Si la economía naranja fuera un país, sería la cuarta economía del mundo; el noveno mayor exportador de bienes y servicios, y la cuarta fuerza laboral, así lo aseguran las cifras demostradas en el libro ‘La economía naranja: Una oportunidad infinita’, lanzado por el Banco Interamericano de Desarrollo en 2013.
De hecho, se estima que las industrias creativas y culturales fueron responsables de 1,9 millones de los puestos de trabajo existentes en América Latina y el Caribe en el 2015 – comparable con los que genera toda la economía de Uruguay o Costa Rica. Y en la misma comparación que hace el libro citado anteriormente, si la Economía Naranja de Latinoamérica y el Caribe fuera un país de la región, tendría la economía de Perú, las exportaciones de Panamá, la fuerza laboral de El Salvador, Guatemala y Honduras, combinadas.
“Dada la idiosincrasia de la economía colombiana existe un enorme potencial en este tipo de industrias gracias al gran talento humano y creativo para desarrollar las diferentes industrias culturales. Podemos tomar como ejemplo el éxito del Centro de Innovación de la Ruta N en Medellín que desarrolla programas para la evolución económica de la ciudad hacia negocios intensivos en ciencia, tecnología e innovación”, dice Daniel Caridad López del Río, docente de Cerem International Business School.
¿En qué va?
Aunque hoy, ya con los programas de gobierno en marcha, hay muchas preguntas relacionadas con las características de la economía naranja, los sectores que abarcaría y los beneficios que traería, equipos del gobierno han venido poco a poco dándole forma a este proyecto que busca impulsar las industrias creativas en el país.
De acuerdo con el Ministerio de Cultura, la Economía Naranja se desarrolla a través de una estrategia que reúne los pilares de organización e intervención de la política de Economía Naranja, en los que participan las diferentes entidades del gobierno nacional. Esta iniciativa representa una articulación sin precedentes para trabajar por la economía cultural y creativa del país.
Entre sus principales apuestas está identificar las brechas de capacidades y calificaciones, transferir el conocimiento al interior de los emprendimientos creativos e incentivar las competencias creativas en la infancia y la juventud.
Hoy, se están definiendo los incentivos tributarios que tendrán proyectos relacionados con este tipo de economía. El Ministerio de Cultura, MinCIT, Sena, e INNpulsa han desarrollado programas para incentivar, acompañar y promover los proyectos de emprendimiento de este tipo.
¿Qué tipo de emprendimientos están en la Economía Naranja?
1. Comunitarios y organizaciones sin ánimo de lucro: Se tratan de iniciativas ligadas al patrimonio, las artes y los oficios. Que ejecutan proyectos con objetivos de impacto local y comunitario.
2. Emprendedores emergentes: Aquellos que innovan y asumen riesgos en los contenidos que crean, producen y comercializan, son autogestores, trabajan por proyectos y tienen ingresos intermitentes.
3. Emprendedores consolidados: Cuentan con líneas de negocio funcionales y diversificadas. Han logrado la estabilidad de ingresos en el tiempo y requieren financiamiento para expandir sus rutas de circulación y escalar el modelo de negocio.
4. Gran Empresa: Tiene la trayectoria en el mercado y cuenta con el músculo financiero. Es demandante de talento, productos y servicios de los emprendedores creativos. Además, tienen potencial de ser anclas de inversión y de expansión de mercados.