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Cuba declara oficial el dólar para salir de la asfixia económica

En un intento de reforzar la economía centralizada y de aumentar el control sobre las divisas ante la escasez de las mismas y la inflación sostenida, el régimen cubano legaliza las operaciones en moneda extranjera, priorizando actividades vinculadas a exportaciones, sustitución de importaciones y … otros sectores que el Gobierno considere estratégicos. La medida, estipulada en el Decreto-Ley 113, entrará en vigor a partir del próximo miércoles (17 de diciembre).
El paquete normativo permitirá que determinadas empresas privadas, cooperativas y trabajadores por cuenta propia cobren en divisas, siempre y cuando cuenten con la aprobación del Ministerio de Economía y Planificación (MEP). Quienes reciban la autorización deberán abrir cuentas en divisas supervisadas por el Banco Central de Cuba (BCC) y someterse a un sistema de fiscalización permanente.
El ministro de Economía de Cuba, Joaquín Alonso Vázquez, reconoció en la televisión nacional que la nueva regulación forma parte de un proceso de dolarización parcial de la economía, lo cual calificó como «no deseado», pero que resulta «imprescindible» en el contexto actual. Según explicó, la norma crea el marco legal para que las transacciones en divisas puedan realizarse de forma oficial en la Isla, en un escenario donde distintos actores económicos (fundamentalmente los no estatales) ya operan bajo múltiples tasas de cambio.

Alonso Vázquez vinculó estas normas al objetivo número uno del Programa de Gobierno para «corregir distorsiones y reimpulsar la economía». Aunque las autoridades aseguran que se trata de una medida temporal, el alcance y el nivel de control programado sugieren una reorganización profunda de la economía dolarizada que ya opera en la práctica.
El ministro admitió igualmente que muchos actores económicos se enfrentan a dificultades para pagar suministros y recurren a mecanismos informales que los colocan en la ilegalidad. De esta forma, el funcionario se refiere a cómo opera una tasa oficial y una informal (ilegal): la tasa de cambio de los bancos cubanos están muy por debajo de la tasa que se aplica en el mercado informal. Por ejemplo, en el primero, este 12 de diciembre se cotizaba el euro a 141 pesos cubanos (CUP), mientras que, en el segundo (regido por las leyes de oferta-demanda), se valoraba a 485 pesos. Este abismo entre la tasa oficial y la informal ha representado una fuga de divisas que el Estado, con sus medidas económicas, pretende frenar, luego concentrar, controlar y, finalmente, decidir cómo se distribuye.

Control estatal sobre las divisas

El acceso a esas divisas no será libre, sino que el Estado, a través del MEP, decidirá quién puede operarlas, en qué volumen, con qué destino y bajo qué condiciones. El Estado también regula las operaciones desde y hacia cuentas bancarias en divisas, define las fuentes consideradas «lícitas» de acceso a la moneda extranjera y precisa qué transacciones internas estarán autorizadas.
La medida abarcará a empresas estatales, pymes estatales y privadas, cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, trabajadores por cuenta propia, campesinos, artistas, así como personas jurídicas extranjeras o mixtas, contratos de asociación económica internacional y operadores de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). Todos deberán realizar actividades económicas vinculadas a exportaciones, sustitución de importaciones u otras áreas productivas y de servicios priorizadas, un criterio definido de forma unilateral por el Estado, que comprenderá procesos poco transparentes y que mantendrá fuera del sistema a quienes no encajen en el esquema. No se incluyen a las personas naturales que no realizan actividad económica, lo que excluye a la mayoría de la población.

«El efecto no deseado de esta dolarización parcial de la economía es imprescindible»

Joaquín Alonso Vázquez
Ministro de Economía de Cuba

Para operar, los actores económicos autorizados deberán abrir cuentas en divisas en el sistema bancario cubano y entregar al BCC el 20% de los ingresos que reciban en moneda extranjera, obligatoriamente y al tipo de cambio oficial. Además, los solicitantes deberán informar quiénes son sus proveedores y clientes, cuál es su actividad económica y someterse a la fiscalización del Estado, lo que refuerza el control de cada operación financiera.
La coexistencia de múltiples tasas de cambio, el colapso del peso cubano en los mercados informales, la carencia de productos en CUP, y ahora este nuevo sistema de «dolarización autorizada», consolidan un escenario en el que la moneda nacional (CUP) continúa perdiendo valor y limita aún más el acceso de la población a bienes y servicios esenciales. Asimismo, se profundiza la desigualdad entre quienes pueden operar y/o acceder a las divisas, y quienes dependen únicamente del peso, una moneda casi sin valor real.

Noche a ciegas en el caribe: el rescate de María Corina en primera persona

El momento más delicado llegó cuando todo parecía poder salir mal. En plena noche, en el Caribe, uno de los dos barcos perdió su sistema principal de navegación. Sin luces, con olas de hasta tres metros y en embarcaciones pequeñas, la posibilidad de naufragar … era real. No fue, sin embargo, un fallo imprevisto. «Había dos barcos y uno perdió el GPS primario. Teníamos uno secundario. Tenemos sistemas redundantes, pero el GPS principal, el bueno, falló», explicó Bryan Stern.
«Planificamos esto. Planificamos esto. Estamos operando en la oscuridad de todos modos. No fue catastrófico». En su relato posterior ante varios medios internacionales, subrayó que este tipo de incidentes son habituales en operaciones de alto riesgo: «Cuando estas operaciones fallan, rara vez es porque vengan misiles. Siempre es por algo tonto. Pinchaste una rueda o algo así». Aun así, el peligro era extremo: «Si el barco se hubiera hundido […], habríamos tenido que nadar hasta Venezuela. Eso es terrible».

Ese episodio resume el tono de toda la operación que permitió sacar de Venezuela a María Corina Machado. Stern, veterano del ejército de Estados Unidos y fundador de la organización privada Grable Rescue, reconstruyó la misión en primera persona en una charla con un grupo de medios internacionales, días después de la salida clandestina de la líder opositora rumbo a Curazao y, desde allí, a Noruega.

La historia comenzó lejos del Caribe, en un vuelo comercial

«Este viernes por la noche salía de Aruba […] camino a Florida. En el vuelo de conexión a Miami encendí el teléfono y tenía una serie de mensajes de un amigo mío […] que sabía que estábamos haciendo cosas en Venezuela y me preguntó si me interesaría escuchar un proyecto muy interesante […]. No había mucho detalle».
Stern pensó al principio que se trataba de un encargo habitual. «Me preguntó si podía compartir mi número […]. Le dije que sí, sin problema. Le pregunté si era algo bueno. Me dijo que sí, que era algo grande, muy bueno […]. Yo pensé que era un estadounidense rico, algún tipo del petróleo atrapado en Venezuela».
La dimensión real de la misión se reveló casi de inmediato. «Me pusieron en contacto con alguien del equipo de María que al principio no me dijo que era María […], pero dijo algunas cosas y en unos dos minutos pudimos entender quién era la persona. Y eso cambia el juego». La misión pasó a ser la más arriesgada de su carrera. «La Operación Dinamita de Oro […] fue la extracción de María Corina Machado […]. Esta operación fue muy complicada. Fue muy peligrosa».
Machado llevaba meses escondida por la persecución del régimen de Nicolás Maduro y dos años sin ver a sus hijos. «Ha estado escondida durante mucho tiempo. No ha visto a sus hijos en unos dos años […], no porque quiera, sino porque está bajo amenaza por luchar por lo que cree».

El calendario agravaba el riesgo

Su intención de llegar a Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz había activado todos los sistemas de vigilancia del chavismo. «Todo el mundo sabía que estaba intentando llegar a la ceremonia del Nobel […], sabían que en esos días, si estaba en Venezuela, seguro que estaría intentando salir. Así que esto era muy peligroso».
Para reducir ese riesgo, el equipo recurrió a tácticas de confusión. «Por eso hicimos varias cosas para confundir, ocultar, engañar y en algunos casos despistar a distintas personas […], incluso a buenas personas […], para que esta misión tuviera éxito».
Durante toda la fase terrestre existía riesgo de detección. Stern afirmó que en tierra «hay muchos ojos» y que los controles y checkpoints «son muy reales». Explicó que no todos los controles son iguales y que algunos están gestionados por personal poco experimentado y otros por oficiales de inteligencia, lo que obliga a evaluar cada situación de forma distinta. Insistió en que durante toda la operación estuvo preocupado por ser detectado.

El plan incluía varias fases, pero el tramo decisivo fue el marítimo

«Esta operación tuvo un componente terrestre, un componente marítimo y también un pequeño componente aéreo […]. Todos los aspectos y momentos de esta operación fueron peligrosos». Stern insistió en que el mar fue el mayor desafío: «El dominio marítimo, cualquier cosa en el agua, es duro. Es el entorno operativo más implacable en el que trabajamos».
«El agua estaba increíblemente agitada la noche en que ocurrió esto. Estábamos entre olas de metro y medio y tres metros, en embarcaciones muy pequeñas y en una oscuridad total». La navegación se realizó prácticamente a ciegas. «Normalmente, con mar agitada y de día, puedes leer las olas […]. No tuvimos ese lujo. No podíamos ver nada». «Navegábamos usando GPS y un mapa digital, y recibiendo golpes constantemente».
El desgaste físico fue extremo. «Puedo decirte que soy un tipo bastante duro. Todo mi cuerpo sigue dolorido por esta operación. Me duelen las rodillas, las caderas, la espalda».
El encuentro en alta mar no supuso alivio inmediato. «Cuando decimos [objetivo asegurado] […], la gente quiere aplaudir. El problema es que todavía tienes que volver a casa. Ahí es donde pasan las cosas malas». «Mi presión arterial subió, no bajó. Nos pusimos más nerviosos, no menos».
Stern recordó el momento exacto en que ayudó a Machado a subir al barco. «Cuando la recogí y la subí al barco […], ella estaba empapada. Yo estaba empapado». En esas horas, Machado no habló de política ni del Nobel. «No habló del Premio Nobel en absoluto. Habló de ver a su hija por primera vez en dos años».
La tensión no se disipó hasta que la vio a salvo en Europa. «Cada momento de esta operación, hasta que la vi en Noruega, estuve preocupado por la detección. Cada momento». «Mi presión arterial finalmente bajó cuando la vi en Noruega abrazando a su hija. Ahí fue cuando respiré hondo».

Stern añadió un detalle que, según dijo, no olvidará nunca

Tras el rescate, Machado grabó un vídeo como prueba de vida. «Ella grabó un vídeo de prueba de vida. Dice su nombre, dice que está viva, que está a salvo, gracias a Grable Rescue». Para él, ese instante fue especialmente significativo: «Cuando oí nuestro nombre, pronunciado por ella, siempre se quedará conmigo. Me emociona».
Al cerrar su testimonio, volvió a Machado y al significado personal de la operación. «Ella dirá que hubo una noche loca, una vez en diciembre […], un viaje muy largo, muy frío y muy mojado. Dirá: [estos locos vinieron de Estados Unidos y me llevaron hasta mi hija]. Y ocurrió justo en la misma época en que recibí el Premio Nobel».
Para Stern, la conclusión es inequívoca. «Ella es una fuerza de la naturaleza. Poder jugar un pequeño papel para permitir que esa fuerza de la naturaleza haga lo que tiene que hacer es enorme para mí. Podría dejar de trabajar ahora mismo y sería feliz. Todos estamos un poco asombrados de haber sido parte de este momento real que hace historia».

Los venezolanos celebran la evasión de María Corina Machado: «Es de película que haya sorteado los peligros del viaje»

Andrea, una joven arquitecta caraqueña, calificó de «conmovedora» la peligrosa travesía que hizo este miércoles María Corina Machado para llegar a Oslo para la entrega del Premio Nobel de la Paz: «Me pareció de película que haya podido sortear todos los peligros del viaje … para salir de Venezuela y llegar sana y salva a su destino. Eso se ve solo en el cine».
La arquitecta no quiso dar su apellido a ABC cuando la abordamos en una fila frente al local de envíos postales en la zona este de Caracas. Las incidencias del viaje y la ceremonia del Nobel las vio en su móvil, donde siguió paso a paso el prestigioso premio.
«Me siento orgullosa por María Corina. Tengo 27 años y no conozco otro gobierno que este, que es muy malo. Vivimos meses esperando algo que no sabemos si pasará cuándo y cómo. No sabemos el verdadero peso del premio Nobel. No sabemos qué significa el Nobel, si será solo un diploma o una medallita o una puerta hacia la libertad», añade Andrea.

En la fila de espera nadie más quiso comentar. «Yo no puedo hablar por mi trabajo, aunque quisiera», dijo una joven de 35 años.
Al lado del local de correos hay una peluquería que regenta directamente su dueña Fabiola Leo, quien no tiene inconvenientes para declarar a ABC. «Me parece maravilloso el premio ganado por María Corina. Por fin lo ganó una venezolana, y es una mujer que tiene bolas, porque aquí los militares carecen de ellas. Antes los militares en Venezuela eran un símbolo de moral, de respeto y autoridad, pero ahora son figuras de corrupción, exhiben riquezas y coches de lujo pero no cumplen con su función patriótica».
En otro negocio, Alfredo Farías, de 67 años, admira a María Corina por su valentía y determinación para viajar a Oslo desafiando los obstáculos y peligros. «Es una mujer que ha trabajado lo suyo, se lo merece, que ha sacrificado todo por este país. Ojalá se logre un cambio porque lo malo es lo que prevalece aquí».
Farías no cree en políticos, sino «en la lealtad de las personas». «Fui de izquierda y no estoy de acuerdo con este gobierno izquierdista. Ojalá que María Corina pueda regresar para ver si logra cambiar este Gobierno», dijo después de recoger su licuadora reparada.
En el almacén de electrodomésticos, el comerciante identificado como Shevola Muzio, de 74 años, aplaudió la valentía de María Corina de ir a Oslo para recibir el premio: «Ojalá pueda regresar pronto, creo que la izquierda solo trae miseria y dictadura de Estado, eso lo hemos visto desde que en 1918 la revolución bolchevique tomó el poder en Rusia y Venezuela debe deslastrarse de los izquierdistas».
En la cafetería de la zona, Luis Martínez, de 60 años, comenta a ABC con su nombre cambiado que la proeza de María Corina es digna de una película. «Me parece excelente que haya podido llegar a Oslo para recibir el premio. Ella es valiente. El premio Nobel es un reconocimiento a su trayectoria y a su trabajo. Queremos que vuelva pronto para seguir en la lucha. Que no nos abandone. La causa queda como huérfana sin ella, que es la madre.»

El cambio de rumbo de L'Espresso para nombrar a Sánchez personaje del año: deja atrás las historias personales para remarcar hitos económicos o políticos

El semanario de izquierda L’Espresso nombró este viernes a Pedro Sánchez como personaje del año. Una decisión un tanto controvertida, especialmente por los continuos escándalos que azotan a su Gobierno desde hace varios meses, pero que puede estar relacionada con la línea editorial … de la publicación.
Lo que más escama del nombramiento del líder socialista como persona del año para la publicación es la comparación con sus predecesores en la lista. La presencia de Pedro Sánchez rompe con la idea promovida por L’Espresso en ediciones anteriores.

Por así decirlo, los escogidos por el semanario de izquierdas en años previos representan historias marcadas por el sufrimiento, por la tragedia. Unas características de las que Pedro Sánchez adolece.
En 2024, L’ Espresso coronó como personalidad del año a Ivana, una niña libanesa. Ella se convirtió en la cruenta imagen de la guerra cuando a sus dos años sufrió quemaduras de tercer grado en más del 70% de su cuerpo tras un bombardeo israelí.

Alemania, Francia y España se dan más tiempo para desbloquear el proyecto del caza europeo FCAS

Se habían dado una fecha límite, el 18 de diciembre, para llegar a un acuerdo y desatascar el proyecto del caza europeo de sexta generación FCAS (Future Combat Air System), una inversión conjunta de 30.000 millones de euros en su primera fase … y que se espera movilice un total de 100.000 millones si es que llega a ver la luz.
Las empresas implicadas, Airbus, Indra y Dassault; no han logrado sin embargo ponerse de acuerdo en vísperas de cumplirse el ultimátum, y los ministros de Defensa de los tres países, reunidos este viernes en Berlín, se han mostrado dispuestos a ampliar el plazo.
No en vano, el fracaso del proyecto supondría una vergüenza para la industria europea y una brecha de credibilidad en la capacidad de defensa de la UE, donde se están haciendo esfuerzos titánicos en la defensa común mientras que planes como este fracasan debido a los egoísmos nacionales.

Para España, se trata del único proyecto de defensa de prestigio, en el marco del gran proceso de rearme, en el que participa su industria. «Vamos a seguir trabajando, y mantenemos nuestra postura de que el FCAS debe continuar adelante«, comentan fuentes al tanto de la reunión en Berlín, de la que no ha salido declaración ni comunicado de prensa.
Tanto el anfitrión, Boris Pistorius, como sus homólogas de Francia y España, Catherine Vautrin y Margarita Robles, han estado de acuerdo en la necesidad de mantener el contenido de la reunión en el ámbito confidencial. El alemán y la francesa ya habían mantenido este jueves una primera reunión sin España, sin grandes avances.
Dassault Aviation exige que Francia tenga un rol de liderazgo claro en el desarrollo del avión de combate, controlando áreas críticas como el sistema de vuelo y la integración del fuselaje, mientras que Alemania y España reclaman un reparto más equitativo, con acceso a tecnologías clave y participación en el diseño.
Pero no se trata tanto de una discusión entre políticos como de una disputa entre una adinerada familia de magnates industriales y un enorme sindicato alemán, dos culturas económicas diferentes que durante años ha impedido el acuerdo en la división del trabajo y la gestión industrial entre las empresas implicadas, en particular entre el grupo francés Dassault y Airbus.
La tensión ha llegado a tal nivel que el poderoso sindicato alemán IG Metall ha exigido la retirada de Dassault Aviation. Jürgen Kerner, subdirector de IG Metall, ha expuesto esta posición en una carta a los ministros alemanes de Defensa y de Finanzas. Aunque una decisión de ese tipo probablemente requeriría una intervención política de alto nivel, el sindicato subraya que en las actuales condiciones resulta «imposible» seguir.
La patronal ​metalúrgica francesa, cuyo presidente es el CEO de Dassault, Éric ​Trappier, ha respondido afirmando que no puede aceptar que se excluyan los intereses industriales de Francia. Pero Kerner ha sugerido llamar a otras empresas francesas que mantendrían la internacionalidad del proyecto en lugar de Dassault.
El director ejecutivo de Airbus, Guillaume Faury, se ha limitado por su parte a informar que aún no se ha acordado las modalidades de cooperación definitivas. Pero en Berlín ha trascendido que el enfado con los franceses es «considerable». Tanto la directiva de Airbus, con sede en Baviera, como el relator de Fuerza Aérea en el Comité de Defensa del Bundestag, Volker Mayer-Lay, están presionando por un cambio de socio y apuntan al sueco Saab, una nueva constelación en la que la participación española quedaría por diseñar. Berlín sopesa también abandonar el proyecto FCAS y una posible incorporación al proyecto italiano GCAP.
Nadie se resigna, sin embargo, a dar completamente por perdido el proyecto. En las últimas semanas, se han mantenido conversaciones entre los responsables de Dassault y Airbus. También en el ámbito militar se ha llegado a un acuerdo sobre los requisitos operativos para los aviones de combate.
En Berlín se ha decidido este viernes que la próxima semana continuarán las reuniones entre las empresas, que manejan varios escenarios posibles. De seguir trabajando juntas, la revisión de lo proyectado podría pasar por centrarse en la nube de combate y dejar que cada país busque, por su cuenta, su futuro avión de combate de sexta generación, que debería entrar en servicio en 2040.

Bryan Stern, el exmilitar que rescató a María Corina Machado entre olas de tres metros para salir de Venezuela

Bryan Stern, exsoldado estadounidense, ha afirmado en varias entrevistas que la organización de rescates que dirige, Grey Bull Rescue, participó en la fase final de la operación que permitió sacar a María Corina Machado de Venezuela el martes y trasladarla a un punto seguro … desde el que pudo viajar a Oslo.
Según su relato, aceptó la misión el viernes por la noche y el operativo tuvo que sortear fuertes mareas y total oscuridad. Asegura que él mismo la trasladó en un bote pesquero hasta el lugar donde tomó su vuelo. Afirma además que el régimen chavista había activado sistemas de reconocimiento facial para localizarla y que la operación se financió con donantes privados, no con fondos del Gobierno estadounidense.
Stern es el fundador de Grey Bull Rescue, una organización con sede en Tampa, Florida, que combina un brazo sin ánimo de lucro, financiado exclusivamente por donaciones, con una empresa de carácter comercial dedicada a asistir a gobiernos y entidades en rescates de ciudadanos en situaciones de riesgo. Se presenta como un especialista en operaciones de extracción en entornos hostiles y mantiene una postura abiertamente crítica con el régimen de Nicolás Maduro.

Según su biografía, nació en Queens (Nueva York), en una familia sin tradición militar. Hijo de un abogado y juez, inicialmente pensó en dedicarse al derecho o a la arquitectura, hasta que ingresó en la Academia Militar de Nueva York, donde despertó su vocación castrense. Sirvió en combate en el Ejército y la Armada de Estados Unidos, con varios despliegues en el extranjero, y fue condecorado con la medalla del Corazón Púrpura.
Antes de centrarse en rescates civiles, trabajó durante años dentro de la comunidad de inteligencia estadounidense. Ha señalado que participó en distintas agencias y que formó parte del esfuerzo global que condujo a la localización de Osama bin Laden, una operación prolongada durante casi dos décadas. En la serie documental American Manhunt, de Netflix, aparece como uno de los numerosos operativos implicados, subrayando que su papel fue el de un engranaje más dentro de una red amplia y en gran parte anónima.
Tras dejar las Fuerzas Armadas, se instaló en Tampa y en 2021 fundó Project Dynamo, convencido de que en muchas crisis extremas el Gobierno estadounidense no llega a tiempo o carece de margen de actuación. Esa iniciativa evolucionó después en Grey Bull Rescue Foundation, concebida como un último recurso para evacuar a personas atrapadas en guerras, colapsos institucionales o catástrofes naturales.

Grey Bull Rescue
En la retirada de Estados Unidos de Afganistán, Stern afirma que evacuaron a 117 personas en un solo día

La retirada de Estados Unidos de Afganistán en 2021 fue un punto de inflexión. Stern decidió actuar al ver a estadounidenses y aliados atrapados mientras los talibanes recuperaban el control. Junto a exmiembros de fuerzas especiales y de la comunidad de inteligencia, organizó operaciones de rescate rápidas en medio del caos. En su primera misión afirma que evacuaron a 117 estadounidenses en un solo día. Desde entonces, su equipo asegura haber realizado más de 600 misiones y haber rescatado a más de 7.000 personas, con operaciones en Ucrania, Sudán, Haití, Israel y Gaza, además de intervenciones en Estados Unidos durante los incendios de Maui y el huracán Ian.
Stern define su organización como apolítica y centrada exclusivamente en salvar vidas, y sostiene que actúan «a la velocidad de la necesidad, no a la velocidad del Gobierno». Reconoce que la financiación es uno de los principales retos de su trabajo y ha señalado que Project Dynamo operó en sus primeros años con márgenes muy ajustados.
Su siguiente objetivo, según ha explicado, es ampliar la vertiente comercial de Grey Bull para asistir a empresas con empleados estadounidenses en zonas de riesgo. Sobre el rescate de Machado, asegura haber diseñado y ejecutado la extracción en alta mar, recurriendo a disfraces y maniobras de engaño incluso dentro de su propio entorno para evitar filtraciones. Afirma que transitaron por Curazao sin que ella entrara en el país y describe la operación como de riesgo extremo, presentándola como la persona de mayor perfil que ha rescatado.