años el premio Emprender Paz, creado por Konrad Adenauer, la Fundación Social y la Embajada de Suecia ha buscado involucrar a la empresa privada y publico-privada, para la formación de proyectos de inclusión en los que las víctimas de la violencia tengan participación y se puedan forjar más territorios de paz.
Y el llamado ha sido escuchado; en 10 años de existencia del premio, 541 proyectos se han postulado, de los 40 han sido escogidos para recibir apoyo, aplaudiendo los alcances de sus políticas empresariales que le abren paso a nuevas formas de vida de las víctimas del conflicto.
Las empresas que han participado del premio, no solo han logrado establecer políticas de inclusión laboral a víctimas del conflicto, mujeres y hombres que han perdido familiares, que han quedado discapacitados o han tenido que responder por un hogar, sino que también han podido minimizar los impactos negativos que tenía la no sensibilización frente al conflicto armado, así como también han podido hacerle frente a las causas del mismo, abriendo un nuevo camino a las industrias del país.
En cierto sentido, el premio Emprender Paz ha mostrado que hay un nuevo camino en el que las empresas pueden tener su participación, abriéndole paso a otras dinámicas de sociedad, alejadas del conflicto. Para ello, las empresas ganadoras le han abierto las puertas a las víctimas desde diferentes aspectos; comprando a pequeñas y medianas empresas proveedoras de materias primas, haciendo uso de las cadenas de valor de los distribuidores y empleando a personas victimas del conflicto.
De esta forma, el aporte ha sido transversal a las políticas empresariales; se trata de abrir puertas y establecer nuevas fronteras para quienes no tenían más alternativas de vida.
Aprendizaje constante
Además de reconocer proyectos productivos incluyentes, el premio le ha permitido a las empresas aprender sobre lo que le rodea y adaptarse a las dinámicas colombianas del mercado, sea cual sea la industria.
Por ejemplo, en el caso de la industria agropecuaria, donde han participado iniciativas como la Asociación de productores de cacao de los Montes de María, Alpina, la Asociacion Agropimentera del Valle, entre otros, las políticas de inclusión les han permitido adaptarse a las dinámicas del mercado contando con las pequeñas empresas de proveedores catalogados como víctimas que tienen que asumir la gran demanda de producto y así fortalecer la cadena de valor.
Además, las empresas pueden conocer de primera mano los estragos que ha dejado el conflicto en sus zonas de influencia y abordarlos de una forma más consciente. “Los ganadores del premio han aprendido que deben reconocer esta realidad y trabajar con ella, visibilizando de forma continua y explicita las transformaciones que logran estas iniciativas en la vida de cada familia y en el presente y futuro del territorio en general”, asegura Emprender Paz.
Otros aprendizajes que dejan los proyectos incluyentes a los empresarios es que les permite contar la historia de lo que han vivido las víctimas y claramente forjar un nuevo capítulo con anécdotas más amables e incluyentes. Además, hay apertura para que el mundo gubernamental se integre más a las iniciativas y le de más importancia a su accionar social.
Beneficios de los ganadores
Emprender Paz abrió su convocatoria para 2018 desde el pasado 6 de marzo y espera que más empresas se unan a este proyecto.
Los ganadores reciben, además del reconocimiento, una asistencia técnica valorada en 14 millones de pesos, difusión de sus proyectos en diversos medios nacionales e internaciones y la posibilidad de compartir experiencias con los demás empresarios.
La paz, dicen muchos, es un asunto de todos y es la construcción social que alberga empresas, sociedad civil y gobierno. Cada acción dentro de la cadena permitirá abrir espacios a víctimas para empezar una vida nueva.
