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Venezuela se debate entre el puño de Maduro y el avance de Trump

La periodista J. P. –así desea ser identificada– viajó a Caracas hace unas semanas para completar un reportaje sobre el cerco estadounidense sobre las costas venezolanas. El plan era reportar y salir. Nada más. Pero el cierre del espacio aéreo tras las … advertencias del gobierno de Donald Trump sobre el régimen de Nicolás Maduro lo alteró todo.
Como ella, muchos otros no pudieron salir ni entrar, al menos no en avión. De momento, y hasta anoche, J. P. espera salir por la frontera, por eso evita cualquier conversación o dato que pueda comprometerla.
Todos desconfían en Venezuela. Aceptar hablar para este reportaje implica un riesgo real y, sobre todo, innecesario. «A más de uno se lo han llevado por tener pendejadas en el teléfono», dice un empresario desde Caracas. Prefiere no dar detalles. Se limita a explicar que la tensión a raíz del cerco de Trump disparó la tasa de cambio paralela.

El poder adquisitivo promedio se resquebraja, la Navidad es un eufemismo y Nicolás Maduro alterna su discurso antiimperialista con un recrudecimiento de la violencia de Estado contra los ciudadanos. Cualquiera puede ser un traidor a la Patria. La gente intenta hacer su vida sin meterse en problemas.

Miedo e incertidumbre

En noviembre de 2025 –tras dos meses de ataques navales a lanchas asociadas al narcotráfico en la costa de Venezuela– Donald Trump declaró que el espacio aéreo sobre y alrededor del país debía considerarse «cerrado en su totalidad», una medida presentada como advertencia de seguridad.
El Gobierno de Nicolás Maduro respondió denunciando «amenazas imperialistas» y ordenó la revocatoria de concesiones a varias aerolíneas. En cuestión de días, Iberia, Air Europa, Avianca, LATAM, TAP Air Portugal y Turkish Airline suspendieron sus vuelos. El país quedó, una vez más, aislado.

Venezuela, más aislada: 8.000 pasajeros afectados
Tras la orden de Maduro de revocar la concesión a varias aerolíneas, Iberia, Air Europa, Avianca, LATAM, TAP Air Portugal y Turkish Airlines han suspendido sus vuelos

Más de 8.000 pasajeros resultaron afectados en pocos días. En Madrid-Barajas, unos 350 viajeros de una sola ruta permanecieron varados sin plan alternativo y apenas 30 fueron reubicados en otros vuelos. La reducción del 24,7% del número de vuelos internacionales dejó al país con menos capacidad de carga aérea.
Por esas bodegas entran medicamentos, equipos médicos, repuestos industriales y paquetería urgente. Ahora todo debe desviarse hacia Bogotá, Panamá o Sao Paulo, generando retrasos y sobrecostos.
Óscar Murillo, representante de la organización en defensa de los derechos humanos Provea, lo resume así: «En Venezuela hay un ambiente marcado por la autocensura. La sociedad duda sobre qué puede decir y cuándo puede expresarlo».
El temor no siempre es explícito, pero actúa de manera constante. Tras el despliegue militar estadounidense cerca del territorio venezolano, el Gobierno reactivó patrones conocidos: detenciones selectivas, seguimiento a dirigentes políticos y vigilancia a ciudadanos de origen extranjero bajo sospechas imprecisas. «El Gobierno ha retomado su narrativa antiimperialista y la doctrina de seguridad nacional. Bajo esa doctrina, la crítica se considera una amenaza», señala Murillo.

«En Venezuela hay un ambiente marcado por la autocensura. Las sociedad duda sobre qué puede decir y cuándo puede expresarlo»

Óscar Murillo
Representante de la organización de derechos humanos venezolana Provea

El desconocimiento de los resultados electorales de julio de 2024 fue un punto de quiebre en el régimen de Nicolás Maduro. La población, ya golpeada por salarios insuficientes y servicios públicos deteriorados, quedó sin canales efectivos de expresión política. Las protestas posteriores fueron contenidas con represión y detenciones.
A finales de 2024 surgió el Comando Nacional de Defensa de la Democracia, un cuerpo que agrupa funcionarios de distintos organismos y actúa con amplias facultades. Sus acciones se han orientado a detener periodistas, defensores de derechos humanos y figuras vinculadas al entorno de María Corina Machado.

Censura mediática

A ese clima se suma la censura mediática. El 10 de octubre de 2025, la noticia de que Machado había recibido el Premio Nobel de la Paz apenas circuló en radio y televisión. Entre las pocas voces que lo mencionaron estuvo Shirley Varnagy, desde su programa ‘ShirleyRadio’ en Onda La Superestación. Hizo una mención breve: el Nobel, el nombre de Machado, algún contexto mínimo.
Al día siguiente, su voz ya no estaba al aire en su franja habitual. No hubo comunicado oficial. La emisora no dio explicaciones. Reina la cautela, pero también la necesidad de un cambio, así lo certifica las distintas organizaciones que trabajan por el respeto de los derechos humanos.

La represión y detenciones en las calles venezolanas se han disparado en el último periodo

AFP

«En este momento estamos viviendo una etapa en la que la sociedad venezolana tiene muchas expectativas. Creo que es claro, y así lo dicen los estudios de opinión a los que nosotros hemos tenido acceso, que el deseo mayoritario de la población venezolana es un cambio político». En su diagnóstico de la situación, Óscar Murillo insiste en la descripción de un sentimiento popular, el deseo mayoritario de un cambio político.
«La gente no aspira a un cambio decorativo, sino a un cambio político que nos lleve a un momento, a un proceso donde inicie una transformación de las realidades políticas, que eso también tenga un impacto en la calidad y en las condiciones de vida de los venezolanos –explica–. Eso creo que es como una premisa básica para entender todo lo que está pasando dentro de Venezuela».

Olla a presión

Los datos de organismos independientes confirman el deterioro social y político. Encovi registró una pobreza por ingresos del 94,5% y una pobreza extrema del 76,6%. La ONU contabilizó más de 1.500 muertes hospitalarias por falta de insumos entre 2018 y 2019. La diáspora supera los 8 millones de personas. Foro Penal reportó 823 presos políticos en septiembre de 2025 y más de 18.486 detenciones políticas desde 2014. Provea documentó más de 10.000 muertes a manos de cuerpos de seguridad entre 2013 y 2023. La ONU atribuye más de 6.800 ejecuciones extrajudiciales a las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) entre 2018 y 2019. La situación es profunda y manifiesta ahora sus grietas más visibles.

18.486
detenciones políticas ha habido desde 2014

El papel de Trump en todo esto no es nuevo. La política ofensiva de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro es la continuación de una línea de presión iniciada en 2017, cuando se habló por primera vez de una «opción militar» y se aplicaron sanciones financieras. A partir de entonces, el deterioro institucional se profundizó.
Las fuerzas de seguridad aumentaron su presencia en calles y zonas residenciales. Las protestas de 2017 terminaron con más de 160 muertos y miles de detenciones. Las sanciones de 2018 y 2019, sumadas al embargo petrolero, golpearon duramente la economía. De forma paralela a la depauperación económica, surgió una erosión institucional.
Bajo el amparo del gobierno de Nicolás Maduro y de las fuerzas oficiales surgieron economías ilegales dentro y alrededor de organismos públicos: contrabando de combustible, cobros irregulares, circulación de mercancías sin control aduanero y redes de corrupción en puertos y aeropuertos.
Venezuela se convirtió en un punto clave en las rutas de cocaína hacia África Occidental y Europa. Su extensa costa, la merma de vigilancia y la corrupción permiten la circulación de embarcaciones sin supervisión efectiva. A eso se suma el desplazamiento de las bandas de delincuencia –satélites de las fuerzas armadas y grupos paramilitares– hacia zonas de explotación ilegal como el Arco Minero del Orinoco, donde se lleva a cabo la extracción ilegal de riquezas, la trata de blancas y el tráfico de personas.

Apagón democrático

Tras la acusación por narcoterrorismo contra Maduro, el Gobierno reforzó el uso combinado de fuerzas militares, policiales y civiles armados para labores de control interno. Para 2021, la pobreza alcanzó niveles históricos y amplias zonas del país quedaron supeditadas a estructuras locales con acceso a armas o respaldo institucional.
Incapaz de movilizar a sus bases, sobre todo en los rincones más empobrecidos, el régimen de Maduro cruzó todas las líneas, incluido el desconocimiento de la victoria de la oposición en julio de 2024. En solo dos días se registraron 915 protestas en 20 estados; 138 fueron reprimidas. Hubo entre 24 y 25 personas asesinadas por armas de fuego, más de 2.200 detenciones y al menos 50 desapariciones forzadas de corta duración.

Mientras suenan tambores de guerra en el Caribe
El país afronta una combinación letal: aislamiento aéreo, tensión internacional, represión interna creciente, pobreza estructural y control territorial fragmentado

En 2025, Provea destacó el caso del abogado Eduardo Torres, detenido el 9 de mayo. Durante cinco días ningún organismo admitió su paradero. Solo el 13 de mayo la Fiscalía reconoció su detención sin ofrecer detalles. Continúa desaparecido. Otros casos incluyen a Perkins Rocha y Biaggio Pilieri, detenidos en 2024 y mantenidos incomunicados en el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). La desaparición temporal de la defensora Rocío San Miguel sigue citándose en informes internacionales.
Foro Penal registró en julio de 2025 un total de 807 presos políticos; 44 estaban desaparecidos o incomunicados. Entre abril y noviembre de 2025 documentaron entre 37 y 59 desapariciones forzadas o incomunicaciones prolongadas.
Venezuela enfrenta una combinación letal: aislamiento aéreo, tensión internacional, represión interna creciente, pobreza estructural y control territorial fragmentado. Mientras Estados Unidos incrementa su presencia militar en el Caribe y el Gobierno refuerza su discurso de resistencia, la vida cotidiana se reduce a resolver lo inmediato y evitar riesgos innecesarios. Reina la incertidumbre y la oscuridad total del apagón democrático.

Al volante por la zona de muerte del frente para abastecer la defensa ucraniana

Ser rápido es la segunda regla básica. Tener temple, la primera. En menos de un minuto, Sitka vacía el maletero cargado de drones. Dos soldados que no pasan de los 22 años acuden a su encuentro. La desolación del lugar todavía no les ha … arrebatado la tímida sonrisa. El zumbido de un dron FPV paraliza unos segundos la escena.
«Es nuestro, tranquilos», apunta otro de los defensores. A diez kilómetros de la asediada ciudad de Pokrovsk, el silencio parece haberse extinguido. La tierra vibra a golpe de impacto de los proyectiles. Igor empuña su fusil y sus ojos recorren el cielo plomizo del Dombás. La entrega se completó. Ahora toca volver: «Esto para mí es lo más peligroso», desliza con tranquilidad Sitka, conductor de la 20ª Brigada Independiente de Sistemas No Tripulados K-2.
Los sentidos que más se agudizan durante el trayecto son la vista y el oído. Las ventanillas del coche nunca se cierran del todo. Hay que tratar de anticipar el traqueteo mecánico de los aparatos voladores. Un perro baja corriendo por una pequeña cuesta de tierra flanqueada por casas destartaladas. El solitario animal esquiva con destreza el vehículo.

Las redes antidrones que cubren las carreteras y caminos del Donetsk libre quedaron atrás. Todavía hay destellos del pasado concentrados en un cartel de cortesía que desea un «camino feliz». Más adelante el esqueleto de un coche permanece olvidado en una suerte de arcén.
Sitka, con la mirada fija en la carretera y gesto serio, no dice palabra. Igor, en el asiento trasero, tampoco. Los ojos del conductor se posan continuamente en el monitor que recibe las imágenes de drones cercanos y vuelven a la ruta. El mensaje «no signal» no se borra de la pantalla del aparato. Eso es bueno. No detecta drones cerca.

«El mejor momento es cuando la noche y el día casi se tocan. El problema es que ahora los drones pueden ver muy bien todo el tiempo»

Sitka
Conductor de la 20ª Brigada K-2

Hay que hacer una segunda parada antes de volver y la misión del día estará cumplida. «El mejor momento es cuando la noche y el día casi se tocan. No dura mucho. El problema es que ahora los drones pueden ver muy bien todo el tiempo», destaca Sitka.
El vehículo atraviesa carreteras con escaso asfalto en algunos tramos. En otros son vías de pura tierra y barro. Parece casi imposible que estos caminos puedan soportar velocidades prohibidas en algunas autovías. Las estampas de vida cotidiana en la ruta son, por momentos, surrealistas: vacas pastando tranquilas, tractores obcecados con las cosechas y vecinos que disfrutan de un café cerca un edificio destruido. La vida, al final, se impone.

Llantas y drones

El frente se está automatizando con el despliegue masivo de drones y también robots terrestres. Aunque el factor humano sigue siendo esencial para frenar al invasor. Una de las ventajas de las tropas ocupantes es la cantidad de personal. Por el contrario, Ucrania adolece de escasez de soldados para cubrir una línea de contacto de más de 1.000 kilómetros.
A pocos meses de cumplirse el cuarto aniversario de la invasión, el conflicto dejó atrás gran parte de los sistemas tradicionales y ahora se multiplican aparatos vanguardistas igual de letales. Es aquí donde se mueven los pilotos militares tratando de esquivar la muerte kilómetro a kilómetro. La denominada zona de aniquilación se ensancha cada vez más hacia una retaguardia desdibujada y poco segura.
Sitka y los cientos de conductores del Ejército de Ucrania arriesgan el pellejo prácticamente a diario parar entregar suministros, evacuar a sus compañeros de armas heridos o realizar las rotaciones desde las posiciones más críticas. Los relevos de personal militar en la primera línea son más dilatados en el tiempo.

En ruta por la línea del frente
Sitka, conductor de la brigada K-2, durante un viaje al frente de Porkrovsk; redes antidrones cubren las carreteras principales que abastecen al frente; Igor, miembro de la brigada K-2, vigila en cielo en un momento del trayecto
Miriam González

A principios del mes de noviembre se hizo pública una noticia que ilustra la realidad de esta guerra. Dos soldados del 138º batallón de las Fuerzas de Defensa Territorial, Oleksandr Tishayev y Oleksandr Alikseenko estuvieron 165 días seguidos en el frente. La infantería ha sido tradicionalmente el oficio más peligroso; ahora, con la plaga de drones y minas, los conductores se sitúan también en las primeras posiciones de riesgo.
Los vehículos de todo tipo asisten también al salto tecnológico que ya define los nuevos conflictos armados. Las antenas para desviar drones parapetan los capós y los monitores que captan las imágenes de los aparatos tienen su lugar asignado en el salpicadero. Este medio de transporte sigue siendo básico para la logística y un blanco a abatir para el enemigo.

La llamada del comandante

Definir la ruta adecuada para llegar a la posición es la primera tarea de cualquier conductor. Igor y Sitka mencionan varios asentamientos que conocen de memoria. Han llegado a un acuerdo mientras cargan los drones que van apoyar a los últimos soldados ucranianos que defiendan la ciudad de Pokrovsk. Por delante queda un viaje largo para los kilómetros a recorrer.
El teléfono de Sitka suena, es su comandante de batallón. «Yo lo respeto mucho. Él siempre quiere estar cerca de los soldados. Sólo me llamó para preguntarme por mi estado de ánimo hoy. Nuestra brigada es muy buena», dice con orgullo.
Ya en marcha el conductor bromea diciendo que «esto es una excursión» mientras suena de fondo ‘Houdini’, de Dua Lipa. Hay todavía margen para la tranquilidad antes de irrumpir en terreno crítico y en este tiempo hasta se cuela el último tema de Rosalía cantando en ucraniano.
«Lo mejor de mi trabajo es cuando hago evacuaciones. Es también lo más peligroso. Pero cuando logro llevar a los chicos heridos a lugar seguro, entonces puedo respirar», relata Sitka. El militar de 36 años tiene un ánimo envidiable para la circunstancia y le sobra temple. «Una vez conté hasta 19 drones FPV cerca de mí. Uno pasó justo al lado de mi coche. Otra vez vi desde este monitor cómo uno de nuestros aparatos abatía un shahed y en varias ocasiones vi mi coche en esta pantalla. Hasta ahora nunca he sigo golpeado por esto aparatos. Mis padres me protegen desde el cielo», confiesa.
Poco después, el monitor recoge una imagen nítida del inmenso campo ucraniano, no lejos, claro está, de la carretera por la que circulamos.
—¿Crees que es un dron enemigo?— pregunto.
—No creo, será de los nuestros— dice mientras observa de reojo.
La pantalla vuelve a mostrar «no signal». Avanzamos y volvemos a parar. Los soldados desde la posición avisan de que es necesario esperar. Hay muchos drones rusos. Cuando se despeje un poco, Sitka pisará a fondo el acelerador una vez más.

«¿Para qué murieron entonces?»

Después de casi cuatro años de invasión a gran escala, las tropas del Kremlin no han sido capaces de tomar por completo la región de Donetsk. Una provincia controlada parcialmente por Moscú desde hace una década.
Más de quince meses han estado los rusos tratando de arrancar Pokrovsk del control ucraniano. La caída de esta urbe de tamaño medio será presentada por Putin como una prueba de que la guerra se decanta a su favor. Sin embargo, el cinturón de ciudades fortaleza de esta región –encabezadas por Slovianks y Kramatorsk– resisten la embestida en tierra y aire. Y los soldados no se rinden.
Rusia presiona con todo lo que puede en el frente para distanciar a Washington de Kiev. El combate también está en los despachos de líderes extranjeros lejos del control militar. Vladímir Putin demanda que se le entregue Donetsk y Trump coquetea con la idea. El presidente norteamericano dirige otra vez la presión hacia el invadido con idas y vueltas en las conversaciones de paz.

«¿Para qué murieron todos nuestros soldados? ¿Todos estos muertos para terminar entregando Donetsk?»

Bear y Andrei
Conductores de la 24ª Brigada Mecanizada

Bear y Andrei, conductores de la 24ª Brigada Mecanizada, se preguntan: «¿Para que murieron entonces todos nuestros soldados? ¿Todos estos muertos para terminar entregando Donetsk?». Estos chóferes, días atrás, salvaron la vida de varios vecinos que permanecían cerca de la aniquilada ciudad de Chasiv Yar.
La diplomacia es clave y los titulares también llegan hasta el frente. Pero esta vorágine informativa se siente lejos de Donetsk. Aquí los días se resumen en resistir con vida frente a un invasor insaciable.
Sitka deja atrás las posiciones con sus suministros. La siguiente parada es una pequeña cafetería ya en el camino de vuelta. «Yo nunca puedo comer cuando trabajo», anota, mientras pide un café.
El mercurio del termómetro permite apurar un cigarro en una terraza improvisada. La calma es esquiva todavía. El sonido de un shahed se vigoriza. Nadie se levanta hasta que termina la bebida. Sitka enciende la calefacción del coche, sube un poco el volumen de la música y confiesa que, quizás, aquel dron que captó el monitor sí era enemigo.

Los aviones Awacs evidencian el divorcio militar entre EE.UU. y la UE

La flota de 14 aviones de alerta temprana (Awacs) que tiene la Alianza Atlántica, y que son esenciales para la vigilancia de grandes áreas del espacio aéreo estratégico de Europa, podría tener sus días contados. La inesperada retirada de Estados Unidos del programa … para renovar estos aparatos ha dejado al resto de los aliados en una situación inesperada que excluye de momento cualquier decisión para sustituirlos, ahora que están llegando al final de su vida útil. España es uno de los países que dependen completamente de los aparatos de la OTAN porque no dispone de ninguno propio.
Estados Unidos apenas disimula ya su pérdida de interés en el futuro de la OTAN, como se volvió a demostrar la semana pasada con la inédita ausencia del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, en una reunión regular de ministros de Exteriores aliados. En otros tiempos, esta paulatina desconexión sería considerada como un elemento de poca importancia, pero en las actuales circunstancias, con la amenaza real de una agresión rusa, reviste una trascendencia muy particular para los europeos.
Aunque no todos los países participan en este programa, la flota de 14 Boeing E-3A de la OTAN es el único elemento militar físico que pertenece a la OTAN. Todos los aparatos están inscritos con matrícula de Luxemburgo por ser un país que en 1982, cuando se adquirió el primero, no disponía de aviación propia. Los aviones operan desde la base de la OTAN en Geilenkirchen, en Alemania, situada en la misma frontera con Holanda, y proporcionan la principal capacidad de alerta temprana y gestión de combate para la alianza.
El sistema es esencial para la vigilancia del espacio aéreo a lo largo del flanco oriental de la OTAN, para dirigir operaciones aéreas complejas y al mismo tiempo ha sido utilizado como elemento simbólico de protección antiterrorista en acontecimientos especiales en los países miembros.

Hace ya tres años que la Alianza había decidido poner en marcha el programa para reemplazar los Boeing E-3A que serán retirados en 2035. La opción más simple era la de sustituirlos por una flota inicial de seis Boeing E-7 Wedgetails, basados en los que fueron diseñados para la fuerza aérea australiana y operan desde hace una década.
Sin embargo, el anuncio de que Estados Unidos ya no estaba interesado en renovar el programa Awacs de la Alianza ha supuesto una ducha fría para el resto de aliados, que se tienen que retirar de este programa debido al aumento de coste que supondría la ausencia del principal socio en la OTAN.
El Ministerio de Defensa holandés, en nombre de la Alianza Atlántica, anunció la cancelación de la adquisición debido a que este programa habría perdido su «base estratégica y financiera» si no participa Estados Unidos y, al mismo tiempo, «demuestra la necesidad de invertir en la industria militar europea».

España es uno de los países que dependen completamente de los aparatos de la OTAN porque no dispone de ninguno propio

Según fuentes norteamericanas, las razones por las que el Pentágono ya no está interesado en este sistema estarían vinculadas al desarrollo de otras tecnologías que permiten obtener los mismos resultados y, además, no son tan vulnerables como los E-7.
Los expertos consideran que para Estados Unidos es más práctico utilizar sus propios sistemas, basados en su capacidad en materia de satélites o incluso drones, que compartir con los aliados europeos la flota de Awacs de la OTAN. El Pentágono podría comprar para uso privativo más aparatos del también norteamericano Grumman E-2 , que ya utiliza como Awacs.

Un director táctico de Awacs de la OTAN evalúa la situación aérea y terrestre a bordo de uno de sus aparatos

afp

Tecnología propia

Si los Awacs dejan de ser un activo aliado, es evidente que los europeos deberán apostar por su propia tecnología. Por ahora, Francia, que no forma parte del programa de la OTAN, es el único que tiene Grumman E-2 por su capacidad de operar desde un portaviones, y también dispone de E-3A propios.
El Reino Unido, que tampoco participa en el programa actual de la OTAN, también ha comprado su propio E-7. Polonia, miembro del sistema colectivo de la Alianza, ha tomado la delantera a los acontecimientos y ya ha pedido en firme un E-7.
Airbus ha fabricado una unidad basada en el Casa C295 AEW, pero ni siquiera España se ha interesado por comprarlo. De modo que la única opción disponible en estos momentos serían los nuevos GlobalEye fabricados por la sueca Saab, que utilizan como base el avión canadiense Bombardier Global 6000 de largo alcance.

Un aparato más silencioso
Hasta que ha sido suspendido el programa para sustituir las actuales unidades, las especificaciones que se estaban considerando para reemplazar los E-3A incluyen un fuselaje basado en el Boeing 737, motores CFM56, una autonomía de aproximadamente 6.400 kilómetros y el radar MESA de Northrop Grumman. No se sabe si esas características se mantendrán si el programa se redefine con otros socios, pero lo que ha quedado claro es que tendrá que ser un aparato más silencioso porque los vecinos de los alrededores de la base de Geilenkirchen, tanto alemanes como holandeses, se quejan desde hace tiempo de las molestias que les causan los despegues y aterrizajes de los Awacs. Estos aviones pueden permanecer en vuelo durante ocho horas, por lo que en ocasiones ha sido necesario utilizar convenciones prácticas para la convivencia en el aire de militares de hasta 15 países.

En estos momentos existen programas financiados por la Unión Europea precisamente para favorecer las compras de material comunitario y que podrían ayudar a decidir a muchos países. El problema es que lo más práctico sería volver a compartir esos medios militares dentro de la OTAN o hacerlo de espaldas a Estados Unidos, lo que podría ser mal interpretado desde Washington. O esperar a que un futuro inquilino de la Casa Blanca pueda cambiar de opinión.

Rusia responde con bombardeos masivos a la infraestructura energética de Ucrania a la exigencia de «una desescalada» de Kiev y Washington

Las explosiones retumbaron en la capital de Ucrania minutos después de conocerse el resultado de la última reunión celebrada este viernes entre las delegaciones Kiev y Washington. El esfuerzo diplomático continuará este sábado mientras una eventual tregua sigue distante y la guerra no cesa.
En la noche de San Nicolás, mientras miles de niños ucranianos se apuraban para conciliar el sueño a la espera de sus regalos, Rusia obligó a todo un país a soportar una nueva vigilia. Moscú ejecutó un nuevo bombardeo masivo contra el país vecino. El objetivo del ataque ha sido, una vez más, la infraestructura energética.
La campaña metódica rusa pretende minar la moral de un país que afronta el cuarto invierno en guerra. Aunque los apagones ya son diarios y constantes en las principales ciudades, tras el bombardeo, al menos seis regiones tuvieron que aplicar cortes de emergencia.

Las fuerzas invasoras lanzaron, según la Fuerza Aérea de Ucrania, 653 drones y 53 misiles balísticos y de crucero. En total se registraron hasta 60 ataques en 29 puntos diferentes. Los destrozos afectaron a instalaciones de transmisión, generación y distribución de electricidad.
El viceprimer ministro para la Recuperación y ministro de Desarrollo Comunitario y Territorial, Oleksiy Kuleba, manifestó en su canal de Telegram que «las instalaciones de generación de electricidad y calor en las regiones de Chernígov, Zaporiyia, Leópolis y Dnipropetrovsk fueron atacadas. Los equipos de reparación ya están trabajando en la restauración».
Kuleba informó sobre ataques contra puertos y nudos ferroviarios. En la región de Odesa casi 10.000 personas se quedaron sin electricidad y más de 30.000 sin suministro de agua, dijeron las autoridades locales.

Otra noche de vigilia en Ucrania
Los bombardeos rusos alcanzaron cerca de 30 puntos diferentes. En las imágenes, los sufridos en Slobozhanske, en la región de Dnipro, y Kiev, y una estación de metro de la capital donde se refugiaron numerosos ciudadanos
Afp / Reuters

El bombardeo alcanzó hasta a las provincias de Kiev, Chernihiv, Leópolis, Odesa, Zaporiyia, Dnipropetrovsk, Mykolaiv, Járkov y Poltava. La empresa energética de DTEK afirmó que sus centrales térmicas sufrieron daños. Vitaliy Zaichenko, jefe del operador de red estatal de Ucrania, Ukrenergo dijo al ‘Kyiv Independent’, que este ataque había sido «bastante severo».
El director del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), Rafael Grossi, destacó que, por primera vez desde el inicio de la invasión a gran escala, la central nuclear de Zaporiyia, perdió totalmente la energía externa durante media hora.

Continúan las negociaciones

Entre tanto, la nueva ronda de conversaciones de paz auspiciada por la Administración Trump sigue su curso en Florida. Se trata de la sexta reunión entre los equipos de Kiev y Washington en dos semanas. El diálogo se produce tras el encuentro entre Steve Witkoff, enviado de la Casa Blanca para Rusia, y Jared Kushner, yerno de Trump, con el presidente ruso, Vladímir Putin, esta misma semana. «Los participantes analizaron los resultados de la reciente reunión de la parte estadounidense con Rusia y las medidas que podrían conducir al fin de esta guerra», destaca el comunicado del Departamento de Estado.

«El progreso real hacia cualquier acuerdo depende de la disposición de Rusia a mostrar un compromiso serio con la paz a largo plazo, incluyendo medidas para la desescalada y el cese de los asesinatos»

Rustem Umerov
Jefe de la delegación ucraniana en las conversaciones de paz

El jefe de la delegación ucraniana, Rustem Umerov, informó de que las discusiones continuarán también este sábado. Según Umerov, tanto los representantes de Estados como de Ucrania coincidieron en que «el progreso real hacia cualquier acuerdo depende de la disposición de Rusia a mostrar un compromiso serio con la paz a largo plazo, incluyendo medidas para la desescalada y el cese de los asesinatos».
Los enviados de Kiev resaltan que la clave de cualquier acuerdo es mantener la soberanía y asegurar la protección del país. Los equipos abordaron también cuáles serían las capacidades necesarias que necesitará Ucrania para disuadir a Rusia de futuros ataques.
Otro punto importante sobre el que versaron las conversaciones es una «agenda de prosperidad futura que apunta a apoyar la reconstrucción de Ucrania después de la guerra, las iniciativas económicas conjuntas entre Estados Unidos y Ucrania y los proyectos de recuperación a largo plazo», añadió Umerov en su mensaje.
Washington, como ya ha destacado en numerosas ocasiones el presidente norteamericano, está interesado en una paz rápida en Europa. Una idea plasmada en la nueva Estrategia de Seguridad de Estados Unidos publicado esta semana. El documento avanza una retirada de la presencia estadounidenses de Europa, instando a los aliados a encargarse de su propia seguridad.
«Un interés central de EEUU es negociar un cese rápido de las hostilidades en Ucrania, a fin de estabilizar las economías europeas, evitar una escalada o expansión no deseada de la guerra», reza el texto. Añade, además, que es preciso «restablecer la estabilidad estratégica con Rusia, así como posibilitar la reconstrucción de Ucrania». Idea de difícil aplicación en la realidad actual.

Respuesta ucraniana

El Ejército ucraniano, por su parte, informó este sábado de que las fuerzas ucranianas han atacado la refinería de petróleo rusa de Riazán, así como una planta de fabricación de casquillos.
El Ejército indicó que la refinería y la planta de fabricación de casquillos, ubicadas en Alchevsk, en la región ocupada de Lugansk, fueron atacadas durante la madrugada del sábado, pero no proporcionó detalles de los ataques.

Cierran la Torre de Londres tras el ataque con natillas y tarta de manzana a la vitrina de la corona

Se ha decretado el cierre inmediato al público en la Torre de Londres después de que varios activistas atacaran con comida la vitrina que protege la Corona del Estado Imperial, una de las principales piezas de las Joyas de la Corona británicas. … Las autoridades han calificado el incidente como un acto de daños criminales y han abierto una investigación policial en el lugar, según ‘Sky News’ y ‘BBC’.
Según las primeras informaciones, los manifestantes habrían lanzado natillas y tarta de manzana contra la urna que alberga la corona citada, manchando y dañando el cristal de seguridad de la exposición. La pieza forma parte del conjunto de Joyas de la Corona que se exhibe en la Torre de Londres y que constituye uno de los principales reclamos turísticos e históricos del país.

Según las publicaciones en redes sociales de las organizaciones Take Back Power y Just Stop Oil, la acción ha sido llevada a cabo en protesta por las desigualdades entre ricos y las personas sin hogar que «mueren en las calles», han indicado. Tras el ataque, una de las activistas ha indicado que esta es una de las épocas «más peligrosas del año» para los sin techo, «mientras los multimillonarios compran influencia política», sentenciaban.

Respuesta policial y detenciones

La Policía fue alertada poco antes de las 10.00 de la mañana de este sábado y desplegó rápidamente agentes en coordinación con el cuerpo policial de la City de Londres y el personal de seguridad del recinto. Cuatro personas han sido detenidas bajo sospecha de daños criminales y permanecen bajo custodia mientras se desarrollan la investigación para determinar los motivos exactos y el posible vínculo con acciones de protesta organizadas, apuntan desde BBC.