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«Nos cansamos de guerra pero, si nos lo pide Al Sharaa, marcharemos a Jerusalén»

El olivo de los Hamada sigue en pie en medio de una casa de Beit Jinn, bombardeada dos veces en los últimos diez años. El árbol, casi centenario, es pura vida en un patio rodeado de dos edificios arrasados, uno por un barril bomba lanzado … por el Ejército sirio y otro por un cohete del Ejército israelí, hace dos semanas.
«Quieren echarnos de aquí para quedarse con nuestra tierra y expandir Israel, pero no nos iremos», dice Fátima Deeb, abuela de la casa, quien abrazó a sus nietos en la noche del ataque y se refugiaron en el corral con las cabras. Tiene 76 años y repite una y otra vez que «es muy difícil tener como vecino a tu enemigo».
Desde la caída de Bashar al Assad, los israelíes ocupan una parte del sur de Siria y han lanzado miles de bombardeos. Beit Jinn, a las faldas del monte Hermón, en cuya cima los israelíes han colocado una base, ha sufrido dos operaciones terrestres en los últimos seis meses.

En la primera, los soldados entraron en el pueblo y se llevaron a siete hombres, entre ellos a Mohamed, nieto de Fátima, de quien no tienen noticias desde ese momento. En la segunda, a finales de noviembre, se llevaron a tres, pero los vecinos se defendieron y estalló una batalla que acabó con 13 muertos y seis soldados heridos. Uno de los que se llevaron fue Ali, hijo de Fátima, liberado hace unos días.
La historia de Beit Jinn, de unos 5.000 habitantes, es la de un pueblo que se levantó contra Assad y desde 2012 hasta 2018 permaneció rodeado por las tropas del régimen. Gracias a su situación geográfica, a unos pocos kilómetros de la frontera, Israel se convirtió en un inesperado aliado que suministró armas, municiones y atención médica a los combatientes islamistas del Ejército Libre.
Los milicianos heridos fueron evacuados a hospitales del país vecino y recibieron tratamiento. «Había una estrecha colaboración entre nosotros, pero desde la caída del régimen no paran de atacarnos y nos llaman ‘terroristas’, no hemos disparado una sola bala contra ellos, lo que pasó aquí es defensa propia, nada más. Entraron a nuestras casas a llevarse a nuestra gente y eso no lo vamos a permitir. En su primera operación no reaccionamos, en la segunda sí. Ellos son los terroristas porque aterrorizan a la gente», denuncia Abu Farez al Badawi, comandante de brigada del entonces ejército rebelde.
La cooperación con los israelíes acabó en 2018, cuando firmaron un acuerdo con Damasco y aquellos que se negaron a dejar las armas fueron expulsados a Idlib. El comandante entrega la pistola a uno de sus hijos antes de seguir hablando frente a uno de sus coches acribillado por los disparos. Insiste en que aquí no hay grupos organizados, que el pueblo resiste sin ayuda de Damasco y les sugiere a los israelíes «que no se dejen engañar por Benjamin Netanyahu, que solo busca guerras y más guerras para seguir en el poder. Estamos cansados de guerra, queremos respirar y vivir una vida normal pero, si Abu Hassein al Sharaa nos lo pide, marcharemos a Jerusalén«.
De momento, el presidente sirio, exlíder de Al Qaeda, solo envía mensajes positivos y de estabilidad regional. En el reciente Foro de Doha, Al Sharaa declaró que «no estamos interesados en ser un país que exporta conflictos, ni siquiera a Israel», pero Israel no escucha y refuerza la ocupación militar de Siria.
Por su parte, el excomandante Al Badawi muestra las cicatrices de la guerra civil, durante la que recibió balazos en el pecho, cuello, nariz y pierna izquierda. Este pueblo perdió a más de 600 hombres en la lucha para derrocar a Assad y promete seguir resistiendo ahora a Netanyahu.

Sin refuerzos de Damasco

Las fotos de los caídos están presentes en la escuela y mezquita. Qassem Hamadah rebusca objetos personales entre los escombros de la casa familiar. La sangre de uno de sus hijos se ha secado en el suelo de lo que era la cocina. Un proyectil destrozó la vivienda de dos plantas y acabó con la vida de sus dos hijos, su nuera y dos nietos.

Siria
Los supervivientes de los ataques isralíes entre los escombros de su ciudad
Mikel Ayestaran

Los únicos supervivientes son sus nietos Ali, de 10 años, y Sham, de uno. «Nadie les disparó desde aquí, se volvieron locos cuando tuvieron heridos en las calles y empezaron a disparar contra las casas. ¿Por qué atacan a quienes ellos mismos formaron y armaron? ¿Qué ha cambiado para que ahora seamos ‘terroristas’?», se pregunta Qassem.
Su vecino, Mussa, asiente con pena y comenta que «ya tenemos bastante lucha para sobrevivir, encontrar trabajo y superar el invierno helador como para sufrir estas operaciones. Además, estamos solos, el Gobierno solo ha enviado condolencias, nada más. Aquí no ha llegado ni un solo hombre de refuerzo. Los únicos militares en la zona son los israelíes».
Los campos de nogales, cerezos y manzanos se extienden entre montañas nevadas. La niebla impide la imponente visión de la cima del Hermón, de 2.800 metros, nueva atalaya de Israel para controlar las fronteras con Líbano y Siria. Beit Jinn mira a las colinas vecinas con el temor de ver de nuevo descender a los vehículos enemigos, que tienen posiciones a solo dos kilómetros de distancia. «Si vuelven habrá un baño de sangre», advierte el excomandante Al Badawi.

Qatar y Turquía fuerzan el retraso de la entrada en vigor del plan de Gaza de Trump

No habrá regalo de Navidad para Trump en Gaza, como tampoco parece que será el caso para los otros dos frentes donde busca la paz: Venezuela y Ucrania. De todos ellos, el que parecía más cercano parecía hasta hoy el de Oriente Próximo, tras el … acuerdo de alto el fuego logrado el pasado mes de octubre. La primera fase está ya virtualmente resuelta con el regreso a Israel de todos los restos de rehenes judíos (a falta de uno).
La fase que debería ponerse en marcha antes de finales de año es una de las cruciales: instalación de un gobierno tecnocrático (un Gabinete de Paz), acompañado por una fuerza multinacional con mandato de la ONU. Una vez que esos militares y policías, a las órdenes del gabinete interino, se hagan con el control de la Franja, el Ejército israelí deberá retirarse del todo a las fronteras anteriores a octubre de 2023.
Donald Trump acaba de decir que la ‘segunda fase’ tendrá que esperar a comienzos de año, es decir, enero de 2026 como muy pronto. Hay debate en torno a quién encabezará el equipo político/tecnócrata. Está claro que el jefe será el propio Trump, quien delegará en dos o tres personas de su confianza.

Hasta ahora parecía claro que el primer responsable sería el ex primer ministro británico Tony Blair, admirado por todos por su labor mediadora desde que dejó el poder en 2007. Curiosamente ese año también anunció su conversión al catolicismo, y esa circunstancia agrada muy poco a los países árabes, que piden a Trump que elija a otra persona. En el equipo de Gaza estarían también el yerno de Trump, Jared Kushnner, y su enviado especial a la región, Steve Witkoff.
Más compleja es aún la dimensión militar de la ‘segunda fase’ para Gaza. La llamada Fuerza Internacional de Estabilización debe tener como cometido la seguridad de la población de la Franja, y eso pasa ineludiblemente por el desarme de Hamás, el movimiento radical palestino que aún mantiene milicianos y arsenal en el dédalo de túneles subterráneos de Gaza.
¿Quién pondrá el cascabel al gato? Ninguno de los países suministradores de tropas –deben ser musulmanes según lo estipulado– a los que la Administración Trump se dirige parece dispuesto a enfrentarse a Hamás en su terreno, para forzarles a entregar las armas. Azerbaiyán ha dicho que no, Turquía podría estar dispuesto a hacerlo pero Israel le veta por su afinidad con Hamás, Egipto se mantiene a la espera.
Por su parte Qatar, el riquísimo y pequeño emirato que quiere jugar un papel protagonista en el conflicto, se ha puesto del lado de Hamás en la disputa por la futura fuerza multinacional. En un encuentro celebrado en Doha el fin de semana pasado, el primer ministro catarí, Mohamed al Thani, dijo que la tregua es «de cartón piedra» porque el ejército israelí todavía ocupa parte del enclave. Además señaló que no puede forzarse a Hamás a entregar las armas hasta que no empiece a discutirse ni más ni menos que la negociación de un futuro Estado palestino.
Como fuego de cobertura, la influyente cadena árabe catarí Al Yasira ha entrevistado al que se muestra como líder de Hamás, Jaled Mashaal, quien una vez más subrayó que no habrá rendición ni entrega de armas en Gaza «hasta que no se instale un Gobierno palestino legítimo».

Maduro silencia el Nobel a María Corina Machado y saca pecho por las protestas en Oslo contra EE.UU.

Los medios oficiales del chavismo han descalificado el Premio Nobel de la Paz, otorgado a María Corina Machado en Oslo, y solo han publicado las declaraciones de las autoridades como Nicolás Maduro, la vicepresidente Delcy Rodríguez y el ministro del Interior, Diosdado … Cabello.
Las informaciones sobre la ceremonia de la entrega del Nobel y la tardía llegada de la galardonada a Oslo para recibirlo han sido minimizadas, quedando invisibles para el público en la cobertura periodística hasta el punto de que solo aparecen las opiniones parcializadas de las autoridades chavistas sobre el tema.
Las páginas digitales e impresas de los diarios oficiales como Venezolana de Televisión, la cadena Telesur y el diario ‘El Universal’ muestran la opinión dominante del régimen sin ningún trazo de posturas diferentes. Esto sin incluir las emisoras de radio tanto privadas como oficiales, que tienen prohibido informar sobre las actividades de María Corina Machado o de cualquier referente de la oposición, so pena de clausura o retiro del programa.

El régimen, sin embargo, utiliza todas las redes sociales disponibles en el mercado cibernético a su favor aunque no pueda controlarlas. Por ejemplo, TikTok fue el primer medio que usó la vicepresidenta Delcy Rodríguez para emitir sus declaraciones de que el «Nobel está manchado de sangre» y de que la ceremonia fue «un fracaso» y «un velorio» porque María Corina no había ido este miércoles a recibirlo por «miedo».
La opinión de la vicepresidenta se regó en todos los medios internacionales que recogieron su versión, pero no dijo nada después sobre la llegada tardía de la galardonada a Oslo en la madrugada después de pasar la travesía de la escapada por territorio venezolano por tierra, mar y aire hasta Noruega.
Los medios oficiales no publicaron este jueves nada sobre la fuga de María Corina a Oslo, pero sí sobre el día anterior de la ceremonia.
Ese día, Nicolás Maduro encabezó la marcha por el aniversario de la Batalla de Santa Inés. Cuando el corresponsal de CNN le preguntó si tenía algún interés en el Premio Nobel de la Paz, respondió que «a nosotros lo que nos importa es la vida del pueblo, la salud, el trabajo, la vivienda, la prosperidad de nuestra patria, la nueva economía. Uno tiene que preocuparse como presidente por la verdad de la gente, por los temas de la gente y no querer gobernar el mundo. Nadie puede pretender gobernar el mundo. Sencillamente, creemos en la diplomacia, el diálogo y el respeto».
Maduro también calificó el premio de «sangriento», pero no mencionó nada sobre la renuncia del cargo que le pidió el presidente del Comité del Nobel. Este también le instó a que reconociera los resultados de las elecciones del 28 de julio del año pasado.
Las declaraciones oficiales chavistas se han centrado en una protesta con varios cientos de personas que tuvo lugar el martes contra el Premio Nobel de la Paz en Oslo, que la han utilizado para descalificar el galardón y a María Corina Machado.

«La Sayo»

Por ejemplo, en Venezolana de Televisión, el ministro Diosdado Cabello tituló su programa como «María ‘La Sayo’ es la gran ausente del premio Nobel ¿tuvo miedo al pueblo noruego?». La Sayona es una leyenda popular de los llanos venezolanos.
Cabello se preguntó «cuál será la verdadera razón por la que la extremista opositora, María ‘La Sayo’ Machado, no asistió al acto de entrega del Premio Nobel de la Paz en la ciudad de Oslo en Noruega». Se refirió a la manifestación que tuvo lugar en la ciudad para protestar contra el premio concedido a la líder venezolana. «Hubo manifestaciones allá (…) y uno dice; nosotros cumplimos nuestra parte, entonces ella no fue. ¿Por qué? ¿Porque le tuvo miedo al pueblo manifestando en la calle o porque no movió gente ella?».
«Quiero agradecerle a los miles de noruegos que salieron a las calles para respaldar a Venezuela en su deseo de paz y desarrollo. Demostraron su apoyo diciéndole al mundo: ‘No a la guerra por el petróleo, no a la sangre por el petróleo’», añadió Cabello.
El diario ‘El Universal’ publicó que «Cabello no ocultó su indignación por lo ocurrido, y señaló que la maniobra noruega de nada sirvió, debido a que, en un acto sin precedentes, el director del Comité del Nobel, Jorgen Watne Frydnes, se quitó la careta de mediador para convertirse en «el portavoz de Vente Venezuela» (partido fundado por María Corina).
Según Cabello. «Frydnes llegó al extremo de pedir, en plena ceremonia, la renuncia del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, un acto de politización jamás visto en una entrega del Nobel de la Paz».

Trump desplegó cazas F-18 sobre el Golfo de Venezuela mientras Machado salía a Curazao

Dos cazas F-18 de la Armada de Estados Unidos sobrevolaron el martes el golfo de Venezuela durante unos 40 minutos en la misma franja horaria en la que María Corina Machado avanzaba en lancha hacia Curazao, según fuentes conocedoras del operativo. El vuelo, … encuadrado en el amplio despliegue militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe desde el mes de agosto, fue explicado por quienes coordinaron la fuga como una forma de cobertura disuasoria en un área donde Washington ha realizado operaciones contra embarcaciones sospechosas.
No hubo una escolta directa ni coordinación táctica con la lancha, pero el aviso previo al Ejército estadounidense para evitar confusiones y la presencia visible de los cazas en una zona reclamada por Venezuela crearon unas condiciones en que se redujo el riesgo de una interceptación mientras la líder opositora huía rumbo a Curazao arriesgando su vida en una mar brava.
Y es que, desde agosto, EE.UU. ha levantado en el Caribe un dispositivo militar sin precedentes recientes, que hoy suma unos 15.000 efectivos y combina medios navales, aéreos y de operaciones especiales. El centro del despliegue es el portaaviones USS Gerald R. Ford, el mayor del mundo, que llegó a la región en otoño y ha operado desde aguas cercanas a Puerto Rico y las Antillas.

Desde su cubierta, se sabe ahora, despegan de forma regular F/A-18 Super Hornet y EA-18G Growler, estos últimos especializados en guerra electrónica. A ellos se suman drones de gran autonomía como el MQ-4C Triton y aeronaves basadas en tierra en el antiguo complejo naval de Roosevelt Roads, reactivado para operaciones de este tipo desde septiembre.
El área de mayor actividad se concentra ahora frente a la costa venezolana, un corredor aéreo donde EE.UU. ha realizado recientemente vuelos para probar defensas, recopilar inteligencia y enviar señales políticas. En noviembre se registraron misiones simultáneas de Super Hornet, bombarderos B-52 y un RC-135W encargado de vigilar emisiones de radares.
El patrón observado estos meses recientes incluye órbitas prolongadas, la activación de transpondedores para mostrar abiertamente la presencia de los aviones como señal de advertencia y perfiles de vuelo propios de operaciones de presión sobre un adversario con sistemas de defensa aérea en constante alerta.

Trump autorizó operaciones de la CIA dentro de Venezuela y ha advertido de acciones militares directas, incluida una eventual incursión terrestre

La Operación Lanza del Sur, que agrupa estas actividades, se presenta oficialmente como un esfuerzo ampliado contra el narcotráfico, pero en la práctica ha adquirido dimensiones más bien estratégicas. El Gobierno de Estados Unidos acusa al régimen de Nicolás Maduro y al cártel de los Soles de participar en redes de tráfico de drogas y ha designado a la organización como grupo terrorista.
El propio Trump confirmó que autorizó operaciones encubiertas de la CIA dentro de Venezuela y ha advertido de acciones militares directas, incluidas operaciones de precisión o una eventual incursión terrestre. Esa combinación de fuerzas convencionales, inteligencia y operaciones especiales apunta a un marco de preparación más amplio que la simple interdicción marítima.
En paralelo, el flujo constante de aeronaves tácticas hacia la región sugiere un refuerzo sostenido de capacidades allí. En los días recientes se detectó el traslado de una unidad adicional de EA-18G desde la base de Whidbey Island a Puerto Rico, un movimiento inusual que incrementa la potencia de guerra electrónica disponible para posibles misiones de ataque.

Espacio aéreo internacional

El Mando Sur de EE.UU. insiste en que todas sus operaciones se desarrollan en espacio aéreo internacional y conforme al derecho internacional, pero la acumulación de medios y la repetición de maniobras frente a las costas venezolanas han elevado la tensión en un punto geoestratégico clave para el régimen de Maduro y los suyos.
Los F/A-18 Super Hornet que entraron en el Golfo de Venezuela son cazas polivalentes de la Armada de EE.UU., diseñados para misiones de ataque, escolta y dominio aéreo. Su alcance, capacidad de carga y sistemas de navegación permiten operar con precisión en espacios reducidos como el golfo, donde ejecutaron órbitas ajustadas durante unos 40 minutoss.
Los EA-18G Growler, Grizzly 1 y Grizzly 2, también implicados, son variantes especializadas del Super Hornet dedicadas a la guerra electrónica. Su función es neutralizar radares, bloquear comunicaciones y crear corredores seguros para cazas o bombarderos. En un escenario real de guerra, acompañarían a los F-18 para abrir brechas en las defensas venezolanas.

Su despliegue simultáneo encaja con semanas de actividad intensificada en el Caribe sobre un área que Venezuela considera extremadamente sensible

El MQ-4C Triton es un dron estratégico de vigilancia marítima de gran autonomía, capaz de permanecer más de 24 horas en vuelo y de cubrir miles de kilómetros con sensores infrarrojos y radares de barrido. Su misión en esa jornada del martes fue observar el espacio aéreo y marítimo frente a la costa venezolana, recopilar firmas electrónicas y coordinar información con plataformas tripuladas.
Su posición más alejada complementaba el cuadro situacional de un operativo que buscaba claridad total sobre cualquier reacción venezolana.
Su despliegue simultáneo este martes encajó con semanas de actividad intensificada en el Caribe y reforzó la capacidad de EE.UU. para sostener un nivel alto de presencia operativa sobre un área que Venezuela considera extremadamente sensible. Son también una advertencia a Maduro de qué podría suceder si expulsa o detiene a Machado en su regreso.

Merz llama a «reforzar masivamente el pilar europeo de la OTAN»

El canciller alemán, Friedrich Merz, ha adelantado que durante el fin de semana se celebrarán nuevas reuniones sobre la guerra en Ucrania, con la presencia de una delegación de Estados Unidos. La intención es prolongar estos contactos en Berlín hasta el lunes para profundizar … en asuntos como las posibles cesiones territoriales en Ucrania. En estos momentos es donde repara el proceso de paz.
Hasta ahora, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado rotundamente la cesión de territorio a Rusia. Las palabras de Merz sugieren que podría haber movimiento en ese sentido. El canciller alemán ha evitado referirse a la «modificación de fronteras por el uso de la fuerza» que desde en inicio de la invasión rusa ha formado parte del argumentario alemán.
«La principal cuestión aquí es qué concesiones territoriales está dispuesta a hacer Ucrania», ha señalado Merz respecto a sus conversaciones con el presidente estadounidense, Donald Trump, en una llamada en la que también participaron este miércoles el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Merz ha recordado que «hicimos la sugerencia de que nosotros, junto con la administración estadounidense, deberíamos finalizar las discusiones sobre los documentos».

Según ha precisado el canciller alemán, durante una rueda de prensa con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en Berlín, el último texto debatido y remitido a Washington se centra en las «concesiones territoriales que Ucrania podría aceptar». «Esta es una cuestión que el presidente ucraniano debe responder», ha insistido Merz, añadiendo que «podría haber una reunión a comienzos de la próxima semana» en la capital alemana para seguir avanzando en este diálogo sobre el futuro del territorio ucraniano.
En relación con la participación de Washington en ese posible encuentro en Berlín, ha puntualizado que «si la administración estadounidense participará o no en esta reunión depende en gran medida de los documentos en los que trabajaremos en ese momento», aunque se ha mostrado confiado en poder seguir colaborando con Trump en esta especie de ‘hoja de ruta’ sobre Ucrania.
Del mismo modo, explica que durante la conversación telefónica que ha mantenido con el presidente norteamericano, tuvo «la clara impresión» de que Trump se mostraba dispuesto a cooperar con los socios europeos. A su juicio, el líder estadounidense «sabe que los europeos quieren y deben ser escuchados con sus propios intereses», lo que, según el canciller, abre la puerta a una coordinación más estrecha entre Europa y Estados Unidos en la gestión del conflicto ucraniano. «Estoy razonablemente seguro de que lo lograremos», ha mostrado su esperanza de resultados de las conversaciones que se mantendrán el próximo lunes en Berlín.
Merz se ha distanciado indirectamente de la estrategia de seguridad estadounidense, pero ha subrayado que seguirá cumpliendo la cooperación transatlántica. «Donde podamos trabajar juntos con Estados Unidos en nuestro propio interés, más allá de la retórica, por supuesto seguiremos haciéndolo», ha confirmado, y sañalando que ve la nueva estrategia de seguridad estadounidense como un estímulo para querer ampliar el papel de Europa en la OTAN.
«Nos confirma que vamos por buen camino aquí«, ha afirmado, y ha llamado a «reforzar masivamente el pilar europeo de la OTAN», algo que considera en estos momentos una «prioridad absoluta». «Lo haremos como una Europa unida y fuerte. Mantener esta Europa unida incluso bajo presión y no permitir que nada ni nadie la divida es más importante que nunca. Necesitamos una Europa unida y fuerte como nunca antes», ha concluido.

El despliegue del misil Tomahawk

El canciller Merz, por otra parte, ha dejado claro que espera que Estados Unidos comience a desplegar armas de largo alcance en Alemania el próximo año, tal y como está previsto. «En este momento, no tengo motivos para dudar de los acuerdos que hemos alcanzado con Estados en la alianza de la OTAN. No hay anuncio ni pasos hacia la disolución de la promesa de seguridad mutua que nos hemos hecho», ha desvinculado el nuevo concepto de seguridad nacional de Trump a un posible cambio de planes.
Merz respondía con estas frases a la cuestión de si le preocupaba que el gobierno estadounidense pudiera retirar su compromiso de estacionar misiles de crucero Tomahawk en Alemania nuevamente, según el acuerdo alcanzado con la administración del expresidente estadounidense Joe Biden en julio de 2024, que incluye misiles de crucero Tomahawk con un alcance de hasta 2.500 kilómetros, misiles SM-6 y armas hipersónicas recién desarrolladas.
Trump todavía no ha hecho ninguna declaración pública sobre si tiene intención de implementar los acuerdos según lo previsto, y en la estrategia de seguridad publicada la semana pasada, el objetivo de Estados Unidos es que los europeos asuman la principal responsabilidad de su defensa en el futuro.

María Corina Machado: «Volveré a Venezuela cuando se den las medidas de seguridad, siga o no Maduro en el poder»

Doce horas después de haber aterrizado en Oslo, María Corina Machado ofrecía una rueda de prensa este jueves para compartir cómo había sido su salida de Venezuela, sus planes inmediatos y su opinión sobre la política de la Administración Trump en el Caribe.
«Si me preguntan si he recibido ayuda de Estados Unidos para salir de Venezuela, la respuesta es sí», concedió la líder opositora venezolana, que este miércoles pudo llegar a la capital noruega después de días de incertidumbre sobre si podría recoger el premio Nobel de la Paz, otorgado por su lucha por la libertad y la democracia en Venezuela.
Con el semblante sonriente, y vistiendo un traje blanco, Machado ha transmitido tranquilidad y felicidad al haber logrado el objetivo de llegar a Oslo, «para recoger este premio y llevárselo a los venezolanos». También por haber podido reencontrarse con su familia, equipo, compañeros de lucha.

No pudo evitar que le temblara la voz cuando mencionó a sus hijos, a los que no veía desde hace 16 meses por estar viviendo en la clandestinidad, debido a la persecución de Maduro. «Cuando los vi ayer me acordé inmediatamente de las madres que no pueden ver a sus hijos porque están presos o porque han dejado el país», señaló ante una sala llena hasta la bandera de prensa.
La pregunta más recurrente fue cuáles eran sus planes más inmediatos tras su salida: «Voy día a día, quiero estar con mi familia, trabajar con mi equipo y acudir a alguna cita médica», declaró Machado, que ha vivido aislada durante casi año y medio. Hace unos días, su hija Ana María Sosa reconocía que en los últimos tiempos había visto a su madre más desmejorada.
Pero no ha sido hoy así. La flamante premio Nobel de la Paz transmitía serenidad, y no esquivaba preguntas.
Sobre su regreso a Venezuela, se mostró tajante al afirmar que volverá, pero será «cuando se den las condiciones de seguridad necesarias, y esté o no Maduro en el poder». La permanencia del líder chavista en la presidencia no será un condicionante para volver.

«No me meto en la política de EE.UU.»

No faltaron las alusiones a las políticas y acciones de la Administración que afectan a Venezuela, como los ataques a narcolanchas y la amenaza de realizar una operación terrestre en territorio venezolano. «Yo no me meto en la política de seguridad de otros países», zanjó. Sobre la acusación de qué opinaba sobre la posible invasión estadounidense, aseguró que el país actualmente está invadido por Hizbolá, Irán, Rusia, Cuba…
Tras una hora de preguntas, Machado se retiró y no participará esta tarde en ningún acto público para estar junto a su familia.
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