Publicado: septiembre 22, 2017, 11:29 am
Por Didier Saint-Georges
Miembro del comité de inversiones Carmignac
Managing director
Desde principios de año, el contraste entre el avance de la economÃa mundial —sobre todo en Europa— y la evolución de los tipos de interés es impactante. Durante los primeros meses del año, la incertidumbre polÃtica en torno al resultado de las elecciones presidenciales en Francia, la recuperación dubitativa de la economÃa europea, probablemente afectada ella también por este riesgo polÃtico, y las compras mensuales del BCE explicaban que la deuda pública alemana se arrogase una prima excepcional.
Los niveles de sus rendimientos anuales, entre el 0,20 % y el 0,50 %, ya eran excesivamente bajos, incluso con una inflación instalada obstinadamente por debajo del 2 %, pero la anomalÃa podÃa mantenerse si no cambiaban las circunstancias. Desde este verano, el contexto ha comenzado a cambiar. (Lea también: Dónde encontrar valor en los mercados de renta fija actuales)
PolÃticamente, Angela Merkel ha consolidado su ventaja en las intenciones de voto de cara a las elecciones generales alemanas de septiembre, lo que refuerza la perspectiva de una nueva dinámica europea, impulsada por un eje francoalemán profundamente reforzado. Entre los posibles beneficiarios de este impulso polÃtico figura Italia, a pesar de los últimos sobresaltos mediáticos protagonizados por el viejo lÃder Berlusconi.
El paÃs parece estar dejando atrás progresivamente la decepción provocada por el rechazo de las reformas de Matteo Renzi en el referéndum de diciembre de 2016; asÃ, el Ãndice de confianza económica de las empresas italianas volvió a subir en agosto y alcanzó su nivel más alto desde 2008.
Económicamente, el conjunto de la zona del euro confirma ya la mejora de los indicadores económicos adelantados constatada a comienzos de año: el Ãndice de ventas minoristas subió cerca de un 2 % en agosto con respecto a enero, después de acumular dieciocho meses de descensos. La misma tendencia se observó en la producción industrial.
Además, aunque la expansión de la economÃa europea sigue siendo modesta en términos absolutos y la tasa de inflación se mantiene por debajo de los objetivos oficiales, el Banco Central Europeo ya no podrá justificar durante mucho más tiempo la continuidad de una polÃtica monetaria de emergencia.
Por lo tanto, nos parece inevitable que el BCE anuncie en breve una reducción del programa de compra de activos, toda vez que el depósito de activos admisibles para las compras está agotándose rápidamente (observación esta última especialmente cierta en el caso de la deuda pública alemana).
Según nuestros cálculos, el rendimiento «normal» de la deuda alemana a diez años deberÃa situarse actualmente por lo menos en el 1 %, algo que el mercado no descuenta en absoluto en estos momentos. Por lo tanto, Mario Draghi podrÃa tener que enfrentarse a esta realidad durante los próximos meses. Se trata de uno de los principales riesgos de mercado y es preciso gestionarlo de forma muy activa, para protegerse también de su efecto sobre las demás clases de activos.