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Educación gerencial

Universidades: A Reinventarse

El cambio tecnológico las está obligando a implementar nuevas tecnologías para formar profesionales que satisfagan las necesidades del mercado laboral.

Por: Redacción Gerente

07 de marzo de 2017

Desde hace más de una década y en línea con la tendencia mundial, las universidades en Colombia están integrando las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) a los procesos educativos, tales como las soluciones de registro académico (matrículas), las plataformas de educación virtual,  los video juegos, las redes sociales y el uso del correo electrónico en la interacción entre el docente y los estudiantes, y al igual que en todos los sectores, los horizontes que esto ha abierto para el ejercicio de la actividad educativa son enormes.

diego_mazo“En la actualidad, el reto para las universidades además de seguir profundizando el uso de las TIC en la educación, es alinear sus programas de pregrado y  posgrado con las competencias relacionadas con las ciencias de los datos, el calentamiento global, la sostenibilidad ambiental  y la cuarta revolución industrial”, expone Marco Peres, Director del Observatorio de Sociedad, Gobierno y Tecnologías de la Información de la Universidad Externado de Colombia.

¿Cómo vienen enfrentando las universidades este desafío?  En primera instancia, los cambios tecnológicos han llevado a las universidades a replantear los planes de estudio (currículos) en pregrado y postgrado para incorporar los desarrollos tecnológicos que impactan cada disciplina, así como en los procesos administrativos, asevera Diego Mazo,  Rector de CEIPA.

En segundo lugar, el proceso ha incluido diseñar y adoptar nueva tecnología en recursos educativos como los laboratorios, bases de datos y consulta bibliográfica, y diferentes simuladores, plataformas como los Learning Management Systems, e implementarlos durante las clases o en la planeación y construcción de las mismas.

Esto es posible porque hoy el perfil de los candidatos a los programas viene con una competencia en tecnología desarrollada o con interés en desarrollarla, lo cual permite combinar presencialidad y virtualidad en el proceso de formación, asi como aprovechar diversos canales de intercambio de conocimiento con otras universidades del mundo e internacionalizar de los programas, indica Eric Rodríguez, Decano de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes.

eric_rodriguez“Un gran reto que tienen las escuelas de administración colombianas es pensarse desde el punto de vista internacional. La oportunidad del mercado de la educación a nivel mundial es muy grande, porque el conocimiento está al alcance de todo el mundo. Un ejemplo de ello son los ‘MOOCS’ (massive online open courses) construidos y puestos al servicio de todos por parte de universidades de alto prestigio, con la posibilidad de alianzas entre diferentes instituciones con programas combinados. Esto nos ha llevado a repensar que la forma de construir nuevos programas ya no recae sobre nosotros, sino en combinación con las habilidades, competencias y calidades de programas de otras universidades”, anticipa.

Hace diez años, la posibilidad de trabajo conjunto era muy difícil por costos de desplazamiento, pero ahora los desarrollos tecnológicos facilitan la interacción y los diseños curriculares se replantean a través de cursos compartidos, empleando plataformas virtuales y logrando dobles titulaciones, estima Rodríguez.

Revaluando Modelos
En el caso colombiano, la nueva reglamentación del sector de la Educación Superior que el Ministerio de Educación Nacional está impulsando con la implementación de un Sistema Nacional de Educación Terciaria (SNET), acompañado de un Marco Nacional de Cualificación, le dará cabida a un importante número adicional de actores que ofertarán alternativas de capacitación a la medida de las competencias que requiere el mercado, anticipa Diego Cardona, Vicerrector Académico de la Universidad EAN.

“Esto crea un entorno turbulento e interesante en el sector de la educación superior, que está atravesado por un componente tecnológico muy importante. Pero, aunque la realidad está mediada con tecnología, el reto no es solo tecnológico, sino cultural, y para responder a tales entornos, la universidad debe proveer competencias que inclusive no se logran en los procesos formales de formación profesional, sino en procesos que incorporan la experiencia laboral”, afirma.

gabriel_jaime_arangoGabriel Jaime Arango, Director de Docencia de EAFIT, estima que las universidades deben responder a las necesidades que los diferentes grupos de interés les formulan, independiente de lo que las áreas del conocimiento y las disciplinas del saber van planteando como retos.

“En los últimos años ha habido un marcado énfasis en el desarrollo de competencias informáticas y analógicas, porque muy buena parte de los equipos y herramientas de trabajo vienen dadas por esa condición en el diseño y la operación. Pero también reforzamos la formación en tecnologías propias de las disciplinas, pues las TIC son transversales hoy a todos los perfiles profesionales, aunque hay unas más demandantes que otras”, observa.

No obstante lo anterior, es muy largo el camino que le queda todavía por recorrer a las Instituciones educativas colombianas. “Probablemente no se ha hecho lo suficiente para entender cómo estas nuevas tecnologías han cambiado radicalmente las formas en que los estudiantes aprenden, pues en esta era digital, el conocimiento se ha convertido rápidamente en un bien público, y el acceso a la información es prácticamente ilimitado”, advierte Alejandro Useche, Director de MBA de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.

Según este Directivo, las universidades deben por un lado modernizarse en términos de planta física, equipos y software, pero aun más es indispensable generar una cultura de lo tecnológico, que se hace posible si los profesores modernizan sus metodologías de enseñanza, se actualizan constantemente, innovan en su pedagogía y sus formas de evaluación, y dominan idiomas extranjeros. “Por esto trabajamos en la formación integral de personas capaces de ‘aprender a aprender’ al ritmo del cambio tecnológico y con orientación a las necesidades empresariales y sociales”, manifiesta.

juan_sebastian_perillaCon esta apreciación coincide Juan Sebastián Perilla, Decano de la Escuela de Educación en la Universidad Sergio Arboleda.  “Es deber de las universidades repensarse para el siglo XXI, pero aún es un proceso al que le hace falta un largo camino por recorrer.  Si bien en los recintos académicos existen avances tecnológicos a nivel institucional, falta un fuerte trabajo al interior de las aulas. Los modelos de educación tradicionales basados en la transmisión y la memoria siguen implementándose de forma generalizada”, reconoce.

Fundamentos y Realidad
Si bien las universidades estudian el entorno a través de la revisión de la tecnología, las políticas del gobierno y el diálogo con las empresas, existen sectores donde el cambio ocurre a una velocidad excesiva, lo que dificulta la adaptación de todos los actores del mercado, expresa Roberto Carlos Hincapié, Director de la Facultad de Ingeniería en Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB). “Por ejemplo, el Gobierno tiene dificultades en adaptar su regulación ante servicios como Uber y las empresas del sector turístico tienen dificultades para adaptarse ante la nueva competencia de AirBnB”.

A su vez, la academia tiene sus propios retos frente al cambio de las tecnologías y la manera de enseñarlas. “Las universidades pretenden abordar un conocimiento fundamental, que sea adaptable a las diferentes tecnologías, y las empresas buscan un conocimiento más específico relacionado con las tecnologías actuales. La labor de las universidades es lograr ese equilibrio donde no se presente un conocimiento exclusivamente fundamental, pero tampoco caer en la formación específica que cada empresa necesita”, observa.

marco_perezAl mismo tiempo, la preocupación por modernizar los planes de formación con metodologías de enseñanza basadas en problemas reales e incorporando las TIC en los procesos de aprendizaje, ha redundado en la creación de múltiples cátedras de innovación, emprendimiento y empresarismo, dada la posibilidad de trabajar hoy desde cualquier lugar y por proyectos, subraya Luz Doris Bolívar, Vicerrectora Académica de la UDEM.

“El relevo generacional en la vida académica es un proceso necesario para que las futuras generaciones vean en la educación una opción de incursionar en un mercado laboral cada vez más exigente”, anota.

Por otro lado, en la adecuación curricular se hacen necesarios procesos de vigilancia tecnológica, que consisten en investigar cómo se está haciendo en otras partes del mundo la tarea propia de la formación de cada perfil profesional, explica Arango. “Se cotejan contenidos, estrategias, tendencias, competencias, metodologías, laboratorios, materiales educativos, requerimientos profesorales y se ajustan los planes de estudio”, enumera.

Nuevos Escenarios
Gracias a la adopción de las TIC’s, entidades como CEIPA han podido impactar positivamente pregrados y postgrados, ofreciéndolos en modalidad presencial y 100% virtual. “Todos nuestros programas son ofertados en ambas modalidades, lo que permite a nuestros estudiantes moverse entre ellas de acuerdo con sus necesidades”, afirma Mazo.

alejandro_usecheEn el caso de la Universidad Externado de Colombia, en los últimos 5 años  se vienen desarrollando  programas de postgrado sobre derecho informático, propiedad intelectual en el entorno digital, gobierno  electrónico y planeación y gestión de territorios y ciudades inteligentes, enumera Peres.

“En las clases de postgrado, la integración de  las  TIC en el aula se dirige a todas las audiencias sin distinción. Por ejemplo, en algunas especializaciones se utiliza Twitter como herramienta de investigación y hemos encontrado que en el uso de esta red social, los estudiantes de la Generación X suelen ser más activos y propositivos que la Generación Y o Millennials”.

Hacer de lo internacional parte del ADN de la institución y sus programas es un reto constante y la Universidad del Rosario lo ha enfrentado con programas académicos que involucran la inclusión de componentes internacionales e interculturales en las diferentes asignaturas, el uso de idiomas extranjeros, el análisis de las problemáticas a la luz del entorno global, y la puesta en práctica de actividades en contacto directo con otras culturas, por medio de intercambios estudiantiles de doble vía, la movilidad de profesores, las visitas internacionales, las dobles titulaciones y el desarrollo de investigaciones en colaboración con académicos de instituciones extranjeras, asegura Useche.

“En programas como el MBA, estemos orientándonos al aprendizaje experiencial, con un alto componente de aspectos prácticos y vivenciales, de forma que contamos con internacionalidad en nuestro currículo asignaturas de análisis de lo internacional e intercultural, lecturas en inglés, electivas en idioma extranjero, y también con internacionalización experiencia de visita internacional, movilidad de doble vía, alianzas internacionales”, indica.

diego_cardonaPor su parte, la Universidad EAN destaca que además de las competencias relacionadas con el manejo de la tecnología, incorpora en sus programas académicos procesos de generación de competencias para solucionar problemas, de auto control y relacionamiento asociadas a las diferentes formas de inteligencia, de pensamiento estratégico, aquellas dirigidas al logro y al hacer, de verificación y seguimiento y promueven la resiliencia ante el cambio y la incertidumbre. “La formación se centra en un proceso sistémico en el que todas las partes son importantes, abordando todas las competencias requeridas más allá de las asociadas a la tecnología, incluyendo las asociadas a la cultura”, asegura Cardona.

Por otro lado, una interesante alianza Universidad/Empresa/Estado sociedad se ha establecido hace varios años en Antioquia, la cual permite hoy un intercambio frecuente se realizan comités mensuales entre la academia y las empresas.  “En ese diálogo, supremamente fecundo, siempre se consultan las demandas de los empresarios en los perfiles y rediseños de los programas académicos.  No necesariamente para atenderlas tan cual las formulan, pero sí para interpretarlas, con el fin de que el conocimiento cumpla la función de ayudar a resolver las condiciones del país”, explica Arango.

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