Con la primera subasta de energías renovables no convencionales, realizada la semana pasada, el país multiplicará por 40 veces la capacidad actual de generación eléctrica a partir de fuentes como la solar y eólica.
Tras su participación en la subasta, 22 empresas comercializadoras aseguraron la compra de energía a largo plazo por $95 pesos promedio kilovatio-hora, cerca de $50 pesos por debajo del promedio actual del costo de generación en contratos bilaterales.
La subasta asignó responsabilidades a 7 empresas generadoras con 8 proyectos de fuentes no convencionales de energías renovables: 5 eólicos y 3 solares. Y facilitará la incorporación de 2.250 megavatios de capacidad instalada, que corresponde a un 12% de capacidad actual de generación eléctrica.
Se trata de la primera subasta de fuentes no convencionales de energías renovables convocada por la Unidad de Planeación Minero Energética, UPME, después de un primer intento fallido hace algunos meses.
“Este es el inicio de una revolución porque nos permite diversificar nuestra matriz eléctrica, la cual es limpia porque el 70% proviene de fuentes hídricas, pero al mismo tiempo nos hace vulnerables ante la variabilidad climática y momentos de escasez como el Fenómeno de El Niño”, explicó la Ministra de Energía, María Fernanda Suárez. “Ahora podremos combinar estas fuentes de generación y complementarlas con energía del sol y del viento. De este modo, tendremos una matriz cada vez más limpia, resiliente y responsable con el medio ambiente”.
El proceso contó con la participación de 20 generadores y 23 comercializadores calificados, es decir, aquellos que cumplieron con todos los requisitos de precalificación establecidos para dicho mecanismo.
Germán Corredor, director de la Asociación de Energías Renovables, SER Colombia, dijo que este paso pone a la vanguardia al país en materia de generación eléctrica.
“Las energías renovables son fundamentales hoy en día no solo para complementar la matriz energética, especialmente durante temporadas como el fenómeno del niño, sino que permitirán a Colombia avanzar en sus compromisos de reducción de huella de carbono y proteger el medio ambiente”, explicó.
Según el gremio, dado que la subasta exige que los proyectos entren en operación en enero de 2022, los retos de corto plazo para su construcción están relacionadas con el desarrollo de las consultas previas, la aprobación de las licencias ambientales, la adecuación de la infraestructura vial y portuaria para traer equipos y maquinaria, y la interconexión para evacuar la energía de los proyectos.
“El trabajo que tenemos que realizar con las comunidades donde se instalarán los parques eólicos y solares es fundamental. Lo que viene es muy importante, pues debemos apoyar y facilitar la implementación de los proyectos adjudicados, para que su puesta en operación también sea exitosa” agregó Corredor.