El canciller alemán defiende sus primeras semanas en el cargo entre insultos y acusaciones en el Bundestag
Las plantas del atrio norte del Reichstag han sobrevivido de milagro a la ola de calor, pero el elevado y agresivo tono en la sala de plenos del Bundestag amenaza con mandar al traste con el simbólico propósito de este jardín, al que todos … los miembros del Parlamento alemán pueden traer tierra de sus respectivas circunscripciones, en la que crecen juntos los más diversos vegetales. A sólo unos metros de ese Edén, una lluvia ácida cae esta mañana sobre el debate general en el que el canciller Friedrich Merz hace balance de sus primeras nueve semanas en el cargo.
La líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, ha abierto la sesión acusando a Merz del «mayor fraude electoral de la historia» y de liderar un país «en decadencia». Denuncia que uno de cada dos euros de la ayuda social «Burgergeld» va a parar a manos de extranjeros y califica a Merz de «canciller de papel que se deja exhibir por el SPD».
«Explican condescendientemente a los alemanes que deberían trabajar más, mientras se cuida de tirar por la ventana el dinero de los contribuyentes, que no les pertenece«. Asegura que «nada ha cambiado» respecto al anterior gobierno de la coalición semáforo, con el socialdemócrata Olaf Scholz al frente, y ha citado varios ejemplos en los que Merz ha faltado a su palabra. «Ahora los ciudadanos al menos saben qué esperar de ti: es decir, nada. Nada de nada», ha concluido.
Scholz, por cierto, ocupa ahora un escaño situado en la última fila de la bancada socialdemócrata y desde allí asiste al debate con aire de resignación y sin turno de palabra. Es el líder del grupo parlamentario del SPD, Matthias Miersch, quien ha respondido a Weidel citando al popular cantante de ‘Schlager’, Roland Kaiser: «¿Quién te robó el corazón?». Se ha preguntado cómo se puede emitir un discurso «tan odioso». «La forma en que hablan ustedes de las personas con antecedentes migratorios es una bofetada en la cara», ha dicho, interrumpido por gritos e interjecciones de la bancada de AfD.
Miersch ha enfatizado que un procedimiento de prohibición del partido AfD sería el «paso correcto», a lo que Weidel sugiere que suena a «tiempos oscuros», en referencia a la prohibición de otros partidos políticos por parte del dictador Adolf Hitler. Numerosos diputados han abandonado la sala después, cuando ha tomado la palabra el copresidente de AfD, Timo Chrupalla.
Merz, por su parte, ha aceptado que «un Gobierno también debe escuchar las críticas excesivas, pero no las medias verdades y las denigraciones personales» ni el discurso «vomitivo» y se ha defendido de la «difamación». «Rechazo su menosprecio por el trabajo del nuevo Gobierno federal con toda determinación», ha dicho, y ha lamentado que Weidel ni siquiera se haya referido a la guerra de Ucrania en su discurso. «Ahora de nuevo, el Gobierno alemán está siendo percibido internacionalmente y tomado en serio», se ha enorgullecido el canciller, «hemos asumido la responsabilidad de liderazgo en la OTAN. Si no nos hubiésemos endeudado tanto, la OTAN se habría desintegrado».
Merz ha defendido sus presupuestos y ha subrayado que el estado de ánimo de las empresas está mejorando por primera vez desde la pandemia. Su objetivo es que «la deuda permita invertir en infraestructuras de transporte y en la protección del clima. Sabemos que se trata de una carga considerable para los presupuestos futuros, pero esta es la única manera de hacer posible la inversión y crear nuevos puestos de trabajo».
Ha anunciado para otoño una reforma integral de las ayudas sociales, pero «sin espumar por la boca y sin discriminar a los extranjeros». Al respecto, ha imcumplido su promesa electoral porque valora reducir el impuesto a la electricidad para las empresas, pero no para los ciudadanos. Esto no ha convencido, a pesar de haber aportado datos, al menos en un contexto de deuda ilimitada como el que él mismo ha propiciado.
Ha resultado más persuasivo, sin embargo, defendiendo su política migratoria: «Hemos establecido el primer rumbo para frenar la migración irregular. Los solicitudes de asilo han caído un 43% y se han evitado miles de entradas ilegales mediante rechazos y órdenes de detención».
Mientras, en materia de asuntos internos, sus resultados se hacen esperar, su proyección al exterior es mucho más lucida. Merz ha presumido en el Bundestag de estar en estrecho contacto con el presidente de los Estados Unidos, habiendo así rehecho una relación rota, y de estar mediando en la disputa aduanera. Ha defendido también la estrecha colaboración con los países europeos. «Alemania por sí sola no lograría nada», ha dicho, y se ha mostrado cautelosamente optimista sobre un acuerdo a finales de mes.
Su objetivo ahora es «dar a todo el mundo el coraje y la confianza en que vale la pena trabajar en Alemania y que es un placer vivir aquí». «Es una gran fortuna vivir en libertad y paz en un país«, ha subrayado, contra el deseo no explícito de AfD, al que Weidel no se ha referido, de reorientar la política exterior alemana hacia Rusia, un país con gobierno autoritario y en guerra.