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“Los efectos secundarios de transmisión de la propiedad en las familias empresarias”

Las ventajas competitivas de las familias empresarias se basan principalmente en dos conceptos que los han llevado a tener mejores resultados que las empresas de carácter no familiar

Publicado: octubre 30, 2021, 10:14 am

Por Gonzalo Gómez Betancourt**

 Las ventajas competitivas de las familias empresarias se basan principalmente en dos conceptos que los han llevado a tener mejores resultados que las empresas de carácter no familiar, y son: la unidad de la familia y su compromiso con las empresas, cuando existen de manera positiva estas dos variables logran generar una cultura denominada “capital paciente”, que finalmente se traduce en que estas familias entran en negocios de mayor riesgo y mayor rentabilidad, porque su horizonte de tiempo es mucho más amplio que cualquier empresa no familiar.

Ahora bien para crear unidad y compromiso, se deben hacer muchas tareas, en esta ocasión escribiré sobre el compromiso. ¿Por qué el compromiso de la familia es fundamental en una empresa?, pues no es muy fácil de contestar esta pregunta, pero la respuesta tiene que ver con la actitud del accionista frente al futuro de la empresa, es decir, en el momento que se requiera contar con el accionista, éste responde con compromiso poniendo la empresa en primer lugar. Es por eso que cuando existe falta de compromiso de los accionistas, éstos tienden a sacarle todas las utilidades a la empresa sin dejar mucho para su crecimiento, y en consecuencia debe apalancarse sólo con deuda bancaria. La potencia de las familias empresarias comprometidas es que el aplacamiento es superior porque tienen una mezcla entre recursos propios y de terceros que suele ser más poderosa que cualquier empresa no familiar. ¿Pero cómo consigo ese compromiso?, para responder, contaré un caso colombiano que ha tenido realmente efectos secundarios graves por esta falta de compromiso, que se inicia por la falta de conocimiento y voluntad de las anteriores generaciones.

Una familia en transición de segunda a tercera generación me contactó para poder generar compromiso en la tercera generación, y buscar un plan de acción para la continuidad del legado familiar, ya que mucho de ellos no querían saber nada de la empresa familiar.

Después de hacer las entrevistas se encontró que habían diferentes grupos de comportamiento que afectaban claramente a la empresa

          

El Grupo A: Eran miembros de la tercera generación que tenían la propiedad de manera legal con derechos políticos y económicos, y además estaban muy comprometidos. Profundizando en la forma como sus padres los educaron, encontramos que existían unos parámetros comunes, los invitaban a reuniones de la empresa, participaban en los consejos de familia, había una mística por la empresa familiar, desde tempranas edades fueron accionistas que recibieron dividendos, participaban en asambleas de accionistas y algunos de ellos, por sus habilidades, también estaban en los órganos de gobierno de la empresa familiar como su junta directiva.

El Grupo B: Eran miembros de la tercera generación que aún no tenían la propiedad legal, sin embargo, su compromiso con la empresa era tan fuerte como el del grupo A de accionistas; profundizando sobre este tema, se encontraban prácticas similares de participación en los consejos de familia, comités junior, actividades de capacitación familiar, incluso los padres tenían la costumbre de darles algún dinero que representaba los dividendos de la empresa aunque no fuera de manera directa. Ha este fenómeno se le ha llamado “propiedad psicológica”, valor fundamental para cultivar el compromiso por un tiempo hasta que realmente se transfiere la propiedad de manera real.

Los grupos siguientes no tenían compromiso alguno y hacían demasiado daño a la empresa, siempre estaban cuestionando el crecimiento, la reinversión, los pocos dividendos, los salarios elevados, estaban siempre buscando vender la empresa o su participación.

Grupo C: Este grupo de tercera generación, curiosamente, aunque tenían la propiedad de las acciones no tenían compromiso alguno por la organización, las razones fundamentales son que los padres les transfirieron las acciones, lo que los abogados llaman la nuda propiedad, pero ellos conservaron los derechos políticos y económicos. Además, no compartían ningún tipo de reunión, no tomaban ninguna decisión, ni participaban en nada, es por eso que estos miembros solían hacer su propio patrimonio y sólo les interesaba venderlo en el momento que pudieran. Este tipo de alternativas suelen ser sugeridas por abogados tributaristas para que la propiedad no quede concentrada en una persona y así se pueda diluir el impuesto al patrimonio.

Grupo D:  Este es el grupo más crítico, en este caso se dio porque una hermana de la segunda generación tenía mucho temor de quedarse sin nada en una eventual separación de su marido y había decidido que esa propiedad y su usufructo sería para ella, incluso como garantía de pensión, ya que ella no había cotizado a la seguridad social, y en ese caso mantuvo oculto todo el tema de sus acciones a su esposo e hijos y nunca los hizo partícipes de nada.

Como pueden apreciar, este tipo de situaciones, al final genera una poda del árbol, es decir, solo aquellos más comprometidos se suelen quedar con la empresa y termina como es lógico una o dos ramas familiares manteniendo la propiedad mientras que los demás invierten ese patrimonio donde realmente les favorece para su proyecto de vida.

**Ph.D. – CEO Legacy and Management Consulting Group

 

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