Canadienses quieren abrir colegios bilingües en Colombia

Publicado: septiembre 27, 2020, 9:20 am

Para nadie es un secreto que Colombia está más que ‘rajada’ en bilingüismo: según el centro de estudios, Fedesarrollo, además de la tarea de tener un esquema de educación híbrida, solamente 1% de los estudiantes en Colombia pueden ser considerados bilingües.

Esta situación viene despertando el interés de franquicias canadienses por entrar en el territorio colombiano. Así lo confirmó el director de Expansión de Maple Bear para Latinoamérica, Mateo Cuadras, quien señala que el modelo de negocio de esa organización consiste en democratizar el acceso a la educación bilingüe en países como Colombia y por ello, aspira a contar con al menos 20 colegios en el país.

Adicionalmente, los canadienses han detectado que hay carencia de docentes de inglés calificados. Otro reto está en la brecha entre colegios públicos y privados.

En Colombia, la franquicia no solo está evaluando un crecimiento no sólo en Bogotá, sino en ciudades como Medellín, Barranquilla, Cali y Santa Marta. El costo de la tasa de franquicia es de unos USD 55.000 y la inversión total es partir de USD 200.000, incluyendo el inmueble y sus adecuaciones. La cifra varía, dependiendo de la ubicación del colegio o si el franquiciatario ya tiene un terreno o espacio.

De ahí el reto de esta franquicia canadiense, que pese a la pandemia, considera que invertir en estos tiempos no es una locura. Así lo confiesa Cuadras, quien si bien considera que la inteligencia y capacidad del ser humano se destacarán al hacer un balance de estos tiempos difíciles, invertir en un educación, a pesar de vivir en medio de una economía en crisis, es clave.

En Colombia, hay franquicias del sector educativo como Kumon y Edupol. Según el presidente de la junta directiva de Colfranquicias, Francisco Paille, “todas las franquicias son buen negocio y la más rentable es la que la persona quiera desarrollar porque no se trata de una inversión, sino de un emprendimiento”, comenta.

Para los expertos, la educación siempre será un negocio prometedor porque presenta elementos constantes. Y aunque el sector educativo también está pasando por momentos de crisis, es una realidad tangible que se repone más rápido que otros sectores.