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Incertidumbre: ¿y ahora qué hacemos para tomar decisiones?

En el mundo de lo caótico hay que evitar primero el sangrado, cuidar la caja todo el tiempo que se pueda, hacer pruebas, aprovechar aprendizajes, nuevas oportunidades, y prevenir con lo que ya sabemos lo que viene a futuro con menor incertidumbre.

Publicado: mayo 16, 2020, 9:11 am

Por Gonzalo Gómez Betancourt *

Como especialista en la toma de decisiones, los empresarios me preguntan sobre la forma de actuar en estos momentos de la historia de nuestras organizaciones.

Como siempre la capacidad de adaptación de nuestros empresarios genera presión para actualizar el conocimiento existente. No obstante, el mundo ya había enfrentado crisis similares a la actual, con pandemias o guerras, y es por eso que lo investigadores ya habían trabajado en marcos conceptuales para reducir la incertidumbre, como la teoría bayesiana de la decisión, el método Delphi, análisis de series temporales, entre otros; sin embargo, no todo lo que está sucediendo hoy se adapta a estas metodologías, y por lo tanto debemos usar otra información como la presentada por el Sr. Snowden.

En el año 1999, el Sr. Davis Snowden presentó al mundo su marco conceptual llamado “Cynefin” una palabra galesa para “Hábitat”, éste ofrece cinco dominios para la toma de decisiones y los llamó: Obvio; Complicado; Complejo; Caótico y Desorden. Con este marco los gerentes podrían identificar en qué dominio están y plantear acciones concretas, a partir de la percepción propia y de terceros (análisis de sentido) respecto a la situación que están viviendo.

En el dominio de lo obvio, representado por el “conocimiento de lo conocido”, existen reglas claras o mejores prácticas para solucionar un problema determinado, la relación es estable porque se conocen muy bien las causas y los efectos, de forma que la regla para tomar decisiones es simple: Hacer un análisis de sentido, determinar los hechos, categorizar, y responder siguiendo la regla de aplicar la mejor práctica empresarial.

En el domino de lo complicado representado por el “conocimiento de lo desconocido”, las relaciones de causa y efecto requieren un análisis más profundo mediante técnicas matemáticas y otros criterios de decisión, que al final arrojan una respuesta apropiada con un grado de certeza. Aquí sigue imperando la lógica y la racionalidad, pero la decisión es refinada con las técnicas y la experiencia.

En el dominio de lo complejo representado por “desconocimiento de lo desconocido”, las relaciones de causa y efecto sólo pueden ser deducidas en retrospección y no hay respuestas correctas. El gerente de una compañía debe conducir experimentos, evitando que sean catastróficos ante una falla, por lo tanto, el proceso de toma de decisiones consiste en probar, hacer un análisis de sentido, y responder.

En el dominio de lo caótico, la causa y el efecto son poco claros, los eventos en este espacio son demasiado confusos para esperar por una respuesta basada en el conocimiento. La acción por intuición es la primera, y al parecer la única manera de responder. Por lo tanto, los gerentes deben trabajar en lo inmediato, que no es descubrir los patrones observables, sino detener el sangrado, esto es actuar primero para retomar el orden y después hacer el análisis de sentido para identificar en que parte la estabilidad del sistema está presente y/o ausente; posteriormente hay que responder trasformando la situación de caos hacia una de complejidad, donde la identificación de patrones emergentes puede ayudar a prevenir futuras crisis y discernir nuevas oportunidades.

En el contexto del desorden, no hay claridad en qué dominio estamos. La forma de actuar aquí es tratar de dividir el problema en partes y esperar que alguna de ellas encaje en los dominios anteriores.

De acuerdo con mi criterio el Covid 19 nos ha colocado en el dominio caótico, no tenemos ni la menor idea de las relaciones de causa y efecto, de cómo llegó este virus. Estamos aplicando la regla de parar primero el sangrado, tal como lo hicieron los gobernantes mediante el aislamiento social; ahora que ya han tenido cuatro meses de aprendizaje con el virus, han encontrado algunos patrones emergentes, pasando así al dominio de lo complejo, que nos permite empezar a tomar decisiones de aislamiento “inteligentemente”, que genera épocas de confinamiento y oleadas programadas de enfermos para evitar el colapso de la infraestructura, hasta que finalmente la comunidad científica ofrezca una vacuna.

Los empresarios debemos actuar como lo han hecho los gobernantes, en el mundo de lo caótico hay que evitar primero el sangrado, cuidar la caja todo el tiempo que se pueda, para estar en el dominio de lo complejo, hacer pruebas, aprovechar aprendizajes, nuevas oportunidades, y prevenir con lo que ya sabemos lo que viene a futuro con menor incertidumbre.

Lea también: Análisis: La estrategia del acordeón para el gobierno y los empresarios

* CEO Legacy & Management Consulting Group.

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