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Bruselas suspenderá seis meses las contramedidas mientras ultima el acuerdo arancelario con Trump

04/08/2025

Actualizado a las 17:02h.

La Comisión Europea dará este martes los pasos para suspender durante seis meses la respuesta diseñalada contra Estados Unidos si no se alcanza el pacto arancelario en el que trabaja con la Administración de Estados Unidos para cerrar el acuerdo que fijará un gravamen máximo del 15% a los productos europeos.
El acuerdo político alcanzado entre la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el último domingo de julio se concretará en un comunicado conjunto de las dos partes que, en todo caso no será legalmente vinculante y se percibe como una hoja de ruta para la política comercial entre ambos bloques.

«La UE sigue trabajando con Estados Unidos para ultimar una declaración conjunta. Con estos objetivos en mente, la Comisión tomará las medidas necesarias para suspender durante seis meses las contramedidas de la UE contra los Estados Unidos, que debían entrar en vigor el 7 de agosto», ha indicado el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill.

Para ello, el Ejecutivo europeo tomará este martes por trámite de urgencia las medidas necesarias para suspender las represalias. La UE puso a punto una respuesta que implicaba medidas sobre 93.000 millones de euros en compras a Estados Unidos con las que reaccionar si fracasaban las negociaciones sobre la guerra arancelaria. Los planes de Bruselas pasaban por activar una primera tanda desde el 7 de agosto y dejar el grueso del recargo para su introducción en dos fases posteriores, en septiembre de este año y febrero de 2026.

«Sin justicia, el Líbano emigrará o morirá»

Cinco años después de la explosion en el puerto de Beirut, el 4 de agosto de 2020, los libaneses siguen pidiendo justicia. Aquel dia de horror, un incendio en un almacén del puerto de Beirut, donde se guardaban sin las pertinentes medidas de seguridad … 2.750 toneladas de nitrato de amonio que habían sido confiscadas a un barco en 2014, causó la detonación, equivalente a 3.000 toneladas de TNT. Una gran parte de la capital libanesa fue destruida, 235 personas perdieron la vida, 6.500 fueron heridas, más de 300.000 se quedaron sin hogar y la población entera sufrió un trauma que no ha desaparecido hasta ahora.
Como el año pasado, y los anteriores, una parte de las familias de las víctimas se congregaron ayer en el parque de bomberos de Beirut. La otra estaba en la plaza de los Mártires. Ambas procesiones empezaron simultáneamente y se encontraron en la estatua del Emigrante, frente a los silos destruidos.
En el patio del parque de bomberos, bajo los retratos de los diez efectivos fallecidos aquel día, los rostros mostraban la desolación. Durante cinco años, las familias que perdieron a un hijo, una hija, un esposo o una madre han expresado incansablemente su dolor. Han exigido justicia para sus seres queridos. Hasta ahora, en vano. Lejos de disminuir con el tiempo, el dolor de estas familias sigue creciendo.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, nunca pierde la oportunidad de estar junto a «sus» bomberos. Este año, lo acompañaban los ministros de Cultura y Asuntos Sociales. Era la primera vez, ya que las autoridades han estado ausentes en estos cinco años. El nuevo Gobierno se ha comprometido y ha hecho promesas. Mientras algunos libaneses se muestran escépticos y sostienen que «solo importan los resultados», las familias expresan su gratitud porque, por primera vez, las autoridades han estado dispuestas a escucharlos.

El trauma de los bomberos

Siempre movilizado, el capitán de bomberos Michel al Murr, quien buscó los restos de sus compañeros desaparecidos tras la explosión, comentaba: «El dolor es inmenso. Me vienen a la mente muchos recuerdos. Durante cinco años, he tenido las mismas imágenes ante mis ojos. Quisiéramos saber la verdad, solo la verdad, y que Dios haga justicia a las personas fallecidas. El ambiente es desolador: la gente ha perdido a sus padres o a sus hijos y esto no puede olvidarse. Una catástrofe así no puede olvidarse. El dolor persistirá hasta que se sepa la verdad».
De repente, en el puerto de Beirut, a las 18.07, el toque de difuntos resquebrajó el cielo, pronto ahogado por la sirena de un camión de bomberos. El doctor Nazih Adem no pudo contener las lágrimas. Tampoco las personas en el podio instalado frente a los silos de grano. Igual que quienes inundaron la calle de las Víctimas del 4 de Agosto, bautizada el día anterior.
Nazih Adem perdió a su hija Krystel en la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. Golpeada en la cabeza, la joven falleció a causa de sus heridas pocas horas después de la tragedia. Nazih recuerda: «Por teléfono, mi hija me dijo: ‘¡Papá, ven rápido, me muero, ven a salvarme!’ El tráfico era terrible y los coches iban en todas direcciones. Era el apocalipsis. Terminé el trayecto a pie. En la carretera había cadáveres, coches destrozados, heridos… Finalmente logré llegar hasta mi hija. Vi que tenía una gran herida en la cabeza. Empecé a ayudarla, dándole agua. Soy médico y comprendí que iba a morir. Intenté un masaje cardíaco. Sin una ambulancia para atenderla, sabía que no podríamos hacer nada. Mi hija fue mi última paciente. Es como si esperara mi despedida».

Emoción y dolor en el homenaje
Los bomberos de Beirut, que perdieron a diez compañeros en la explosión, desfilaron ayer junto a las familias de las víctimas (imagen superior horizontal). Al acto acudieron el ministro de Cultura y la responsable de Asuntos Sociales (imagen de arriba horizontal). El doctor Adem, que perdió a su hija Krystel, se unió a la marcha junto a Mireille Khouri, cuyo hijo Elías, de 15 años, murió aquel trágico 4 de agosto de 2020 (imagen de arriba vertical)
Nathalie Duplan

Apenado, cuenta que «esperamos que se haga justicia, no por venganza, sino para evitar que los hijos de este país corran el riesgo de revivir semejante suceso. Si no hay justicia en el Líbano, el futuro de la juventud será la emigración o ser asesinados».
A pocos metros del doctor Adem, Paul Najjar, con el cuello y la cara llenos de cicatrices, también llora cuando recuerda aquel día: «Estábamos en nuestro apartamento en Beirut, en plena pandemia del Covid 19. La explosión destruyó nuestra vida: se llevó a nuestra hija, nuestro apartamento, nuestro barrio, nuestros amigos, nuestras familias. Nuestra hija Alexandra tenía tres años y medio. Luchó durante tres días y murió el 7 de agosto».

Trump mezcla política y negocios en su viaje de golf a Escocia

Final inédito para un viaje sin duda sensacional. Al menos para Donald Trump, que clausuró su gira europea este martes con la inauguración de un nuevo campo de golf que lleva su nombre, Trump Victory Links, en el resort de Balmedie, Escocia. Rodeado de … banderas, cámaras y, a lo lejos, de alguna protesta, Trump cortó la cinta junto a su hijo Eric y varios socios políticos, en un acto que mezcló espectáculo, propaganda y simbolismo familiar.
Mientras, siguen en curso las negociaciones comerciales con la Unión Europea, a falta de concretar los detalles del acuerdo ya anunciado. Pero el viaje ha sido un triunfo personal para el presidente: logró que el primer ministro del país anfitrión, el Reino Unido, peregrinara hasta su resort en Escocia, y arrancó a la presidenta de la Comisión Europea un compromiso político para avanzar en un pacto comercial muy ventajoso para Washington. Y todo ello, mientras promovía sus negocios familiares desde el poder.
Aunque en principio Trump está apartado de la gestión directa de sus negocios, que fueron colocados bajo un fideicomiso operativo administrado por sus hijos, esta imagen dejó patente que el presidente mantiene contacto estrecho con quienes dirigen su emporio familiar.

A diferencia de otros mandatarios, que optaron por fideicomisos ciegos para evitar cualquier apariencia de conflicto de intereses, Trump ha conservado una relación visible con sus activos y sus gestores. La ceremonia, celebrada en uno de los escenarios ya más emblemáticos de su cartera inmobiliaria, consolidó la percepción de que la presidencia sigue entrelazada con su marca personal. Y él ni siquiera lo oculta.
Desde que asumió la presidencia por primera vez en 2017, Trump ha promovido numerosos negocios personales desde el cargo, en ocasiones integrándolos de forma explícita en su agenda oficial. Los hoteles, los campos de golf y los complejos turísticos de su propiedad han acogido actos diplomáticos, cumbres internacionales, reuniones con mandatarios extranjeros y encuentros partidistas, generando ingresos a su conglomerado empresarial.

En este regreso al poder, Trump opera sin limitaciones

EP

Entre los casos más notorios se encuentran el uso recurrente del club de Mar-a-Lago (Florida) como sede oficial de visitas de Estado, el alojamiento de delegaciones oficiales en el Trump International Hotel de Washington durante su primer mandato (lo vendió hace unos años), y el intento de celebración de cumbres del G7 y eventos de campaña en sus propiedades.
Pero en este regreso al poder, Trump opera sin limitaciones. Vende bolsos, perfumes, gorras. Ofrece las fragancias más masculinas, que prometen éxito y seducción. Vende memecoins, es decir, criptomonedas creadas como bromas pero convertidas en activos especulativos con su rostro y su nombre. Monetiza desde su imagen hasta su firma, y convierte cada aparición pública en una oportunidad comercial.
Este martes, tras cortar la cinta, Trump jugó el primer hoyo junto a Eric y Donald Jr., que lo acompañaron durante buena parte de la visita. En la ceremonia estuvieron presentes decenas de invitados y simpatizantes, algunos de ellos vestidos con ropa de golf, apostados entre las grandes dunas del campo. Y un fuerte dispositivo de seguridad, con detectores de metales instalados en los accesos, resguardó el evento.
La instalación, con vistas al mar del Norte, incluye el que se anuncia como el mayor búnker natural del mundo, y presume de respetar el espacio de dunas protegido que la rodea. Eso, para Trump, representa un obstáculo constante.
El presidente aprovechó la ocasión para lanzar críticas contra las energías renovables, visiblemente molesto por la presencia de los molinos del parque eólico vecino, contra los que litigó durante años. También bromeó con la posibilidad de replicar en la Casa Blanca el salón de fiestas que remodeló en su otro resort escocés, Turnberry, donde se alojó durante el fin de semana.
La clausura de la gira tuvo así un cierre acorde al tono general del viaje: un equilibrio entre diplomacia y autopromoción, que sirvió tanto para reforzar su imagen internacional como para posicionar comercialmente sus propiedades en Escocia, que hasta ahora no habían resultado especialmente rentables.

El Gobierno cubano adopta un tono de humildad para evitar que el enfado popular encone las protestas

Alarmado por el elevado grado de descontento popular, en el mayor colapso socioeconómico sufrido nunca por Cuba, el régimen cubano se ha visto obligado a cambiar de estrategia en su comunicación con los ciudadanos. Sin perspectiva de mejora de las condiciones de vida, en … constante declive, ya no cabe realizar promesas de supuestos horizontes en los que todo será resuelto, invocar la épica revolucionaria del sufrimiento o echarle toda la culpa a Estados Unidos.
Un nuevo tono de «humildad», inédito en los sesenta años de castrismo, busca rebajar la arrogancia oficialista porque ahora esta puede ser altamente contraproducente para la supervivencia del régimen. El Gobierno teme que la soberbia institucional puede convertirse en la chispa de una insurrección generalizada de quienes están desesperados.
En recientes declaraciones públicas, tanto el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, como su primer ministro, Manuel Marrero, han querido mostrar empatía con el padecimiento de muchos cubanos. Ambos han asegurado que comprenden la frustración popular ante problemas derivados de «errores» y «deficiencias» que cabe atribuir a la gestión gubernamental, como la falta de alimentos y los frecuentes y prolongados apagones eléctricos. En realidad, no se trata más que de una táctica comunicativa, pues la represión de cualquier disidencia se mantiene firme.

En la celebración del Día de la Rebeldía Nacional, el pasado sábado, Marrero manifestó que, aunque el Gobierno insiste en denunciar el embargo estadounidense como la razón principal de la permanente crisis, eso no significa echar a Washington la culpa de todo lo que no funciona en la isla. «Existen dificultades internas, errores, deficiencias que debemos enfrentar y resolver con nuestros propios esfuerzos», admitió. Consideró que el régimen tiene un «reto serio y acuciante» en la resolución de esos problemas y pidió que la gente confíe en sus gobernantes.
Marrero seguía la senda marcada a mediados de mes por Díaz-Canel, cuando este criticó las polémicas declaraciones de la ministra de Trabajo, Marta Elena Feitó. Miembro del comité central del PC, Feitó había negado en la Asamblea Nacional que en Cuba haya mendigos. La ministra, que fue cesada al trascender sus palabras a causa de la indignación popular que estas provocaron, llegó a afirmar que quienes piden en la calle son cubanos disfrazados de mendigos, y si buscan comida entre la basura lo hacen por pasar el tiempo y no querer trabajar.
Si las palabras de Feitó chirriaron, no es porque el régimen hiciera algo distinto a lo de siempre –negar la evidencia del fracaso de la revolución–, sino porque hoy la crisis es tal, comparativamente más grave que en cualquier otro periodo anterior, que la actitud habitual sonaba a sarcasmo. Y el régimen entendió que un pueblo que se siente dolido y humillado es peligroso.

Reconocer los problemas

De forma que Díaz-Canel reaccionó pronto. Aseguró no compartir lo dicho por la ministra, cuyos juicios estimó «contraproducentes». «No se defiende a la revolución cuando ocultamos los problemas que tenemos», dijo. Según el mandatario, «para enfrentar y resolver» los problemas, «hay que reconocerlos». Díaz-Canel condenó la «soberbia» y «prepotencia» de Feitó, quien evidenció desconexión con «las realidades que vivimos».
La nueva campaña comunicativa del Gobierno busca presentar a un Díaz-Canel más cercano, con programas de televisión en los que el presidente cubano dice ser consciente las dificultades de la gente e intenta mostrar sensibilidad social.
No obstante, está por ver que esta estrategia sea efectiva. No basta con admitir que la economía va para atrás (una caída del PIB del 1,1% en 2024 según proclaman los datos oficiales; el colapso es del 11% en los últimos cinco años) y con anunciar a qué horas habrá luz eléctrica o los gramos de pollo que llegarán a tal localidad.
Tampoco basta con proceder a ceses de altos funcionarios (la destitución de Feitó sigue, entre otras, a la del ministro de Economía, Alejandro Gil, en febrero de 2024; y a la del viceprimer ministro Jorge Luis Perdomo en octubre de ese mismo año). El fallecimiento de Raúl Castro, que se considera no lejano –por edad (94 años) y enfermedad–, puede desorientar aún más al régimen.