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¿Por qué leer menos fomenta la política más idiota?

Una influencer ha planteado el debate cultural más intenso de la rentrée en España al defender la estética de una estantería sin libros con el chirriante argumento de que leer no nos hace mejores personas: «Hay que empezar a superar que hay gente a … la que no le gusta leer». Toda una apología del analfabetismo funcional a la altura de la inolvidable indicación de Georgina a su decoradora: «No me pongas libros para no limpiar mucho el polvo».
Aunque las mujeres suelen leer mucho más que los hombres, esta polémica coincide con el diagnóstico cada vez más preocupante de que la lectura está en peligro. Como recuerda ‘The Economist’, múltiples estudios realizados en distintos lugares coinciden. Los adultos leen menos. Los niños leen menos. Los adolescentes leen mucho menos. A los niños muy pequeños se les lee cada vez menos; y en familias de limitados recursos no se les lee nada.
Con el agravante de que el futuro no es nada esperanzador a la vista del atajo intelectual que representa la Inteligencia Artificial. Aunque, no siempre fue así. En cualquier episodio de la serie ‘Downton Abbey’, a caballo entre los siglos XIX y XX, llama la atención como tanto los aristócratas como su servicio doméstico, siempre están leyendo: libros, periódicos, revistas… Hasta Carson, el mayordomo, se atreve a citar a Shakespeare para despedir a Violet Crawley, condesa viuda de Grantham.

Este retroceso lector refleja una grave carencia en hábitos de esfuerzo y concentración. La atención se ha convertido en el bien más buscado y monetarizado de nuestro tiempo. El gran problema es que sin lectura es casi imposible fomentar el pensamiento crítico. Y nuestros políticos lo saben. Un reciente estudio de los discursos en el Parlamento de británico ha cuantificado una alarmante reducción de un tercio durante la última década, con el presidente de Estados Unidos utilizando un vocabulario pueril más propio de un alumno de secundaria. Sin matices, sin ideas complejas y sin debates de calidad –no Melody contra Brocano– las tontocracias triunfan.

El blindaje de Jerusalén, roto por dos 'lobos solitarios' palestinos

Además de ver agravada su crisis diplomática con España, Israel ha vivido este lunes uno de sus peores días desde que estalló la guerra de Gaza por el salvaje atentado de Hamás el 7 de octubre de 2023. En plena hora punta de la mañana, … dos terroristas palestinos de Cisjordania rompieron el blindaje del muro y las vallas fronterizas de Jerusalén y mataron a seis personas a tiros en el concurrido cruce de Ramot, uno de los principales accesos a la ciudad.
Entre las víctimas figura un ciudadano español que había emigrado desde Melilla, Yaakov Pinto, quien tenía 25 años y se había casado recientemente. Según informan los medios israelíes, los dos terroristas fueron abatidos por un militar que estaba fuera de servicio, un comandante de la nueva Brigada Hasmonean formada por ultraortodoxos, y otros civiles armados.
El atentado, el más grave sufrido en Jerusalén desde noviembre de 2023, tuvo lugar minutos después de las diez de la mañana (nueve de la mañana, hora peninsular española). Los terroristas, identificados como Mohamed Taha, de 21 años, y Muthanna Amor, de 20, llegaron al cruce de Ramot a bordo de un vehículo y abrieron fuego contra los viandantes y los pasajeros de dos autobuses. En el tiroteo utilizaron dos metralletas caseras ‘Carlo’, que se fabrican ilegalmente en Cisjordania y han sido utilizadas en numerosos atentados. La Policía detuvo a un vecino de Jerusalén Este al sospechar que había colado a los palestinos en la ciudad, según informa ‘Kan News’.

Junto al español fallecido, las otras víctimas mortales son una mujer de 60 años, un hombre de 28, otro de 57 y dos rabinos, de 79 y 43 años. Además, la refriega dejó una docena de heridos, de los que seis se encuentran en estado grave.
Aunque Hamás no asumió el atentado, se felicitó por el ataque y llamó a los palestinos de Cisjordania a «escalar la confrontación contra la ocupación y los colonos». En un comunicado, el grupo terrorista denominó el atentado como una «operación heroica» y lo atribuyó a «una respuesta natural a los crímenes de la ocupación y a la guerra de exterminio que se está librando contra nuestro pueblo».
Tal y como muestran las imágenes difundidas por las televisiones locales, y grabadas por cámaras a bordo de los coches, el tiroteo desató el pánico y la multitud que se agolpaba en el cruce de Ramot huyó corriendo bajo las balas que silbaban por todos lados. La escena recordó los oscuros días de los atentados suicidas en Israel a principios de este milenio. «Estaba el autobús, que estaba lleno. En el momento en que el conductor abrió la puerta, llegaron los terroristas. Fue horrible. Yo estaba en la puerta trasera y me caí sobre todo el mundo y escapé, salvándome», declaró al Canel 12 una mujer llamada Malka Cohen. Según contó, «hubo un tiroteo más allá de lo imaginable. No puedo creer que siga aquí».

El primer ministro Benjamin Netanyahu, quien tenía que declarar en una vista del proceso que sigue contra él por corrupción, suspendió su comparecencia judicial y se presentó en el lugar del atentado. «Una dura guerra contra el terror está teniendo lugar en todos los frentes», alertó mientras la Policía seguía acordonando la zona y recogiendo pruebas.
El primer ministro anunció que «estamos buscando y rodeando los pueblos de donde han venido los terroristas», Qatanna y Al Qubeibah, ambos en Cisjordania y al sudeste de Ramala, capital de la Autoridad Nacional Palestina. Aunque Netanyahu reveló que «el Shin Bet (servicio de Inteligencia interno), las Fuerzas de Defensa de Israel y la Policía han impedido cientos (de ataques), esta mañana no han podido». Además, prometió que «la lucha continúa en Gaza» y que Israel «destruirá Hamás como dijimos y liberaremos a todos nuestros rehenes».
En este sentido, su ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, abogó por que «la Asamblea Palestina desaparezca del mapa, y los pueblos de donde han venido los terroristas deberían parecer como Gaza hoy».
Poco antes del atentado en Jerusalén, a las seis de la mañana, cuatro soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel cayeron en una emboscada de Hamás contra un campamento en Yabalia, a las afueras de Ciudad de Gaza. Tras regresar un tanque de una patrulla nocturna, tres terroristas de Hamás dispararon al comandante, que se había asomado por la escotilla, y subieron hasta el vehículo blindado para arrojar una bomba en su interior, provocando la muerte de los cuatro militares. A tenor de la investigación inicial, otros soldados del campamento dispararon sobre los atacantes y dos de ellos resultaron heridos, pero lograron escapar.
A pesar de la guerra en Gaza, del lanzamiento de drones hutíes desde Yemen y del atentado en Jerusalén, la ciudad no perdió su ritmo cotidiano y, por la tarde, hasta se celebró una multitudinaria jura de bandera de soldados ante el Muro de las Lamentaciones. «Venimos aquí a mostrar lealtad a nuestro país porque vamos a luchar por él», decían varias mujeres soldado de unos 20 años. Protegidos por militares y policías fusil en ristre, una legión de judíos ultraortodoxos rezaban inclinándose repetidamente ante el muro a la sombra de la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, lugares sagrados del islam y uno de los motivos de disputa del conflicto palestino-israelí. Emulando el famoso eslogan de Trump, la leyenda en unos carteles con la bandera de Israel en los callejones de la ciudad vieja avisa de que la lucha seguirá: «Hacer que Gaza sea judía de nuevo».

Dimite el ministro del Interior de Nepal tras las protestas que dejan cerca de una veintena de muertos

Europa Press

08/09/2025

Actualizado a las 20:24h.

El ministro del Interior de Nepal, Rasmesh Lekhak, ha presentado este lunes su dimisión al cargo tras las protestas que están teniendo lugar en la capital, Katmandú, a raíz de la prohibición del acceso a las principales redes sociales por incumplir la legislación del país y que se han saldado con cerca de una veintena de muertos.
Lekhah –titular de Interior desde julio de 2024– ha trasladado su decisión al primer ministro nepalí, Sharma Oli, durante una reunión del gabinete celebrada esta noche, alegando motivos morales tras la muerte de 19 personas, mientras que más de 400 han resultado heridas.

Durante la jornada, los secretarios generales del Congreso del país asiático, Gagan Thapa y Bishwa Prakash Sharma, habían exigido su salida del Ejecutivo, según ha recogido el diario ‘The Kathmandu Post’.

De hecho, el centrista Partido Nacional Independiente (RSP), la cuarta formación política en la Cámara de Representantes, ha exigido la renuncia del primer ministro y nuevas elecciones anticipadas, alegando que el actual gabinete ha perdido su legitimidad.

Trump le cambia el nombre al Pentágono: «Departamento de la Guerra»

Donald Trump ha decidido resucitar un nombre con fuerte carga histórica. Este 5 de septiembre, el presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva para que el «Departamento de Defensa» pase a llamarse «Departamento de Guerra», el título que tuvo desde que lo creó George … Washington en 1789 hasta su reorganización en 1947 bajo Harry Truman. El secretario Pete Hegseth adoptará ahora el título de secretario de la Guerra, aunque formalmente el país no esté en guerra con nadie.
El Departamento de Defensa fue creado por la Ley de Seguridad Nacional que reorganizó las ramas militares tras la Segunda Guerra Mundial. Ese cambio se hizo por iniciativa del Congreso, no solo por orden ejecutiva. Para volver a llamarlo oficialmente «Departamento de Guerra» también se necesita una ley aprobada por ambas cámaras y firmada por el presidente. El senador Rick Scott presentó este mismo viernes el proyecto correspondiente.
Según justificó Trump: «Ganamos la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial… entonces se llamaba Departamento de Guerra, y para mí eso es lo que realmente es. La defensa forma parte de ello, claro, pero es necesario cambiarlo». El presidente, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, eludió el servicio militar en la era de Vietnam por un diagnóstico de espolones óseos en los pies, equivalente a una exención médica.

Lo que Trump pudo hacer por decreto es autorizar el uso del término en comunicaciones, ceremonias o documentos internos, como ya anunció. Pero para que el cambio quede registrado en el estatuto federal y en toda la administración pública, se requiere legislación del Congreso, que avanza rápido gracias a la mayoría republicana.

No es el único cambio

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha convertido los símbolos oficiales en terreno de batalla política constante. En su primer día rebautizó el golfo de México como «golfo de América». Aunque México y Cuba rechazaron la decisión, Google ya muestra el nuevo nombre para los usuarios en EE.UU. La presidenta Claudia Sheinbaum protestó y pidió que se corrigiera lo que consideró una imposición unilateral, pero pronto olvidó la causa.
En Alaska, la montaña más alta del continente volvió a llamarse Monte McKinley, anulando la decisión de Barack Obama en 2015 de reconocer el nombre nativo de Denali, «el Alto». Trump calificó aquel cambio de «afrenta a la memoria del presidente William McKinley», recordado por su política arancelaria. El parque nacional, sin embargo, seguirá llamándose Denali.
El Ejército también retrocedió sobre sus pasos. En Carolina del Norte, la base militar que había dejado de honrar a un general confederado en 2023, Fort Bragg, recuperó su nombre en febrero. Para sortear la prohibición legal de ensalzar a mandos de la Confederación, el Pentágono anunció que ahora rinde homenaje a otro Bragg: un soldado raso de la Segunda Guerra Mundial condecorado en la batalla de las Ardenas. «Bragg is back», celebró Hegseth.

Las fiestas nacionales tampoco escaparon

En mayo, Trump sugirió rebautizar el 11 de noviembre, Día de los Veteranos, como «Día de la Victoria en la Primera Guerra Mundial», e incluso señaló el 8 de mayo para conmemorar el triunfo en la Segunda Guerra Mundial. Aunque la Oficina de Personal mantiene la fecha como Día de los Veteranos, el presidente ya lo ha promovido en sus redes.
Alrededor del Congreso, algunos aliados republicanos han tratado de ampliar este mapa simbólico con guiños al mandatario. Un proyecto de ley buscaba renombrar el aeropuerto de Dulles como Aeropuerto Internacional Donald J. Trump, aunque quedó paralizado en comisión. Otro proponía que el metro de Washington pasara a llamarse «Trump Train». Incluso el Kennedy Center podría ver su ópera rebautizada en honor a Melania Trump si prospera una enmienda presentada este verano.
Con cada cambio, Trump busca proyectar una narrativa de restauración y victoria. «No somos solo defensa, somos la fuerza más letal del planeta», argumentó el senador Rick Scott al presentar la ley en el Capitolio. En la misma línea, Hegseth ha dejado claro que su objetivo es devolver al Ejército una cultura de combate sin concesiones: habla de «letalidad» como eje rector, ha impulsado la reversión de cambios asociados a la Confederación y ha defendido restricciones contra los militares transgénero, en sintonía con la visión de Trump de unas Fuerzas Armadas centradas exclusivamente en la preparación para la guerra y ajenas a lo que ambos consideran distracciones ideológicas.

Trump elige su propio club de golf como sede del G20 en 2026

Donald Trump ha decidido que la cumbre del G20 de 2026 se celebrará en su propio club de golf en Florida. El presidente anunció que el foro de las principales economías del mundo tendrá lugar en el Trump National Doral, en Miami, un … complejo que lleva su apellido y que ya trató de usar en 2020 para acoger la cumbre del G7. Aquel intento fracasó entonces entre acusaciones de conflicto de intereses y críticas de la oposición demócrata, que denunciaron una violación de la cláusula constitucional que prohíbe a un presidente aceptar beneficios de gobiernos extranjeros.
La elección de Doral reaviva el mismo debate. En su primer mandato, Trump defendió que la reunión sería «mucho más barata» que en otros lugares y que su resort acogería a los líderes internacionales «a precio de coste, sin beneficio alguno». Finalmente, la pandemia obligó a cancelar la cumbre física y el encuentro de 2020 se celebró por videoconferencia.

Esta vez, sin embargo, Trump parece dispuesto a reunir allí a los líderes mundiales. La Casa Blanca lleva semanas preparando la cita, como delató un cartel con el lema «G20 Miami 2026» que se vio en junio en el edificio de oficinas contiguo al ala oeste. Este viernes lo confirmó personalmente en la Casa Blanca: «Será en mi propiedad de Doral porque es lo que todo el mundo quería». Y añadió: «No ganaré dinero con ello».
La confirmación de la sede llega en paralelo a la constante mezcla de negocios privados y agenda oficial que caracteriza su presidencia. El mandatario ha visitado en sus recientes viajes al extranjero otros campos de golf de su propiedad en Escocia, mientras sigue ingresando millones a través de inversiones privadas, clubes exclusivos y productos con su marca.
El trasfondo refuerza la polémica: además de su fortuna personal, Trump aceptó en estos meses para el Gobierno un lujoso Boeing 747 regalado por Catar, que tras una remodelación será su próximo Air Force One.
En su primer mandato un hotel cerca de La Casa Blanca era propiedad suya y diversas delegaciones extranjeras se alojaron en él cuanto estaban de visita. El hotel fue vendido después a la cadena Four Seasons.