“Yo voto por el que diga Uribe”, la polémica frase ha sido la protagonista de las principales noticias de los últimos días en el país. Apareció en Montería, Córdoba, y tiene tanto seguidores como detractores, pero representa una pequeña muestra de lo que se aproxima de cara a las elecciones presidenciales de 2018.
Tras la implementación de los acuerdos de paz, la opinión pública se ha centrado en la incognita de si el Gobierno y las Farc van a cumplir con lo acordado a tiempo. Esto ha afectado la imagen del presidente Santos y ha impuesto un ambiente de tensión que proyecta un futuro no muy claro para Colombia y surge la pregunta de si el nuevo mandatario que tendrá el país continuará con el legado del Nobel o si vienen tiempos complejos para Colombia.
De acuerdo con la encuesta de favorabilidad hecha por Gallup, el presidente Santos tan solo tiene un 31% de favorabilidad y un 69% de los colombianos encuestados no están de acuerdo con su gestión. Parte de lo que se ha argumentado, es que la concentración del gabinete gubernamental en los temas de implementación de los acuerdos de paz ha hecho que se olvide de otros asuntos fundamentales como el agro y la educación.
En este sentido, la encuesta reafirma el carácter de desconfianza de los colombianos quienes, a la pregunta de si consideraban que las cosas estaban mejorando o empeorando, el 75% aseguraron que vamos por mal camino.
Además de las situaciones difíciles que enfrenta el país, la contienda electoral, a un poco más de un año de las votaciones, no pinta clara y ninguno de los candidatos se perfila como el nuevo presidente de Colombia. Lo que sí es cierto, es que la campaña promete ser una de las más reñidas y complejas debido a la fuerte polarización.
Los candidatos
En el análisis hecho por Anif, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales estaría entre Germán Vargas Lleras, el candidato del Partido de la U que, según la encuesta Gallup, tiene una visión favorable del 36% y un candidato de la Alianza de la derecha , que nacería de los partidos liberales y una fracción de los conservadores y algunos disidentes de izquierda.
Sin embargo, para que este panorama se diera, según el análisis, la contienda tendría como protagonistas, durante la primera vuelta, al candidato de los Ni-nis, que podría estar entre Claudia López y Sergio Fajardo, juntos con una imagen favorable del 38% y quienes se han mostrado como una alternativa interesante para quienes no hacen parte de la polarización.
A Sergio Fajardo le va mejor en encuestas que a Claudia López, además de contar con casi el 55% de favorabilidad en su alcaldía, sin embargo, en contra le corre el fuerte clientelismo y su fama de ser algo tibio frente a las decisiones, que no lo ubica en una posición clara frente a las decisiones.
El Polo Democrático, que podría hacer parte de esta alianza, dependiendo de cómo se juegue la baraja, tendría a Clara López (aunque ella aún tiene ciertas discrepancias con su partido) con una favorabilidad del 47%, una de las más altas y a Jorge Robledo, quien por el momento solo cuenta con un favoritismo del 31%.
Los partidos tradicionales, Liberales y Conservadores, tienen muchas cartas pero aún no se sabe cuál se quieren jugar. Por una parte está el Liberal, que podría tener a Humberto de la Calle (46% favorabilidad) o Juan Fernando Cristo, ministro del interior. Cualquiera de los dos se fortalece en una tendencia gubernamental, ya que los dos han sido mano derecha del presidente Santos y se la han jugado por la paz.
Por el partido Conservador es oscuro el panorama, aunque quien suena con más fuerza es el exprocurador Alejandro Ordoñez. Sin embargo, dadas las cercanías con el Centro Democrático, podría cocinarse una posible alianza. Una posible alianza pero que no cuenta con un candidato con la suficiente jerarquía.
La valla “Yo voto por quien diga Uribe”, más allá de ser crítica, devela una crisis del CD y es que no cuenta con un candidato fuerte. En los chismes de pasillo suenan nombres como Carlos Holmes Trujillo, Maria del Rosario Guerra, Iván Duque, entre otros. Sin embargo, en la opinión pública no hay una cercanía con estos personajes.
Más allá de los escándalos protagonizados por la senadora María del Rosario Guerra y otras opiniones variadas de los demás, no hay un candidato que el expresidente pueda poner en la contienda, falta esperar qué dirá en las próximas semanas que se hagan oficiales las campañas.
Los candidatos aún no están definidos y, por el momento, solo hay conjeturas, sin embargo la contienda electoral muestra una polarización donde la bandera de cada una de las candidaturas, desde sus perspectivas, será la implementación de los acuerdos de paz, lo que llevará a fortalecer la polarización.
Pero la paz no es lo único que tendrá polarizado al país, por más contradictorio que eso se escuche, las situaciones vividas con los maestros y la tensión en el tema agro muestran que los candidatos prepararán toda su artillería, en la que se incluyen más de un meme en las redes sociales, para determinar quién será el nuevo presidente de Colombia.