Los procesos de innovación ocupan cada día un lugar más importante al interior de las organizaciones, acorde con los cambios que demanda del entorno y de las necesidades que poco a poco van surgiendo.
De acuerdo con el más reciente Ranking de Innovación Empresarial, realizado por la Andi, durante el 2021, el 72.3 % de las empresas invirtieron más en ciencia, tecnología e innovación, en comparación con el 2020, es decir, 7 de cada 10 compañías en Colombia reconocen la importancia de innovar y, por lo tanto, destinaron un mayor número de recursos para este fin.
Sin embargo, y de acuerdo con Luisa Salazar, Gerente de Innovación y Transformación Digital de Compensar, la inversión debe estar en sinergia con el fortalecimiento del pensamiento innovador en el capital humano, “no hay una herramienta mágica, sino que hay muchas personas mágicas, que, si no hay herramientas, se las inventan para poder innovar”, agrega.
En ese sentido, el pensamiento innovador orienta la capacidad del ser humano para crear valor, y lo anterior implica que haya una intención de por medio que motive a generar un aporte para la sociedad; la innovación no es el fin, sino el camino para lograr un cambio. Hay tres factores que, según la experta, contribuyen a que las iniciativas de innovación tengan el resultado esperado.
El primero es la disciplina, ser constante y definir un método, “el tiempo que tenemos son 24 horas al día, de nosotros depende si lo distribuimos todo para hacer el hoy o, si, por el contrario, disponemos unas horas para construir el mañana; si escogemos la segunda opción, necesitaríamos saber cuáles son los ladrillos que se requieren y establecer el paso a paso para que la estructura nos quede sólida y fuerte”, asegura Luisa Salazar.
El segundo factor es la capacitación para el fortalecimiento de habilidades y capacidades que permitan estar a la vanguardia de lo que demanda el día a día y, por último, quien innova debe ser resiliente, debido a que los resultados exitosos seguramente no surgen al primer intento, por lo tanto, hay que volver a empezar, con la misma disciplina, el mismo rigor y disfrute.
¿Por qué es importante que las empresas trabajen en el pensamiento innovador de sus colaboradores?
La disciplina, la formación constante y el no desistir son herramientas que potencian el pensamiento innovador para que las empresas no sean inertes sino dinámicas en un mundo que, en sí mismo, hace que la autocrítica, la autorreflexión y el mejoramiento continuo sean un imperativo.
“Las empresas deben cuestionar a menudo las formas en que trabajan, no podemos ser los mismos siempre y por eso hay que aprender a desaprender, estar en permanente cambio, pero con un fin, buscando ser un referente de innovación.
No es cambiar por cambiar, la transformación debe estar ligada a las técnicas de observación, vigilantes todo el tiempo de las tendencias, de las novedades, los nuevos modelos de servicios, etc. Ser humildes para reconocer lo está bien, pero también lo que se puede hacer mejor”, explica Salazar.
Precisamente, Luisa Salazar, Gerente de Innovación y Transformación Digital de Compensar, entregas cinco claves o recomendaciones para que las empresas instauren y fortalezcan el pensamiento innovador entre sus equipos y colaboradores:
- La innovación no es el fin, es el camino: Hay que preguntarse cuál es propósito del porqué se quiere ser innovador, tener un objetivo claro y definir la estrategia para lograrlo. Tener presente que se innova para aportar un valor a la sociedad.
- Innovar con otros: el trabajo en asocio y con otros actores, ojalá los mejores de cada sector, permite potenciar y desarrollar nuevas capacidades. “En Compensar, por ejemplo, tenemos redes articuladas de valor, que incluye la red integral de salud, de proveedores, entre otros aliados, para que la unión de esfuerzos esté en función de entregarle algo nuevo a las personas, contribuyendo a su bienestar integral”, dijo.
- Ser humildes y aprender a desaprender: “Hay cosas que pesan en la mochila y hay que sacarlas, en su momento fueron buenas, pero quizá ya no funcionan”, es lo que explica Salazar cuando se refiere a métodos y procedimientos que son obsoletos para la realidad actual y, en ese sentido, habría que desaprender para abrirse a nuevos caminos, acorde con las tendencias y las necesidades de las audiencias.
- Observación permanente: Tener la mirada fija, hacia el cliente interno y externo. Muchas veces no nos damos cuenta de las capacidades que tienen los equipos, en ese sentido, se recomienda reconocer los talentos y potenciarlos, la innovación necesita mucha motivación y reconocimiento.
- Entrenamiento y disciplina: comprender que innovar no es un asunto fugaz e intermitente, sino que requiere constancia, dinamismo y rigor para cumplir lo que se proponga.
Por último, Salazar recomienda hacer seguimiento de los resultados, es decir, definir indicadores de medición para determinar si las actividades y la inversión de recursos están orientados al propósito innovador que se quiere alcanzar. Esto permite tomar decisiones de forma oportuna, bien sea continuar con lo implementado o hacer ajustes, para asegurar que el método realmente permita generar iniciativas innovadoras que marquen la diferencia.