Israel lanza una nueva operación militar contra localidades palestinas en una Cisjordania sometida a la violencia colona
Israel reactivó el frente de Cisjordania con una «amplia operación antiterrorista», según un comunicado conjunto del ejército y el Shin Bet, centrada en la zona norte de los territorios ocupados. Las fuerzas de seguridad israelíes «no permitirán que el terrorismo eche raíces en la … zona y están actuando de manera proactiva para frustrarlo», y para ello desplegaron a cientos de hombres, helicópteros y bulldozers en localidades palestinas como Tubas, y Tammun, donde impusieron el toque de queda y practicaron decenas de detenciones.
El gobernador de Tubas, Ahmed Al Asaad, dijo que las autoridades israelíes les informaron que la operación duraría «varios días» y aseguró que en su zona no hay personas buscadas por las fuerzas de ocupación. El gobernador defendió ante los medios locales que Tubas fue atacada «debido a su proximidad estratégica al norte del valle del Jordán» y advirtió que la magnitud del despliegue militar «ha paralizado la vida cotidiana y representa un grave riesgo para los grupos vulnerables, incluidos niños, ancianos y enfermos».
Hamás condenó una operación que describió como una prueba más de la «criminalidad sistemática» de Israel para hacerse con el control total sobre Cisjordania. El grupo islamista destacó en un comunicado que los toques de queda, el cierre de localidades y las redadas masivas forman parte de «planes más amplios de anexión y desplazamiento», destinados a convertir las comunidades palestinas en enclaves aislados y asediados. Este tipo de despliegues militares se convierten en castigos colectivos para la población local.
Amenaza de desplazamiento
Esta nueva operación continúa con la estrategia lanzada en enero para contrarrestar a la militancia palestina en los campos de refugiados del norte de Cisjordania. El último informe de Human Right Watch (HRW) denunció que Israel, a la sombra de la guerra en Gaza, ha cometido «crímenes de guerra» con el desplazamiento forzado de la totalidad de los residentes de los campos de refugiados Yenín, Tulkarem y Nur Shams, unas 32.000 personas. Al mismo tiempo que Israel aceptaba una tregua en Gaza, coincidiendo con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el ejército lanzó la Operación Muro de Hierro contra los campos. La amenaza de desplazamiento forzado se cierne ahora sobre otras dos localidades como Tubas y Tammun.


