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«Nos cansamos de guerra pero, si nos lo pide Al Sharaa, marcharemos a Jerusalén»

El olivo de los Hamada sigue en pie en medio de una casa de Beit Jinn, bombardeada dos veces en los últimos diez años. El árbol, casi centenario, es pura vida en un patio rodeado de dos edificios arrasados, uno por un barril bomba lanzado … por el Ejército sirio y otro por un cohete del Ejército israelí, hace dos semanas.
«Quieren echarnos de aquí para quedarse con nuestra tierra y expandir Israel, pero no nos iremos», dice Fátima Deeb, abuela de la casa, quien abrazó a sus nietos en la noche del ataque y se refugiaron en el corral con las cabras. Tiene 76 años y repite una y otra vez que «es muy difícil tener como vecino a tu enemigo».
Desde la caída de Bashar al Assad, los israelíes ocupan una parte del sur de Siria y han lanzado miles de bombardeos. Beit Jinn, a las faldas del monte Hermón, en cuya cima los israelíes han colocado una base, ha sufrido dos operaciones terrestres en los últimos seis meses.

En la primera, los soldados entraron en el pueblo y se llevaron a siete hombres, entre ellos a Mohamed, nieto de Fátima, de quien no tienen noticias desde ese momento. En la segunda, a finales de noviembre, se llevaron a tres, pero los vecinos se defendieron y estalló una batalla que acabó con 13 muertos y seis soldados heridos. Uno de los que se llevaron fue Ali, hijo de Fátima, liberado hace unos días.
La historia de Beit Jinn, de unos 5.000 habitantes, es la de un pueblo que se levantó contra Assad y desde 2012 hasta 2018 permaneció rodeado por las tropas del régimen. Gracias a su situación geográfica, a unos pocos kilómetros de la frontera, Israel se convirtió en un inesperado aliado que suministró armas, municiones y atención médica a los combatientes islamistas del Ejército Libre.
Los milicianos heridos fueron evacuados a hospitales del país vecino y recibieron tratamiento. «Había una estrecha colaboración entre nosotros, pero desde la caída del régimen no paran de atacarnos y nos llaman ‘terroristas’, no hemos disparado una sola bala contra ellos, lo que pasó aquí es defensa propia, nada más. Entraron a nuestras casas a llevarse a nuestra gente y eso no lo vamos a permitir. En su primera operación no reaccionamos, en la segunda sí. Ellos son los terroristas porque aterrorizan a la gente», denuncia Abu Farez al Badawi, comandante de brigada del entonces ejército rebelde.
La cooperación con los israelíes acabó en 2018, cuando firmaron un acuerdo con Damasco y aquellos que se negaron a dejar las armas fueron expulsados a Idlib. El comandante entrega la pistola a uno de sus hijos antes de seguir hablando frente a uno de sus coches acribillado por los disparos. Insiste en que aquí no hay grupos organizados, que el pueblo resiste sin ayuda de Damasco y les sugiere a los israelíes «que no se dejen engañar por Benjamin Netanyahu, que solo busca guerras y más guerras para seguir en el poder. Estamos cansados de guerra, queremos respirar y vivir una vida normal pero, si Abu Hassein al Sharaa nos lo pide, marcharemos a Jerusalén«.
De momento, el presidente sirio, exlíder de Al Qaeda, solo envía mensajes positivos y de estabilidad regional. En el reciente Foro de Doha, Al Sharaa declaró que «no estamos interesados en ser un país que exporta conflictos, ni siquiera a Israel», pero Israel no escucha y refuerza la ocupación militar de Siria.
Por su parte, el excomandante Al Badawi muestra las cicatrices de la guerra civil, durante la que recibió balazos en el pecho, cuello, nariz y pierna izquierda. Este pueblo perdió a más de 600 hombres en la lucha para derrocar a Assad y promete seguir resistiendo ahora a Netanyahu.

Sin refuerzos de Damasco

Las fotos de los caídos están presentes en la escuela y mezquita. Qassem Hamadah rebusca objetos personales entre los escombros de la casa familiar. La sangre de uno de sus hijos se ha secado en el suelo de lo que era la cocina. Un proyectil destrozó la vivienda de dos plantas y acabó con la vida de sus dos hijos, su nuera y dos nietos.

Siria
Los supervivientes de los ataques isralíes entre los escombros de su ciudad
Mikel Ayestaran

Los únicos supervivientes son sus nietos Ali, de 10 años, y Sham, de uno. «Nadie les disparó desde aquí, se volvieron locos cuando tuvieron heridos en las calles y empezaron a disparar contra las casas. ¿Por qué atacan a quienes ellos mismos formaron y armaron? ¿Qué ha cambiado para que ahora seamos ‘terroristas’?», se pregunta Qassem.
Su vecino, Mussa, asiente con pena y comenta que «ya tenemos bastante lucha para sobrevivir, encontrar trabajo y superar el invierno helador como para sufrir estas operaciones. Además, estamos solos, el Gobierno solo ha enviado condolencias, nada más. Aquí no ha llegado ni un solo hombre de refuerzo. Los únicos militares en la zona son los israelíes».
Los campos de nogales, cerezos y manzanos se extienden entre montañas nevadas. La niebla impide la imponente visión de la cima del Hermón, de 2.800 metros, nueva atalaya de Israel para controlar las fronteras con Líbano y Siria. Beit Jinn mira a las colinas vecinas con el temor de ver de nuevo descender a los vehículos enemigos, que tienen posiciones a solo dos kilómetros de distancia. «Si vuelven habrá un baño de sangre», advierte el excomandante Al Badawi.

Qatar y Turquía fuerzan el retraso de la entrada en vigor del plan de Gaza de Trump

No habrá regalo de Navidad para Trump en Gaza, como tampoco parece que será el caso para los otros dos frentes donde busca la paz: Venezuela y Ucrania. De todos ellos, el que parecía más cercano parecía hasta hoy el de Oriente Próximo, tras el … acuerdo de alto el fuego logrado el pasado mes de octubre. La primera fase está ya virtualmente resuelta con el regreso a Israel de todos los restos de rehenes judíos (a falta de uno).
La fase que debería ponerse en marcha antes de finales de año es una de las cruciales: instalación de un gobierno tecnocrático (un Gabinete de Paz), acompañado por una fuerza multinacional con mandato de la ONU. Una vez que esos militares y policías, a las órdenes del gabinete interino, se hagan con el control de la Franja, el Ejército israelí deberá retirarse del todo a las fronteras anteriores a octubre de 2023.
Donald Trump acaba de decir que la ‘segunda fase’ tendrá que esperar a comienzos de año, es decir, enero de 2026 como muy pronto. Hay debate en torno a quién encabezará el equipo político/tecnócrata. Está claro que el jefe será el propio Trump, quien delegará en dos o tres personas de su confianza.

Hasta ahora parecía claro que el primer responsable sería el ex primer ministro británico Tony Blair, admirado por todos por su labor mediadora desde que dejó el poder en 2007. Curiosamente ese año también anunció su conversión al catolicismo, y esa circunstancia agrada muy poco a los países árabes, que piden a Trump que elija a otra persona. En el equipo de Gaza estarían también el yerno de Trump, Jared Kushnner, y su enviado especial a la región, Steve Witkoff.
Más compleja es aún la dimensión militar de la ‘segunda fase’ para Gaza. La llamada Fuerza Internacional de Estabilización debe tener como cometido la seguridad de la población de la Franja, y eso pasa ineludiblemente por el desarme de Hamás, el movimiento radical palestino que aún mantiene milicianos y arsenal en el dédalo de túneles subterráneos de Gaza.
¿Quién pondrá el cascabel al gato? Ninguno de los países suministradores de tropas –deben ser musulmanes según lo estipulado– a los que la Administración Trump se dirige parece dispuesto a enfrentarse a Hamás en su terreno, para forzarles a entregar las armas. Azerbaiyán ha dicho que no, Turquía podría estar dispuesto a hacerlo pero Israel le veta por su afinidad con Hamás, Egipto se mantiene a la espera.
Por su parte Qatar, el riquísimo y pequeño emirato que quiere jugar un papel protagonista en el conflicto, se ha puesto del lado de Hamás en la disputa por la futura fuerza multinacional. En un encuentro celebrado en Doha el fin de semana pasado, el primer ministro catarí, Mohamed al Thani, dijo que la tregua es «de cartón piedra» porque el ejército israelí todavía ocupa parte del enclave. Además señaló que no puede forzarse a Hamás a entregar las armas hasta que no empiece a discutirse ni más ni menos que la negociación de un futuro Estado palestino.
Como fuego de cobertura, la influyente cadena árabe catarí Al Yasira ha entrevistado al que se muestra como líder de Hamás, Jaled Mashaal, quien una vez más subrayó que no habrá rendición ni entrega de armas en Gaza «hasta que no se instale un Gobierno palestino legítimo».

Maduro silencia el Nobel a María Corina Machado y saca pecho por las protestas en Oslo contra EE.UU.

Los medios oficiales del chavismo han descalificado el Premio Nobel de la Paz, otorgado a María Corina Machado en Oslo, y solo han publicado las declaraciones de las autoridades como Nicolás Maduro, la vicepresidente Delcy Rodríguez y el ministro del Interior, Diosdado … Cabello.
Las informaciones sobre la ceremonia de la entrega del Nobel y la tardía llegada de la galardonada a Oslo para recibirlo han sido minimizadas, quedando invisibles para el público en la cobertura periodística hasta el punto de que solo aparecen las opiniones parcializadas de las autoridades chavistas sobre el tema.
Las páginas digitales e impresas de los diarios oficiales como Venezolana de Televisión, la cadena Telesur y el diario ‘El Universal’ muestran la opinión dominante del régimen sin ningún trazo de posturas diferentes. Esto sin incluir las emisoras de radio tanto privadas como oficiales, que tienen prohibido informar sobre las actividades de María Corina Machado o de cualquier referente de la oposición, so pena de clausura o retiro del programa.

El régimen, sin embargo, utiliza todas las redes sociales disponibles en el mercado cibernético a su favor aunque no pueda controlarlas. Por ejemplo, TikTok fue el primer medio que usó la vicepresidenta Delcy Rodríguez para emitir sus declaraciones de que el «Nobel está manchado de sangre» y de que la ceremonia fue «un fracaso» y «un velorio» porque María Corina no había ido este miércoles a recibirlo por «miedo».
La opinión de la vicepresidenta se regó en todos los medios internacionales que recogieron su versión, pero no dijo nada después sobre la llegada tardía de la galardonada a Oslo en la madrugada después de pasar la travesía de la escapada por territorio venezolano por tierra, mar y aire hasta Noruega.
Los medios oficiales no publicaron este jueves nada sobre la fuga de María Corina a Oslo, pero sí sobre el día anterior de la ceremonia.
Ese día, Nicolás Maduro encabezó la marcha por el aniversario de la Batalla de Santa Inés. Cuando el corresponsal de CNN le preguntó si tenía algún interés en el Premio Nobel de la Paz, respondió que «a nosotros lo que nos importa es la vida del pueblo, la salud, el trabajo, la vivienda, la prosperidad de nuestra patria, la nueva economía. Uno tiene que preocuparse como presidente por la verdad de la gente, por los temas de la gente y no querer gobernar el mundo. Nadie puede pretender gobernar el mundo. Sencillamente, creemos en la diplomacia, el diálogo y el respeto».
Maduro también calificó el premio de «sangriento», pero no mencionó nada sobre la renuncia del cargo que le pidió el presidente del Comité del Nobel. Este también le instó a que reconociera los resultados de las elecciones del 28 de julio del año pasado.
Las declaraciones oficiales chavistas se han centrado en una protesta con varios cientos de personas que tuvo lugar el martes contra el Premio Nobel de la Paz en Oslo, que la han utilizado para descalificar el galardón y a María Corina Machado.

«La Sayo»

Por ejemplo, en Venezolana de Televisión, el ministro Diosdado Cabello tituló su programa como «María ‘La Sayo’ es la gran ausente del premio Nobel ¿tuvo miedo al pueblo noruego?». La Sayona es una leyenda popular de los llanos venezolanos.
Cabello se preguntó «cuál será la verdadera razón por la que la extremista opositora, María ‘La Sayo’ Machado, no asistió al acto de entrega del Premio Nobel de la Paz en la ciudad de Oslo en Noruega». Se refirió a la manifestación que tuvo lugar en la ciudad para protestar contra el premio concedido a la líder venezolana. «Hubo manifestaciones allá (…) y uno dice; nosotros cumplimos nuestra parte, entonces ella no fue. ¿Por qué? ¿Porque le tuvo miedo al pueblo manifestando en la calle o porque no movió gente ella?».
«Quiero agradecerle a los miles de noruegos que salieron a las calles para respaldar a Venezuela en su deseo de paz y desarrollo. Demostraron su apoyo diciéndole al mundo: ‘No a la guerra por el petróleo, no a la sangre por el petróleo’», añadió Cabello.
El diario ‘El Universal’ publicó que «Cabello no ocultó su indignación por lo ocurrido, y señaló que la maniobra noruega de nada sirvió, debido a que, en un acto sin precedentes, el director del Comité del Nobel, Jorgen Watne Frydnes, se quitó la careta de mediador para convertirse en «el portavoz de Vente Venezuela» (partido fundado por María Corina).
Según Cabello. «Frydnes llegó al extremo de pedir, en plena ceremonia, la renuncia del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, un acto de politización jamás visto en una entrega del Nobel de la Paz».

El caluroso abrazo de María Corina Machado con su hija en Oslo tras casi dos años sin verse

María Corina Machado llevaba más de 16 meses sin ver a su familia. Días, noches y horas que ha pasado la opositora venezolana sin estar rodeada del calor de los suyos hasta la madrugada de este jueves. La ciudad de Oslo ha sido testigo directo … del reencuentro más esperado del año. Ni el frío ni las bajas temperaturas han impedido que la política abrace a sus seres queridos.
Corina Machado protagonizó una cálida escena con su hija Ana Corina Sosa, quien preparó su viaje a Oslo junto a sus dos hermanos y su abuela días antes. ​«Mi madre lleva 16 meses viviendo escondida bajo constantes amenazas de muerte. No sé dónde está hoy y no nos hemos visto en casi dos años», había confesado unas horas antes Ana Corina a la radio pública de Noruega NRK Radio sin saber con certeza si su madre conseguiría cruzar el charco.

Ana Corina hablaba mucho con su madre por teléfono, pero limitaban su discurso por la vigilancia que mantiene el régimen en Venezuela: «No podemos guiarlos hasta donde está ella», explicaba a NRK Radio. Corina Machado logró sortear al régimen de Maduro a bordo de una pequeña embarcación con la ayuda de Estados Unidos y con destino a Curazao, allí confirmó a su familia que se dirigía a Oslo. El Comité Nobel recibía informaciones de que la premio Nobel de Paz estaba de camino, pero sin conocer más detalles sobre su paradero por seguridad.

El beso a su madre

Las imágenes y los vídeos compartidos por las redes sociales muestran cómo han sido las emotivas escenas del reencuentro de Corina Machado y su familia. Un beso en la frente de su madre, Corina Parisca de Machado, que estaba en una silla de ruedas en la puerta del hotel, ha sido uno de los momentos más esperados, junto al caluroso abrazo a su hija, que fue la encargada de recibir en su nombre el premio Nobel de la Paz.

Los venezolanos se saltan la censura para ver la ceremonia del Nobel a María Corina Machado: «No me lo podía perder»

Un silencio absoluto se sintió en las calles de Caracas cuando a las 8.00 de la mañana, hora local, comenzó la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en ausencia de la galardonada María Corina Machado, cuyo viaje desde su … clandestinidad caraqueña a Noruega se mantuvo en suspenso y en vilo hasta el último momento.
A diferencia del cálido júbilo que se manifestó en Oslo por la sociedad y las autoridades noruegas, en la capital venezolana el régimen chavista de Nicolás Maduro se encargó de silenciar y censurar el Nobel de la Paz, otorgado a la líder venezolana, como si fuera un galardón subversivo, clandestino y prohibido.
No había carteles ni avisos en la calle y mucho menos en los medios oficiales de radio y televisión. Tampoco en las dos únicas cadenas de televisión privadas. Ni una mención sobre el histórico momento de la entrega del premio, que tuvo que recoger la hija de la galardonada al no llegar a presentarse esta en el acto. Todas las páginas digitales internacionales habían sido bloqueadas y sólo el canal YouTube del Nobel pudo ser enlazado para ver la transmisión de la ceremonia en directo y en privado.

A esa hora Verónica Reyes, fisioterapeuta de 26 años, comenzaba a dirigir la sesión de ejercicios a sus pacientes en un gimnasio céntrico de Caracas. Y mientras daba las instrucciones de los movimientos a cada paciente encendía su móvil para ver la entrega del Nobel.
«No me puedo perder la ceremonia, esto es histórico», decía entusiasmada la fisioterapeuta, «y nosotros tampoco, coreaban los seis pacientes», cuando escucharon el discurso del director del Nóbel en el Ayuntamiento de Oslo en la pequeña pantalla del teléfono móvil.

«Admiro a María Corina por su coraje y valentía, quería verla recibiendo el premio porque además del mérito es un desafío al régimen y es la única que nos puede llevar al cambio de gobierno»

Verónica Reyes
Fisioterapeuta

La joven terapeuta aseguró a ABC: «Admiro a María Corina por su coraje y valentía, quería verla recibiendo el premio porque además del mérito es un desafío al régimen y es la única que nos puede llevar al cambio de gobierno».
«Estoy esperando por el cambio desde que nací hace 26 años. Mis padres me han pagado los estudios universitarios con mucho sacrificio. No me pienso ir de Venezuela. Mis primos en el exterior siempre me llaman para que me vaya y me dicen que guarde comida por lo que viene», añade.
Verónica Reyes se muestra escéptica con el Nobel: «No sé si va ayudar a cambiar el gobierno que tenemos. Yo digo como Santo Tomás: ver para creer, si al final tenemos un nuevo gobierno esta Navidad, entonces creeré en el premio, porque voté el 28 de julio del año pasado y nos robaron las elecciones, y nada seguimos igual o peor que antes».
En un rincón del gimnasio, un paciente de 70 años escuchaba la conversación y exclamó: «Ella –la terapeuta– no conoce de democracia y libertad como la que vivimos nosotros antes del chavismo, pero yo sí estoy seguro de que vamos a ganar con María Corina».

«Es un reconocimiento a una mujer que entregado su vida y alma por su país. Le cantó en su cara al difunto (Chávez) que era un ladrón»

Aurora Sánchez (nombre ficticio)
Arquitecta

En una bicicleta fija, la arquitecta de 72 años Aurora Sánchez –no es su nombre real, ya que pidió a ABC no publicar su nombre por temor a represalias– pedaleaba con mucho esfuerzo, y mientras escuchaba el discurso del representante del Nobel decía: «Es lo mejor que nos pudo haber pasado en esta vida. Un reconocimiento a una mujer que ha entregado su vida y alma al servicio de su país. Que le cantó en su cara al difunto (Chávez) que era un ladrón por quitarle la propiedad a muchos venezolanos».
«Además de aguerrida, es inteligente, muy preparada y si fuera poco, bella y activa. ¡Es una ‘superwoman’! Debemos estar muy orgullosos de ella, no solo como venezolanos, sino como mujeres que cada día empujamos este país grande para adelante… Saldremos de esto pronto», señaló la arquitecta tras terminar sus ejercicios.
A su lado, su marido Peter Gómez, también arquitecto con nombre ficticio, comentó con una sonrisa de satisfacción por ser venezolano: «María Corina es admirable. Sin ella no hubiéramos logrado esto. La lucha no termina con el premio en Noruega. Lástima que no lo pudo recibir en persona sino su hija. Así debió ser lo difícil y peligroso de viajar por los controles y trabas que impone el régimen. Dudo que Maduro entregue el poder con las presiones internacionales. Seguimos en la lucha».

Temor a la represión

Desde Maracay, estado Aragua, Pedro Leal –nombre ficticio– señaló a ABC: «El Premio Nobel de la Paz de este año es el reconocimiento mundial a la dedicación, razones y empeño de María Corina Machado, para recuperar en Venezuela la universal y democrática forma de elegir, gobernar con justicia y convivir en paz. Es lo que importa».
El hombre de 73 años –que vive cerca de donde opera el declarado terrorista Tren de Aragua– confesó estar aterrado por la represión del régimen: «No quiero ser condenado a 30 años de prisión, como le pasó a una opositora por publicar un wasap crítico en su móvil contra el régimen chavista».

María Corina Machado, en la sede de la OEA en Washington, en 2014

Efe

El día en que la opositora denunció al chavismo ante el mundo
Iván Freites, un sindicalista del sector petrolero, asegura a ABC desde su exilio en Miami: «Hoy la trayectoria, la integridad y la valentía de María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz, la erigen como la principal referencia política en estos tiempos tan duros para nuestro país. Dios bendiga a María Corina y al pueblo de Venezuela. Venezuela será libre». Freites acompañó a la líder opositora en marzo de 2014 durante su intervención en la Organización de Estados Americanos, ante la cual denunció la brutal represión chavista, y recuerda el momento: «Aquel día, gracias al gesto digno y solidario del embajador de Panamá –quien cedió su derecho de palabra para que se escucharan las denuncias sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen criminal–, ese momento marcó un antes y un después en la lucha por la libertad y la democracia que lidera María Corina».

Al concluir la fisioterapia ocupacional, en la avenida Libertador, a la altura de la esquina de la Torre Las Delicias, antigua sede del despacho del difunto expresidente Carlos Andrés Pérez, un chico muy delgado de 14 años que debía estar estudiando y no en la calle, nos detiene para limpiar el parabrisas del coche. «No pude ver a María Corina porque no tengo celular (teléfono móvil). Me hubiera gustado verla, deme algo para comer que tengo hambre», nos rogó con voz temblorosa y lágrimas en los ojos.

Trump amenaza a Petro en su supuesta lucha contra las drogas: «Será el siguiente»

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado amenazado a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, afirmando que «será el siguiente» en su supuesta campaña contra el narcotráfico, que actualmente se centra en la Venezuela de Nicolás Maduro.«Colombia produce … mucha droga. Tienen fábricas de cocaína. Producen cocaína, como saben, y la venden directamente a Estados Unidos. Así que más le vale espabilarse o será el siguiente», ha señalado desde el Despacho Oval.

En esta línea, ha asegurado que «va a tener grandes problemas si no entra en razón», reiterando que «será el siguiente porque no nos gusta que la gente mate a otros». «Espero que esté escuchando», ha afirmado el inquilino de la Casa Blanca, después de criticar que Petro «ha sido bastante hostil con Estados Unidos».

El mandatario colombiano ha respondido a Trump durante el Consejo de Ministros, retransmitido en directo, pese a que «todo el mundo (le) dice que no lo haga» y alegando que debe «explicarle al pueblo qué pasa».