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La condena a Álvaro Uribe genera conmoción y llamadas a la movilización en Colombia

Tras la condena del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez a 12 años de prisión domiciliaria, su partido, el Centro Democrático, y su círculo cercano han convocado a una marcha para el próximo 7 de agosto. La sentencia, dictada en primera instancia, lo encuentra responsable … de los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal. Esta decisión judicial se produce mientras Colombia se prepara para las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.
Mediante un comunicado, el partido fundado por Uribe expresó su respeto por las instituciones y la justicia colombiana. No obstante, aseguraron estar convencidos de que «hoy se está condenando a un hombre inocente: el presidente Álvaro Uribe Vélez, el líder que salvó a Colombia«. El documento califica la movilización como »el clamor de millones de compatriotas«.
La fecha elegida para la marcha tiene un doble propósito: enviar un mensaje al país de cara a las próximas elecciones, afirmando que «estamos a poco más de un año de poner fin a la noche oscura». También coincidirá con el Día de la Independencia de Colombia y el inicio del último año de gobierno del presidente Gustavo Petro, dándole un carácter simbólico para los seguidores de Uribe.
Además de la condena, Uribe, de 72 años, recibió una multa superior a los 822.000 dólares y la inhabilitación para ejercer cargos públicos durante los próximos ocho años.

Fallo con presuntas «irregularidades»

Tomás Uribe, hijo del expresidente, denunció supuestas irregularidades en la elaboración del fallo. A través de su cuenta de X, solicitó al «activismo ciudadano» investigar la autoría del documento. «El archivo de la sentencia contra Álvaro Uribe no es el original. Los metadatos muestran que sólo transcurrió un minuto y 11 segundos entre creación y edición», escribió.
También cuestionó que la jueza Sandra Heredia redactara una sentencia de 1.115 páginas en tan solo 15 días, y afirmó que el contenido es «idéntico a la teoría del magistrado Reyes», según citó la revista Semana.
Por su parte, Jerónimo Uribe, también hijo del expresidente, advirtió que Petro busca «perpetuar un Estado narcosocialista» en Colombia. En un comunicado, aseguró que el actual mandatario estaría desarrollando una ley para «beneficiar a narcos». Además, afirmó que Petro tiene «tres estrategias: 1) Acuerdos con organizaciones narco para controlar la votación en zonas cocaleras, 2) Acuerdo con Venezuela para permear zonas fronterizas, 3) Destruir opositores combinando instigación a la violencia y lawfare en contra de sus líderes».

Al respecto, el presidente Petro respondió en X que los señalamientos de Jerónimo Uribe son una «calumnia» y que su «estrategia» es la libertad de su padre. «Quien construyó la estrategia para la condena del expresidente Álvaro Uribe fue el mismo expresidente que inició el proceso denunciando a Iván Cepeda, y luego se puso en manos de la juez, al renunciar al Senado».

Reacciones de aliados políticos

Los aliados políticos de Uribe han reaccionado en redes sociales, aludiendo a intereses políticos detrás de la condena. La senadora y precandidata presidencial Paloma Valencia (Centro Democrático) comentó en X: «Dicen que le darán detención domiciliaria al presidente Uribe. De ser así, queda muy clara la intención política de sacarlo de la campaña. Se hace claro el propósito político».
El director nacional del partido, el excongresista Gabriel Jaime Vallejo, declaró que «los colombianos y el mundo deben saber que hoy se está condenando a un hombre inocente». Agregó que «queda claro que la justicia ha sido instrumentalizada con fines políticos. Queda claro que quieren arrasar con la oposición».
Por su parte, el expresidente Iván Duque (2018-2022) manifestó su indignación, declarando en su cuenta de X que «el terrorismo tiene a la justicia de su parte. ¡Miserables!». Añadió que «los consentidos del terrorismo se quejan ante la ONU y las organizaciones socialistas porque EE. UU. les impide perseguir a la oposición. Es mejor que busquen abogados para el 2026, porque responderán por crímenes de estado, persecución y vínculos con el narcotráfico».

El apoyo de la comunidad internacional

El líder de la oposición española, Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, defendió a Uribe, asegurando que es «un hombre íntegro» que ha luchado por su país. «Siempre ha defendido a Colombia de sus adversarios de manera democrática. La justicia no debe utilizarse para presionar a la oposición», escribió en X.
El apoyo de Feijóo se suma al de un grupo de 26 expresidentes de 13 países iberoamericanos, incluyendo a los expresidentes españoles José María Aznar y Mariano Rajoy. La Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo Idea), envió una carta a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Organización de Estados Americanos (OEA).
La carta, dirigida a Volker Türk (Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos), Margaret Satterthwaite (Relatora Especial sobre la Independencia de Magistrados y Abogados de la ONU), Albert Randim (Secretario General de la OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), solicita que «asuman la histórica responsabilidad de salvaguardar el Estado constitucional y de derecho en Colombia». Destacan que la sentencia penal está «plagada de anomalías, que ahora han derivado en una condena judicial de primera instancia».
Entre los firmantes se encuentran expresidentes de Argentina (Mauricio Macri), Bolivia (Carlos Mesa y Jorge Quiroga), Chile (Eduardo Frei), Colombia (Iván Duque), Costa Rica (Óscar Arias, Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez), Ecuador (Jamil Mahuad y Lenin Moreno), El Salvador (Alfredo Cristiani), México (Vicente Fox y Felipe Calderón), Panamá (Nicolás Ardito, Mireya Moscoso y Ernesto Pérez), Paraguay (Mario Abdo Benítez, Federico Franco y Juan Carlos Wasmosy), República Dominicana (Hipólito Mejía) y Uruguay (Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti). Por Venezuela, firmó el opositor Juan Guaidó.

Entre rechazos y celebraciones

Estados Unidos, a través del secretario de Estado Marco Rubio, reaccionó el lunes, antes de conocerse la pena, rechazando lo que consideró una persecución contra Uribe. Rubio escribió en X: «El único delito del expresidente ha sido luchar incansablemente y defender su patria. La instrumentalización del poder judicial por parte de jueces radicales ha sentado un precedente preocupante».
En contraste, el gobierno venezolano y figuras como Diosdado Cabello celebraron el miércoles la condena en su programa de televisión, comparando a Uribe con el jefe mafioso Al Capone. «Uribe paraco, por soborno, Al Capone, pues, asesinatos, narcotráfico», expresó Cabello. El número dos del gobierno de Nicolás Maduro también arremetió contra los opositores venezolanos que defendieron al exmandatario.

El emisario de EE.UU. promete más ayuda humanitaria tras una visita a Gaza

01/08/2025

Actualizado a las 19:54h.

El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, visitó este viernes la Franja de Gaza, arrasada por la guerra, y prometió un aumento de la ayuda humanitaria, después de que la ONU denunciara que las fuerzas israelíes dispararon contra cientos de palestinos que esperaban comida.
El viaje de Witkoff coincide con un aumento de las presiones contra Israel frente a la crisis humanitaria y la actuación de sus tropas.

La oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos informó este viernes que más de 1.370 palestinos murieron en Gaza desde el 27 de mayo en entregas de ayuda, 105 en los últimos dos días.

«La mayoría de estos asesinatos fueron cometidos por el ejército israelí», indicó la oficina de la ONU, que reportó que 859 personas murieron cerca de las instalaciones de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un organismo apoyado por Israel y Estados Unidos, y 514 a lo largo de las rutas de los convoyes de alimentos.

Trump liquida el sistema de libre comercio y sube el arancel medio de EE.UU. del 2 al 18%

El arancelazo de Donald Trump golpeó con fuerza este viernes a los países que rehusaron o demoraron el firmar acuerdos bilaterales. El peso de la nueva política comercial norteamericana se dejó sentir en todo el mundo, con estragos inmediatos en mercados, puertos y gobiernos. … De Asia a África, las naciones que no cerraron pactos con Washington se enfrentan en una semana a aranceles de hasta el 41%, marcando un giro radical en la estrategia de libre comercio que rigió el bloque occidental durante décadas.
El efecto de la revolución comercial de Trump 2.0 es un arancel medio en Estados Unidos por encima del 18%, según estimaciones de la Universidad de Yale. Esto supone que en 2025 la primera potencia económica tiene los impuestos a las importaciones más altos desde 1933. Es decir, de antes de la II Guerra Mundial, de la formación del nuevo sistema internacional de naciones y la popularización del libre comercio y la globalización. En enero, el arancel medio de Estados Unidos era de apenas el 2,3%.
Los más castigados hoy: Siria (41%), Myanmar (Birmania) y Laos (40%) y, de forma inesperada, Suiza (39%). A Canadá podría aplicársele un 35% en las próximas semanas si no renuncia a reconocer de forma unilateral el Estado de Palestina. Brasil queda en un limbo: aunque su impuesto oficial es del 10%, más de la mitad de sus exportaciones pagarán un 50% en represalia por el juicio contra Jair Bolsonaro, con excepciones para sectores clave como aeronaves, energía, café, zumo de naranja, metales preciosos y fertilizantes.

El caso de Suiza, y en particular de su enorme farmacéutica Roche, ilustra el peso de los nuevos aranceles sobre sectores muy sensibles como el médico. Aunque la empresa defiende que los medicamentos deberían quedar exentos para no comprometer el acceso de los pacientes ni obstaculizar la innovación, ya ha afirmado estar preparada para asumir los efectos del nuevo régimen. En un comunicado, Roche aseguró que ha reforzado su capacidad de producción en Estados Unidos, ajustado inventarios y transferido tecnología para evitar interrupciones. La empresa anunció en abril una inversión de 50.000 millones de dólares en EE.UU. en cinco años y ya emplea aquí a más de 25.000 personas. Eso es precisamente lo que Trump busca: más empleos y más producción en su país, a costa de los demás.
La preferencia de la Casa Blanca es dejar una horquilla de aranceles de entre el 10 y el 20%, con un correspondiente 0% para EE.UU., y asegurando cuantiosas inversiones extranjeras. Es, por ejemplo, el caso de la Unión Europea, que por una intervención in extremis de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se queda con un 15% con promesas de invertir más de 600.000 millones en sectores clave estadounidenses como el energético.

Argelia (30%)

Libia (30%)

Sudáfrica (30%)

Bosnia-Herzegovina (30%)

India (25%)

Vietnam (20%)

Indonesia (19%)

Filipinas (19%)

Japón (15%)

Unión Europea (15%)

Corea del Sur (15%)

Las bolsas abrieron a la baja este viernes, con caídas superiores al 1% en los tres principales índices de EE.UU., y descensos similares en Asia y Europa. Estas turbulencias han hecho ya en el pasado que le temblara el pulso a Trump, pero ya no. La Casa Blanca confirmó que los nuevos aranceles entrarán en vigor el 7 de agosto. Trump mantiene treguas temporales con China y México mientras siguen unas negociaciones a contra reloj.
La economía va bien y el crecimiento se estima del 3% en el segundo trimestre pero hay algunos signos, tenues, de preocupación. EE.UU. creó 73.000 empleos en julio y el desempleo subió al 4,2%, señal de una economía que resiste pero muestra signos crecientes de debilitamiento.
No se puede decir que haya beneficiados. El arancel más bajo, del 10%, quedó reservado para un grupo reducido de países con relaciones comerciales fluidas con Estados Unidos, como el Reino Unido, Botsuana, las Islas Malvinas y Costa Rica. Son excepciones dentro de una ofensiva arancelaria que ha castigado con dureza a gran parte del mundo.
Esta segunda oleada de aranceles sucede y modifica a la de abril que ya estableció otros baremos para la comunidad internacional. Los nuevos impuestos afectan a 82 de los 195 países.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, los ingresos por aranceles y aduanas ya superan los 150.000 millones de dólares (130.000 millones de euros) desde que Trump asumió la presidencia, lo que habría permitido cerrar el primer superávit presupuestario en un mes de junio en casi una década. Añadió que esos ingresos se dispararán aún más con la entrada en vigor de las nuevas penalizaciones arancelarias recíprocas.
Los nuevos aranceles podrían quedar en suspenso si prosperan los recursos judiciales presentados contra Trump. El expresidente se ha apoyado en la Ley de Poderes Económicos en Caso de Emergencia Internacional, una norma de 1977 que le permite regular el comercio exterior en situaciones excepcionales, pero que no menciona explícitamente la posibilidad de imponer tarifas. Grupos empresariales, organizaciones civiles y varios estados han llevado el caso ante los tribunales. En mayo, una corte especializada falló que Trump se había excedido en sus competencias.

La crisis política francesa complica el proyecto de Macron de reconocer el Estado palestino

Francia reconocerá Palestina en septiembre… si la crisis nacional francesa no lo impide. Emmanuel Macron anunció por vez primera el reconocimiento de Palestina el pasado mes de abril, presentado como un «acontecimiento histórico»: «Nuestro proyecto es co-presidir con Arabia Saudí una conferencia … que podría terminar lanzando un nuevo proceso de paz. En un momento u otro debemos participar en esa dinámica colectiva, apoyando a quienes defienden Palestina, y, al mismo tiempo, pueden reconocer a Israel. Es una manera de comprometernos en la seguridad colectiva de Oriente Próximo, saliendo al paso de quienes, como Irán, niegan a Israel el derecho de existir».
Semanas más tarde, a primeros de junio pasado, el mismo Macron anunció un ‘frenazo’ de tal proyecto, tras una sucesión de catástrofes que impedían llevar a la práctica tal ambición. Apenas un mes más tarde, la tarde de este jueves, el presidente francés anunció, a título personal, un nuevo proyecto de reconocimiento de Palestina, presentado como una decisión personal: «Fiel a su compromiso histórico con una paz duradera en Oriente Próximo, he decidido que Francia reconocerá el Estado de Palestina».
El ministro francés de Asuntos exteriores debe confirmar tal proyecto, a ‘materializar’ el mes de septiembre pasado, en Nueva York, en la Asamblea general de Naciones Unidas. Tan ambicioso proyecto histórico deberá sortear la grave crisis política e institucional de Francia, la más grave desde la fundación de la V República, entre 1958 y 1962.

Tras seis meses de negociaciones, sin éxito, el Gobierno de Emmanuel Macron, con François Bayrou como primer ministro, decidió irse de vacaciones, hace semanas, ante la imposibilidad de aprobar los presupuestos del Estado, en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento Nacional, aplazando hasta septiembre, precisamente la discusión de las cuentas de la Nación. Extrema izquierda y extrema derecha, las fuerzas mayoritarias en la AN, anunciaron que presentarían una moción de censura, si el gobierno de Bayrou, presidido por Macron, no respetaba sus «líneas rojas».
El reconocimiento de Palestina no tiene nada que ver con la estabilidad del Gobierno francés. Pero un reconocimiento palestino con una Francia caída de hinojos en su crisis política, al borde de una moción de censura, daría una imagen ‘confusa’, de una ‘utilidad’ práctica muy relativa, complicando muy mucho las relaciones de París con el Ejecutivo de Alemania, sencillamente hostil al reconocimiento proyectado por Macron. En la misma línea, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, ha publicado un comunicado en la red social X donde reconoce que Washington «rechaza enérgicamente el plan de Emmanuel Macron de reconocer un Estado palestino en la asamblea general de ONU». Además, denuncia que «esta imprudente decisión sólo sirve a la propaganda de Hamás y hace retroceder la paz». «Es una bofetada a las víctimas del 7 de octubre», ha añadido.
Dos días antes del anuncio macroniano sobre Palestina, Bruno Retailleau, ministro del Interior y líder de la derecha histórica, declaró que «el macrocosmo no sobrevivirá a Macron». Con esa declaración se confirmaba la incomprensión y no entendimiento del presidente con buena parte de su frágil y heteróclita mayoría parlamentaria relativa. Macron ha pedido a su primer ministro que «ponga orden» en su gobierno. ‘Orden’ o ‘desorden’ que tampoco será un argumento de peso para hacer la importancia de la deseada realidad del reconocimiento de Palestina.
Macron espera reconocer al Estado palestino el próximo mes de septiembre. Justo cuando los diputados franceses volverán de las vacaciones para abordar el espinoso problema de la aprobación o censura de los presupuestos del Estado. Si Marine Le Pen (extrema derecha) o Jean-Luc Mélenchon, extrema izquierda, anunciasen un proyecto de censura del Gobierno francés, entre septiembre u octubre, el reconocimiento de Palestina correría el riesgo de verse envuelto en la confusa y crítica crisis política nacional francesa.

Trump, cercado por las pruebas que lo vinculan con los papeles de Epstein

Entre las más recientes e incendiarias sospechas sobre la relación entre Donald Trump y Jeffrey Epstein destacan las declaraciones del propio Epstein, grabadas en 2017, en las que asegura que el hoy presidente tuvo su primer encuentro sexual con Melania a bordo de su … jet privado, el repugnantemente célebre ‘Lolita Express’. Las grabaciones, que no prueban ningún delito, han salido a la luz ahora a través del autor Michael Wolff, quien afirma haber sido confidente de Epstein durante años y posee más de cien horas de entrevistas registradas.
Es otro más de los viejos enemigos de Trump que reaparece para desempolvar un pasado más vinculado a Jeffrey Epstein, para exasperación del presidente. Quienes han hablado recientemente con el inquilino de la Casa Blanca describen un estado de desasosiego real: irritación por la persistencia del tema, malestar creciente por las exigencias -incluidas las de trumpistas que en otros frentes le son ciegamente leales- de que todo se sepa ya, sin más demoras. Que se publiquen los documentos, que se conozcan los nombres, que se despejen las dudas.
El problema es que el nombre de Trump figura decenas de veces en los archivos de Epstein. No es ninguna revelación explosiva a estas alturas. Durante al menos una década, fueron cercanos: compartieron cenas, fiestas, confidencias y fotografías. Salían juntos en Nueva York y en Palm Beach, y formaban parte del mismo ecosistema de poder, lujo y excesos. La relación se rompió en 2004, tras una disputa por la compra de una mansión en Florida. Pero, hasta entonces, el vínculo fue estrecho, habitual, casi público. Se sabe que Trump aparece en los registros de vuelo del ‘Lolita Express’, en las libretas de direcciones personales de Epstein, en fotografías con chicas muy jóvenes. Se sabe que Epstein hablaba de él como su «mejor amigo». Hace poco, hasta se publicaron imágenes de Epstein como invitado en la boda de Trump con Marla Maples, en 1993.

Nada de esto es nuevo. Lo que sí resulta nuevo -y potencialmente devastador para el presidente- es que, en mayo pasado, la fiscal general Pam Bondi le comunicó personalmente a Trump que su nombre aparece reiteradamente en los archivos oficiales del Departamento de Justicia relacionados con Epstein. Eso, que hasta entonces era evidente pero no admitido formalmente, se volvió oficial. Confirmado. Sellado.
Y lo verdaderamente inquietante para los muchos seguidores del presidente que llevan años reclamando transparencia total sobre el caso Epstein es lo que vino después: nada.
Los papeles se quedaron ahí. Enterrados. Inaccesibles. No se han desclasificado, no se han explicado, no se ha publicado una sola línea adicional. Y es precisamente esa opacidad la que ha encendido todas las alarmas.
Más aún porque uno de los motivos por los que Trump eligió como director y subdirector del FBI a Kash Patel y Dan Bongino fue, precisamente, porque ambos se habían pasado años en pódcast y programas prometiendo que, si llegaban al poder, lo sacarían todo a la luz: la verdad sobre el presunto suicidio de Epstein, la verdad sobre sus clientes, la verdad sobre los vídeos con menores usados para chantajear a políticos, jueces y millonarios.

Un cartel en Times Square (Nueva York) pide la publicación de los archivos de Epstein

AFP

Pero, al asumir sus cargos, ni Patel ni Bongino cumplieron. Pidieron paciencia, aseguraron que no había nada nuevo que revelar, y trasladaron la responsabilidad a la fiscal general Bondi. Esta, por su parte, cometió el error de fingir, al principio, que sí lo estaba haciendo. En febrero, organizó en la Casa Blanca una recepción para un grupo selecto de influencers afines, a los que entregó carpetas como si fueran documentos inéditos. Pero eran recortes censurados ya publicados años antes. Pura escenografía. Días después, durante una entrevista en televisión, se le preguntó directamente si pensaba divulgar la lista de contactos, clientes y aliados de Epstein. Su respuesta fue: «La tengo en mi mesa, lista para revisarla».
Y, una vez más, nada. Silencio. Archivo. Mutismo oficial. Y ahí sigue el caso. Pegado como sombra. Sin despejarse. Y cada revelación -por antigua, confusa o escandalosa que sea- vuelve a poner a Trump en el foco.

Lo que queda por salir

Lo que se sabe, de momento, por amigos en común entre él y Epstein es que su relación fue estrecha, frecuente y duradera, al menos durante una década. Trump aparece al menos siete veces en los manifiestos de vuelo del avión privado del financiero. Su número personal, el de su secretaria y el de Melania figuran en las agendas de Epstein. Hay al menos una fotografía pública de los dos, juntos con Ghislaine Maxwell y Melania, en una fiesta en Mar-a-Lago en febrero de 2000.
A eso se suman ahora los audios del biógrafo Wolff, que grabó a Epstein en su mansión de Manhattan mientras preparaba el famoso libro ‘Fuego y furia’. Epstein no solo detalla escenas sexuales que involucran a Trump, sino que lo retrata como un hombre sin amigos, sin empatía y con estallidos de cólera hacia sus propios empleados. Dice que le gustaba hacer preguntas íntimas a sus amigos sobre sus esposas mientras estas escuchaban por el altavoz, solo para seducirlas después. Y que se jactaba de haber tenido relaciones con mujeres negras durante su matrimonio con Marla Maples, usando expresiones despectivas.
Trump ha desmentido estas acusaciones, calificándolas de «mentiras» y atribuyéndolas a un intento de interferencia electoral a favor de Kamala Harris. Pero lo cierto es que las grabaciones -más de cien horas, según Wolff- forman parte de un archivo más amplio que podría ver la luz en cualquier momento. Y eso es lo que mantiene al presidente en vilo, según quienes lo frecuentan: no lo que se ha dicho ya, sino lo que aún queda por salir.
Alarmante para la Casa Blanca: Trump dijo en 2002, en una entrevista con la revista ‘New York Magazine’, una frase que ha sido ampliamente citada en el contexto de su relación con Jeffrey Epstein: «He conocido a Jeff [Epstein] durante quince años. Es un tipo estupendo. Es muy divertido estar con él. Se dice incluso que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas están en el lado más joven. No hay duda al respecto: a Jeffrey le gusta su vida social».
Esta declaración se hizo cuando la amistad entre ambos era aún pública y estrecha, y ha sido interpretada como una admisión de que Trump conocía -al menos en parte- las inclinaciones de Epstein por mujeres muy jóvenes. Aunque años después Trump se distanció del financiero, esa frase sigue siendo una de las más citadas cuando se examinan sus vínculos con este caso.

Un guardia de seguridad de la Embajada de EE.UU. en Oslo espiaba para Rusia e Irán

Tiene 27 años y la nacionalidad noruega, aunque es de origen africano. Se enfrenta a una condena de hasta 23 años de prisión por haber estado espiando para Rusia e Irán mientras trabajaba como guardia de seguridad en la Embajada de Estados Unidos en Oslo.
Este caso es uno más de los largos tentáculos de la Inteligencia rusa en las capitales europeas y pone especialmente de manifiesto la facilidad con la que el Kremlin se hacen con personal en puntos estratégicos. Esta historia ha obligado a Washington a cambiar los protocolos de seguridad en todas sus embajadas nórdicas.
Según la documentación judicial, fue el apoyo de Estados Unidos a Israel y al conflicto en Gaza lo que supuestamente llevó al hombre a ponerse en contacto con los servicios de inteligencia iraníes y rusos. Durante los interrogatorios alegó que las imágenes de niños muriendo en Gaza le impresionaron y sintió que debía hacer algo.

Ha expuesto que fue él quien tomó la iniciativa de contactar con los servicios de inteligencia extranjeros, a través de internet, y que posteriormente fue entrevistado por agentes que le encargaron varias tareas. Fue así como empezó a servirse de su acceso a la Embajada de Estados Unidos en Oslo para recabar material y entregar información clasificada a las autoridades iraníes y rusas.
Los intercambios, según la estrictas instrucciones que recibía, tuvieron lugar tanto en Noruega como en Turquía y Serbia, países a los que viajaba teóricamente como turista. Se le acusa de intento de violación de la sección 122 del Código Penal, que trata de actividades graves de inteligencia contra secretos de Estado, y la sección 126 del Código Penal, que se aplica a otras actividades ilegales de inteligencia que puedan dañar los intereses de otros estados.
Entre la información confidencial que entregó había planos de la Embajada, fotos de las instalaciones del garaje y el equipo técnico, listas de información personal de los empleados y sus familiares, así como nombres de los mensajeros de inteligencia y rutinas de visita y detalles de seguridad. La filtración de esta información ha representado un riesgo de seguridad significativo tanto para la Embajada como para los empleados y los intereses estadounidenses.
Parte del personal ha debido ser transferido y los protocolos de seguridad cambiados para intentar cubrir esa brecha, aunque hay cuestiones estructurales que no son susceptibles de cambio, por lo que algunas de las tareas que cumplía esta sede de la Administración estadounidense han sido reubicadas en otras sedes diplomáticas de la región, cuyo personal es ahora sometido a controles más estrictos.
A cambio de sus tareas de espionaje, recibió 10.000 euros procedentes de Rusia en una cuenta bancaria personal y una cantidad no determinada de bitcoins con los que le pagaba la agencia iraní. Los pagos se camuflaron transfiriendo el dinero a amigos y familiares que más tarde cumplían con la correspondiente transferencia. Debido a estos cobros, además de la acusación de espionaje, la Fiscalía de Oslo le ha acusado de fraude fiscal y en el pliego de acusación figura una evasión de más de 400.000 coronas noruegas en ingresos en 2023. Ese año declaró oficialmente haber ingresado solamente 57.000 coronas noruegas.
Este juicio «hará historia en Noruega», según el fiscal Carl Fari. El acusado ha admitido los hechos, aunque niega su culpabilidad. Sus abogados defensores han declarado que ha contribuido significativamente a la investigación y que ha identificado a uno de los agentes rusos con los que contactó y mantuvo varias entrevistas a cambio de un trato más favorable.
«Ha sido sincero y ha puesto todas sus cartas sobre la mesa, ha proporcionado información valiosa que ha llevado a la aclaración de los hechos, no solo de este expediente, sino también de gran importancia y más allá de este caso, para los intereses de seguridad noruegos y la prevención general», ha aducido la abogada defensora Inger Zadig en un comunicado. El Tribunal de Distrito de Oslo ha reservado dos semanas para la audiencia principal, que comienza el lunes 19 de agosto, que contará con medidas especiales de seguridad.
«Es un caso muy grave», ha declarado a la Fiscalía el responsable del Servicio de Seguridad de la Policía Noruega Politiets sikkerhetstjeneste (PST), Thomas Blom. Este organismo noruego es el equivalente al CNI español y se encarga de proteger la seguridad nacional frente a amenazas como el terrorismo, el espionaje y el extremismo.
Las evidencias que han ido surgiendo a lo largo de la investigación evidencian la facilidad con la que cualquier simpatizante de Rusia o Irán en Europa puede convertirse en espía para la inteligencia extranjera de un día para otro. El acusado nació y creció en Noruega, por lo que cuenta con la nacionalidad, pero el contexto cultural y religioso familiar es contrario a los intereses de su propio país.