La política de mano dura de EE.UU. frente a Cuba ha vuelto, con un posible impacto en las empresas y organizaciones que hacen negocios en la isla y que tienen relaciones con entidades relacionadas con el régimen comunista. Entre ellas, las compañías españolas con … amplia presencia en Cuba, en especial, en su sector turístico.
Donald Trump ha firmado un memorándum que recupera la línea dura hacia el Gobierno de La Habana que ya impuso en su primer mandato y que prometió en campaña que reanudaría si volvía a la Casa Blanca. Su antecesor, Joe Biden, relajó las presiones económicas al régimen comunista y, en su última semana en la Casa Blanca, sacó a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Trump volvió a meter a Cuba en la lista en cuanto pisó el Despacho Oval.
En un memorándum firmado esta semana, el presidente de EE.UU. exige a su Administración la revisión de las políticas hacia Cuba para «canalizar fondos hacia el pueblo cubano y lejos del régimen, que ha sido incapaz de cumplir con los requisitos más básicos de una sociedad libre y justa».
Trump impone a su Administración la toma de medidas para «acabar con las prácticas económicas que benefician de forma desproporcionada al Gobierno cubano o a su Ejército y a sus agencias de Inteligencia y de seguridad, a coste del pueblo cubano». El presidente de EE.UU. exige el refuerzo de las políticas para evitar el turismo de estadounidenses en la isla, apoyo al embargo económico a Cuba -también en foros internacionales como la ONU- y facilitar el apoyo al pueblo cubano con la «expansión de acceso a internet, prensa libre, asociación libre y viajes legales».
El memorándum amplía y recupera otro similar firmado por Trump en su primer mandato. Impone que todas las ramas del Gobierno de EE.UU. «ajusten sus regulaciones» en un periodo de treinta días con el objetivo de limitar el turismo y las transacciones financieras que favorezcan al régimen.
Entre otras cosas, exige al Departamento de Estado que elabore un listado de entidades que están bajo el control o que actúen en beneficio del Ejército de Cuba o de agencias afiliadas y con quienes las transacciones directas o indirectas serían beneficiosas para el régimen y perjudiciales para el pueblo cubano.
Sanciones
El memorándum cita de forma específica al Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), un conglomerado bajo el control del Ejército, que controla varios sectores de la economía cubana, entre ellos, el turismo. El memorándum impone que los ajustes regulatorios «deben prohibir las transacciones financieras directas o indirectas con esas entidades». Al cierre de esta edición, la Casa Blanca no había dado respuesta a preguntas de este periódico sobre la posibilidad de que esa prohibición afecte a empresas de terceros países, como las compañías españolas que operan en Cuba.
Pero, según el ‘Miami Herald’, la acción ejecutiva de Trump impondrá que haya sanciones contra cualquier empresa que brinde «apoyo directo o indirecto a empresas propiedad directa o indirecta del Ejército cubano», lo que, según este medio, «en la práctica amplía los efectos de las sanciones estadounidenses para incidir en empresas de terceros países».
El memorándum de Trump no solo revierte las medidas flexibilizadoras adoptadas durante la Administración Biden, sino que apunta directamente al entramado económico y financiero del régimen de La Habana, organizado alrededor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el conglomerado militar Gaesa y sus filiales.
Gaesa controla actualmente los principales y más estratégicos sectores de la economía (70%) y más del 95% de las finanzas del país. Estructuralmente, pertenece al Ministerio de las FAR pero, en la práctica, constituye un gigantesco holding que es manejado por la familia Castro y un grupo de oligarcas cercanos a esta. Se trata de un sistema de gobernanza que ha concentrado el poder económico del país y que está fuera del control de la Contraloría General de la República, del Consejo de Ministros, del Partido Comunista e incluso del Ministerio de las FAR.
Documentos filtrados recientemente por el ‘Miami Herald’ revelan que la cúpula militar cubana ha ocultado miles de millones de dólares en cuentas bancarias en el extranjero.
El conglomerado domina sectores clave como las telecomunicaciones (Etecsa) y la exportación de servicios, entre ellos, los de los médicos cubanos, calificados por la ONU como «trabajo forzoso». Solamente Gaviota, la entidad de negocio turístico controlada por Gaesa, posee más de 4.261 millones de dólares, una cifra muy superior a los 339 millones que el régimen afirma necesitar anualmente para abastecer las farmacias del país.
Compañías españolas
En Cuba operan numerosas empresas españolas -había 285 en 2021, según datos de la agencia española de Exportación e Inversiones (ICEX)-, con presencia en sectores como la construcción, el comercio mayorista y el turismo. Es en este último campo en el que España está en primer lugar entre los países que también forman parte de esta industria en Cuba, con más de un centenar de contratos de administración aprobados, gestionados por unas 20 cadenas extranjeras, algunas de las cuales tienen también empresas mixtas, según el ICEX.
Entre las principales cadenas hoteleras españolas con intereses en Cuba destacan Meliá (que tiene previsto alcanzar los 39 establecimientos abiertos en la isla), Iberostar (que gestiona, entre otros, uno de los últimos abiertos en la capital, el hotel K-23); Be Live, Roc, Barceló, Valentín, NH, Blau, Axel y Sirenis. Además, empresas españolas como Gran Ferretero y FAIBUS han incursionado en el comercio mayorista y minorista de Cuba. Otras, como Globalia, Atlantic Group Investment y La Playa Golf and Resort, han firmado acuerdos con las autoridades cubanas para el desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios asociados a campos de golf.
Dichas empresas corren el riesgo de verse directamente afectadas por las medidas de Trump, debido al control del sector turístico cubano de Gaesa a través de Gaviota. De igual forma, todas las empresas con presencia en la isla deben operar sus cuentas a través de mecanismos bancarios como el Banco Financiero Internacional (BFI), el cual está igualmente bajo el dominio de Gaesa. Por otro lado, las empresas extranjeras se enfrentan igualmente a trabas para repatriar las divisas que tienen en cuentas bancarias en el país, una medida que se dio a conocer el régimen cubano hace apenas dos meses.
En los últimos años, el turismo ha caído en picado y Gaesa ha ido perdiendo el control de las remesas. El desmoronamiento de dos de las tres principales fuentes de ingreso de dólares a la isla se ha reflejado igualmente en un aumento de la crisis económica y la miseria. Las sanciones estadounidenses suponen un agravamiento de la situación que podría representar el tiro de gracia a la dictadura.
El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, defendió en un mensaje en la red social X que el memorándum firmado por Trump «refuerza la agresión y el bloqueo económico que castiga a todo el pueblo cubano y es el obstáculo principal a nuestro desarrollo. Es una conducta criminal y violatoria de los derechos humanos de toda una nación», señaló.