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Macron anuncia que Francia reconocerá el Estado palestino en septiembre

24/07/2025

Actualizado a las 23:20h.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha afirmado que su país va a reconocer el Estado palestino. El anuncio, hecho este jueves en un comunicado difundido en su perfil de X, lo va a realizar «de manera solemne» el próximo mes de septiembre en la Asamblea General de la ONU.
Fidèle à son engagement historique pour une paix juste et durable au Proche-Orient, j’ai décidé que la France reconnaîtra l’État de Palestine.J’en ferai l’annonce solennelle à l’Assemblée générale des Nations unies, au mois de septembre prochain.… pic.twitter.com/7yQLkqoFWC— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) July 24, 2025
«Fiel a su compromiso histórico con una paz justa y duradera en Oriente Medio, he decidido que Francia reconozca el Estado de Palestina», ha comenzado Macron. El presidente francés ha reiterado que es «urgente» que termine la guerra y que se rescate a la población civil. «La paz es posible», ha reivindicado.

Macron ha reiterado que es necesario «implementar de inmediato» el alto al fuego, también «liberar a los rehenes» y «brindar ayuda humanitaria masiva a la población de Gaza».

«También debemos garantizar la desmilitarización de Hamás y asegurar y reconstruir Gaza. Finalmente, debemos construir el Estado de Palestina, asegurar su viabilidad y asegurar que, al aceptar su desmilitarización y reconocer plenamente a Israel, contribuya a la seguridad de todos en Oriente Medio», ha expresado.

Trump aprovecha una visita a la Fed para humillar a Powell: «Yo lo despediría»

Invitándose a sí mismo a una visita a las obras de la Reserva Federal, en medio de presiones para que su presidente baje los tipos o dimita, Donald Trump se presentó este jueves con casco blanco y unos papeles en el bolsillo de … la chaqueta. Jerome Powell, el anfitrión a su pesar, lo fue guiando con cara de circunstancia y el aire de quien preferiría estar en cualquier otro sitio.
En plena visita, entre andamios y paneles de madera, Trump lanzó una de sus habituales andanadas: le recriminó a Powell los sobrecostes de la obra. Le hablaba no solo como presidente, sino también como empresario de la construcción y, sobre todo, como estrella de la telerrealidad. De todas sus destrezas echó mano Trump en ese paseo por los pasillos en obras de la Fed.
Otro momento imperdible de Trump: se hace invitar por el presidente de la Reserva Federal para visitar la sede en obras. En plena campaña de presión para que Powell dimita, va y, en su cara, le suelta que el sobrecoste de 3.100 millones es absurdo. Powell se indigna. Trump saca… pic.twitter.com/M58hoa2a6J— David Alandete (@alandete) July 24, 2025
La conversación fue, por describirla de algún modo, tensa. Powell, más bajo que Trump, más encogido en su traje y corbata oscuros, con su casco blanco calado, negaba con la cabeza visiblemente incómodo.
Trump: Parece que son unos 3.100 millones de dólares.
Powell: No tengo constancia de eso.
Trump: Acaba de salir.
Powell: Acaban de añadir un tercer edificio.
Trump: Es un edificio que se está construyendo.
Powell: Se construyó hace cinco años.
Para intentar zanjar la discusión, Trump se sacó un documento con los sobrecostes del bolsillo y se lo entregó en mano. Powell se mantuvo en que no habría sobrecostes.
La escena quedó registrada por las cámaras: el presidente, con traje azul y gruesa corbata fucsia, enfrentado en directo a quien aún encabeza la política monetaria del país. Powell, visiblemente incómodo, sostenía sus propios papeles con cifras y trataba de mantener un tono técnico. Trump, en cambio, recurrió a su manual de promotor inmobiliario: «¿Qué haría yo con un gestor que se pasa del presupuesto? Lo despediría», sentenció, sin mirarle directamente.
La Reserva Federal está llevando a cabo una renovación presupuestada inicialmente en 2.500 millones de dólares en su sede central de Washington, que incluye el histórico edificio Eccles y otro en la Avenida de la Constitución. Las obras comenzaron en torno a 2022 y se prevé que concluyan a finales de 2027. El proyecto, según Powell, busca modernizar unas instalaciones envejecidas, mejorar la seguridad y accesibilidad, y centralizar operaciones actualmente dispersas.
Entre los trabajos destacan la renovación integral de sistemas eléctricos, fontanería, climatización y seguridad contra incendios, así como la retirada de materiales contaminantes como asbesto y plomo. También se realizan complejas obras subterráneas, complicadas por las condiciones geológicas del terreno y las restricciones urbanísticas de la capital. Una renovación de fondo que, por ejemplo, no le vendría mal a la propia Casa Blanca, a solo unas manzanas de distancia.
El coste ha generado críticas, sobre todo de Trump, que acusa a la Fed de sobrecostes y mala gestión.
La escena, más propia de un episodio de telerrealidad política que de una inspección presidencial, refleja algo más profundo: la tensión latente entre la Casa Blanca y la Reserva Federal, justo cuando Trump presiona para una bajada urgente de los tipos de interés.
En su improvisada intervención ante los periodistas, Trump declaró que el proyecto «probablemente nunca debió empezar» y criticó su lentitud: «Esto va a tardar mucho más».
Acto seguido, desvió la atención hacia su política comercial. Aseguró que Japón aceptó invertir 550.000 millones de dólares como parte de un nuevo acuerdo bilateral, al que llamó «dinero semilla». Se atribuyó haber conseguido tarifas del 0% para EE.UU. y del 15% para las exportaciones japonesas. Todo eso, justo antes de volver a mirar a Powell: «El país va muy bien… pero si bajaran los tipos, iría aún mejor».
Fue, en resumen, otro momento Trump. De los que logran, al menos por unas horas, que Washington deje de hablar del caso Epstein y del bloqueo a la publicación de sus archivos.
El mandato de Powell acaba en mayo de 2026.

La revista 'Time' dedica su portada a la primera ministra italiana: «Dónde Giorgia Meloni está conduciendo Europa»

«Dónde Giorgia Meloni está conduciendo Europa». Este es el titular de portada del nuevo número de la revista estadounidense ‘Time’, dedicado a la primera ministra italiana. Escrito por Massimo Calabresi, jefe de la oficina en Washington del histórico semanario, el amplio retrato-entrevista … de Meloni, redactado tras una conversación con la primera ministra el 4 de julio en el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, reconstruye la trayectoria política de la líder de Hermanos de Italia cuando se acaban de cumplir 1.000 días de su llegada al poder, siendo su Ejecutivo el cuarto de más duración entre los 68 que ha tenido la República italiana, desde 1946.
Para la revista, Giorgia Meloni, de 48 años, se ha convertido en una de las figuras más interesantes de Europa. Según ‘Time’, Meloni ha sorprendido a muchos de sus oponentes: en el ámbito nacional, ha moderado algunas de sus posturas más radicales, mientras que en el escenario internacional, escribe ‘Time’, Meloni se ha comportado menos como una revolucionaria de derechas que como una conservadora pragmática. Meloni ha apoyado a la Unión Europea, la OTAN y Ucrania, ha trabajado para aislar a China y ha actuado hábilmente para reconciliar la tensa relación entre Estados Unidos y Europa al inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump. En el camino, ha conquistado a líderes de todo el espectro ideológico, desde Biden hasta la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el vicepresidente J.D. Vance.
Tras casi tres años de mandato, Meloni es descrita por ‘Time’ como una de las figuras más convincentes de Europa, cuyo estilo de liderazgo podría tener un impacto significativo mucho más allá de las fronteras italianas. Precisamente en la red social X, ‘Time’ explica que «su liderazgo podría cambiar el mundo».

El artículo de ‘Time’ presenta a Meloni como una líder capaz de romper con la retórica neofascista y convertirse en un referente para la nueva derecha europea, combinando con éxito el apoyo a la OTAN, la UE y Ucrania, sin dejar de evocar un nacionalismo identitario. Precisamente, al preguntarle ‘Time’ qué tipo de nacionalismo apoya, Meloni responde que el suyo es «principalmente una forma de defendernos de una globalización que no ha funcionado». Afirma que su intención es «reconstruir nuestra identidad, reconstruir nuestro orgullo, el orgullo de ser quienes somos, cueste lo que cueste».
Meloni, continúa el artículo, está construyendo un nuevo tipo de nacionalismo: populista, nacionalista y prooccidental, comprometido con las alianzas europeas y atlánticas. «Ante todo, debemos defender lo que somos, nuestra cultura, nuestra identidad, nuestra civilización», afirma. Meloni, según ‘Time’, apoya un modelo democrático que «también pueda incluir a los partidos de extrema derecha, en lugar de excluirlos a priori».

La portada de ‘Time’

‘Time’

‘Time’ se detiene a explicar la habilidad de Meloni, que quedó patente en su última reunión en la Casa Blanca con Donald Trump. La primera ministra italiana la preparó con un montón de fichas que detallaban su posición sobre todos los temas que podían tratarse, y superó la prueba pública con serenidad, enfatiza el articulista. «Soy capricornio», dice Meloni: «Digamos que estoy obsesionada con ciertas cosas». El autor relata a continuación que, una vez que la prensa abandonó el Despacho Oval, cuando la reunión con Trump se centró en Ucrania, Meloni defendió con vehemencia a Zelenski y la necesidad de apoyar a Ucrania hasta el final. Trump escuchó y respondió: «Él es un luchador, y yo soy un luchador».
‘Time’ analiza también las críticas a las políticas de Meloni en Italia. «Me han acusado de todo lo imaginable, desde la guerra en Ucrania hasta la muerte de personas en el Mediterráneo. Es simplemente porque no tienen argumentos», comenta la primera ministra: «No soy racista. No soy homófoba. No soy todas las cosas que dicen que dicen de mí».

Alemania promueve un frente común desde el corazón de Europa para endurecer la política migratoria

El Zugspitze, con 2.962 metros de altura, es la montaña más alta de Alemania. El premio al severo ascenso son las espectaculares vistas que alcanzan varios países: el macizo del Wetterstein y los Alpes bávaros, el valle del Ehrwald austriaco, los picos de … los Alpes suizos e incluso, en días soleados, las cimas de los Dolomitas italianos. Por último, pero no menos simbólico, el Zugspitze está coronado por una enorme cruz dorada desde 1851, cuando el párroco Christoph Ott, con el respaldo de la reina María de Baviera, promovió este símbolo cristiano en el techo germano, como signo de fe y unidad nacional.
Este es el icónico paraje al que el ministro de Interior alemán, Alexander Dobrindt, ha invitado a sus homólogos de Francia, Polonia, Austria, Dinamarca y la República Checa a una cumbre ministerial sobre inmigración, con el objetivo de formar un frente común para endurecer el derecho de asilo en Europa. A la espera de que la UE tome medidas conjuntas, ellos se disponen a tomar las suyas conjuntamente, formando un núcleo duro de endurecimiento de la política migratoria.
Al tiempo que iban llegando los ministros, un avión despegaba de Leipzig, con destino a Kabul y con 81 criminales afganos condenados por tribunales alemanes. Es el primero de una serie de vuelos de deportaciones a Afganistán que Dobrindt está organizando con ayuda de Qatar y por el que ha pagado el precio de permitir la llegada a Alemania de dos funcionarios consulares afganos del régimen talibán.

Esta concesión muestra que las deportaciones son una prioridad absoluta para Alemania. Junto al establecimiento de controles fronterizos sistemáticos que bloquean a extranjeros sin derecho de entrada en el país, suponen el soporte de la política migratoria del nuevo gobierno de Friedrich Merz.
Consciente de que la solución definitiva «sólo puede ser europea», Dobrindt ha convocado esta reunión para sumar fuerzas por un giro legislativo y ha logrado el compromiso de Bruno Retailleau, Vit Rausan, Gerhard Karner, Kaare Dybvad Bek y Tomasz Siemoniak para promover una nueva línea dura contra la inmigración en Europa. Al encuentro ha asistido también Magnus Brunner por parte de la Comisión Europea, pero los países fronterizos exteriores de la UE, como Italia, Grecia o España, a los que se trasladará sin duda parte de la presión migratoria desde el centro de Europa, no han sido invitados.
«El cambio en la inmigración no solo debe tener lugar en Alemania, sino en toda Europa. Y aquí demostramos nuestra voluntad común de hacer más con nuestros países vecinos contra la migración ilegal y mejorar los mecanismos de retorno», ha dicho Dobrindt.
Todos los ministros asistentes han reintroducido ya controles en sus fronteras, dentro del espacio Schengen, alegando razones de seguridad, presión migratoria o eventos excepcionales. Unánimemente defienden el uso de drones de vigilancia y el refuerzo con patrullas y más financiación europea de las fronteras exteriores. En la «Declaración del Zugspitze» han acordado además «preparar el sistema europeo de asilo y migración para el futuro».
Con este fin, promoverán una reforma que evite la denominada migración secundaria: los solicitantes de asilo que ya han recibido protección en otro país de la UE deben ser rechazados rápidamente y de forma automática. También se han comprometido a tomar medidas decisivas contra los traficantes de personas, seguir más de cerca los flujos de dinero ilícito y confiscar los activos. Han destacado la importancia de las investigaciones internacionales conjuntas para desmantelar las redes criminales.
Un «sistema de migración a escala europeo debe combatir mejor el tráfico de personas y las bandas criminales», ha insistido el ministro alemán, que por otra parte rechaza que esta sea una política de izquierda ni de derecha. «La UE es una región cosmopolita y nosotros seguiremos siendo una región cosmopolita, pero no queremos que las bandas criminales de traficantes de personas decidan quién viene a nuestra región», ha resumido la señal enviada desde el Zugspitze hasta «mucho más allá de Alemania».
En cuanto a las repatriaciones, su compromiso es con la rapidez. Se proponen «evitar los largos procedimientos legales de revisión» y han acordado agilizar la disposición de procedimientos de asilo en terceros países.

Creación de «centros de retorno»

También han debatido la posibilidad de crear también fuera de la UE «centros de retorno», a los que serán trasladadas las personas cuya solicitud de asilo sea rechazada. «Hoy hemos coincidido en los objetivos y hemos formulado las primeras medidas», ha celebrado Dobrindt, especialmente satisfecho por el hecho de que «estamos mostrando unidad en lugar de permitir la división».
El francés Retailleau ha subrayado, por su parte, que «si queremos controlar los flujos, tenemos que controlar las entradas, es decir, las fronteras exteriores, pero por otro lado también las repatriaciones». «Con el Pacto por el Asilo y la Migración pronto tendremos un instrumento importante para conseguirlo», ha celebrado.

Merz lanza una andanada contra la «burocracia» y «lentitud» de Bruselas: «Debemos ser mejores»

Antes de tomar unos días de descanso estival, los cancilleres alemanes convocan el tradicional encuentro de verano con la prensa de Berlín, noventa minutos en los que se someten a todo tipo de preguntas. Sus antecesores, Angela Merkel y Olaf Scholz, se … soltaban la melena en esta cita, con declaraciones especialmente distendidas y un tono más informal. Y, dado que Friedrich Merz es de verbo bastante más relajado que ellos habitualmente, se esperaba un festival de titulares.
Las respuestas del canciller, sin embargo, han sido rápidas, cortas y combativas. Sin dejar dudas sobre su europeísmo, ha arremetido contra Bruselas y ha hablado de una UE demasiado «intensiva en normas», demasiado «burocrática», demasiado «lenta». Ha puesto como ejemplo la negociación del 18º paquete de sanciones a Rusia, que ha debido ser largamente negociado para salvar el veto de Eslovaquia. Merz considera que la política conjunta hacia Ucrania es demasiado «laboriosa». «Es por eso que también debemos decir con bastante autocrítica: debemos ser mejores en la UE. Tenemos que concentrarnos en las tareas realmente grandes. Debemos ser capaces de resolver juntos el problema de la migración».
Se le ha preguntado si el equilibrio de poderes en Europa se ha desplazado hacia la cooperación entre los grandes Estados y ha llamado la atención sobre el hecho de que en el mundo entero ha cambiado el equilibrio de poder y que también hay que reaccionar a esto en formatos apropiados. Así mismo ha dejado claro su rechazo al proyecto de presupuestos europeos de Ursula von der Leyen: no discute que el peso del gasto se desplace de la agricultura a la innovación tecnológica y la defensa, pero descarta elevar la contribución alemana y ha recordado que «la UE no está legalmente autorizada a endeudarse».

Merz gana en las distancias cortas y ha disfrutado exponiendo toda su actividad exterior, cómo «Alemania está recuperando liderazgo». «Asumimos responsabilidad», ha dicho, y se ha dejado preguntar sobre la trastienda de las llamadas telefónicas de Donald Trump.
La prensa de Berlín, por lo demás, es todo menos benevolente y ha hecho sangre donde los 74 días de Merz en la Cancillería muestran lagunas, todas ellas en política interna. Ha sido acribillado con docenas de preguntas sobre la sustitución de tres jueces del Tribunal Constitucional. Esto ha encallado en el trámite parlamentario cuando la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), la principal fuerza de la oposición, ha vetado a la jueza de Potsdam Frauke Brosius Gersdorf, a la que considera demasiado progresista en materia de aborto.
Ha salido indemne de esta y otras cuestiones, como buen abogado, a base de no reconocer las preguntas por defecto de forma. «No acepto la terminología de rendimientos sociales. El rendimiento es un provecho fruto de un esfuerzo y a lo que usted se refiere son subsidios», ha corregido a una periodista.
Quizá ha abusado de la expresión «estamos trabajando en eso», cada vez que ha salido a escena alguno de los asuntos que amenazan con causar dificultades en el seno de su gran coalición con los socialdemócratas, aunque en alguno de esos asuntos ha sido crudamente claro.

Recortes

Cuando se le ha pedido que cifre y concrete los recortes sociales pendientes, no se ha ruborizado al decir que «los aproximadamente 50.000 millones de euros de los que se está hablando tendrían que ser recortados en gran medida». «Los números que hay en la sala me parecen demasiado bajos desde la perspectiva de hoy», ha dicho sobre declaraciones de sus socios, como el ministro Bas, que ha mencionado un ahorro de 1.500 millones de euros. Con esta rotundidad, ha mostrado autoridad y que puede defenderse en «los desafíos de la derecha y de la izquierda».
Una de sus grandes preocupaciones es la inmigración. Cuando se le ha recordado que hace ahora diez años que Merkel pronunció su celebérrima frase «lo lograremos», en referencia a la acogida de cientos de miles de sirios que escapaban de la guerra, Merz ha zanjado que «obviamente no lo logramos». Otra de ellas son los aranceles de Trump a partir del 1 de agosto. Él mismo está en conversaciones con el Gobierno estadounidense y dice que «se están haciendo esfuerzos para encontrar un compromiso». «No es realista que salgamos de cero a cero. Cuanto más bajos sean los aranceles al final, mejor será para ambas partes», ha resumido.
Arrastrado a Oriente Próximo, el canciller alemán Merz ha reiterado que «eventos en la franja de Gaza ya no son aceptables para nosotros», pero ha defendido su negativa a posibles sanciones contra Israel. «No, no me los compare por favor. Israel es una democracia. Y si no se defendiera, el Estado ya no existiría. Rusia e Israel no son lo mismo. Rusia está librando una guerra de agresión contra un país del que no emana ninguna amenaza. Por lo tanto, no es justo que haga esa ecuación», ha rechazado la pregunta. Sin embargo, ha aclarado también «nunca haber adoptado el término apoyo incondicional». El canciller ha enfatizado que Alemania está del lado de Israel, pero que hay que apoyar ampliamente a la población de Gaza.

La UE reduce aún más el tope al precio del petróleo ruso para castigar a Putin

La … jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, celebró que la UE haya aprobado «uno de los paquetes de sanciones más duras contra Rusia hasta la fecha». Kallas considera que «cada sanción debilita la capacidad de Rusia para hacer la guerra. El mensaje es claro: Europa no retrocederá en su apoyo a Ucrania». A través de la red social X, añadió que para Rusia «seguirán aumentando los costos, de manera que el único camino que tenga Moscú acabe siendo terminar la agresión contra Ucrania».
El paquete ha sido aprobado en el Consejo de Asuntos Generales, después de un intenso trabajo para conseguir el acuerdo de Eslovaquia. Su presidente, Robert Fico, había amenazado con vetarlo, ya que las sanciones entrañan que debe renunciar a seguir recibiendo gas de Rusia, que es su único suministrador.

El paquete aprobado ahora incluye a 14 personas más y 41 entidades a las que se considera responsables de «acciones que socavan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania». Eso eleva el número total de individuos que no pueden entrar en la UE como consecuencia de su acción en la guerra a más de 2.500.
Sin embargo, la parte más importante de este acuerdo es la imposición de un límite al precio del petróleo crudo ruso de 60 a 47,6 dólares por barril. Además, introduce un mecanismo automático para modificar ese límite y garantizar así la eficacia de las sanciones. La UE sancionará a las empresas que paguen un precio más alto. Actualmente, las exportaciones de petróleo aún representan un tercio de los ingresos del Gobierno ruso.
De igual modo, la UE introduce una prohibición de importación de productos petrolíferos refinados elaborados a partir de crudo ruso y procedentes de terceros países, con la excepción de Canadá, Noruega, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos. También ha sido muy simbólica la prohibición de «cualquier actividad que tenga por objeto el mantenimiento, la operación y cualquier uso futuro de los gasoductosNord Stream 1 y 2». Antes de la guerra, esas instalaciones fueron consideradas como un factor de debilidad geoestratégica a ojos de países como Polonia, mientras que Alemania celebraba los resultados económicos de comprar energía a buen precio. El tiempo ha dado la razón a Polonia.

Barcos al servicio de Putin

Otro de los capítulos de este decimoctavo paquete de sanciones se refiere a la flota fantasma de petroleros que controla Rusia precisamente para eludir las medidas europeas. Otros 105 buques estarán sujetos a la prohibición de acceso a puertos europeos y a prestar servicios relacionados con el transporte marítimo, lo que eleva el número total de buques incluidos en la lista de sanciones a 444. Esta medida se refiere a los petroleros que no pertenecen a empresas europeas, sino que le sirven al dictador ruso Vladímir Putin para eludir el mecanismo de límite del precio del petróleo, así como para transportar equipo militar de Rusia o grano ucraniano robado.
Las sanciones incluyen también a una refinería en la India cuyo principal accionista es la rusa Rosneft. Por primera vez, la UE también incluye en la lista al capitán de un buque de la flota fantasma, así como a un operador privado con pabellón internacional. Una entidad del sector ruso de gas natural licuado (GNL) también está incluida en la lista aprobada ayer.
De la misma manera, se ha acordado prohibir totalmente las transacciones a través de compañías europeas a otros 22 bancos rusos, que se suman a los 23 ya sujetos a la prohibición.
Los detalles y nombres concretos serán conocidos una vez que la lista sea oficialmente publicada en el diario oficial para evitar que se produzcan maniobras de último momento para intentar eludirlas.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, publicó un mensaje en redes sociales para celebrar la aprobación de este paquete de medidas. «Estamos golpeando el corazón de la maquinaria bélica rusa. Atacamos a los sectores bancario, energético y militar-industrial, incluyendo un nuevo límite dinámico al precio del petróleo. La presión es fuerte. Continuará hasta que Putin ponga fin a esta guerra».