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Von der Leyen lanza un órdago sobre la financiación de Ucrania antes del Consejo Europeo

«En la defensa de Europa no hay nada más importante que garantizar la supervivencia de Ucrania. Tenemos que asegurar las capacidades de Ucrania para lograr una paz estable». Con estas palabras ante el pleno del Parlamento Europeo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula … von der Leyen, resumía este miércoles la situación ante el Consejo Europeo que empieza este jueves y que debe tomar una decisión sobre ello: o se utilizan los activos rusos congelados por las sanciones, como quiere la Comisión y la mayoría de países, o se opta por un crédito gigantesco avalado por el presupuesto comunitario.
La mayor parte de los activos rusos (unos 190.000 millones) se encuentran físicamente depositados en Euroclear, una entidad financiera basada en Bruselas y que custodia unos 40 billones de euros provenientes de gobiernos y entidades de todo el mundo. La semana pasada, la UE decidió bloquear indefinidamente esos fondos ya congelados por las sanciones, hasta que Moscú pague por los daños que ha causado a Ucrania. Además, ha creado una Comisión Internacional de Reclamaciones para Ucrania con el fin de garantizar que Kiev reciba una compensación.
Por ahora, ninguna de estas acciones que pretenden consolidar las posiciones jurídicas para utilizar los fondos rusos ha logrado flexibilizar la opinión del primer ministro belga, Bart de Wever, quien se opone a autorizar el uso de ese dinero, por temor a represalias de Moscú y una pérdida de confianza hacia la seguridad de los depósitos ubicados en su país.

La Comisión plantea transformar ese dinero en un «préstamo de reparaciones» que utilizaría los activos rusos hasta que Moscú acceda a pagar por los daños causados a Ucrania. Pero eso supone que Rusia acepte alguna vez hacerse cargo de las reparaciones, algo que se considera imposible a no ser que Putin sea claramente derrotado en el campo de batalla.
El canciller alemán, Friedrich Merz, ha dicho esta semana en una entrevista televisada que, en su opinión, «la UE sufriría graves daños durante años si no logra un acuerdo sobre la financiación de Ucrania y demostraremos al mundo que, en un momento tan crucial de nuestra historia, somos incapaces de mantenernos unidos y actuar para defender nuestro propio orden político en este continente europeo».

«Hay que lograr una decisión para financiar a Ucrania durante los próximos dos años»

Ursula von der Leyen
Presidenta de la Comisión Europea

En el Consejo Europeo de octubre, los jefes de Estado o de Gobierno no lograron llegar a un acuerdo sobre el efectivo inmovilizado debido a la oposición de Bélgica. Dos meses después, la posición del Gobierno belga no ha cambiado y en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de esta semana se vio que las probabilidades de llegar a un acuerdo no han mejorado. Un funcionario europeo que asistió a la reunión, citado por ‘Politico’, asegura que «le dieron ganas de llorar» a la vista de las divisiones.

La opción del crédito

Tal vez por ello, la presidenta de la Comisión ha recordado en su discurso de este miércoles que existe la alternativa de pedir un crédito avalado por la propia UE para ayudar a Ucrania a sobrevivir dos años. Esa opción se basaría en el mismo procedimiento que se utilizó para financiar el plan de ayudas masivas para reactivar las economías europeas tras la pandemia del coronavirus. Sin embargo, en estos momentos muchas de las principales economías europeas se encuentran con problemas de liquidez y sumidas en deudas.
Además, si la UE decidiera utilizar los activos, solo se requeriría una «mayoría cualificada» de países mientras que el endeudamiento en los mercados financieros tendría que contar con el respaldo de todos, lo que significa que incluso un solo voto negativo haría imposible este plan.
A Bart de Wever le ayudan ahora las presiones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien está obsesionado por lograr un acuerdo de paz a cualquier precio. Para ello, utiliza a sus peones ideológicos en Europa como Hungría, Eslovaquia o ahora la República Checa, con el fin de tratar de forzar a Kiev a aceptar el fin de la guerra. Durante el último mes, daba la impresión incluso de que el triunfo de los planes del norteamericano era la mejor carta para librar a los europeos de este problema de los fondos rusos. Pero tampoco ha funcionado y, como recordó Von der Leyen, ya no hay otra salida que «lograr una decisión para financiar a Ucrania durante los próximos dos años».

El Senado de Brasil aprueba la ley que reduce las penas de Bolsonaro y el resto de condenados por el intento de golpe de Estado

El Senado de Brasil ha aprobado este miércoles el proyecto de ley que reduce las penas de los condenados por su participación en el intento de golpe de Estado liderado por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que ya ha comenzado a cumplir su pena … de más de 27 años de cárcel. El principal objetivo era quien asumía entonces el poder y continúa hoy en el Palacio del Planalto, Luiz Inácio Lula da Silva, que podría vetar esta propuesta.
Con 48 votos a favor, 25 en contra y una abstención, la Cámara Alta brasileña ha aprobado el conocido como proyecto de ley de dosimetría, en alusión al principio de proporcionalidad penal. La norma facilitaría que los condenados cumplieran, por norma general, con poco más del 16% de la condena, según ha recogido la propia agencia del Senado.

Asimismo, en determinadas circunstancias, los reos completarían entre el 20% y el 70% de sus penas en función de su encaje en alguno de los diez casos esbozados, que incluyen la pertenencia a organización criminal, la reincidencia o la comisión por primera vez de delitos como el feminicidio.

La llegada del texto al Senado tras su aprobación en la Cámara de Diputados levantó dudas a ambos lados del espectro político por la posibilidad de que la ley beneficiase a los condenados por delitos violentos no enmarcados en el intento de golpe de Estado, un temor reconocido por el relator del proyecto en la Cámara, Esperidiao Amin -de la formación derechista Progresistas-, quien señaló que era necesario introducir un cambio.

Chile gira a la derecha: el significado profundo de la victoria de Kast

La reciente elección presidencial en Chile no fue una alternancia más en el poder. Representó un punto de inflexión político de envergadura y el cierre abrupto de un ciclo que dominó el debate público durante la última década. El triunfo de José Antonio Kast Rist … fue claro, amplio y difícil de relativizar. No se trató de una victoria ajustada ni circunstancial, sino de un pronunciamiento nacional nítido.
Los resultados oficiales confirman la magnitud del desenlace. Kast obtuvo 7.254.850 votos, equivalentes al 58,16% del total, frente a los 5.218.444 sufragios (41,84%) de Jeannette Jara. La diferencia, superior a los 2,6 millones de votos, convierte a Kast en el presidente más votado de la historia de Chile y refuerza el carácter estructural del giro político expresado en las urnas.
Más revelador aún fue el comportamiento territorial del electorado. Kast se impuso en todas las regiones del país, incluyendo zonas que durante décadas fueron bastiones de la izquierda. Este dato invalida lecturas simplistas basadas en divisiones ideológicas tradicionales y obliga a reconocer una recomposición profunda de las preferencias ciudadanas.

La elección operó, en los hechos, como un plebiscito sin ambigüedades. De un lado, un oficialismo identificado con una agenda discursiva centrada en identidades, símbolos y relatos. Del otro, una mayoría social que priorizó seguridad pública, control migratorio, estabilidad económica y gobernabilidad. No fue un voto de entusiasmo, sino de orden y pragmatismo.
La izquierda chilena no solo perdió la presidencia: perdió su vínculo con amplios sectores populares. La desconexión entre discurso y experiencia cotidiana resultó determinante. A ello se sumó una evidente pérdida de autoridad moral, agravada por silencios selectivos frente a denuncias graves que afectaron a figuras del propio sector, lo que debilitó su credibilidad pública.
El resultado es también un rechazo al Gobierno de Gabriel Boric. Más allá de errores específicos, la gestión no logró ofrecer certezas en materias centrales como seguridad, crecimiento económico y control institucional. La derrota refleja una evaluación crítica de su capacidad para gobernar en un contexto complejo.
Kast llega ahora a La Moneda con un mandato claro y exigente. Se espera un gobierno enfocado en la reactivación económica, la atracción de inversiones y la recuperación del orden público. Pero la expectativa más sensible es otra: que se trate de una administración sin privilegios, sin redes de favores y con criterios estrictos de mérito y probidad.
En política exterior, el giro apunta a un enfoque pragmático y menos ideologizado, con especial atención a la relación con Estados Unidos y a la inserción internacional de Chile.
El desafío será gobernar sin reproducir los vicios que la ciudadanía acaba de sancionar. Chile habló con claridad. Ahora le corresponde a la política estar a la altura del mensaje.

SOBRE EL AUTOR
Carlos Escaffi R.
Fundador de Relaxiona Internacional y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)

Maduro pide a Colombia unir los dos ejércitos

Nicolás Maduro trasmitió sus declaraciones televisadas y radiales este miércoles (jueves en la madrugada en España) en la remodelada Sociedad Bolivariana con motivo del aniversario del fallecimiento de Simón Bolívar., en las que aprovechó para proponerle a Colombia unir los dos ejércitos contra … EE.UU.
El líder del régimen chavista puso sobre la mesa la unión entre ambos países, para que «nadie ose tocar la soberanía» de estos y «para ejercer el dictamen de Bolívar de unión permanente y de felicidad compartida».
En su opinión «La mayor garantía de paz y estabilidad es la unión. Por eso, hoy, hago un llamado grancolombiano al pueblo de a pie de Colombia, a sus movimientos sociales, fuerzas políticas y a sus militares. Los llamo a la unión perfecta con Venezuela para que nadie intente tocar la soberanía de nuestros países y para ejercer el dictamen de Bolívar, el de unión permanente«, indicó.

Maduro sostiene que a pesar de todo el daño que intenta generar el imperialismo norteamericano contra la Patria de Bolívar y Chávez, Venezuela «se está convirtiendo en bendiciones de vida y en una inquebrantable voluntad de lucha para nuestra sociedad».

Denuncia ante la ONU

El canciller Yván Gil publicó este jueves en la noche un comunicado y escribió en su cuenta de Telegram que el gobierno de Venezuela solicitó una reunión urgente ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las amenazas militares de Estados Unidos.
«Venezuela ha denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU una agresión abierta y criminal del imperialismo estadounidense, que amenaza a nuestro país con la pretensión colonial de apropiarse del petróleo y los recursos que pertenecen al pueblo venezolano; estas acciones violan flagrantemente la Carta de las Naciones Unidas, constituyen un crimen de agresión, y buscan someter por la fuerza a una nación soberana que jamás se rendirá», dijo Gil.
También afirmó que EE.UU. «no disimula su ambición» de apropiarse del petróleo venezolano, sin embargo, aseguró que Venezuela se encuentra unida « y de pie, defendiendo su independencia, su dignidad y su derecho irrenunciable a decidir su propio destino, con la verdad, la razón histórica y la resistencia de un pueblo que seguirá avanzando en victoria perpetua».
Por estas razones señaló que «hemos solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad para que se restablezca el derecho internacional y haga prevalecer la Carta de las Naciones Unidas».

Petróleo

Delcy Rodríguez, por su parte, afirmó que la industria petrolera mantiene sus operaciones de exportación de crudo «con normalidad».
De acuerdo con un comunicado publicado por Rodríguez, «los buques petroleros vinculados a las operaciones de Pdvsa continúan navegando con pleno aseguramiento, respaldo técnico y garantías operativas». Los buques petroleros son escoltados por aviones venezolanos.
También se refirió a la amenaza emitida la noche de este martes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump donde ordena el «bloqueo total a los buques sancionados» que entren y salgan de Venezuela.
Además, recordó que la industria petrolera venezolana ha sido sometida a Medidas Coercitivas Unilaterales, sabotajes y ataques cibernéticos, y aún así no han «logrado mellar la capacidad operativa ni la determinación de la fuerza laboral de Pdvsa, que goza del apoyo unitario y pleno del pueblo venezolano».

Venezuela ratifica a la comunidad internacional «su compromiso con la defensa de la soberanía energética de la República Bolivariana de Venezuela, el cumplimiento de sus compromisos comerciales legítimos y la protección de sus operaciones marítimas, actuando siempre en apego a la Constitución».

El Tribunal Supremo

Por otra parte, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela también emitió este miércoles un comunicado oficial en representación del Poder Judicial, en el cual manifiesta su más enérgico rechazo a las recientes declaraciones y amenazas proferidas por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El máximo tribunal calificó como «temeraria y grave» la postura del gobierno estadounidense del pasado 16 de diciembre, denunciando la pretensión de adjudicarse la propiedad del petróleo, las tierras y las riquezas mineras de Venezuela. Asimismo, el TSJ alertó sobre la intención de imponer un bloqueo militar naval, lo cual constituye una violación flagrante a la Constitución Nacional y al Derecho Internacional.

Los 18 petroleros venezolanos que Trump tiene en su punto de mira: el duro golpe de EE.UU. a Maduro

Unos 18 petroleros, presuntamente cargados y sancionados por Washington, se encuentran en aguas venezolanas. Estos están siendo vigilados por Estados Unidos, a la espera de que se adentren en aguas internacionales para poder decomisarlos, según ha indicado este miércoles el medio digital estadounidense ‘Axios’.
Ocho de esas embarcaciones están clasificadas como buques de carga de gran tamaño, similares al Skipper, incautado por Washington la semana pasada.

El presidente estadounidense, Donald Trump, designó a finales del mes pasado a Venezuela como una «organización terrorista extranjera (FTO)». En la madrugada de este miércoles ha ordenado «el bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela». Esta última novedad supone grado de mayor presión de Estados Unidos sobre Nicolás Maduro porque ataca directamente a una de las fuentes de mayor financiación del régimen.

«Venezuela está completamente rodeada por la Armada más grande jamás reunida en la historia de América del Sur. Esta solo se hará más grande, y el impacto para ellos será como nada que hayan visto antes, hasta que devuelvan a EE.UU. todo el petróleo, las tierras y otros activos que nos robaron previamente», ha advertido Trump en Truth Social.

Trump hace balance navideño atacando a Biden y esquiva Venezuela en su discurso a la nación

Donald Trump, a punto de cumplir un año desde su regreso al poder, utilizó su discurso navideño a la nación para hacer balance con un tono combativo y anclado en el pasado. Lejos de centrarse en una defensa detallada de su gestión, el … presidente construyó su intervención sobre un ataque frontal a su predecesor, Joe Biden, una estrategia que, tras once meses en la Casa Blanca, resulta inusual en términos políticos, pero que volvió a marcar el eje de su mensaje.
El discurso llegaba precedido de expectativas sobre posibles anuncios en política exterior, alimentadas por comentarios del analista Tucker Carlson y por rumores en Washington sobre Venezuela. No se materializó nada de eso. Trump evitó cualquier referencia directa al pulso con Caracas, a la escalada militar en el Caribe o a la presión internacional, confirmando que su intervención estaba pensada para consumo interno y no para proyectar mensajes al exterior.
Desde el arranque, Trump presentó su segundo mandato como una operación de rescate nacional y habló con un tono más propio de campaña que de balance institucional. «Hace once meses heredé un desastre, y lo estoy arreglando», afirmó, trazando una línea tajante entre un pasado que atribuyó íntegramente a Biden y un presente que se adjudicó en exclusiva. En su relato, Estados Unidos había estado gobernado durante cuatro años por una élite política volcada en proteger a inmigrantes irregulares, criminales, lobbies y potencias extranjeras que, según dijo, se aprovecharon del país como nunca antes. Frente a ese escenario, se presentó como el dirigente que ha revertido la situación en pocos meses, pasando «de lo peor a lo mejor».

La inmigración volvió a ocupar el centro del discurso, en línea con el ADN político de Trump. Aseguró que en los últimos siete meses no ha entrado en Estados Unidos «ni un solo inmigrante ilegal» y se jactó de haber logrado algo que, según él, todos consideraban imposible. Recordó que Biden defendía la necesidad de una reforma legislativa para cerrar la frontera y lo utilizó como arma política. «No necesitábamos leyes nuevas, necesitábamos un nuevo presidente», dijo. Según su versión, heredó «la peor frontera del mundo» y la transformó en «la más fuerte de la historia» del país.
Trump lleva años construyendo su identidad política alrededor de la inmigración y volvió a hacerlo en este discurso, pese a que los sondeos siguen reflejando una opinión pública dividida sobre su gestión en este ámbito. El presidente no entró en el debate sobre el giro de su política migratoria, ahora centrada en el interior del país, con un aumento notable de las detenciones y deportaciones de inmigrantes sin papeles que ya residían en Estados Unidos.
A lo largo de toda la intervención, Biden apareció como antagonista permanente. Trump fue enumerando lo que describió como un catálogo de agravios heredados, desde fronteras «abiertas» y criminalidad hasta políticas de diversidad, acuerdos comerciales «catastróficos» y un Gobierno federal al que calificó de «enfermo y corrupto». El tono fue deliberadamente sombrío al referirse al periodo entre 2021 y 2025, presentado como una etapa ajena a la normalidad democrática del país.

En contraste, el presidente dibujó su regreso al poder como una ruptura total. Aseguró haber reforzado la seguridad en las ciudades, citó Washington como ejemplo de recuperación y vinculó su política migratoria con una mejora directa de la seguridad pública. También afirmó que su Administración ha golpeado con dureza a los cárteles de la droga y a las redes criminales, integrando ese mensaje en una narrativa más amplia de orden y autoridad restaurados.
Ese balance llega, sin embargo, en un contexto incómodo para la Casa Blanca. Trump cierra el año presionado por una inflación que no termina de ceder al ritmo prometido y que sigue instalada en torno al 3%, una cifra inferior a los picos del pasado pero todavía elevada para los estándares que el propio presidente ha fijado como referencia de éxito.
A ello se suma la controversia en torno a la gestión de los archivos de Jeffrey Epstein, cuya publicación íntegra fue anunciada y después aplazada, alimentando críticas tanto de la oposición como de sectores afines al trumpismo. Según el calendario oficial, esos documentos deberían hacerse públicos este viernes, un episodio que amenaza con volver a desplazar el foco mediático y político justo cuando el presidente intenta imponer su propio relato de control económico y orden institucional.
En el plano económico, Trump insistió en que ha conseguido reducir la inflación y bajar los precios, apoyándose en gráficos y cifras difundidos por la Casa Blanca en redes sociales mientras él hablaba. Trató de instalar la idea de que el coste de la vida ha empezado a descender de forma clara bajo su mandato, una percepción que no siempre coincide con la experiencia cotidiana de muchos votantes, pero que constituye uno de los pilares de su discurso, con un tono que recordó más a una reivindicación electoral que a un balance de gestión.
El cierre mantuvo ese mismo registro doméstico. Trump habló de orgullo nacional, de recuperación y de un país que, según él, vuelve a ser respetado. No hubo anuncios de calado ni giros estratégicos. El mensaje quedó reducido a una ecuación simple: Biden como origen de todos los males y Trump como corrector del rumbo perdido.