Noruega y el Reino Unido, a la caza de submarinos rusos en el Ártico
Submarinos nucleares K-562 Arkhangelsk de la clase Yasen-M, realizando pruebas de misiles de crucero Kalibr, se han convertido en una presencia habitual en el mar de Barents. Esto ha generado preocupación en la OTAN y ha motivado acuerdos como el de Reino Unido y Noruega … para patrullar el Atlántico Norte. Considerados unos de los más letales de Rusia, fueron asignados a la Flota del Norte en enero de 2025 y dotados de sistemas de vigilancia submarina altamente sofisticados.
Como parte de la reacción de la OTAN a esta presencia, Noruega se dispone a liderar la misión aliada de vigilancia y ha sellado para ello un acuerdo de defensa sin precedentes con Reino Unido. Crearán una flota combinada de buques de guerra y sistemas autónomos destinada a contrarrestar la amenaza de los submarinos rusos y proteger la infraestructura crítica en el Atlántico Norte.
El ministro de Defensa noruego, Tore O. Sandvik, tras firmar la semana pasada el tratado que ha recibido el nombre de ‘Lunna House’, antiguo centro de resistencia noruega durante la Segunda Guerra Mundial situado en las Islas Shetland, detalla ahora cuál será la aportación de su país a la caza de los submarinos rusos. Serán cinco fragatas de la clase Type 26 (City-class), diseñadas para guerra antisubmarina, en estado avanzado de construcción.
Estas destacan por su sonar avanzado, radar de vigilancia 3D, capacidad de misiles polivalentes y gran autonomía. Tienen 149,9 metros de eslora por otros 20,8 de manga; alcanzan los 26 nudos y cuentan con una autonomía de 7.000 millas náuticas, según el comunicado del Ministerio noruego de Defensa. Su tripulación es 157 personas, aunque admiten más para misiones específicas y las están construyendo los astilleros BAE Systems en Clyde en Escocia.
Noruega firmó en agosto un contrato por más de 13.000 millones de dólares para adquirir varias de estas fragatas británicas, a las que sumará aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon, especialistas en la localización de submarinos. Reino Unido contribuirá con otros ocho buques y el conjunto estará respaldado por sistemas no tripulados, que patrullarán zonas sensibles y bandas estratégicas de comunicación, energía y gas, como los cables y tuberías submarinas vitales para Europa occidental.
Compartirán instalaciones de mantenimiento, tecnología y equipos para garantizar la plena interoperabilidad de sus recursos. Patrullarán la franja oceánica comprendida entre Groenlandia, Islandia y Reino Unido, foco de creciente actividad de la marina rusa. Se trata de la más conocida como «brecha GIUK», que Rusia utiliza para enviar sus submarinos con misiles de crucero convencionales de largo alcance hacia el Atlántico.
Acuerdo entre Noruega y Reino Unido
Prevé la integración de misiles noruegos de ataque naval, el desarrollo conjunto de torpedos o el uso de sistemas de detección de minas
Los servicios de inteligencia noruegos calculan que el tráfico de submarinos rusos por la «brecha GIUK» ha aumentado un 30% en los últimos meses. El acuerdo también prevé la integración de misiles noruegos de ataque naval, el desarrollo conjunto de torpedos o el uso de sistemas de detección de minas. También, como parte del acuerdo, los marines británicos se entrenarán en Noruega para acostumbrarse a temperaturas bajo cero, anunció el Ministerio de Defensa británico.
Rusia domina el Ártico
Rusia es ampliamente considerada la potencia dominante en el Ártico y está mucho más acostumbrada a operaciones en condiciones adversas que muchos ejércitos de la OTAN. Noruega y el Reino Unido realizarán ejercicios conjuntos, y Londres desplegará misiles de crucero noruegos en sus buques de superficie, según informó el Ministerio de Defensa británico.
«Somos los ojos y los oídos de Europa», señalaba el secretario de Estado de Exteriores Vad Petersson en la reciente Conferencia de Defensa de Berlín, que apuntaba a dos puntos geográficos en los que Noruega ha de prestar con especial atención ese servicio a la OTAN. Además de la «brecha GIUK», se refería al cuartel general de la nueva Brigada Norte en el centro de Finnmark.
La península de Kola es de enorme importancia para Putin porque, desde allí, sus submarinos nucleares podrían avanzar hacia el Atlántico
Detrás de la frontera, gran parte del arsenal nuclear ruso está almacenado en la península de Kola. A sólo 20 kilómetros de Rusia, desde la localidad de Kirkenes, la zona soporta una intensa presión bélica. Se trata de una frontera que los cazas rusos han violado en varias ocasiones, especialmente alrededor de la Bären-Lücke. Esta puerta del mar es de enorme importancia para Putin porque, desde allí, sus submarinos nucleares podrían avanzar hacia el Atlántico.
«Las fuerzas convencionales de tierra se concentraron y enviaron al frente en Ucrania. Por lo demás, la Flota del Norte, la Marina rusa, la Fuerza Aérea y las fuerzas nucleares estratégicas se han mantenido en gran medida estables en sus posiciones», describía, insistiendo en el carácter disuasorio del aumento de tropas noruegas en la región desde el verano y también en que «el Ártico, como proyecto de paz, no puede darse por sentado. Debemos seguir trabajando para que siga así».


