Salazar se ha destacado por su actividad en contra de la colocación de minas antipersonales. Una de sus iniciativas ha sido la creación de la carrera 10K que busca recoger fondos para los afectados por este tipo de violencia.

Su trabajo en la Fundación Arcángeles, que se ocupa de la inclusión social y los derechos de las personas con discapacidad, lo ha destacado como un líder social influyente. Su  objetivo principal ha sido mejorar la calidad de vida de las personas y eliminar las barreras generadoras de exclusión. Actualmente, es director del Plan Presidencial de Inclusión de Personas con Discapacidad, el organismo encargado de la verificación, seguimiento y  evaluación del sistema y de la política pública nacional de discapacidad. Además, en 2017 se hizo miembro del Comité Paralímpico Internacional en el que se ha convertido en una figura influyente y con iniciativas transformadoras.