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Especial: Equidad laboral sigue siendo un reto en Colombia

Si bien hay mucho que conmemorar el 8 de marzo por los avances en reconocimiento de derechos a las mujeres, al revisar el panorama laboral, los retos que aún tiene el país para alcanzar equidad siguen siendo significativos.

Foto: Pexels

Publicado: marzo 6, 2020, 10:12 am

Aunque desde la Constitución Política y varias leyes hablan de igualdad, que no debe existir discriminación por edad, sexo, religión, etc., y el Código Laboral expresamente establece que para trabajo de igual valor debe existir igual remuneración, los datos resultan alejados de la regulación legal.

Incluso, los empleadores tienen la obligación de llevar un reporte en donde de manera detallada relacionan hombres, mujeres, cargos, responsabilidades y remuneración, y justificación si hay diferencia en los salarios, sin embargo, los esfuerzos parecen insuficientes para alcanzar un verdadero panorama de equidad en el país.

Las mujeres colombianas tienen una participación en el mercado laboral del 63.4%, según reporte del Banco Mundial del 2019 y de acuerdo con el más reciente Ranking Par que realiza la consultora en temas de género Aequales, el porcentaje de participación de las mujeres como CEO en empresas privadas era solo del 27% en Colombia.

Según datos globales de la OIT, recientemente se ha venido registrando un incremento progresivo de participación femenina en ámbitos tradicionalmente masculinos, tal es el caso de sectores como salud, las Tecnologías de la Información (TIC) y las ciencias de la computación, los servicios legales y las ingenierías.

Para Tatiana Garcés, socia administradora de la multinacional de servicios legales Baker McKenzie y la primera mujer en ocupar un rol directivo en una firma legal en Colombia, la normatividad legal resulta insuficiente:

“Lo único que tenemos claro hoy en día, dadas las cifras y las proyecciones es que el tema de la equidad no se va a dar de manera natural. Y por ello, pensamos que deberíamos trabajar en equilibrar las cargas en varios frentes. Uno de ellos, aumentando la licencia de paternidad; otro educando a nuestros hombres en el involucramiento que deben tener en el cuidado de los hijos y del hogar; obligando a las empresas a tener representación femenina en sus órganos de dirección; y por último, entre otras muchas iniciativas, dar ventajas tributarias a quienes muestren resultados concretos sobre la reducción de las brechas”.

Aunque Colombia y Brasil llevan la delantera en temas de equidad en la región y se muestran por encima de países como México, Chile y Ecuador, estar mejor no significa estar bien. Hay mucho trabajo por hacer en diversos frentes y uno de los retos se asocia a temas de formación, donde se hace necesario enfrentar y derribar estereotipos asociados al género.

Para Carolina Saggiomo, gerente de formación de la multinacional de gestión del talento humano Adecco, “el empoderamiento femenino encuentra un freno al confrontar el problema de los estereotipos vinculados al género tanto en la contratación como en asignación de funciones, particularmente la disonancia ocurre con el rol de liderazgo, frecuentemente marcado por características masculinas”. Es decir, existe un imaginario colectivo asociado a que la mujer no sería buena líder ya que estereotípicamente no concuerda con su naturaleza. En este orden de ideas:

«Resulta fundamental reforzar desde la feminidad las competencias gerenciales necesarias para la toma de decisiones, la negociación y el manejo del conflicto, la resolución de problemas, y muy importante: el balance entre lo personal y lo laboral, así como mucha autoconfianza para saber exigir asertivamente sus derechos a un salario igualitario y a las mismas posibilidades de aspirar y alcanzar puestos directivos”.

Finalmente, los retos también se plantean en materia legal, donde queda mucho camino por recorrer para consolidar un verdadero sistema normativo que apunte a lograr la equidad de oportunidades en materia laboral para hombres y mujeres. “En la consolidación de esta normativa, es indispensable que el legislador considere y entienda qué está detrás de la brecha de género, y por consiguiente, que propenda, no solamente a igualar las condiciones laborales de hombres y mujeres en el papel, sino que desarrolle políticas públicas que permitan más y mejores condiciones laborales para la mujer trabajadora”, refuerza Tatiana Garcés.

Asimismo, destaca la importancia de una legislación que brinde empoderamiento económico a la mujer, que visibilice el “techo de cristal” y le permita desarrollar todas sus capacidades en materia laboral, y por último, que se encamine hacia una educación de mayor calidad para las niñas y adolescentes, que en consecuencia, lleve a diversificar las ocupaciones y los sectores en que éstas se desempeñarán a futuro.

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