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Witkoff visita a Putin en Moscú en un intento de mantener vivo el plan de Trump para Ucrania

El negociador jefe de Donald Trump para acabar con la guerra en Ucrania, su amigo Steve Witkoff, ha puesto este lunes rumbo a Moscú, donde se verá con Vladímir Putin este martes.La visita de una delegación estadounidense de alto nivel al presidente … ruso será un nuevo intento por parte de EE.UU. de mantener vivo el plan de Trump para alcanzar un acuerdo en Ucrania, en medio de acusaciones a Witkoff de favorecer los intereses de Rusia en las negociaciones.
El encuentro pondrá la pelota en el tejado de Putin. Se produce después de que el propio Witkoff y Marco Rubio, secretario de Estado y asesor de seguridad nacional de Trump, se reunieran el domingo con una delegación ucraniana en Florida para avanzar las negociaciones. Y también después de que un polémico plan de paz de 28 puntos -diseñado por Witkoff de la mano con Rusia-, fuera modificado tras negociaciones con Ucrania.

Tanto Ucrania, como sus socios europeos, como los congresistas en EE.UU. más vinculados a la causa ucraniana, criticaron ese plan inicial como prorruso. Incluía concesiones formidables a las que Ucrania se ha negado durante meses de negociaciones, como la cesión completa del Dombás o la renuncia garantizada a la OTAN. Esas críticas vinieron acompañadas de una filtración de una llamada telefónica de Witkoff con un alto cargo ruso en la que se veía cómo el negociador de Trump asumía las posiciones de Rusia y asesoraba a sus interlocutores sobre cómo convencer al presidente de EE.UU.

Control total del Dombás

«Creo que hay buenas posibilidades de llegar a un acuerdo», aseguró Trump, en su optimismo proverbial, el domingo por la noche. Eso dependerá de cuánto esté dispuesto Putin a mover las fichas del tablero. A finales de la semana pasada, en una visita a Kirguistán, Putin aseguró que está dispuesto a mantener «conversaciones serias» con Witkoff, a quien ya recibió en Moscú la pasada primavera, sin gran éxito diplomático. También dijo que el plan de Trump «puede ser la base de futuros acuerdos» pero que, en cualquier caso, no habrá paz mientras Ucrania no repliegue sus tropas en posiciones clave, en una alusión al control total del Dombás.
La reunión en la capital rusa será una nueva prueba a la disposición real de Putin a buscar un acuerdo de paz. En esencia, el presidente ruso no se ha movido de sus posiciones, sabedor de que tiene mayor fuerza en el frente y con el plan de desgastar el apoyo a Ucrania de Trump, cada vez más frustrado con una guerra que prometió acabar «en 24 horas» y en la que no logra resultados.

La reunión en la capital rusa será una nueva prueba a la disposición real de Putin a buscar un acuerdo de paz

El presidente de EE.UU. ha dado bandazos en ese apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski, en una mezcla de presiones para que acepte cesiones que Ucrania considera «líneas rojas» y de apoyo a su causa. Por ejemplo, con el amago de enviar los poderosos misiles Tomahawk.
«Ucrania tiene algunos pequeños problemas difíciles», dijo este domingo, con «un asunto de corrupción que no ayuda», en referencia al que ha sido jefe de Gabinete de Zelenski, Andrii Yermak. Su dimisión deteriora la posición política de Zelenski y complica su mano para las negociaciones.
Witkoff llega a Moscú después de haber participado en esa reunión del domingo con Rubio y con la delegación ucraniana, liderada por el asesor de seguridad nacional y defensa de Zelenski, Rustin Usmerov.
Duró cuatro horas y, tras la conclusión, Rubio aseguró que las conversaciones lograron avances y Usmerov las calificó de «productivas y exitosas», sin dar más detalles. Pero el jefe de la diplomacia de EE.UU. dejó claro que nada está cerrado y que, en cualquier caso, los progresos dependen de Rusia.
«Queda mucho trabajo por hacer», reconoció Rubio. «Esto es delicado, es complicado, hay muchas piezas en movimiento. Y, obviamente, hay otra parte implicada que tiene que ser parte de la ecuación».

Trump defiende a Siria tras el último ataque israelí y pide a Netanyahu que no «interfiera»

01/12/2025

Actualizado a las 18:13h.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido a Israel que no desestabilice Siria y su nuevo liderazgo, días después de una operación mortal de las fuerzas israelíes en el sur del país.
«Es muy importante que Israel mantenga un diálogo fuerte … y verdadero con Siria, y que no ocurra nada que interfiera en la evolución de Siria hacia un Estado próspero», ha señalado Trump en su plataforma Truth Social.

El presidente estadounidense ha asegurado que está «muy satisfecho» con el desempeño de Siria bajo el mandato del expresidente islamista Ahmed al Sharaa, quien realizó una visita histórica a la Casa Blanca en noviembre.

Trump ha estado presionando para que se alcance un pacto de seguridad entre Israel y Siria desde que la coalición islamista de Al Sharaa derrocara al antiguo gobernante Bashar al Assad hace un año.

Los fabricantes de armas de Alemania se benefician de la amenaza rusa al subir sus ventas un 50%

La amenaza de Rusia y la guerra en Ucrania son las causas del gran aumento de ventas de la industria armamentística europea, que registró un 13% en 2024, según los datos del instituto de investigación para la paz de Estocolmo Sipri. Aunque la industria crece … un 6% a escala mundial, una cifra relativamente modesta, los fabricantes alemanes en particular están registrando aumentos de hasta un 50% y figuran como principales beneficiarios en Europa del proceso de rearme.
En este porcentaje juega sin duda un importante papel la decisión del Gobierno alemán de levantar el freno a la deuda anclado en la Ley Fundamental, y poder así abrir una línea de crédito ilimitada para el rearme, además de una política muy activa de reconversión de industrias orientada a este sector y de integración en el proceso de numerosas startaups, más ágiles en su innovación.
Este informe sobre las 100 mayores empresas armamentísticas del mundo, establece que los ingresos de las 26 mayores empresas europeas -excepto las de Rusia- crecieron en el último año hasta un total de 151.000 millones de dólares, el equivalente a unos 130.000 millones de euros, en comparación con el año anterior.

Las cuatro empresas alemanas en el ranking de Sipri —Rheinmetall, Diehl, ThyssenKrupp Marine Systems y Hensoldt— aumentaron en 2024 sus ingresos por operaciones de armas en un 36%, alcanzando los 14.900 millones de dólares (12.900 millones de euros), gracias a pedidos de sistemas de defensa aérea, munición y vehículos blindados. Se han convertido en los grandes señores de la guerra en Europa.
Según Sipri, Rheinmetall logró las mayores ventas de armas en Alemania el año pasado, con 8.200 millones de dólares, un aumento del 47% respecto a 2023 debido a «la creciente demanda de vehículos blindados y munición en relación con la guerra en Ucrania». En el escalafón de las mayores empresas armamentísticas del mundo, ocupa el puesto 20º.
Sus acciones han experimentado una evolución muy marcada en los últimos años: tras un fuerte impulso por el inicio de la guerra, alcanzaron máximos históricos por encima de 2.000 euros en 2025, aunque en los últimos meses han cambiado y actualmente cotizan en torno a 1.480–1.514 euros. Su capitalización bursátil actual es de aproximadamente 70.000 millones de euros y su directiva no otea todavía un punto de inflexión, incluso a pesar de las negociaciones de paz para Ucrania.
«Estoy totalmente relajado», decía recientemente su CEO, Armin Papperger, en una conversación con corresponsales extranjeros de Berlín sobre la senda descendente. El directivo de 62 años mantiene contacto casi diario con el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, y calcula que el Gobierno alemán podría adjudicar contratos a la empresa por un total de 20.000 millones de euros este año, estimando que «para mediados del próximo año, deberían ser 40.000 millones de euros».
Actualmente la empresa alemana está gestionando pedidos por un valor de 64.000 millones de euros, y las ventas siguen aumentando este año, un 20%, hasta alrededor de 7.500 millones de euros en los primeros nueve meses. Antes del final de año, espera cerrar contratos en torno a los mil millones, y sólo en munición. Junto con la italiana Leonardo, la empresa con sede en Düsseldorf quiere construir tanques en una empresa conjunta, y ya tienen el primer gran pedido.
Las ventas de otro gigante del sector alemán, Diehl, crecieron aún más, con 2.110 millones de dólares, un 53 % más que en 2023, gracias a pedidos de sistemas terrestres de defensa aérea y a un pedido importante de munición de artillería. ThyssenKrupp alcanzó ventas de 2.290 millones de dólares, con un aumento 12%, y Hensoldt 2.240 millones de dólares, con un aumento del 18%
Rheinmetall también está negociando en exclusiva con la italiana Leonardo, para hacerse cargo del negocio de camiones militares de Iveco antes de marzo y colabora con el gigante estadounidense Lockheed Martin en la fabricación de piezas de avión y construcción conjunta de cohetes.
La estadounidense Lockheed Martin es la de mayor facturación global, con alrededor de 64.650 millones de dólares en 2024, y con planes declarados de expansión en Europa. El responsable del negocio internacional de la empresa, Michael Williamson, ha declarado en público que la nueva cooperación con Diehl y las relaciones existentes con Rheinmetall y Hensoldt forman parte de esta estrategia.
El aumento de la tensión bélica internacional impulsa los ingresos de las cien mayores corporaciones de todo el mundo una media del 5,9%, hasta un total de 679.000 millones de dólares (585.570 millones de euros). La investigadora de Sipri, Jade Guiberteau Ricard, una de las autoras del informe, ha subrayado en su presentación en línea la contribución decisiva de Europa y la reposición de reservas en los países que suministran armas a Ucrania en el origen de estas cifras, así como la expansión de las propias capacidades defensivas europeas.
Ricard señala las enormes inversiones de las empresas europeas de armamento para ampliar las capacidades de producción, y advierte, sin embargo, que el «desafío creciente» de la adquisición de las materias primas necesarias puede suponer un obstáculo en este ascenso.

El devastador incendio en los rascacielos revela la corrupción y la censura en Hong Kong

Tras sofocar las llamas, retirar los cadáveres, investigar a la empresa responsable y atender a los desplazados -con ayuda de una apabullante movilización social-, las autoridades de Hong Kong tratan ahora de silenciar la creciente indignación provocada por el incendio del miércoles en el … complejo residencial de Wang Fuk, una de las catástrofes más devastadoras en la historia moderna del territorio que deja al menos 146 fallecidos según las últimas cifras oficiales.
La Policía efectuó en la tarde del sábado el primer movimiento en ese sentido, con la detención de un estudiante. Se trata de Miles Kwan, alumno de la Universidad China de Hong Kong, quien había iniciado una petición digital en la que reclamaba cuatro medidas: «Seguir apoyando a los residentes afectados y garantizar una reubicación adecuada»; «establecer una investigación independiente sobre el incendio, incluida la presunta connivencia [gubernamental]»; «reexaminar el marco de supervisión y regulación de las obras de construcción»; «responsabilidad de los funcionarios por negligencia regulatoria». Estas exigencias estaban plasmadas en los panfletos que Kwan repartió, con ayuda de otros dos jóvenes no identificados, en la tarde del viernes en la estación de Tai Po, la más cercana al lugar de los hechos.
Para ejecutar el arresto, las autoridades invocaron la Ley de Seguridad Nacional, impuesta en 2020 por el Partido Comunista de China para cercenar los derechos y libertades del territorio, de aquella equiparables a los de una democracia occidental. Este marco jurídico castiga hasta con cadena perpetua todo acto considerado «separatismo, terrorismo, subversión de los poderes del Estado o confabulación con fuerzas extranjeras», y ha acabado con la oposición prodemocracia, los medios de comunicación y la sociedad civil.

«Alborotadores anti-Pekín»

La Oficina para la Protección de la Seguridad Nacional celebró de manera implícita la detención por medio de un comunicado. El organismo amenazaba a los «alborotadores anti-China» que «aprovechan» el incendio para «sembrar el caos» e «incitar al resentimiento» contra el Gobierno, «actos extremadamente maliciosos e indignantes, que socavan la ética social y violan la ley», por los que afrontarán «severas consecuencias».

Los damnificados se quejan de que la reforma había sido adjudicada a una empresa más cara y con un historial de infracciones

Las autoridades habrían acusado a Kwan de «sedición», aunque todavía no ha realizado declaración alguna sobre el caso. Imágenes difundidas en las redes sociales muestran al estudiante esposado y rodeado de cinco agentes de paisano, que ya casi de madrugada le conducían a su domicilio para registrar el lugar.
Este episodio evidencia la indefensión de la ciudadanía hongkonesa en esta nueva realidad sociopolítica, que arrebata cualquier mecanismo de expresión colectiva que permita exigir una rendición de cuentas al poder político. «Al igual que en el Tíbet y Xinjiang, las demandas no políticas de la población están siendo cada vez más tratadas como demandas políticas, y las autoridades están decididas a aplastar toda iniciativa independiente», apunta Maya Wang, directora asociada para Asia de Human Rights Watch.

Trama institucional

Las investigaciones preliminares ya dan por hecho que el factor fundamental de la catástrofe fueron las planchas de poliestireno que cubrían las ventanas, instaladas con motivo de las obras de renovación de la fachada en marcha desde julio de 2024. Este material, altamente inflamable, provocó la expansión de las llamas a una velocidad «inusual» y la rotura de los cristales, lo que introdujo el aire ardiente en el interior de las viviendas.
La empresa ejecutora habría cubierto todas las ventanas por adelantado en lugar de ir piso a piso, «una manera de tramitar el cobro por adelantado», comenta un experto local consultado por ABC que prefiere mantener el anonimato. La alarma antiincendios, además, estaba desactivada. Las autoridades han detenido a once personas, entre ellas a tres responsables de la firma encargada del proyecto, Prestige Construction and Engineering, acusados de homicidio imprudente.
Sin embargo, la trama va más allá de una cadena de infortunios. «El incendio de Tai Po no fue solo un trágico accidente, fue el resultado previsible de un sistema roto en el que la gestión de las urbanizaciones, los contratos de renovación y la seguridad pública han estado durante mucho tiempo socavados por la connivencia, la manipulación de licitaciones y la total ausencia de rendición de cuentas», denuncia Chung Ching Kwong, analista de la Alianza Interparlamentaria sobre China.
Son múltiples las víctimas consultadas por este diario que expresan su enfado ante un desastre evitable. Para empezar, por la adjudicación del proyecto de renovación de la fachada a Prestige Construction and Engineering, pese a que la empresa había presentado la propuesta más cara -valorada en 330 millones de dólares hongkoneses (36 millones de euros)- y tenía un historial de infracciones.

Mientras los muertos suben ya a 146, las autoridades tratan de silenciar las críticas contra la concejal del distrito, Peggy Wong

En septiembre de 2024, los vecinos descontentos lograron destituir a la dirección de la asociación de propietarios, pero las obras ya habían comenzado. Desde entonces, el Departamento de Construcción llegó a reportar tres violaciones del protocolo antiincendios en las obras de Wang Fuk, la última de ellas el pasado 20 de noviembre, apenas una semana antes del devastador fuego.
Todo ello alimenta la indignación de los damnificados, que podría adquirir dimensión política una vez transcurrido el duelo inicial, en especial dada la presunta implicación en las licitaciones de la concejal del distrito, Peggy Wong, a la que varias fuentes han aludido. Así, el recién estrenado aparato represor ha entrado en acción para reafirmar, incluso frente al dolor, las reglas de este nuevo Hong Kong.

El heredero de Trump se decide en la guerra de Ucrania: Vance o Rubio

Era el penúltimo domingo de noviembre por la tarde y en la misión estadounidense de Ginebra el ambiente estaba ya muy cargado. La delegación ucraniana llegaba exhausta después de dos largos días de presiones del secretario del Ejército de los Estados Unidos, Dan Driscoll, … un amigo íntimo de J. D. Vance desde sus años en Yale. Este había venido repitiendo con dureza el mismo mensaje: aceptar antes de Acción de Gracias el plan de 28 puntos para la paz de la Casa Blanca –renunciar a la provincia del Dombás, un límite al tamaño de las fuerzas armadas ucranianas y veto total de entrada a la OTAN– o arriesgarse a la ira de Donald Trump y quedar a su suerte en el conflicto. Tenían de plazo hasta el jueves 27 de noviembre, Acción de Gracias, ni un día más.
Los europeos, inquietos, hablaban ya de que aquello se asemejaba a un degüello. Veían con alarma unas concesiones a Vladímir Putin, un regalo inesperado y chocante de Trump. Y entonces llegó Marco Rubio. El secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, ausente hasta ese momento en la elaboración del documento y en aquellos contactos, venía a arreglar las cosas. Su llegada cambió la temperatura de la sala: la imposición dio paso a una negociación más abierta y pausada. Según varios diplomáticos presentes, fue la primera vez en días que se respiró la posibilidad de un acuerdo que no obligara a Ucrania a aceptar su propia rendición, con concesiones sí, pero no inabarcables.
La paz en Ucrania –que se le resiste tanto a Trump– se ha convertido en el escenario donde en realidad se mide una nueva rivalidad soterrada entre el vicepresidente Vance y el secretario Rubio. De hecho, fue el equipo de Vance el que impulsó aquel plan de 28 puntos que tantos consideraron una lista de exigencias rusas sin modificaciones. En redes, el propio vicepresidente en persona lo definió como un intento honesto para «poner fin a un conflicto de cuatro años en Europa del Este» y se mostró furioso con quienes en su partido se oponen.

La magnitud del fiasco del plan fallido es enorme. A la mesa de negociaciones llegaron mediadores próximos a Vance, como Driscoll, que se sumaban a las gestiones de Steve Witkoff –amigo personal de Trump, empresario inmobiliario sin formación diplomática– y del propio Rubio.

Paz sin los ucranianos

Todo apuntaba a que el vicepresidente buscaba entregar al presidente un acuerdo de paz rápido, algo que sumar a la lista de logros con los que alimentar la idea de merecer el Nobel en una candidatura que debería quedar ya cerrada. Pero pronto quedó claro que se trataba de una paz sin los ucranianos y a costa de los ucranianos. Cuando la lista de exigencias a Zelenski se filtró, Witkoff llegó a insinuar por error, en un mensaje que pensaba que era privado, que seguramente lo habían filtrado los rusos.

Trump deberá escoger entre la postura que defiende Vance, cercana a Moscú, o la de Rubio, alineada con Kiev y Europa

El conflicto, en realidad, es triple: la guerra en Ucrania; la pugna interna de poder en la Casa Blanca, y la precampaña silenciosa hacia 2028, cuando Trump debe ceder el poder. Las tensiones llevan tiempo sobre la mesa. Fue Vance quien, en febrero, reprochó duramente a Zelenski en el Despacho Oval «no dar las gracias», mientras Rubio permanecía sentado en el sofá, ajeno al bochorno, casi resignado ante la escena.

Trump, junto a Vance y Rubio en el Despacho Oval

AFP

En aquellos meses, muchos daban por hecho que Marco Rubio tenía los días contados en la Administración. Era el ‘establishment’ en sí mismo: 14 años en el Senado y una confirmación unánime en la Cámara alta que incluso los demócratas celebraron con respeto. Vance era todo lo contrario. Su breve paso por el Senado –apenas dos años, de 2023 a 2025– fue incendiario, le hizo blanco de recelos, sobre todo tras su giro dramático desde calificar a Trump de «Hitler» hasta convertirse en su aliado más fiel. En ese contexto, la persona encargada de presionar a Kiev para que aceptara el plan fue Driscoll, cuyo principal activo no era su rango, sino su relación personal con Vance.

Poder silencioso

Pero Rubio fue ganando enteros. Mostró a Trump disciplina, discreción y un talante institucional que empezó a apreciarse tanto en Washington como en las capitales europeas. Se mantuvo al margen de la agitación causada por Elon Musk –cercano a Vance– y asumió más responsabilidades, incluida la dirección del Consejo de Seguridad Nacional y hasta ser Archivero. Es ya, de facto, el funcionario con más poder en materia exterior desde los tiempos de Henry Kissinger. En contraposición, la figura de vicepresidente suele ser, como mucho, la de un actor secundario en la política exterior, limitado a misiones puntuales y a un papel representativo que rara vez altera el rumbo real del gobierno.
Vance y Rubio se ven casi a diario y se coordinan en numerosas áreas. Pero son dos almas distintas dentro del Partido Republicano. Rubio, heredero del conservadurismo clásico: halcón en política exterior, firme defensor de Ucrania, Taiwán y de la alianza transatlántica. Vance, en cambio, encarna el aislacionismo contemporáneo: Europa como problema, Ucrania como carga y la convicción de que EE.UU. no debe comprometerse nada más allá de sus fronteras.
La elaboración del controvertido plan de los 28 puntos confirma esa división. Witkoff viajó a Miami para reunirse con Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso y enviado especial del Kremlin. Fueron tres días de conversaciones, parte de ellas en la propia casa de Witkoff. Allí se fijaron los elementos centrales del texto. Fue Vance quien llamó personalmente a Zelenski para exponer las condiciones. Después envió a Driscoll a Kiev para advertir de un colapso militar. El mensaje era inequívoco: la guerra estaba perdida, Kiev debía ceder.

Donald Trump, escoltado por Vance, Marco Rubio y Pete Hegseth

Reuters

El 18 de noviembre, con Mohamed bin Salmán en la Casa Blanca, Rubio recibió una copia del plan. Horas después, el medio digital Axios revelaba su existencia. El documento causó estupefacción. ¿Por qué presentaba la Casa Blanca un plan con todas las aspiraciones del Kremlin? ¿Por qué estaba escrito con giros y estructuras propias de una traducción defectuosa del ruso? Entre la confusión, Rubio decidió viajar a Ginebra.
Antes llamó a varios senadores. Según uno de ellos, Mike Rounds, Rubio les explicó que el texto «no era el plan de la Administración», sino «lista de deseos de los rusos». Lo dijo en un tono grave, casi de advertencia, subrayando que EE.UU. no podía asumir como propio un documento que parecía diseñado desde Moscú. Más tarde, ya en público, rectificó y afirmó que el plan estaba «elaborado por EE.UU.» con aportaciones rusas y ucranianas. El giro evidencia la tensión interna y confirma que Rubio trataba de reconducir la política exterior hacia posiciones compatibles con el Congreso y con los aliados de la OTAN.

La senda republicana

En Ginebra, Rubio se sentó junto a Witkoff, Jared Kushner, yerno de Trump, y Andy Baker, adjunto de Seguridad Nacional y mano derecha de Vance. Lo primero que hizo fue suspender el plazo de Acción de Gracias. Luego redujo las 28 exigencias a 19, dejando cualquier cuestión territorial en manos de los presidentes. Insistió: «Es solo un borrador».
Entre los diplomáticos europeos y de la OTAN, su intervención fue recibida con gran alivio. Dijeron dos de esas fuentes a ABC que el proceso se había vuelto «más lento» y «mejor». «Por primera vez desde el miércoles, Rubio controla la negociación», dijo una de ellas. Sin embargo, también advirtieron de la ausencia de una línea clara en Washington. Witkoff, Kushner, Driscoll actuaban con notable independencia, lo que hacía difícil prever el rumbo final.
Ante los apuros del vicepresidente, sus aliados ya se han movilizado, temerosos de que el Partido Republicano quede en manos de Rubio. La influyente organización Turning Point USA, tras el asesinato de su líder, Charlie Kirk, quedó bajo la dirección de su viuda, Erika. Esta declaró esta semana que apoyaría a Vance en unas futuras primarias y que esa era la voluntad del difunto fundador.

Marco Rubio goza de más crédito institucional, mientras J. D. Vance aglutina el entusiasmo de las bases trumpistas

Rubio permanece en su papel institucional, cuidando la relación con Europa, con el Capitolio –del que Trump depende para sus presupuestos y reformas– y con las estructuras del partido. Cualquier acuerdo de paz, si llega, deberá pasar por el Senado, un órgano más duro con Rusia de lo que suele ser la Casa Blanca. Y Rubio es, para muchos senadores, la figura fiable que puede devolver los términos de una negociación a un terreno razonable.
Al final, la realidad obligará a Trump a escoger. Una línea que se aproxima a las demandas iniciales de Moscú, representada por el plan de Miami y defendida por el círculo de Vance; o una estrategia más cercana a Kiev y a los aliados europeos, impulsada por Rubio. Y, aunque no lo diga en público, el Senado lo ha dejado claro: hoy Rubio goza de más crédito institucional, mientras Vance aglutina el entusiasmo de las bases trumpistas.

Steve Witkoff, el 'amigo invisible' de Putin

Donald Trump está en deuda con Steve Witkoff desde hace casi 40 años. El ahora presidente de EE.UU. se encontró con su actual negociador jefe para conflictos en todo el mundo una madrugada de 1986 en una cafetería ‘delicatessen’ de Manhattan. Witkoff … era entonces un abogado principiante de un despacho que trabajaba con Trump en una de esas negociaciones maratonianas para cerrar un acuerdo inmobiliario. Ambos habían bajado a uno de esos locales que abren toda la noche y tienen la plancha encendida, en la calle 39. Trump, que se había convertido en la sensación del negocio del ladrillo en Nueva York, se encontraba sin un duro en metálico. Witkoff le invitó a un bocadillo de jamón de york y queso.
Ese fue el germen de una amistad que se consolidó años más tarde, cuando Witkoff dejó la abogacía para seguir los pasos de su amigo, para invertir en el sector inmobiliario («Yo quería ser como él», ha dicho este año en una entrevista con Tucker Carlson).
Ahora los acuerdos que Witkoff tiene que cerrar para Trump van mucho más allá que la compra de un edificio en Manhattan. Él es el ariete de las negociaciones más delicadas de EE.UU. en todo el mundo. Una posición que ha venido cargada de polémica. En especial, tras la filtración de una llamada con Yuri Ushakov, mano derecha de Vladímir Putin para la negociación del fin de la guerra en Ucrania. En ella, Witkoff asumía posiciones que defiende Rusia –como la cesión completa de la provincia de Donetsk– y asesoraba a los rusos sobre cómo convencer a Trump.

Pero Witkoff también ha logrado éxitos rotundos. El mayor ha sido diseñar el acuerdo de paz entre Israel y Hamás que ha posibilitado, por el momento, el alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes que quedaban en manos del grupo terrorista palestino.
La reacción de Trump a la filtración de la llamada entre Witkoff y Ushakov fue decir que eso es algo «estándar» en una negociación. La realidad es que hay muy poco estándar en la diplomacia de Witkoff.

Se dice que Witkoff es unos de los pocos amigos íntimos de Trump

REUTERS

Trump ha colocado al frente de las grandes negociaciones internacionales de su segundo mandato –Gaza, Ucrania, liberación de prisioneros estadounidenses– a alguien sin ninguna experiencia diplomática, en relaciones internacionales o en seguridad nacional. Para Trump y sus aliados, esa es la clave de su valía: hacer las cosas de forma diferente, para lograr resultados nunca vistos.
Al mismo tiempo, al igual que a Trump, a Witkoff le han llovido las críticas por enriquecimiento personal. Uno de sus hijos es una de las cabezas de World Liberty Financial, la compañía de criptomonedas de los hijos de Trump, que han hecho negocio en los países del Golfo de forma paralela a la diplomacia de sus padres.
Witkoff, de 68 años, es neoyorquino, como Trump. Nació en el Bronx y se crió en los suburbios de Long Island, hijo de una familia judía de Europa del Este. Cuando empezó en el negocio del ladrillo, lo hizo con modestia, yendo a cobrar alquileres en bloques de apartamentos baratos. Según la leyenda, con un revólver atado al tobillo. Con sagacidad y osadía, acabó convertido en un tiburón inmobiliario.
En el proceso, forjó una gran amistad con Trump. En los negocios y en los campos de golf, afición que comparten. Dicen que es uno de los pocos amigos de verdad que tiene el presidente de EE.UU.
Con el regreso a Trump de la Casa Blanca, liberado de las ataduras que tuvo en su primer mandato, el presidente eligió a alguien sin ninguna experiencia pero con toda su confianza y su lealtad para ser su enviado especial por todo el mundo. Y eso es algo de lo que son conscientes los gobiernos de los otros países: Witkoff no será un diplomático, pero es la figura decisiva. Él es quien puede influir en Trump. Y por eso, como se ha visto en la negociación con Rusia, hay que influir en él.