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Más de 100 ONG denuncian un bloqueo de ayuda humanitaria en una Gaza sin comida ni hospitales

Numerosas organizaciones benéficas denuncian que desde el pasado 2 de marzo Gaza vive bajo un asedio total. Afirman que se ha paralizado por completo la entrada de ayuda humanitaria. Sin embargo, las autoridades israelíes, defienden que no existen restricciones, aunque la realidad sobre el terreno … es otra: ninguna de las principales ONG internacionales ha logrado entregar ni un solo camión de suministros vitales.
Más de 60 solicitudes fueron rechazadas solo el pasado mes de julio, bajo el argumento de que «no están autorizadas para entregar ayuda», a pesar de que muchas de ellas llevaban operando décadas en la Franja, recoge Europa Press. Esta obstrucción ha dejado varados alimentos, medicinas, agua y artículos de refugio por valor de millones de dólares en almacenes de Jordania y Egipto, mientras la población palestina lucha contra el hambre extrema y enfermedades que se podrían prevenir.
El presidente y director ejecutivo de Anera, Sean Carroll, afirmó que «Anera tiene suministros vitales por valor de más de 7 millones de dólares listos para entrar en Gaza, incluidas 744 toneladas de arroz, suficientes para seis millones de comidas.»

Son más de 100 las ONG que denuncian que sus operaciones están siendo bloqueadas por las nuevas normas de registro impuestas por Israel. Estas reglas permiten denegar el registro por criterios que ellos consideran «vagos y politizados». Desde marzo el Estado israelí solicita la entrega de datos sensibles sobre donantes privados, listas completas de personal palestino y otra información delicada. Las ONG afirman que esto es ilegal, inseguro e incompatible con los principios humanitarios.
En un contexto tan peligroso para los trabajadores humanitarios, donde el 98% de los asesinados son palestinos, según las organizaciones que trabajan en el terreno, no hay garantías de que esta información no sea utilizada para fines militares o represivos. Algunas de estas han recibido incluso un ultimátum de siete días para entregar estos datos, bajo amenaza de expulsión en un plazo de 60 días.

Más del 50% de los hospitales se encuentran fuera de servicio

Médicos Sin Fronteras denuncia también que el sistema sanitario de Gaza se está derrumbando. Más del 50% de los hospitales se encuentran fuera de servicio, y los que siguen abiertos operan con recursos mínimos. El personal médico trabaja sin alimentos, sin suministros básicos, y en condiciones extremas. La organización ha reportado amputaciones sin anestesia, heridas infectadas, fracturas sin tratar y pacientes que mueren antes incluso de poder recibir atención médica.
Algunas clínicas de MSF tienen que cerrar sus puertas a las 9:30 de la mañana debido al exceso de pacientes, tras atender a más de 200 personas en tan solo unas horas. Los médicos además trabajan turnos de 24 horas con una sola comida al día. La falta de nutrientes impide la recuperación de los heridos, mientras el hambre se convierte en una amenaza adicional.
Las ONG también denuncian el llamado plan ‘Fundación Humanitaria de Gaza ‘ (GHF, por sus siglas en inglés), un mecanismo militarizado de distribución de alimentos promovido por Israel y Estados Unidos como solución humanitaria. Afirman que se ha convertido en una herramienta de control y violencia y dicen que desde su implementación, al menos 859 palestinos han sido asesinados en los alrededores de los centros del GHF, muchos de ellos jóvenes, mujeres y niños que acudían con la esperanza de recibir comida.
Testimonios recogidos por el medio de comunicación catarí Al Jazeera describen escenas de caos y desesperación: niños buscando comida para sus hermanos, madres malnutridas, civiles asesinados mientras esperaban ayuda. Organizaciones como Human Rights Watch y expertos de la ONU han denunciado que estos centros se han convertido en «trampas mortales», y han exigido su desmantelamiento inmediato.
La comunidad internacional ha reaccionado frente a estas actuaciones. Una declaración conjunta de 27 países, entre ellos Reino Unido, Francia, Japón y España, exige a Israel que permita la entrada urgente de ayuda humanitaria y que cese el uso de la fuerza en los centros de distribución. Los expertos de la ONU advierten que permitir que Israel controle la distribución de ayuda sin supervisión es una «hipocresía perturbadora».

Trump y Putin debatirán de Ucrania y de las relaciones económicas y comparecerán juntos tras la reunión en Alaska

14/08/2025

Actualizado a las 12:14h.

Los presidentes de Estados Unidos y de Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, respectivamente, comparecerán juntos en una rueda de prensa al término de la reunión que mantendrán el viernes en Alaska, una cita inédita que tendrá como punto central de la agenda el acercamiento de posturas para reslver el conflicto en Ucrania.
Un asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, ha brindado este jueves detalles de unos preparativos que «han entrado en su fase final», fruto de una organización que ha descrito como «intensa» y que ha combinado, según ha explicado, el habitual componente político de este tipo de citas con otras cuestiones de índole logística como puedan ser los visados.

La reunión tendrá lugar en la base Elmendorf-Richardson de Anchorage, la mayor ciudad de Alaska, y arrancará a las 11.30 (21.30 horas en la España peninsular) con un cara a cara entre los dos presidentes, al que seguirá un encuentro entra ambas delegaciones. Por parte rusa, asistirán el propio Ushakov y los ministros de Exteriores, Defensa y Finanzas, informa la agencia de noticias Interfax.

El asesor ha confirmado que «el tema central» de todas las reuniones será Ucrania, aunque se puedan abordar otros «problemas» de actualidad como las relaciones económicas. Ni las autoridades estadounidenses ni las rusas han avanzado posibles acuerdos y Trump, de hecho, ha llegado a decir que es simplemente una reunión «de tanteo». Ushakov afirmó que era «obvio para todos» que Ucrania sería el tema central de la reunión, pero que también se debatirían cuestiones más amplias de seguridad e internacionales.

Desde Nuakchot y Nuadibú: cómo la falta de pesca empuja a los jóvenes africanos a las pateras

Atrás del éxodo de cayucos se esconde un drama complejo: explotación extranjera, corrupción y guerras olvidadas que empujan a toda una generación a cruzar el Atlántico a la deriva. Viajamos hasta África para conocer la situación. Desde el 1 de enero al 15 de junio, … 16.733 inmigrantes llegaron a España de forma irregular, según el Ministerio del Interior, una cifra que refleja la presión migratoria que vive el país. La mayoría provenían de la ruta atlántica, con Mauritania como uno de los principales puntos de salida. Cada patera interceptada es solo la punta del iceberg de una compleja realidad.
En la playa mauritana de Nuackchot, junto al mercado de pescado, dos niños se sientan juntos mirando el horizonte, ignorando el drama que empuja a miles de personas a buscar una vida mejor. Allí está Canarias, a la derecha, y, si miras todo recto, América. El anaranjado atardecer de ensueño atrae las miradas de pescadores que traen sus barcas con redes llenas de peces. La imagen es impactante: hay más barcos que mar.

Las costas de Mauritania albergan una de las aguas más ricas y explotadas del mundo. Su Gobierno tiene acuerdos de pesca con la Unión Europea y China, permitiendo a grandes flotas extranjeras operar en sus aguas a cambio de compensaciones económicas. Sin embargo, estos acuerdos suelen beneficiar más a los países pesqueros que a la economía mauritana, donde representa un 15% del PIB según African Economic Outlook. A tenor de los datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente español, más del 50% de la población depende del sector primario, especialmente de la pesca.
Los grandes perjudicados son los pequeños pescadores locales, que ven cómo sus aguas son explotadas en un mar sin control, semejante a una jungla donde todos compiten. No hay normas en las playas de Mauritania. Basta con ir al puerto de Nuadibú y observar la saturación de barcas listas para pescar o en busca de un futuro mejor.  
Hassan Kenkou, mecánico de la Embajada de España en Mauritania que ha trabajado por toda África Occidental, afirma que gran parte de su generación ha emigrado: «Los mauritanos de entre 20 y 27 años han desaparecido. Muchos no se han ido a Europa, sino que cruzaron el muro de Tijuana, en México. Quedamos muy pocos de esa edad en Mauritania. Allí ganan dinero muy rápido gracias al capitalismo salvaje de Estados Unidos. En Europa tardarían más».
Montarse en un cayuco y sobrevivir a la deriva durante días no es una decisión que toman los africanos a la ligera. Requiere una gran inversión emprender el viaje. En el caso de quienes viajan a México, puede costar de 13.000 a 15.000 euros entre sobornos, pateras, ‘coyotes’, visados… Así lo cuenta Hassan: «Con eso puedes abrir un negocio. Subirse a una patera cuesta 1.500 euros. En el mundo hay un mercado para todo».
Por lo general, la población mauritana no suele salir en un cayuco hacia Europa, exceptuando aquella generación que fue a Estados Unidos. Ellos no tienen un motivo tan fuerte como para jugarse la vida. La mayoría provienen de países como Malí, Nigeria, Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Guinea o Sierra Leona. Huyen de la violencia en el Sahel y buscan oportunidades laborales en Mauritania. Muchos pasan meses o años en Nuadibú y Nuakchot para ahorrar dinero y emprender su viaje.
«Cruzar el océano es casi un suicidio, pero muchos lo hacen porque no tienen ni lo más básico para sobrevivir», cuenta Abdul Dia mientras arregla la entrada de un lujoso hotel en Nuakchot. «No es nada fácil porque, para empezar, conseguir el dinero es un proceso largo y duro», señala.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), más de 3,3 millones de personas han sido desplazadas forzosamente en el Sahel Central debido a sus conflictos persistentes. Entre ellos destaca el Estado Islámico, que sigue perpetrando operaciones terroristas en el Sahara de África Occidental. A tenor del Índice Global de Terrorismo (GTI), el año pasado «el 51% de todas las muertes relacionadas con el terrorismo se produjeron en el Sahel». Un ejemplo de las atrocidades de estos grupos afectó directamente a España cuando, en abril de 2021, fueron asesinados los periodistas David Beriain y Roberto Fraile mientras realizaban un reportaje.
A esto se suman los golpes de Estado, las crisis políticas, la presencia de los mercernarios rusos del Grupo Wagner e incluso los enfrentamientos entre pastores nómadas y agricultores por el acceso al agua y las tierras de cultivo, agravados por el cambio climático. El Sahel Occidental en una de las zonas con mayores crisis humanitarias del mundo.
A todo ello se une la pasividad a la hora de resolver los problemas de los gobiernos africanos, plagados de corrupción y poco o nada transparentes. Una encuesta de la Fundación Ichikowitz a 5.600 jóvenes en 16 países africanos muestra que el 60% quiere emigrar porque la corrupción descontrolada amenaza su futuro. Así lo expresa Hassan: «Los países africanos deberían dejar de robar y ser menos corruptos. La escala de valores está hecha polvo. En África no existen consecuencias por nada».
Precisamente, uno de los retos de África Occidental es la irrupción de barcos extranjeros que afecta la economía local. «En la ciudad pesquera de San Luis, tú miras al horizonte y encuentras buques chinos y europeos arrastrando el fondo del mar y llevándose todo», explica Hassan. «El chavalín que tenía su barquito y sacaba 30 o 40 kilos de pescado al día para dar de comer a su familia, ahora saca dos. ¿Qué va a hacer?».
Este proceso lo detalla Jaume Portell, periodista experto en acuerdos de pesca en África Occidental. La pesca es, junto a la minería, la principal fuentes de ingresos de Mauritania. El país cuenta con algunos de los mejores caladeros del mundo y procesa hasta 1,8 millones de toneladas de pescado al año. Los barcos de los que nos hablaba Hassan llegan muchas veces por acuerdos comerciales con los gobiernos africanos: «Países como Senegal tienen tratados con la UE desde 1979», detalla Portell. Las aguas senegalesas están llenas de barcos industriales europeos y chinos en su mayoría. Estos pescan a gran escala, arrasando con los recursos pesqueros que antes abastecían a los pescadores locales. «Este fenómeno ha generado bastante polémica entre los pescadores artesanales senegaleses», explica el periodista.
En estos acuerdos comerciales, los países africanos reciben dinero a cambio de que los buques extranjeros puedan pescar en sus aguas. Estos pescados de las costas africanas no se comen ni en Senegal, ni en Gambia, ni en Mauritania: se consumen en Europa. Según refleja el periodista con datos de la FAO, durante los años 90, España y Senegal consumían cantidades similares de pescado (unos 35 kilos per cápita al año), pero hoy en día la diferencia es mayor: mientras España ha subido a 40 kilos, Senegal ha bajado a 12 por persona y año. Esta caída denota no solo un empobrecimiento de la dieta en Senegal, sino también una sensación: los africanos ven cómo su pescado termina en las mesas europeas mientras ellos apenas pueden permitírselo.
Las palabras de Hassan ejemplifican la situación de las aguas africanas: «Cuando yo era pequeño, tiraba una caña de pescar con tres anzuelos sin cebo y picaban tres peces. Eso ya no ocurre».
Aunque Senegal decidió no renovar en noviembre del año pasado su acuerdo pesquero con la UE, esta medida solo ha solucionado una parte del problema. Según African Economic Outlook, Mauritania ha percibido una disminución de la inversión pública en proyectos e infraestructuras. Es decir, el dinero de los acuerdos no se está empleando correctamente para mejorar el país: «La gente de aquí empieza a ver que es un cachondeo y prefieren coger una patera», expresa Hassan.
En Mauritania, la visión del Primer Mundo’ está idealizada. «Lo que vende la globalización es solo fachada. Parece que en Europa todo el mundo vive bien, hay riqueza y oportunidades, pero detrás no hay tanta felicidad ni facilidad. Es más duro y complicado», dice Hassan.
Muchos africanos asocian Occidente con nombres como Messi, Gucci o Apple, solo ven la superficie brillante. En Nuakchot, muchos negocios llevan nombres o logos occidentales. En un hotel, el recepcionista Mohammed Ghazi se sorprendió al saber que muchas familias españolas no llegan a fin de mes; para él, eso es mentira. «Todo el mundo quiere la imagen, la publicidad. Como un anuncio de chicles: no sabes si te venden un chicle o un estilo de vida», dice Hassan. La pobreza europea es invisible para gran parte de África.
El drama de quienes arriesgan sus vidas en el mar es una cadena de responsabilidades compartidas: países europeos, gobiernos africanos, mafias y acuerdos internacionales. La corrupción local, conflictos y crisis humanitarias alimentan esta tragedia. Muchos de estos inmigrantes salen desde Mauritania, especialmente desde Nuadibú, que el año pasado fue el principal punto de partida hacia España, a la par con Marruecos y Argelia, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.
En la ruta atlántica a Canarias, casi 10.000 personas murieron en la travesía, 6.829 de ellas provenientes de Mauritania. Además, la ONG Caminando Fronteras indica que en los últimos treinta años más de 230.000 personas han accedido a Europa por esta ruta, la mitad desde 2020.
Entender la raíz del problema invita a buscar soluciones claras ante un fenómeno tan desolador. Quizás, esos dos niños que miraban el océano desde las arenosas playas de Nuakchot también sueñan con un futuro que, por ahora, parece estar del otro lado del horizonte.

Claudiu Nasui, el 'Milei de Bucarest' : «Los partidos proeuropeos de Rumanía no pueden seguir fallando en la gestión económica»

La reciente anulación y repetición de las elecciones presidenciales rumanas ha tenido como consecuencia un claro deterioro de la credibilidad de su sistema político. Por sus arengas reformistas, contra la corrupción y proeuropeas, gana notoriedad el diputado y exministro de Finanzas Claudiu Nasui, quien … aspira a convertirse en el ‘Milei de Rumanía’. Surgido a partir de una plataforma ciudadana y con presencia parlamentaria desde 2016, su partido Uniunea Salvati Romania (USR), Unión Salvar a Rumanía, promueve una integración más profunda con la Unión Europea y la OTAN, así como una mayor eficiencia del sector público. Explica su percepción desde dentro sobre el deterioro de la democracia en Rumanía y advierte a la UE de que comete «numerosos errores».
—¿Cuáles son esos errores?
—El deterioro de la democracia viene acompañado del empeoramiento de las perspectivas económicas. Cuando la gente lo pasa mal, tiende a perder la paciencia con las mismas soluciones ofrecidas por los mismos políticos. Por eso acaban votando por soluciones radicales. Aunque la mayoría de los rumanos se alegraron de que se anularan las elecciones del año pasado, porque no les gustaba ninguno de los candidatos que pasaron a la segunda vuelta, el hecho de anular unas elecciones después de conocer los resultados, e incluso ordenar un recuento para asegurarse de ese resultado, es un reflejo triste sobre el concepto de democracia. Por eso Rumanía ya no es considerada una democracia en las clasificaciones internacionales. Ahora se la considera un régimen híbrido.
—En toda Europa Central y del Este, en el flanco oriental de la OTAN, están surgiendo movimientos políticos nacionalistas que rozan o incluso cruzan la línea del populismo de derechas. ¿Cuáles son, en su opinión, las causas?
—Las causas son económicas. Cuando los partidos tradicionales fallan repetidamente, es normal que la población intente encontrar otras soluciones. Por eso es tan importante que los partidos llamados proeuropeos no sigan fracasando en la gestión económica. Porque ahí es donde están las raíces de los problemas.

—Tras las elecciones presidenciales, ¿se ha estabilizado la situación política en Rumanía? ¿Gozan ahora el proceso y el resultado electoral de plena aceptación, especialmente la anulación de la primera vuelta?
—Teniendo en cuenta que las elecciones fueron validadas, diría que ahora las cosas han vuelto a cierta normalidad y que la gran mayoría de los rumanos acepta el resultado.
—Como exministro de Finanzas, ¿cuáles diría que son los principales desafíos económicos a los que se enfrenta Rumanía?
—El gasto debe reducirse drásticamente. El gran problema del déficit en Rumanía es el aumento explosivo del gasto, no los impuestos. En los últimos tres años, los impuestos han subido en cuatro ocasiones y ahora los políticos se preparan para una quinta subida. La voluntad de reducir el gasto es mínima, así que seguirán subiendo los impuestos.
—¿Está preparado el pueblo rumano para las reformas necesarias?
—Tiene que estarlo, porque de una forma u otra algo cambiará. No se puede seguir endeudándose cada año con un 9% del PIB. En algún momento se acaba la fiesta. Ya sea subiendo impuestos o recortando el gasto. Si se suben los impuestos, la crisis presupuestaria se convertirá en una crisis económica. Si se recorta el gasto, al menos existe la perspectiva de que las cosas mejoren en algún momento.
—¿Qué significa la victoria de Nicusor Dan en las presidenciales?
—La victoria de Nicusor Dan significa mantener el rumbo proeuropeo. Esa fue, en realidad, la elección en las elecciones presidenciales.
—¿Y cómo ve usted a la UE, en pleno proceso de rearme y tratando de mantenerse ni demasiado cerca ni demasiado lejos de Donald Trump? ¿Cuál es el papel de la UE en el mundo?
—La UE se ha acostumbrado a recibir seguridad militar por parte de Estados Unidos. Eso es algo que Donald Trump ya no quiere seguir ofreciendo gratuitamente. Si la UE quiere ser verdaderamente fuerte, necesita ante todo una economía fuerte. Y en ese sentido, parece que está cometiendo muchos errores: desde la burocracia y la sobrerregulación, que han impedido el surgimiento de grandes corporaciones europeas, hasta los altos impuestos que desincentivan la producción y la innovación. El plan Draghi era bueno en su componente de desregulación. Pero desde que se presentó hasta ahora no se ha implementado nada. Mientras la UE no se vuelva más liberal, no será fuerte.
—¿Cómo ha afectado a Rumanía la apertura del mercado europeo a los productos ucranianos, especialmente los agrícolas, sin aranceles, para apoyar la economía de ese país durante la guerra?
—Para los consumidores rumanos ha sido muy positivo. Más oferta entre la cual elegir. Para los productores, sin embargo, negativo, ya que de repente enfrentaron más competencia. El gran problema volvió a ser la regulación. Porque la UE impone normativas mucho más costosas a sus agricultores, mientras que los de Ucrania no están sujetos a las mismas.
—Por último, ¿conoce usted España?
—He estado varias veces de vacaciones. Es un país maravilloso. Y sólo puedo decir que tienen ustedes una enorme suerte geográfica por no tener a Rusia como vecino. Los problemas de España son similares a los de Europa en general y estoy convencido de que, con un gobierno reformista, España podría renacer. Soy un gran admirador de Javier Milei en Argentina. Si ellos han logrado salir adelante desde una situación mucho peor que la de España o Rumanía, entonces nosotros también podemos. Todo depende de que apliquemos las ideas correctas.

Rusia pone en marcha su nuevo 'Archipiélago Gulag': el FSB tendrá cárceles propias sin control judicial

04/08/2025

Actualizado a las 04:48h.

La expresión «nuevo Gulag» ha resurgido con fuerza tras la aprobación en Rusia este julio de una nueva ley que otorga al FSB (Servicio Federal de Seguridad, sucesor del KGB) la facultad de operar nuevamente sus propias prisiones y centros de detención preventiva. Esta reforma, aprobada por la Duma Estatal rusa, permitirá que el organismo de inteligencia controle todos los aspectos del proceso de detención: desde el procesamiento de los detenidos hasta la investigación del caso, según informaba ‘The Moscow Times’.

Arquitectura de represión

Para expertos como Andrei Soldatov, investigador especializado en los servicios de seguridad rusos, e Irina Borogan, periodista de investigación, este nuevo esquema marca un retroceso peligroso: «El FSB está construyendo silenciosa pero metódicamente una base para un nuevo Gulag», advierten. Según denuncian, «la reforma legal contempla la creación de una nueva red de prisiones y centros de detención preventiva bajo el control exclusivo del FSB —y no del FSIN (Servicio Penitenciario Federal)—, replicandoun sistema represivo paralelo«.
El Center for European Policy Analysis (CEPA) señala que el FSB ya planea una infraestructura logística propia, evocando las prácticas del NKVD en los años 30. La ley le otorga al FSB facultades para escoltar prisioneros, controlar procedimientos judiciales internos e incluso gestionar sobornos en prisión, lo que, según Soldatov y Borogan, «indica preparativos para la represión a una escala que no hemos visto antes».