Durante décadas, se solía repetir que “Colombia es café o no es”. Pero la verdad es que, más allá del bienestar y riqueza que generó el grano en las regiones productoras y de su aporte al desarrollo del país, hoy la economía colombiana es mucho más que café y el sector atraviesa un momento retador que genera dudas sobre la viabilidad de la industria, tal como lo ha admitido el gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez.
A pesar de eso, los productores siguen dando la pelea: el año pasado, la caficultura colombiana creció 9,5%, tres veces más que la economía nacional medida en términos de Producto Interno Bruto (PIB).
Asimismo, la actividad cafetera industrial creció 10,3%, lo que confirma el aporte de la producción de cafés de mayor valor agregado a la economía colombiana.
Como resultado de ello, la participación de la actividad cafetera (agrícola e industrial) con respecto al PIB nacional creció de 0,76% en 2018 a 0,96% en 2019 y, la participación de la actividad cafetera agrícola en el sector agropecuario fue de 12,5% y con respecto al sector agrícola (incluyendo café) de 17,6%