¿Por qué el sórdido caso Epstein es tan letal para Trump?
Donald Trump irrumpió hace una década surfeando sobre la ola de la antipolítica. Uno de sus reiterados argumentos es que el Gobierno federal solamente sirve para mentir, robar y encubrir. Reproche que el actual presidente supo respaldar con la política de la post-verdad … inventada por Putin, pero con alumnos aventajados por todo el mundo.
En su segunda encarnación presidencial, Trump ha utilizado esta excusa para desmantelar con ayuda de la motosierra de Elon Musk toda clase de instituciones gubernamentales condenadas por MAGA. Con la terrible ironía de que la Administración Trump es probablemente la que más ha mentido, robado y encubierto en toda la historia de la Casa Blanca.
Junto al desguace del Gobierno federal, Trump también ofreció arrojar luz sobre toda clase de misterios que fascinan a la oscura caverna conspiranoica de Estados Unidos: desde los ovnis hasta el asesinato del presidente Kennedy, incluido también el caso Epstein. Una saga en la que no falta ni un detalle repugnante: el drama de menores abusadas, la implicación de individuos de muy alto perfil y el cuestionado suicidio del financiero encarcelado en 2019.
Por supuesto, el presidente ha jugado con todo esto como prueba irrefutable de la existencia de un nefario estado profundo que hace y deshace con total impunidad. Pero con un gravísimo problema: Trump aparece en los documentos del caso Epstein más que en las páginas del ‘New York Times’. Y, tras intentar tapar lo imposible, al final una excepcional mayoría en el Congreso compuesta por demócratas y trumpistas ha forzado al Departamento de Justicia a divulgar todo, no solamente lo que salpica a Bill Clinton.
El presidente insiste en que no hay nada de nada en el caso Epstein. Por no haber, no habría ni una lista de implicados en la que, según Elon Musk, aparece el propio Trump. Pero sus seguidores siguen obsesionados con hacer rendir cuentas a una élite arrogante y corrupta que se cree por encima de la ley. Lo que viene siendo una definición perfecta del trumpismo, o del sanchismo.

