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Noboa marcha contra la Corte Constitucional por bloquear sus leyes

En un hecho político sin precedentes, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, protagonizó este martes una multitudinaria marcha en contra de la Corte Constitucional (CC), devenida en enemiga pública del Gobierno. Este acto inédito hasta ahora se produce después de que el alto … organismo suspendiera, de manera provisional, varios artículos de las leyes de Solidaridad Nacional, Inteligencia e Integridad Pública, que contenían temas delicados y controvertidos, que fueron enviadas por el Ejecutivo al Congreso con el carácter de económico urgente, y aprobadas con celeridad, por la mayoría oficialista.
A las 11 de la mañana, Noboa se incorporó a la marcha, a la que se unieron miles de personas llegadas a Quito desde varias provincias, y enfiló hacia la sede de la CC. «No vamos a permitir que se nos pare, que el cambio se quede estancado por nueve personas que ni siquiera dan la cara», dijo el presidente en referencia a los jueces constitucionales. En la marcha participaron los ministros del Gabinete y los asambleístas del movimiento ADN, en el poder, quienes alentaron a los simpatizantes, muchos de los cuales dejaron sus puestos de trabajo en las instituciones públicas para apoyar al Gobierno.
Los primeros que recorrieron la ruta de la marcha fueron sorprendidos por la presencia de grandes pancartas, con la imagen de los nueve magistrados, en la que se podía leer: «Estos son los jueces que nos están robando la paz».

Las redes se inundaron de críticas, pero los más próximos al Gobierno defendieron la iniciativa. Así el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, que participó en la marcha, argumentó que los magistrados «deben dar la cara».
Por su parte, la directora para las Américas de Human Rights Watch (HRW), Juanita Goebertus, criticó la iniciativa: «Los ataques a los jueces de la Corte son inaceptables y atentan contra la independencia judicial y el Estado de derecho», escribió en X. También Amnistía Internacional hizo un llamado al Gobierno del presidente Noboa y a las autoridades a respetar la independencia judicial, esencial para la protección de los derechos humanos.
La propia CC, en un comunicado, denunció que la exhibición de los rostros de los jueces constituye una estigmatización que incrementa el riesgo de seguridad personal y afecta la independencia del organismo.

En la marcha apareció una pancarta con la imagen de los nueve magistrados, en la que se podía leer: «Estos son los jueces que nos están robando la paz»

AFP

Después de que Noboa convocara la semana pasada la marcha en contra de la CC comenzó una intensa campaña para cuestionar a los jueces constitucionales. A esto se suma la intención de Noboa de que los magistrados puedan ser destituidos en un juicio político. Para ello, ha incluido una pregunta en el referéndum popular convocado el próximo mes de diciembre.
El pasado fin de semana en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca se pudieron ver enormes pantallas en las que, de forma electrónica, se contaban el número de asesinatos en el país y se responsabilizaba a la CC.

«Los ataques a los jueces de la Corte son inaceptables y atentan contra la independencia judicial», denunció HRW

La pugna entre el Ejecutivo y la Corte Constitucional resulta paradójico pues desde que Noboa llegó al poder, en noviembre de 2023, la CC ha aceptado a trámite, de manera íntegra, 17 medidas de las 36 planteadas por Noboa; y siete de forma parcial o con ajustes. También la Corte le permitió que designara a la secretaria de la Administración, Cynthia Gellibert, como vicepresidenta de la República encargada en los días de enfrentamiento con Verónica Abad, quien fue elegida en las urnas.

La discordia

Las leyes motivo de la discordia contienen temas que han merecido la crítica de los constitucionalistas, de la academia y de los defensores de los derechos humanos.
En la Ley de Solidaridad, por ejemplo, la CC suspendió de manera preliminar artículos que otorgaban a Noboa la prerrogativa del ‘indulto anticipado’ para policías y militares procesados por delitos cometidos durante el estado de ‘conflicto armado interno’; también facultaba al sistema nacional de inteligencia para solicitar información a empresas telefónicas y otras entidades, y a los agentes encubiertos a usar identidades falsas.
Al término de la marcha, se supo que al menos tres personas resultaron heridas por la caída de una valla gigante sacudida por el viento. Fueron atendidos por la Cruz Roja y trasladados a una casa de salud.

Primera noche bajo control federal: Washington despierta con patrullas del FBI, DEA y la Guardia Nacional

Esta noche, en la capital federal de Estados Unidos, ya se han visto las primeras señales del control federal ordenado por Donald Trump. Reina una tensa calma en una ciudad que se adentra en terreno inexplorado.Agentes del FBI patrullaron zonas de ocio como … U Street y Navy Yard, mientras efectivos de la agencia antidroga DEA inspeccionaban campamentos de personas sin hogar y la Policía de Parques borraba pintadas con productos químicos. Helicópteros policiales sobrevolaron el centro de Washington durante la noche.
Bajo el puente de Key Bridge, que conduce al acomodado barrio de Georgetown, aparecieron uniformados del Servicio de Inmigración en busca de indocumentados. En redes sociales circularon fotos de operativos conjuntos con el FBI, la agencia de control de armas y la Policía de Parques mostrando armas y drogas incautadas.

En algunas zonas de la ciudad, especialmente en las más conflictivas, se vieron furgonetas de la Patrulla Fronteriza, una presencia insólita en una ciudad situada a miles de kilómetros de cualquier cruce fronterizo.
En paralelo, se preparan turnos de 200 soldados de la Guardia Nacional para vigilar cruces estratégicos y reforzar la presencia en los barrios con mayor criminalidad. El despliegue alcanzará un máximo de 800 reservistas, en lo que el presidente describió como un gran operativo para «liberar Washington».

El ‘sherrif’ Trump

La capital de Estados Unidos está ya tomada por el Gobierno federal. Trump es, al mismo tiempo, presidente y alguacil, pues controla, a través de su gabinete, la policía y la seguridad de la ciudad. Washington siempre ha tenido un autogobierno muy limitado, sin representación real en el Capitolio, y ahora queda aún más maniatada.
Desde el fin de semana, antes incluso de que Trump anunciara oficialmente la intervención federal en la seguridad de la ciudad, la presencia de fuerzas federales comenzó a notarse de forma evidente en las calles: agentes con chalecos antibalas en los cruces, controles aleatorios en las salidas, helicópteros y drones en misiones de reconocimiento. Se trataba de un reconocimiento previo, la preparación de un dispositivo que ahora, tras el anuncio del lunes, es plenamente visible.
La toma de control incluye tareas específicas para cada agencia: el FBI se encargará de combatir la delincuencia, la DEA de buscar armas, y la fiscalía federal de instruir denuncias con el objetivo de disuadir la reincidencia. Trump ha prometido una presencia «abrumadora» e «imparable» en la ciudad, con más de 500 agentes federales ya desplegados y un refuerzo adicional de 800 soldados de la Guardia Nacional.

Mano dura contra el crimen

El presidente ha designado al jefe de la DEA, Terry Cole, como comisionado interino de la Policía Metropolitana, con el encargo de coordinar la operación junto a la jefa local, Pamela Smith. Cole tendrá en sus manos el futuro de la ciudad, y Trump ya le ha advertido públicamente que lo destituirá si «se muestra blando».
La estrategia incluye un claro elemento de disuasión. En una intersección de la calle 12, un accidente menor entre un coche y un ciclomotor atrajo a dos docenas de agentes, algunos con pasamontañas y uno con rifle, ante la mirada de vecinos y turistas que tomaban café o helado. No muy lejos, uniformados pedían a una persona sin hogar que recogiera sus pertenencias y abandonara el lugar.
Trump no explicó dónde serían trasladadas las personas desalojadas, aunque la semana anterior ya había advertido en redes sociales que, si Washington «no se pone las pilas», impondría un control federal total para «poner a los criminales sobre aviso».
Una protesta contra la toma de control de la Policía reunió a un grupo reducido de manifestantes a pocas calles de la Casa Blanca. Entre abucheos, políticos demócratas y activistas denunciaron la medida como un acto de «autoritarismo» y un «ataque a una ciudad de mayoría negra, interpretando la declaración de «emergencia por criminalidad» como un pretexto político.
Aunque la alcaldesa, Muriel Bowser, calificó el despliegue de «inquietante», aceptó que la ley le obliga a cooperar. Los asistentes expresaron preocupación por la pérdida de la ya limitada autonomía de la capital, acusando a Trump de querer convertir esta en un ejemplo de mano dura contra una ciudad demócrata sin representación plena en el Congreso.

Al menos 68 migrantes muertos y varios desaparecidos en un naufragio en Yemen

04/08/2025

Actualizado a las 10:03h.

Al menos 76 migrantes murieron y decenas más fueron declarados desaparecidos tras el naufragio de una embarcación en aguas de Yemen, informó el lunes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), según recoge AFP.
El accidente ocurrió frente a la provincia de Abyan, en el sur de Yemen, un destino frecuente de barcos que trafican con inmigrantes africanos que esperan llegar a los ricos Estados del Golfo.

Algunos de los rescatados han sido trasladados a Adén, en Yemen, cerca de Abyan, dijo un funcionario de seguridad.

La agencia de la ONU, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), había dado anteriormente un balance de al menos 68 muertos.

Cinco años después de la gran explosión en el puerto de Beirut, las familias de las víctimas aún esperan justicia

Hace justo cinco años, el 4 de agosto de 2020, Beirut sufrió una de las mayores explosiones registradas en el mundo. Una tragedia que destruyó parte de la capital libanesa, se cobró la vida de 235 personas, hirió a 6.500, dejó a más de … 300.000 sin hogar y traumatizó a toda la población. En esta ciudad azotada por la guerra durante buena parte de su historia reciente, curiosamente no fue una explosión provocada por un bombardeo o un ataque terrorista, sino un accidente.
Un incendio en un almacén del puerto de Beirut, donde se guardaban sin las pertinentes medidas de seguridad 2.750 toneladas de nitrato de amonio que habían sido confiscadas a un barco en 2014, causó la detonación, equivalente a 3.000 toneladas de TNT. Su estruendo hizo temblar la tierra como si fuera un terremoto de magnitud 3,3 que se sintió en Turquía, Siria e Israel y hasta se escuchó en la isla de Chipre, a 240 kilómetros.
Cinco años después, la verdad de aquella catástrofe no ha sido revelada aún y el crimen permanece sin castigo. Desconsolados, los familiares de las víctimas siguen exigiendo justicia, como Mireille Khoury, quien perdió a su hijo, Elías, de 15 años. «Nuestra casa está a unos 200 metros de los silos de grano (donde se almacenaba el nitrato de amonio). En un minuto, mi vida cambió: mi hija Nour resultó herida, y también mi hijo Elías y yo. No podíamos entender qué estaba pasando: vimos el fuego y oímos las sirenas. Pensamos que los bomberos lo iban a controlar. Ni siquiera oí la explosión, pero de repente me encontré con las paredes de la casa sobre la cabeza; estábamos sangrando. Cuando recuperé la consciencia, pensé que era el fin del mundo. Y entonces nos llevaron a cada uno a un hospital en motocicletas que aparecieron en la calle. Elías permaneció en coma durante 14 días. Al principio, no pude verlo en el hospital porque yo también estaba hospitalizada en otro centro».

Nour, la hermana de Elías, explica: «Yo estaba en una sala normal, pero mi hermano estaba en cuidados intensivos. No podía verlo. Perdió el conocimiento inmediatamente y luego entró en coma».
Mireille continúa: «No sabía la gravedad de su estado porque tuve que permanecer en el hospital 14 días, confinada a una silla de ruedas. Me llevaron a ver a mi hijo dos veces, pero me dijeron que lo estaban anestesiando para que no sufriera. Finalmente, pude salir del hospital. Al día siguiente, me llamaron para que fuera urgentemente a ver a mi hijo. La persona que yo era murió ese día con mi hijo. Mira la sonrisa angelical de mi hijo –dice mostrando su retrato–. No puedo creer que haya muerto. No encuentro palabras para describir la rabia que sufro, la sensación de injusticia que siento. Todas las naciones que hablan de derechos humanos, que han perdido a sus conciudadanos, ¿por qué aceptan haberlos perdido sin que se haga justicia? ¿Por qué los abandonan?».

Mireille Khouri, en la imagen con su hija Nour, perdió a su hijo Elías, de 15 años

Nathalie Duplan

Con respecto a los compromisos asumidos por el primer ministro y los titulares de Cultura y Asuntos Sociales, Mireille comenta: «Esta es la primera vez que el Gobierno apoya nuestra causa. Es un primer paso».
Nour, médico interno que tenía 20 años en 2020, se siente tentada por el exilio como muchos jóvenes del Líbano: «Si mis padres no vivieran, no me habría quedado en este país porque todo lo que se ha hecho demuestra que no valemos nada para ellos. Más de 200 personas pueden morir y no pasa nada. Durante cinco años, nada ha cambiado. El nuevo Gobierno necesita enviar mensajes positivos si no quiere perder a sus jóvenes. Debe actuar con rapidez».

Capitán de bomberos Michel al Murr

«Fuimos los primeros en responder al incendio. Perdimos a diez compañeros: nueve bomberos y una enfermera. Es un desastre mayúsculo para todo el Líbano. Justo antes de la explosión, el exgobernador de Beirut me llamó porque quería hablar conmigo. Eso fue lo que me salvó, porque estaba con mis compañeros y debería haberme ido con ellos. Cuando salí del parque de bomberos, mis compañeros se dirigían al puerto. Fueron enviados a la muerte. La información que recibimos era incorrecta, ya que solo nos dijeron que se trataba de un incendio en un almacén. Al llegar al lugar, nuestros compañeros vieron que el incendio requería más de un camión. Pidieron refuerzos. Esto salvó la vida de los demás compañeros que estaban en el parque de bomberos, ya que, cuando se produjo la explosión, el edificio quedó destruido, pero no había nadie dentro».

Michel al Murr, capitan de bomberos, responsable de uno de los primeros equipos en responder al incendio

Nathalie Duplan

«Tras la explosión, supimos que habíamos perdido contacto con nuestros compañeros. Desde ese momento, empezamos a buscarlos. Durante días y días. Días sin descanso. Logramos encontrar restos humanos. Fue duro, pero es nuestro trabajo. En los desastres, sabemos que podemos no regresar y no volver a ver a nuestras familias. Fue duro perder a diez personas en un segundo. Pero debemos ser más fuertes que este desastre para poder continuar nuestra misión. Nuestros compañeros dejaron un enorme vacío. La ira aún nos acompaña. Queremos saber la verdad».

Corea del Sur desactiva su guerra psicológica en la frontera con el Norte

04/08/2025 a las 09:06h.

El Gobierno surcoreano comenzó a desmontar los altavoces utilizados para emitir propaganda contra Corea del Norte a lo largo de la Zona Desmilitarizada (DMZ), según confirmó el Ministerio de Defensa. La medida forma parte de un giro estratégico impulsado por el nuevo presidente Lee Jae myung, quien ha señalado su intención de aliviar la tensión intercoreana y reactivar los canales de diálogo congelados durante la Administración anterior.
«Es una medida práctica que puede contribuir a reducir tensiones sin afectar la postura de preparación militar», indicó el ministerio en un comunicado. El viceportavoz de la cartera, Lee Kyung ho, precisó que el retiro se realiza sin coordinación previa con el Norte y evitó dar detalles sobre la posibilidad de reinstalarlos en caso de que aumenten las hostilidades.

Los altavoces, utilizados durante décadas como herramienta de guerra psicológica, fueron reinstalados en junio de 2024 por el Gobierno conservador de Yoon Suk yeol, tras una serie de provocaciones del Norte, incluyendo el envío de cerca de mil globos cargados con basura a la frontera entre ambos países. Las transmisiones incluían noticias internacionales, mensajes críticos al régimen norcoreano y música pop surcoreana, con un alcance estimado de más de 20 kilómetros dentro del territorio norcoreano.

Poco después de asumir el poder en junio de 2025, la Administración de Lee Jae myung ordenó suspender dichas emisiones como primer gesto de distensión. Ahora, el desmantelamiento de los altavoces consolida esa postura.