Alarma por la ola de suicidios en el Ministerio de Finanzas de Francia
Los suicidios aumentan en Francia, cuando disminuyen en Europa. Doce muertes y ocho intentos por parte de funcionarios del Ministerio de Economía, Finanzas y Recuperación, más concretamente en la Dirección General de Finazas Públicas, desde enero, han recordado la gravedad de una tragedia nacional que … se confunde con los orígenes de la crisis política más grave desde la fundación de la V República, entre 1958 y 1962.
Esa última ola de suicidios, en el Ministerio de Finanzas, comenzó el 10 de enero pasado, cuando sus colegas descubrieron, en el Centro de Finanzas de Saint-Denis, a una joven inspectora que había decidido ahorcarse en la entrada del edificio. Nadie deseó saber, ni deseó explicar ni comprender porqué una suicida sin problemas decide ahorcarse en la puerta del edificio donde trabaja. Este detalle tan simbólico ha quedado sin explicación.
Seis meses después, ni el Gobierno, ni el Ministerio, nadie, ha deseado comentar las circunstancias de los sucesivos suicidios e intentos de suicidios. Los sindicatos han pedido «explicaciones» al ministerio, que ha prometido «reuniones» de trabajo, los próximos días, para «intentar comprender».
Sandra Demarcq, secretaria general del sindicato Solidarios-Finanzas, reacciona al silencio de las administraciones públicas de este modo: «Han sucedido muchos problemas, pero las razones de un suicidio son múltiples, por lo general. Y la dirección tiende a evitar comentar los factores profesionales. Se ha abierto una investigación sobre los distintos sitios donde se produjeron los suicidios. De momento nadie comprende ni desea ir más allá de la evidencia. A nosotros nos gustaría conocer los eventuales problemas laborales, en algunos casos. Pero, de momento, solo se han convocado reuniones de trabajo para intentar comprender».
El 2012, cuando se aceleró la crisis nacional, política, financiera, institucional, con el titubeante comienzo de la presidencia de François Hollande, y se aceleraba el crecimiento de los déficits del Estado y la Deuda pública, hace trece años, la Dirección general de las finanzas públicas (DGFP), dependiente del Ministerio de Economía, anunció que diecinueve funcionarios de esas mismas administraciones se habían suicidado. Oficialmente, esa tragedia fue explicada por «razones coyunturales». En verdad, trece años después, comenzamos a comprender que había comenzado a agravarse una tragedia nacional muy profunda.
Según las estadísticas oficiales de Eurostat, los suicidios han disminuido en la Unión Europea (UE) en un 13 % durante los diez últimos años. Durante ese mismo intervalo de tiempo, entre 2017 y 2023, los intentos de suicidios y los suicidios comenzaron a aumentar de manera significativa y constante en Francia.
Según Santé Publique, institución oficial, las muertes por suicidio, en Francia, entre 2017 y 2021, crecieron de 20 a 22 casos por cada 100.000 habitantes cada año. Por las mismas fechas, las hospitalizaciones por intentos de suicidio crecieron de manera espectacular de 137 a 168 intentos por cada 100.000 habitantes. Dicho de otra manera: durante la última década comenzó a crecer la angustia social que se ponía de manifiesto con los intentos de suicidio. Los hospitales consiguieron salvar muchas vidas de hombres y mujeres angustiados por su futuro.
La última ola de funcionarios con tentaciones suicidas, en el Ministerio de Economía y Finanzas, durante el primer semestre de este año se inscribe en esa ascensión de una angustia social con raíces muy profundas.
Entre 1976 y 2002, el suicidio, en Francia, fue cosa de agricultores, obreros pobres y profesiones con poco futuro. Funcionarios y franceses con profesiones sólidas estaban muy alejados de cualquier tentación de suicidio.
Esa tendencia tomó otro rumbo a finales del siglo XX y comenzó a «evolucionar» durante la última década.
Según las estadísticas oficiales, en Francia se suicida un agricultor cada dos días. Tragedia indisociable de la «metamorfosis» muy profunda de la agricultura francesa. Los agricultores ricos viven muy bien. Los agricultores pobres votan a la extrema derecha.
Las crisis de los suburbios que comenzaron a estallar en 2005, sucediendo de manera regular cada año o cada dos años, pusieron de manifiesto otra evolución del suicidio en Francia: Según las estadísticas oficiales, durante el 2022 se suicidaron 46 policías. Poco menos de un suicidio por día. Cifra muy semejante a la de años anteriores. En su día, el sindicato policial Alternativa denunció el comportamiento de sucesivos gobiernos de izquierda (Hollande) y derecha (Macron) insensibles a la grave crisis que no ha dejado de crecer entre la Policía y el resto de las fuerzas de seguridad del Estado.
Por las mismas fechas se detecto el crecimiento del suicidio entre los obreros de algunas empresas del sector público, como France Telecom. Entre el 2008 y el 2009 existieron 35 suicidios en la gran empresa pública, cuando comenzaba a estallar la metamorfosis nacional de la telefonía móvil.
Hasta ayer, los funcionarios de las administraciones públicas estaban ausentes en las tentaciones suicidas y la angustia social grave. Esa es la barrera que han roto los suicidas del Ministerio de Finanzas. Jacques Reluce, psicoanalista, analiza la crisis de este modo: «El Gobierno y el Ministerio no saben ni quieren explicar lo que ocurre. Los funcionarios del Ministerio de Economia y Finanzas, por el contrario, están en el corazón de la crisis de las finanzas públicas. Los empresarios, la direccion del Banco de Francia, la direccional general del Tesoro, han denunciado la crisis históricas de las finanzas del Estado. Los funcionarios, ellos, manejan a toda hora las cifras básicas de ese desastre. Parece normal que muchos de ellos sientan una cierta angustia, si, para colmo, atraviesan alguna crisis personal o familiar. Todas las crisis tienen cosas y raíces en común».