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Decenas de heridos y más de 300 detenidos en las protestas en Francia contra la «austeridad»

18/09/2025

Actualizado a las 20:57h.

La gran jornada de huelgas y manifestaciones, convocadas por todos los sindicatos, unidos, no consiguió este jueves «paralizar Francia», como era su objetivo, víctima de una movilización muy inferior de lo esperado por las izquierdas. Según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, la jornada se saldó con 26 policías heridos y 309 arrestos.
Según la CGT, sindicato de origen comunista, más de un millón de manifestantes desfilaron en toda Francia, París y cerca de 300 ciudades de provincias. Según el ministerio del Interior, la movilización fue muy inferior: poco más de 500.000 manifestantes.

En una Francia de 68 millones de habitantes, un millón o medio millón de manifestantes son una movilización modesta o muy modesta. En París, la capital, todos los sindicatos, unidos, apenas consiguieron la participación de 55.000 manifestantes. Cifra irrisoria, poniendo de manifiesto el eco muy modesto de la convocatoria de ocho sindicatos y cinco partidos de izquierda.

Comparativamente, las manifestaciones de este jueves fueron mucho más modestas que las grandes jornadas de protesta de los últimos treinta años, cuando sindicatos y partidos de izquierda eran capaces de movilizar entre dos y tres millones de manifestantes para protestar contra cuestiones menos graves que la crisis sin precedentes que vive Francia, la más profunda desde la creación del Régimen, entre 1958 y 1962.

Trump se vuelca con Starmer pese a sus diferencias sobre Israel

«Los Estados Unidos y el Reino Unido han hecho más por este planeta que cualquier otra pareja de naciones en la historia de la humanidad», afirmó este miércoles Donald Trump al tomar la palabra en la rueda de prensa conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer … , en la residencia de Chequers, punto final de su visita de Estado de dos días. El presidente estadounidense, que se dirigió a la prensa después del anfitrión, insistió en que ambos países están «unidos para siempre» y reiteró que el vínculo transatlántico constituye, en sus palabras, «una relación como ninguna otra en el mundo».
Starmer había abierto la comparecencia agradeciendo la presencia del mandatario norteamericano y celebrando lo que definió como «un momento para renovar la relación especial entre nuestras dos naciones para una nueva era». Recordó que el Reino Unido y Estados Unidos han sido socios prioritarios en defensa y comercio, y destacó que la cooperación bilateral ha marcado de manera decisiva episodios históricos. «No es exagerado decir que la relación entre nuestras naciones ha dado forma al mundo», subrayó, antes de afirmar que el aniversario 250 de la independencia estadounidense, que se celebrará el próximo año, encuentra a Londres y Washington «más optimistas y confiados que nunca» sobre lo que pueden lograr juntos.
En su intervención, Starmer recalcó que la seguridad continúa siendo «la piedra angular» de la relación. Defendió un aumento del gasto en defensa y anunció la eliminación de trabas para facilitar proyectos conjuntos en nuevas tecnologías militares. «Nuestros soldados entrenan juntos y combaten juntos, nuestras industrias construyen juntas todo, desde cazas hasta los nuevos submarinos de la clase Aukus», afirmó.

El primer ministro también quiso subrayar la cooperación diplomática, aunque Trump se encargó de dejar claro que hay diferencias de opinión en algunos temas, como la crisis en Gaza y la posición sobre Israel. En relación con el conflicto en Gaza, Starmer habló de la necesidad de «poner fin a la catástrofe humanitaria, garantizar la entrada de ayuda, liberar a los rehenes y trabajar en un plan integral de paz que aporte seguridad a israelíes y palestinos». En cuanto a Ucrania, denunció que «en los últimos días Putin ha mostrado su verdadero rostro» con ataques de una intensidad inédita desde el inicio de la invasión, y afirmó que Londres y Washington reforzarán sus defensas y aumentarán la presión sobre Moscú para alcanzar un acuerdo de paz «duradero».

Una lluvia de elogios

Trump tomó la palabra con un tono cargado de elogios hacia el anfitrión y hacia la monarquía británica. Agradeció la recepción en Windsor el miércoles, donde fue agasajado por el Rey Carlos III y la Reina Camila, a quienes describió como «dos personas fantásticas», y calificó la visita de Estado como un honor que su esposa Melania y él «nunca olvidaremos». También tuvo palabras de apoyo para Starmer, a quien consideró «un gran negociador» y un líder que está «haciendo un gran trabajo», especialmente en su objetivo de elevar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB.
El presidente estadounidense presumió de la solidez de la economía de su país, destacando lo que llamó «máximos históricos» en los mercados bursátiles y cifras récord de empleo. Aseguró haber resuelto «siete conflictos que no podían ser negociados» y, aunque reconoció que confiaba en que la guerra en Ucrania sería la más fácil de encauzar, admitió sentirse «decepcionado» con Putin. «Pensé que sería el conflicto más sencillo por mi relación con él, pero me ha fallado», declaró.
La rueda de prensa estuvo marcada también por un desacuerdo explícito entre los dos líderes en relación con la creación de un Estado palestino. Preguntado por la posición del Reino Unido, que ha expresado su disposición a reconocer a Palestina en los próximos días, Trump replicó: «Tengo un desacuerdo con el primer ministro en ese punto. Quiero que los rehenes sean liberados ahora, de inmediato». Recordó el atentado de Hamás del 7 de octubre, «uno de los días más violentos de la historia de la humanidad», y relató que durante su mandato recibió a rehenes liberados que describieron experiencias «sin humanidad, sin compasión alguna».

El Gobierno británico anuncia proyectos de empresas tecnológicas de EE.UU. por valor de 172.000 millones de euros

Trump insistió en que no puede haber avances sin la devolución de los secuestrados y denunció que Hamás planea utilizarlos como «carnada» en futuros enfrentamientos. Starmer respondió diciendo que «coincidimos en la necesidad de paz y en la urgencia de una hoja de ruta, porque la situación en Gaza es intolerable», antes de añadir que ambos países trabajan en un plan más amplio en el que la cuestión del reconocimiento «debe ser considerada».
Otro de los temas abordados fue la inmigración irregular. Trump, al ser consultado por su consejo al primer ministro británico, aseguró que, durante la Administración Biden, millones de personas «procedentes de cárceles, instituciones psiquiátricas y organizaciones criminales» de otros países habían entrado en Estados Unidos sin control. Sostuvo que en los últimos meses su país ha logrado «cero ingresos ilegales», y dirigiéndose directamente a Starmer, afirmó: «Estás en una situación muy similar».
Y, si es necesario, también le sugirió recurrir incluso a las fuerzas armadas para detener la inmigración ilegal, «porque destruye a los países desde dentro». El intercambio dejó patente que, pese a la sintonía general mostrada en defensa, comercio y cooperación internacional, persisten diferencias en otras cuestiones sensibles.

Prosperidad tecnológica

Antes de la rueda de prensa, ambos mandatarios firmaron el denominado ‘Technology Prosperity Deal’ (‘Acuerdo de Prosperidad Tecnológica’). Este pacto busca situar la cooperación bilateral en innovación y desarrollo tecnológico en el centro de la relación, con compromisos de inversión de gigantes estadounidenses como Microsoft y Nvidia que suman decenas de miles de millones de libras y que, según Downing Street, permitirán la creación de unos 15.000 empleos en territorio británico.
En total, el Gobierno británico ha anunciado inversiones por valor de 150.000 millones de libras (172.000 millones de euros). Starmer presentó el acuerdo como una herramienta «con capacidad de cambiar vidas», al situar la inteligencia artificial como motor de prosperidad y libertad.
Trump, en cambio, lo vinculó con la ambición compartida de «cooperar para dominar el futuro de la inteligencia artificial».

¿Se pueden calificar las operaciones de Israel en Gaza de genocidio?

Calificar las operaciones militares de Israel en Gaza de ‘genocidio’ se ha convertido en una de las cuestiones más envenenadas en la opinión pública occidental, a raíz de las protestas internacionales y de la indefinición del Gobierno de Netanyahu sobre cuándo terminará la guerra. … La izquierda –la europea, porque la norteamericana está condicionada por la minoría judía, que vota demócrata– ha dictado sentencia. Israel está llevando a cabo un «genocidio sin paliativos» de la población palestina en la Franja, y cualquiera que se oponga a ese juicio debe ser calificado de ‘fascista’.
Su causa se vio esta semana alentada por las conclusiones de la Comisión Independiente de Investigación de la ONU. El informe se apoya en la definición de genocidio adoptada por la Convención de Naciones Unidas de 1948, donde aparecen tres factores clave: la matanza parcial o total de un grupo étnico, nacional o religioso; la imposición de condiciones extremas que lleven a ese fin, como la hambruna y el control de la natalidad; o el traslado forzoso de una población con el fin de dispersarla y ocupar su territorio.
En el caso de la operación de Israel contra la franja de Gaza, que va a cumplir dos años, el diagnóstico de ‘genocidio’ de la Comisión no está tan claro cuando el propio secretario general de la ONU, António Guterres, evita pronunciarse y se remite a una eventual decisión del Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en La Haya. Un pase de balón que tiene trampa, porque el TPI no ha juzgado hasta ahora Estados sino individuos; y porque varias potencias mundiales no reconocen su jurisdicción, entre otras Estados Unidos, Israel, Rusia y China.

A diferencia de los grandes genocidios del siglo XX reconocidos por el consenso de los historiadores, como el armenio, el de los tutsi en Ruanda y sobre todo el de los judíos a manos de los nazis, la matanza de civiles que se está llevando a cabo en Gaza admite matices y debate.

Venganza desproporcionada

A favor del calificativo de ‘genocidio’ se imponen las cifras. Israel no aporta datos, pero –con todas las prevenciones del caso– los que dan las fuentes de Hamás y reproducen los medios afines, como la cadena ‘Al Yazira’, son estremecedores. Un exjefe del Ejército israelí declaró esta semana a la ‘CNN’ que el número de víctimas, entre muertos y heridos, alcanza al 10% de la población de la franja de Gaza, calculada en poco más de dos millones de palestinos. La última cifra de ‘Al Yazira’ informa de 65.000 muertos (de ellos muchos miles de militantes de Hamás, el resto civiles) y 165.000 heridos.
Se trata, sin duda, de una venganza desproporcionada dictada por el Gobierno ultranacionalista de Benjamin Netanyahu. El 7 de Octubre de 2023, Hamás asesinó en una jornada a alrededor de 1.200 israelíes, y capturó a más de dos centenares de rehenes, que se llevó consigo a la Franja. La orden de represalia tenía y sigue teniendo un solo hilo conductor: matar y destruir todo vestigio de Hamás en Gaza, un territorio más pequeño que el municipio de Madrid. El objetivo, indeterminado y utópico para ciertos sectores del propio Ejército hebreo, podría alentar un propósito político genocida por parte de los más duros del Gobierno: limpiar Gaza de palestinos y repoblarla con colonos judíos.

Acabar con Hamás

En contra de los argumentos de ‘genocidio’ se alzan otros que limitan las operaciones a la categoría de ‘matanza’. Además de que su origen fue netamente racista –los yihadistas palestinos querían matar en poco tiempo al mayor número posible de judíos– no hay que perder de vista que el objetivo de la operación es acabar con un movimiento terrorista, que además utiliza como escudos humanos a los civiles y por eso estos años no dudó en esconderse en escuelas y hospitales.
En segundo lugar, las cifras de víctimas civiles son muy elevadas, pero el Ejército israelí no ha dejado de minimizarlas con sus movimientos constantes de refugiados antes de cada gran operación. En tercer lugar, la hambruna que se ha generado estos últimos meses tras la prohibición de operar a las oenegés internacionales apunta también a una realidad previa: antes, los operativos de Hamás secuestraban la ayuda para redistribuirla y mantener el control político de la Franja.
En el debate occidental sobre el carácter genocida o no de la guerra en Gaza también suele omitirse el que lleva a cabo la propia sociedad civil israelí. Y no solo los familiares de los rehenes, que son los más activos en la petición de un acuerdo con entrega de los últimos aún con vida y de los cuerpos de los que han muerto.
No es fácil establecer estadísticas, pero aproximadamente la mitad de los electores israelíes se oponen a la guerra y son anti-Netanyahu. No son en cambio antisionistas –habrían emigrado– y mucho menos antisemitas. Las campañas y protestas de la izquierda occidental caen, en cambio, fácilmente en los eslóganes antisionistas y antisemitas, en una mezcolanza disparatada de conceptos. Los gritos a favor de la ‘destrucción del Estado de Israel’, o de la ‘globalización de la intifada’, son buen botón de muestra.

La OMS advierte de que los hospitales de Ciudad de Gaza están «al borde del colapso» por la ofensiva de Israel

18/09/2025 a las 11:03h.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este jueves de que los hospitales de la ciudad de Gaza, situada en el norte de la Franja, están «al borde del colapso» ante la ofensiva terrestre a gran escala lanzada por Israel para intentar tomar la localidad, unas operaciones que han provocado «nuevas oleadas de desplazados», recoge Europa Press.
«Los hospitales, ya saturados, están al borde del colapso mientras el aumento de la violencia bloquea los accesos e impide a la OMS entregar suministros vitales», ha dicho el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha señalado que «los heridos y las personas con discapacidades no pueden moverse a lugares seguros, lo que pone sus vidas en grave peligro».

Asimismo, ha subrayado en su cuenta en la red social X que «la incursión militar y las órdenes de evacuación en el norte de Gaza provocan nuevas olas de desplazamiento, forzando a familias traumatizadas a una zona cada vez más pequeña e inadecuada para la dignidad humana«.

«Pedimos un fin inmediato de estas condiciones inhumanas. Pedimos un alto el fuego», ha subrayado Tedros, después de que el Ejército israelí confirmara el martes el inicio de esta ofensiva a gran escala tras semanas de intensificados bombardeos contra la ciudad y sus alrededores, destruyendo decenas de torres residenciales y otras infraestructuras.