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Análisis a los movimientos en la tasa de cambio en Colombia

La caída del mercado accionario internacional muestra señales de dependencia a la liquidez global, que en parte, ha explicado el repunte en los activos de riesgo internacional en los últimos años, como también, dudas de la transición a un periodo de normalidad con mayor inflación. En Colombia, los movimientos en la tasa de cambio en 2018 han sido pronunciados.

Luego de años de baja volatilidad el mercado está experimentando fuertes movimientos.

Publicado: febrero 12, 2018, 2:34 pm

Luego de un inicio de año con apreciación del peso colombiano, la caída en el precio del petróleo, disparó la tasa de cambio. Pensamos que la volatilidad internacional puede seguir en niveles altos en las próximas sesiones pero consideramos que tiene más las características de un retroceso puntual y no se lo atribuimos a un cambio profundo de las condiciones económicas a nivel global.

La bienvenida al nuevo presidente de la Reserva Federal (FED) ha venido cargada de adrenalina a la espera de cómo se realizará la transición de política. A pesar de las mejores cifras de la economía de los Estados Unidos, las últimas semanas se ha registrado un aumento importante de la volatilidad por temor de los efectos del repunte de la inflación. Lo cual resulta un poco insólito debido a que lo que precisamente se buscaba desde hace varios años era salir del riesgo de la deflación.

Desde los máximos históricos logrados el pasado 28 de enero, el índice accionario de los Estados Unidos ha caído cerca de 9%. Si bien esta caída no se puede comparar con lo vivido a comienzos de 2016 con la desaceleración China o la crisis de Europa en 2011, la forma en que reacciona el mercado a caídas similares nos hace pensar que es posible observar retrocesos adicionales en las próximas jornadas. Sin embargo, las cifras de la economía muestran que las variables fundamentales siguen firmes, lo que por ahora descartaría un escenario de un mercado pesimista (caídas mayores a 20%). Precisamente, en enero, el índice ISM de servicios alcanzó máximos de 59.9 unidades, motivado en buena parte por el repunte en las nuevas órdenes a 62.7 unidades marcó el nivel más alto desde 2011.

Fuera de la explicación de la inflación, el desmantelamiento de una política monetaria extraordinariamente laxa por parte de los grandes bancos centrales de la economía y su posible reemplazo por un estímulo fiscal, cuestiona el esfuerzo en un momento en el que la economía puede estar cerca de un pico y funcionando a alta temperatura. El cambio de un apoyo monetario a uno fiscal si podría incorporar un mayor temor por las cifras fiscales a futuro. En el corto plazo, esta postura parece ser un poco prematura.

Luego de años de baja volatilidad el mercado está experimentando fuertes movimientos. Y lo anterior no es exclusivo del mercado accionario sino también se registra en el mercado de los títulos más seguros y en las monedas. Una de las noticias más importantes la semana pasada para los títulos seguros estadounidenses fue la aprobación del presupuesto por dos años que evitó el apagón del Gobierno pero genera incertidumbre frente a la ampliación en el déficit fiscal. Lo anterior podría representar algunas alertas por partes de las calificadoras de riesgo, lo que podría recordarnos el episodio vivido a mediados de 2011 cuando Estados Unidos perdió su calificación AAA. La administración Trump va a anticiparse a levantar el ánimo de los inversionistas, posiblemente con el plan de infraestructura que si bien incorpora 200 billones de dólares podría apalancarse en impuestos locales e inversión privada para llevarlo a cerca de 1.5 trillones de dólares.

Con respecto a las monedas, hemos observado que los fuertes movimientos en los índices accionarios han generado una fortaleza del dólar frente a las principales monedas del mundo. La semana pasada, en una segunda fase, el pesimismo tomó mayor fuerza en los mercados de materias primas, lo que ha amplificado la debilidad de las monedas frente al dólar, en especial de los países exportadores de petróleo como Colombia. El retroceso del petróleo (que acumula cerca de 10% desde finales de enero) por debajo de USD60 aceleró la depreciación del peso, sin un cambio en los fundamentales.

En Colombia, la semana pasada se publicaron las memorias de la última reunión de política monetaria (29 de enero) en la que se decidió bajar la tasa de intervención 25 puntos base hasta 4.5%. En la discusión y opciones de política se dio a entender que la recuperación ha sido más lenta de lo previsto. Adicionalmente, con respecto a la inflación se comentó que sigue convergiendo a la meta (3%) y cuya medida anual a enero fue publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) la semana anterior en 3.68%. Al final, el documento del Emisor incluyó una frase en la que menciona que con la información disponible se llegó al final del ciclo de reducciones, lo cual podría cambiar si la recuperación
sigue lenta y la inflación sigue bajando.

Esta semana los agentes estarán atentos en los Estados Unidos a la publicación de inflación y algunas cifras del sector de vivienda. En Colombia, el banco central publicará el reporte trimestral de inflación. Adicionalmente, se conocerán las cifras de comercio, ventas al por menor, producción industrial y el reporte del PIB del cuarto trimestre, para el cual esperamos un crecimiento anual entre 1.5% y 1.7% para 2017.

Por Felipe Herrera Rojas
Vicepresidente de Inversiones
Protección

 

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