Vivacolombia despegó hace 10 años como un sueño de William Shaw, un mexicano que ha desarrollado casi toda su carrera en Colombia, cuando cursaba un MBA en la Universidad de Stanford.
Con amplia trayectoria en la industria, que lo llevó a desempeñar una gran variedad de trabajos como el manejo de la operación de British Airways en el país o la gerencia comercial del negocio de carga de la misma compañía en San Francisco, en Stanford se hizo amigo de un japonés que había trabajado en el negocio de arrendamiento Y venta de aviones.
“Conversábamos mucho, porque siempre he sido un convencido de que en Latinoamérica había una gran oportunidad para crear aerolíneas. Mercados como el colombiano eran dominados por un jugador que cobraba tarifas altas sin ofrecer un gran servicio a cambio”.
Una vez afinada la idea y escogida Colombia como el mercado objetivo inicial, el siguiente paso fue la consecución de los recursos. “Hicimos más de 100 presentaciones a grupos de inversionistas, pero llegó la crisis de 2008 y tuvimos que aplazar el proyecto un par de años para seguir con el plan de negocios”, explica Shaw.
Superado el escollo de la consecución de los recursos, con inversionistas locales y extranjeros, VivaColombia comenzó a volar en 2012 y en sus primeros cinco años de operación transportó 12,4 millones de pasajeros.
Controlada hoy por Irelandia Aviation, un fondo desarrollador de compañías de este tipo creado por el hijo del fundador de Ryanair, Declan Ryan, este año dio el salto a Perú y en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París cerró la adquisición de 50 aviones 320 con Airbus, en una operación estimada en US$5.000 millones.
“Uno no consigue financiación para un país y un modelo en declive”, se jacta Shaw al explicar que esa movida es un espaldarazo para el modelo de bajo costo en la región y la compañía que lidera.
Con 700 empleados en Colombia y 150 en Perú, el objetivo de la compañía es movilizar 5 millones de pasajeros en ambos mercados al cierre de 2017, y entre 7,5 y 8 millones en 2018 y 20 aviones.
Con un promedio de viajes de 0,6 por habitante al año, Colombia está lejos aún de los 2 de mercados desarrollados como el de Estados Unidos o el Reino Unido, aunque hace 7 u 8 años la cifra era apenas de 0,3, la misma de Argentina, país que recientemente comenzó a dar pasos para abrir el sector.
Aun así, como resultado de la intensa competencia que hay en la industria, el año pasado el mercado doméstico e internacional superó los 36 millones de viajeros y se estima que en poco tiempo llegará a los 40 millones.
“Llegamos para cambiar la forma de viajar. El “Efecto Viva” es muy positivo para el mercado, los pasajeros, el sector y la economía”, concluye.
LOGRO: Haber introducido con éxito el modelo de “bajo costo” en Colombia hace cinco años y este año en Perú. La reciente adquisición de 50 aviones nuevos en una operación de US$5.000 millones.
RETO: Consolidar la operación en Perú y llegar a nuevos mercados de Latinoamérica, el próximo de los cuales podría ser Panamá. Educar a los pasajeros en las bondades y exigencias del modelo de bajo costo.