Con una participación del 68% en el PIB, el consumo es el principal motor de la economía colombiana desde el punto de vista de la demanda; por ello, las expectativas juegan un rol fundamental en las decisiones de compra de todo tipo de bienes: desde un televisor hasta una vivienda.
La buena noticia es que en marzo el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que mide Fedesarrollo regresó a terreno positivo, al registrar un balance de 1,2%, lo que representa un incremento de 6,8 puntos porcentuales (pps) frente al mes anterior y de 4,3 pps frente al mismo mes del año pasado.
“El incremento frente al mes anterior obedece a un aumento tanto del Índice de Condiciones Económicas como del Índice de Expectativas del Consumidor”, explicó la misma fuente al subrayar que la confianza de los consumidores mejoró en 4 de las 5 ciudades encuestadas frente a febrero y en todas las ciudades respecto a marzo de 2018.
En marzo, la confianza de los consumidores mejoró en los estratos medio y bajo respecto al mes anterior. Frente a marzo de 2018, el ICC aumentó en los estratos bajo y alto.
A pesar de ello, la disposición a comprar vivienda disminuyó frente al mes anterior y a marzo de 2018, mientras que la disposición a comprar bienes durables incrementó respecto a los mismos periodos.
Por nivel socioeconómico y frente al mes anterior, el ICC aumentó 7,7 pps y 7,2 pps en el estrato medio y bajo respectivamente, mientras que en el estrato alto se deterioró 4,3 pps. Frente al mismo periodo de 2018, la confianza de los consumidores mejoró en el estrato bajo (9,8 pps) y alto (7,2 pps) pero en el estrato medio disminuyó (1,0 pps).
Según Fedesarrollo, tanto la valoración de los consumidores sobre la situación del país como la de sus hogares mejoraron frente al trimestre anterior en 5,8 pps y 4,3 pps respectivamente. Por su parte, la disposición a comprar bienes durables se ubicó en -0,4%, que representa una mejora de 8,2 pps relativo al balance promedio registrado durante el cuarto trimestre de 2018.
Mantienen las proyecciones
Los resultados del primer trimestre evidencian una mejora en la confianza frente al último trimestre de 2018, lo cual es consistente con la opinión de la mayoría de los analistas, los cuales proyectan un crecimiento económico entre 3,2% y 3,5% en 2019.
Por ejemplo, de acuerdo con el BBVA Research, el crecimiento de 2019 será un poco superior al observado en 2018, gracias a un incremento en la demanda interna, que se verá reflejado en el impulso de la inversión en maquinaria y equipo y un poco menos en la construcción.
“Esperamos un crecimiento de 3,0% para 2019, con lo cual mantenemos nuestra estimación frente este año y para el 2020, cuando esperamos que la economía crezca por el orden del 3,3%”, afirmó Juana Téllez, economista jefe de la entidad financiera.
En cuanto a la tasa de cambio, la misma fuente prevé $3.140 en promedio para este año, superior al registro de 2018 de 2.951 pesos.
“En parte este mayor nivel se debe a un menor precio del crudo (USD72 frente USD63 por barril Brent en 2018 y 2019 respectivamente) y un deterioro del déficit en cuenta corriente, que se ubicaría en -4.3% en 2019 frente a -3.8% en 2018”, afirmó Téllez.
En un escenario de desaceleración global, la gerencia de investigaciones de Bancolombia prevé un crecimiento del 3,2% para la economía colombiana en 2019, la mayor tasa desde 2014, con la inversión como el rubro más dinámico de la demanda, con un aumento del 5%.
En cuanto a la tasa de cambio, la misma fuente ha mantenido inalterada su proyección de $3.150 en promedio, aunque para el fin de año ahora prevé $3.170 frente a la cifra anterior $3.120.
“El ajuste pone de manifiesto que con una corrección en el precio de las materias primas y una ampliación del déficit en cuenta corriente el peso colombiano cederá terreno en el segundo semestre”, explica el equipo de investigaciones de la misma entidad.
Con una inflación proyectada de 3,4%, la misma fuente sostiene que es probable que el Banco de la República no aumente sus tasas de interés ya que la inflación básica (es decir, excluyendo los precios de los alimentos y algunos regulados como transporte, energía y servicios públicos) rondaría el 3,2%, muy cerca de la meta.