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Las purgas en la cúpula militar de China destapan una crisis de poder

Director del Departamento de Trabajo Político de la Comisión Militar Central y, como tal, responsable de la ideología en las fuerzas armadas. Era considerado el representante político de Xi en el Ejército. Suspendido en noviembre de 2023 por «graves violaciones de disciplina», sinónimo de corrupción. Destitución confirmada en julio de 2024.General He WeidongVicepresidente segundo de la Comisión Militar Central y, por tanto, segundo militar en el escalafón. Cercano al almirante Miao Hua y al presidente Xi Jinping. En paradero desconocido desde marzo, su caso todavía no se ha aclarado. Ministro Li ShangfuGeneral y titular de Defensa de marzo de 2023 a octubre de ese mismo año. Expulsado del Partido Comunista en junio de 2024. Su caída se atribuye a presuntos casos de corrupción. Había liderado la modernización tecnológica militar.General Wei Fenghe

Órdago de Trump a la UE: en plenas negociaciones, confirma aranceles del 30%

La mayor relación comercial y estratégica del mundo, la que une a EE.UU. y a la Unión Europea, está amenazada. Donald Trump anunció este sábado la imposición de aranceles del 30% a todos los productos europeos que entren en EE.UU., según comunicó … él mismo en su red social. Lo hacía a la vez que anunciaba que también aplicará esta misma tasa a su país colindante por el sur, México.
En una carta enviada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el norteamericano le anuncia que «a partir del 1 de agosto de 2025, cobraremos a la UE un arancel de tan solo el 30% a los productos que se envíen a Estados Unidos, aparte de todos los aranceles sectoriales».
Todo en Trump está abierto a la transacción y a la negociación. La carta con los aranceles es una vuelta de tuerca en las presiones del multimillonario neoyorquino al bloque europeo, del que muchas veces habla como un enemigo. «La Unión Europea se creó para joder a EE.UU.», dijo hace unos meses, en medio de las discusiones comerciales con su gran socio.

La misiva es solo un paso más en esa negociación. Los aranceles no entran en vigor hasta el 1 de agosto, lo que evidencia la intención de Trump de negociar, como lleva haciendo su Administración en las últimas semanas.
La cuestión es qué postura mantendrá la UE ante la amenaza, que reaviva el fantasma de una guerra arancelaria que puede sacudir al intercambio comercial más voluminoso del mundo –cerca de dos billones de dólares al año entre productos y servicios– y a todo tipo de exportadores, desde los gigantes de la automoción a pequeños productores agrícolas.
Por el momento, Von der Leyen ha contestado en redes sociales diciendo que «un arancel del 30% a las exportaciones de la UE perjudicaría a empresas, consumidores y pacientes de ambas orillas del Atlántico». Además, insiste en que en lo que queda de mes de julio «seguiremos trabajando para alcanzar un acuerdo antes del 1 de agosto». Y, en caso de que estas negociaciones no fructificasen, advierte de que «estamos dispuestos a salvaguardar los intereses de la UE mediante contramedidas proporcionadas».
Bruselas y Washington estaban inmersos en negociaciones intensas en las últimas semanas, incluidas visitas del comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, a la capital estadounidense, donde mantuvo encuentros con los equipos negociadores de Trump, liderados por su secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Los representantes europeos habían declarado sentirse optimistas acerca de las posibilidades de llegar a un acuerdo, aunque se preveía que deberían tener que aceptar cierto nivel de tasas que de todos modos se preveían mutuas. Sin embargo, Trump advierte en su carta a la UE de que «si por alguna razón deciden aumentar sus aranceles y tomar represalias, la cantidad que elijan para aumentarlos se añadirá al 30% que cobramos».
La Comisión Europea había sostenido también que, en caso de que no se llegase a un acuerdo, «todas las opciones están sobre la mesa», incluyendo un plan de represalias contra productos norteamericanos de hasta 100.000 millones de euros que ya ha sido aprobado, pero que se mantiene en suspense a la espera del resultado final de las negociaciones.
Este lunes está prevista una reunión en Bruselas de ministros de Exteriores europeos, con el foco puesto precisamente en el comercio exterior y el estado de las negociaciones con Washington.
El resultado que se daba como más probable a las negociaciones con Washington era un acuerdo marco, provisional, que debe ser desarrollado con más conversaciones, similar al que han obtenido en las últimas semanas el Reino Unido y Vietnam. Mientras tanto, se mantendría el arancel generalizado del 10% al que han estado sujetos todos los países desde abril.
A comienzos de aquel mes, Trump presentó con pompa y circunstancia sus llamados aranceles «recíprocos», con tasas abultadas a decenas de socios comerciales. El hundimiento de la bolsa y del mercado de deuda de EE.UU. forzó a Trump a una marcha atrás y a aprobar una moratoria de 90 días para negociar acuerdos comerciales, que se cumplió esta semana sin que EE.UU. cerrara apenas acuerdos.

La Unión Europea, dividida

El bloque de 27 países se encuentra bajo presiones contradictorias. El canciller alemán, Friedrich Merz, era partidario de llegar a un acuerdo rápido para evitar la entrada en vigor de los aranceles el 1 de agosto y proteger su industria. Otros miembros de la UE, como Francia, exigían una posición de mayor fuerza y no contentarse con cualquier acuerdo. El presidente galo, Emmanuel Macron, reaccionó a la carta con aranceles de Trump pidiendo «unidad» y que la Comisión «defienda con resolución los intereses europeos». «En particular, esto implica acelerar la preparación de medidas de respuesta creíbles», defendía Macron para el caso de que no haya acuerdo antes del 1 de agosto.
Desde Italia, la primera ministra, Georgia Meloni, defendió que «no tiene sentido desatar una guerra comercial entre las dos orillas del Atlántico, en especial en el contexto actual». Meloni es una de las pocas mandatarias europeas con la que Trump ha mostrado afinidad y está buscando tener un papel intermediador entre Washington y Bruselas. En su mensaje, pidió a los negociadores «evitar la polarización que podría dificultar el acuerdo».
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha acusado a los aranceles de destruir la «prosperidad», ha defendido la necesidad de establecer «negociaciones para alcanzar un acuerdo con EE.UU. antes del 1 de agosto» y ha añadido que la unión entre los europeos permitirá «alcanzar un acuerdo justo».

Avalancha de aranceles

A principios de esta semana, Trump anunció nuevos aranceles para varios países, incluidos Japón, Corea del Sur, Canadá y Brasil, así como un gravamen del 50% sobre el cobre.
La avalancha de órdenes arancelarias de Trump desde su regreso a la Casa Blanca ha comenzado a generar decenas de miles de millones de dólares mensuales en nuevos ingresos para el Gobierno estadounidense. Según datos del Tesoro estadounidense publicados este viernes y recogidos por la agencia Reuters, los ingresos por aranceles aduaneros en Estados Unidos superaron los 100.000 millones de dólares en el año fiscal federal hasta junio.

La kryptonita del presidente

El peor error de la política exterior de Donald Trump en su primer semestre ha sido el respaldo a las tesis revanchistas de Vladímir Putin. Nadie sabe la razón, pero el magnate neoyorquino ha comprado la propaganda rusa en relación a la guerra de … Ucrania: Zelenski es un dictador y la invasión está justificada.
Las consecuencias de este giro completo respecto a la firmeza de Joe Biden tienen repercusiones terribles para la heroica resistencia ucraniana. Putin carece de incentivos para negociar un alto el fuego y aceptar que el derecho del país vecino a vivir en paz y decidir su futuro. No cesa en sus ataques a objetivos tanto militares como civiles, a pesar de un altísimo coste, más de un millón cien mil bajas entre soldados muertos y heridos.
La relación transatlántica había resucitado para hacer frente a la agresión rusa. Ahora se ha debilitado enormemente, como hemos visto en la cumbre de La Haya, dedicada a conseguir la supervivencia de la OTAN. Por si fuera poco, en la nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China, la superpotencia asiática puede justificar mejor la presión sobre Taiwán y la proyección en el mar del Sur de China.

En Washington, algunos detectan señales de que Donald Trump podría estar llegando al límite de su paciencia con Putin. El presidente estadounidense había prometido en la campaña electoral conseguir la paz en Ucrania en veinticuatro horas. Pero, sin presionar de verdad a Moscú, el conflicto seguirá adelante. Esta semana, Trump se ha quejado en público de que el dictador ruso no responde ante sus advertencias de que está matando a muchos ucranianos. Ha decidido continuar con el envío de armamento al gobierno de Kiev, justo cuando parecía que el Departamento de Defensa empezaba a frenar este apoyo vital. Otros expertos, sin embargo, advirten que, de entre todos los líderes internacionales con los que trata Trump, el ruso es el único por el que muestra comprensión y respeto. La Casa Blanca distribuye estos días una imagen de Trump vestido de Superman y Putin sería lo más parecido a su kryptonita.

El canciller alemán defiende sus primeras semanas en el cargo entre insultos y acusaciones en el Bundestag

Las plantas del atrio norte del Reichstag han sobrevivido de milagro a la ola de calor, pero el elevado y agresivo tono en la sala de plenos del Bundestag amenaza con mandar al traste con el simbólico propósito de este jardín, al que todos … los miembros del Parlamento alemán pueden traer tierra de sus respectivas circunscripciones, en la que crecen juntos los más diversos vegetales. A sólo unos metros de ese Edén, una lluvia ácida cae esta mañana sobre el debate general en el que el canciller Friedrich Merz hace balance de sus primeras nueve semanas en el cargo.
La líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, ha abierto la sesión acusando a Merz del «mayor fraude electoral de la historia» y de liderar un país «en decadencia». Denuncia que uno de cada dos euros de la ayuda social «Burgergeld» va a parar a manos de extranjeros y califica a Merz de «canciller de papel que se deja exhibir por el SPD».
«Explican condescendientemente a los alemanes que deberían trabajar más, mientras se cuida de tirar por la ventana el dinero de los contribuyentes, que no les pertenece«. Asegura que «nada ha cambiado» respecto al anterior gobierno de la coalición semáforo, con el socialdemócrata Olaf Scholz al frente, y ha citado varios ejemplos en los que Merz ha faltado a su palabra. «Ahora los ciudadanos al menos saben qué esperar de ti: es decir, nada. Nada de nada», ha concluido.

Scholz, por cierto, ocupa ahora un escaño situado en la última fila de la bancada socialdemócrata y desde allí asiste al debate con aire de resignación y sin turno de palabra. Es el líder del grupo parlamentario del SPD, Matthias Miersch, quien ha respondido a Weidel citando al popular cantante de ‘Schlager’, Roland Kaiser: «¿Quién te robó el corazón?». Se ha preguntado cómo se puede emitir un discurso «tan odioso». «La forma en que hablan ustedes de las personas con antecedentes migratorios es una bofetada en la cara», ha dicho, interrumpido por gritos e interjecciones de la bancada de AfD.
Miersch ha enfatizado que un procedimiento de prohibición del partido AfD sería el «paso correcto», a lo que Weidel sugiere que suena a «tiempos oscuros», en referencia a la prohibición de otros partidos políticos por parte del dictador Adolf Hitler. Numerosos diputados han abandonado la sala después, cuando ha tomado la palabra el copresidente de AfD, Timo Chrupalla.
Merz, por su parte, ha aceptado que «un Gobierno también debe escuchar las críticas excesivas, pero no las medias verdades y las denigraciones personales» ni el discurso «vomitivo» y se ha defendido de la «difamación». «Rechazo su menosprecio por el trabajo del nuevo Gobierno federal con toda determinación», ha dicho, y ha lamentado que Weidel ni siquiera se haya referido a la guerra de Ucrania en su discurso. «Ahora de nuevo, el Gobierno alemán está siendo percibido internacionalmente y tomado en serio», se ha enorgullecido el canciller, «hemos asumido la responsabilidad de liderazgo en la OTAN. Si no nos hubiésemos endeudado tanto, la OTAN se habría desintegrado».
Merz ha defendido sus presupuestos y ha subrayado que el estado de ánimo de las empresas está mejorando por primera vez desde la pandemia. Su objetivo es que «la deuda permita invertir en infraestructuras de transporte y en la protección del clima. Sabemos que se trata de una carga considerable para los presupuestos futuros, pero esta es la única manera de hacer posible la inversión y crear nuevos puestos de trabajo».
Ha anunciado para otoño una reforma integral de las ayudas sociales, pero «sin espumar por la boca y sin discriminar a los extranjeros». Al respecto, ha imcumplido su promesa electoral porque valora reducir el impuesto a la electricidad para las empresas, pero no para los ciudadanos. Esto no ha convencido, a pesar de haber aportado datos, al menos en un contexto de deuda ilimitada como el que él mismo ha propiciado.
Ha resultado más persuasivo, sin embargo, defendiendo su política migratoria: «Hemos establecido el primer rumbo para frenar la migración irregular. Los solicitudes de asilo han caído un 43% y se han evitado miles de entradas ilegales mediante rechazos y órdenes de detención».
Mientras, en materia de asuntos internos, sus resultados se hacen esperar, su proyección al exterior es mucho más lucida. Merz ha presumido en el Bundestag de estar en estrecho contacto con el presidente de los Estados Unidos, habiendo así rehecho una relación rota, y de estar mediando en la disputa aduanera. Ha defendido también la estrecha colaboración con los países europeos. «Alemania por sí sola no lograría nada», ha dicho, y se ha mostrado cautelosamente optimista sobre un acuerdo a finales de mes.
Su objetivo ahora es «dar a todo el mundo el coraje y la confianza en que vale la pena trabajar en Alemania y que es un placer vivir aquí». «Es una gran fortuna vivir en libertad y paz en un país«, ha subrayado, contra el deseo no explícito de AfD, al que Weidel no se ha referido, de reorientar la política exterior alemana hacia Rusia, un país con gobierno autoritario y en guerra.

Alemania cumplirá seis años antes de lo previsto el gasto en defensa exigido por la OTAN

Una de las características de la identidad nacional alemana es el ahorro. El crédito sigue teniendo una connotación negativa y una primera contribución al plan de pensiones es un recurrente regalo de los abuelos a los nietos que cumplen la mayoría de edad. El Gobierno … de Friedrich Merz ha contribuido con decisión a derribar ese hito cultural, al levantar el freno a la deuda anclado en la ley Fundamental, y presenta sus primeros presupuestos con posibilidades de deuda ilimitada para el gasto en defensa.
Sólo en defensa y defensa civil, los presupuestos generales alemanes ascienden a casi 170.000 millones de euros hasta 2029. Esto significa que Alemania alcanzará el objetivo de la OTAN del 3,5% seis años antes de lo previsto por la Alianza.
Con estos presupuestos generales, Alemania da un giro de 180 grados en su política fiscal. El ministro federal de finanzas, el socialdemócrata Lars Klingbeil, prevé una nueva deuda récord de 846.900 millones de euros para este periodo legislativo. El endeudamiento neto sin precedentes permitirá, según la justificación del Gobierno federal, modernizar la infraestructura, volver a encarrilar la economía alemana para el crecimiento después de años de crisis permanente y garantizar la seguridad de Alemania.

Los partidos que forman la coalición liderada por Merz, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), ya habían marcado el rumbo de este cambio de paradigma en sus conversaciones de negociación. Además de la deuda ilimitada para defensa, acordaron la creación de un fondo especial de infraestructuras de 500.000 millones de euros a doce años, que no contabiliza como deuda en los presupuestos generales.
En su discurso de presentación y para justificar las cifras, Klingbeil prometió mejoras notables en ferrocarriles, educación, construcción de carreteras y viviendas. Aseguró estar abordando «lo que se ha descuidado durante años». «Estamos invirtiendo más que nunca en la viabilidad futura de nuestro país, y eso es una buena señal», ha dicho ante el pleno del Bundestag.
Además sugerió que no se trata sólo de números. «Queremos que los ciudadanos sientan esto en su vida cotidiana, que algo está cambiando. Que se elimine de repente el bache que ha sido molesto durante años, que se repare el baño de la escuela que no se ha podido usar durante años, que también se habilite la estación de carga para la electromovilidad en el pueblo, que la piscina tenga duchas nuevas, que se renueven los rieles, se estabilicen los puentes y se coloque el cable de fibra óptica». Su objetivo último es «fortalecer la confianza de los ciudadanos en un estado capaz de actuar».
Klingbeil ha presumido de haber terminado con la disyuntiva macroeconómica de «invertir en tanques o en mantequilla», que el Nobel Paul Samuelson ilustró cómo una economía debe elegir entre bienes militares y bienes de consumo. «Estamos resolviendo un conflicto que ha existido en nuestra sociedad durante años, la decisión de si invertir en la Bundeswehr o en la industria, de ayudar a Ucrania o invertir en la protección del clima. Aquí lo digo muy claramente: todo es necesario. Es justo que invirtamos en infraestructuras y seguridad y, por tanto, en la viabilidad futura de nuestro país», ha defendido el salto a la deuda.

‘Hecho en Alemania’

El presupuesto para 2025 prevé un gasto de 503.000 millones de euros. Se espera que las inversiones asciendan a un total de 115.700 millones, de los cuales algo menos de 63.000 provendrán del presupuesto básico, el resto de fondos especiales para inversiones adicionales en infraestructura y protección del clima, así como del Fondo de Clima y Transformación, que se utilizará para financiar proyectos como los subsidios a la calefacción.
En comparación con 2024, las inversiones aumentarán un 55%. Klingbeil garantizó que Alemania seguirá siendo líder en la producción de acero. El Gobierno «se está comprometiendo a que queremos acero ‘hecho en Alemania’, que tiene un futuro aquí», hizo un guiño a la industria pesada alemana durante la presentación de este proyecto de presupuesto, que se ha retrasado significativamente y que terminó rompiendo el Gobierno del semáforo del canciller Olaf Scholz el año pasado.
Se debatirá en detalle en el Bundestag y su aprobación está prevista para septiembre. Al mismo tiempo, el Ministerio de Finanzas está trabajando en el proyecto de presupuesto para 2026, que será aprobado a finales de año y que seguirá esta misma línea.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), primera fuerza de la oposición parlamentaria, calificó los presupuestos de «orgía fiscal». Su diputado Michael Espendillar calificó de «montaña de deuda» y «huida de la consolidación presupuestaria» en la que «ya ni se cuestionan los gastos». «Su proyecto de presupuesto carece de coraje, no tiene una dirección clara, no tiene futuro», ha criticado por su parte el diputado verde Sebastian Schäfer, «en lugar de utilizar la deuda récord como una oportunidad para realizar inversiones innovadoras en la protección del clima y la modernización del país, los programas de defensa y otros gastos existentes que pasan a fondos especiales para facilitar que haya espacio para los regalos electorales».