Publicado: febrero 22, 2020, 7:30 pm
¿Cómo enfrentar la incertidumbre de un entorno tan dinámico y desafiante para fortalecer el desempeño de las empresas? Esta es una de las preguntas que más inquieta a los hombres y mujeres de negocios.
Recientemente, la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras) confirmó que en 2019 se crearon en Colombia 309.463 empresas, 2,1% más que en 2018, cuando se ubicaron en 303.027. Sin embargo, la misma entidad meses atrás había revelado que más del 70% de las nuevas unidades productivas que nacen en el país desaparecen durante los primeros 5 años. De éstas el 100% son Pymes, que según el Departamento Nacional de Estadística (Dane), aportan el 80% de la fuerza laboral actual.
Los empresarios tienen razón en cuestionarse si estarán incluidos dentro de la mayoría que desaparecen o se ubicarán en el pequeño grupo de privilegiados que logran sobrevivir. La incertidumbre sobre la respuesta genera angustia.
No tengo duda que la desaparición reciente de tantas Pymes responde al desconocimiento que tienen sus directivos de cómo deben gestionar su desempeño.
Por un lado, buscan afanosamente esa anhelada estrategia redentora y esa ventaja competitiva que les permita sobreponerse a sus competidores o escoger alguna de las fórmulas secretas que ofrecen los magos de la estrategia competitiva; y por otro, anhelan recibir el consejo de quienes tienen una “varita mágica” con la que logran crear una cultura que alinea los intereses de los colaboradores con los de la empresa y asegura un desempeño óptimo. Pero ¡Que equivocados están! Se niegan a aceptar que la incertidumbre es la condición natural e ineludible a la que siempre se verán enfrentados.
Se niegan, además, a reconocer la oportunidad que les ofrece la incertidumbre que acompaña los resultados de las acciones que se emprenden en la empresa. Pero ante esta condición no hay otra salida que prepararse y dejarle de temer al cambio. ¿Cómo lograrlo?
Cinco claves para tener en cuenta
Primero, aceptar que el futuro no está predeterminado, al contrario es incierto e impredecible y por los empresarios y emprendedores tienen oportunidad de construirlo.
Segundo, actuar sin tener certeza sobre las consecuencias. En el mundo predecible del determinismo siempre hay una causa que determina los resultados y orienta las acciones, pero en el universo de la incertidumbre es necesario actuar y moverse aunque sin conocer lo que deparará el futuro.
Tercero, convencerse que el camino para alcanzar el éxito en las empresas y los negocios está en ensayar, innovar, asumir riesgos y vencer los temores que generan lo desconocido. Esos miedos se superan con valentía, convicción y sentido de responsabilidad, en otras palabras, utilizando la inteligencia emocional.
Cuarto, solo aquellos que reconocen que la realidad está llena de complejidades, caos e incertidumbre, están preparados para adaptarse al cambio permanente, son más competitivos y marcan una diferencia con su competencia, pues son más resilientes y logran superar más rápidamente la adversidad.
Quinto, el problema que no permite superar el cambio con facilidad no se relaciona con las capacidades, ni con el tiempo; sino con las creencias y con los prejuiciosos que cada empresario tiene al concebir su realidad. Esas creencias, que se convierten en verdades inamovibles que no les permiten avanzar.
Finalmente, por estar concentrados en tratar de predecir qué pasará en el futuro, se olvidan que en condiciones de incertidumbre esa respuesta no existe y que la acción es la única manera que tienen de aprender.
Ante esta nueva realidad, para tener éxito en las empresas y en los negocios, los invito a que cambien de perspectiva y a que dejen de soñar con descubrir una fórmula mágica que no existe y a construir su propio futuro gestionando el proceso de cambio y adaptación ante una realidad incierta.
Richard Branson, uno de los empresarios más exitosos dijo: “No se aprende a caminar siguiendo las reglas. Se aprende caminando y cayendo”.
Emprendedores y empresarios: rebélense contra la incertidumbre y la adversidad, apostándole a la innovación.
Recuerden: ¡El futuro no se predice, se construye!
Por: Alfredo Ceballos Ramírez
Presidente y Fundador de Iara Consulting Group
Doctor en Estrategia y Dirección General de Harvard University