Emmanuel Macron ha lanzado una respuesta y ataque frontal contra Donald Trump en un terreno estratégico para el futuro de Europa.El presidente francés se ha pronunciado en estos términos respecto al comportamiento del presidente de los EE.UU.: «Francia denuncia con energía … las decisiones de los Estados Unidos de retirar / limitar los visados de Thierry Breton y cuatro personalidades europeas. Esas medidas son una intimidación y una represión contra la soberanía numérica europea».
Macron no puede ser más claro y directo. Thierry Breton, ex ministro francés, ex comisario europeo, ex dirigente de muy grandes empresas multinacionales, francesas y europeas, es uno de los grandes defensores europeos, nacionales e institucionales de la regulación de las plataformas numéricas internacionales.
Desde sus cargos, desde hace veinte años, desde su actual posición de analista emérito de la realidad internacional, Breton defiende la «regulación» de las plataformas numéricas. En Washington, Trump ha tomado la decisión de privar al ex comisario francés de su visado, la validez de su pasaporte, negándole la entrada en los EE.UU.
Tratándose de una cuestión nacional y europea, Macron no ha dudado en desenterrar el hacha de guerra verbal contra Trump, planteando el problema de fondo en su raíz original y más conflictiva.
El presidente está «acompañado» por su gobierno, sus ministros, y toda la clase política nacional. Detalle sencillamente excepcional.
Jean-Noël Barrot, ministro de Asuntos Exteriores, y Roland Descure, ministro de Economia, denuncian a coro «con la mayor firmeza» una decisión que, a su modo de ver es «un atentado contra las libertades básicas». El enfrentamiento y batalla política se extiende a la concepción misma de la libertad.
Nathalie Loiseau, diplomática y eurodiputada de referencia, insiste en la dimensión continental del problema: «No nos equivoquemos… tras la medida contra Breton, lo que está en juego es la soberanía y libertad de los europeos. Europa debe reaccionar para defender su soberanía y libertades».
Por una vez, todos los partidos políticos nacionales, de la extrema izquierda a la extrema derecha, adoptan un tono muy semejante, contra las decisiones de Trump.
A la extrema derecha, Sébastien Chenu, vice presidente de Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, ha declarado: «Pienso que la administración Trump no solo se equivoca en el fondo de la cuestión. También se equivoca en la imagen que da de los Estados Unidos». Se trata de un «ruptura» altamente simbólica.
Le Pen y su partido han apoyado, con matices, todas o casi todas las grandes iniciativas de Trump. Denunciando una «equivocación» estratégica, Chenu subraya una diferencia mayor que afecta a las relaciones de Francia y toda Europa con Washington.
La derecha tradicional, socialistas y comunistas utilizan todos la misma terminología: «Se trata de una decisión extremadamente grave. Francia y la Unión Europea deben reaccionar de manera inmediata a este ataque sin precedentes contra nuestra soberanía».
Raphaël Glucksmann, hijo del famoso filósofo, eurodiputado, reacciona de este modo: «No somos una colonia de los Estados Unidos. Somos europeos. Debemos defender nuestras leyes, nuestros principios, nuestros intereses. La sanción escandalosa contra Thierry Breton es una ataque de fondo contra nuestra soberanía».
Al margen de las reacciones de la UE y otras naciones europeas, las reacciones de Francia, con Macron a la cabeza, parecen anunciar la «bandera» de un «hacha de guerra» contra una decisión trumpista mucho más que simbólica, ya que afecta a las relaciones más profundas entre los EE.UU. y Europa.