100 Gerentes más exitosos 2017
Gerente presenta a los 100 gerentes que, gracias a la gestión realizada en sus empresas, son los más exitosos del país este año
Más allá del desarme de las Farc, el país debe enfocarse en remover los obstáculos que están impidiéndole crecer a una tasa superior al 4%, sin la necesidad de ganarse la lotería de una bonanza externa.
El fin del boom minero-energético puso en problemas a la economía y a los empresarios. Desde hace varios años, el país gozaba de un precio elevado del petróleo, que le permitió crecer a tasas superiores al 4% en el período 2004-2014.
Sin embargo, la bonanza económica llegó a su final y reveló un panorama preocupante para la economía del país que ha disminuido su proyección de crecimiento, al punto de que ahora solo se prevé un tímido 1,8% para finales de 2017.
Según la consultora Raddar, “a este panorama hay que sumar que el fenómeno del Niño y el paro camionero sufridos durante 2016 impactaron el mercado en $15 billones, una suma de difícil retorno a la economía”. Por asi fuera poco, ante la caída de los ingresos fiscales, el gobierno se vio obligado a sacar adelante una reforma tributaria, que tomó fuera de base a los empresarios y contribuyó al deterioro de las expectativas de los consumidores.
De hecho, en palabras del presidente de la consultora, Camilo Herrera, este entorno dio origen a una nueva personalidad de comprador y consumidor en el país: “el comprador conveniente y el consumidor conformista, para quienes el mercado se encuentra comoditizado y considera que cada vez más hay menos marcas capaces de ofrecer valor, o que en su defecto, no encuentra una diferencia relevante”.
A pesar de que el panorama está lleno de retos, los empresarios son conscientes de las fortalezas del país. Para Edgar Sánchez, presidente de la consultora EY, la verdadera fuerza debe estar en la unión. “Estamos llamados todos a ponernos la camiseta de país, no podemos quedarnos en un letargo sino vivir y tener acciones para mejorar”.
Sánchez añade que es fundamental liberarse de la dependencia a los hidrocarburos y abrir el portafolio de productos que tiene el país y que puede potenciar las exportaciones, generar empleo y disminuir otras afectaciones colaterales, como la informalidad.
El mejoramiento de la infraestructura y la innovación, coinciden los expertos, es fundamental para levantar, en los próximos años, la economía no minero energética, es decir, los sectores con posibilidades en los mercados internacionales.
Es claro que la terminación del conflicto armado es una luz al final del túnel no solo ahora la víctimas y victimarios, sino también para las industrias. De acuerdo con Mónica Jiménez, social líder de Advisory de la consultora PwC: “el posconflicto abre las puertas a nuevos capitales e inversionistas extranjeros en sectores que hasta ahora venían creciendo a un ritmo lento por causa del conflicto interno. Tal es el caso del agropecuario, que se verá beneficiado por cuenta de las nuevas tierras que pasaran a ser productivas en los territorios que hasta hace poco estaban bajo control de grupos armados”.
Y es que, de acuerdo con los datos de Raddar, durante la etapa del postconflicto el país crecerá 0,5% más, esto se debe a que durante esta etapa se generan mejores oportunidades en el uso del suelo, especialmente en aquellos territorios donde antes el Estado no hacia presencia. Adicionalmente, en medio del entorno de América Latina, Colombia se convierte en un país destino más atractivo para la inversión extranjera.
El campo, para las consultoras, es un elemento fundamental a la hora de hablar de un resurgir económico colombiano. Sin embargo, este ha estado rezagado dentro del conflicto y las políticas asistencialistas que no le permiten crecer.
Es por esta razón que el campo colombiano necesita tecnificarse. “Hoy en día no podemos seguir cultivando de la misma forma que se venía haciendo, es clave encontrar herramientas que vayan de la mano con la transformación digital, para que el sector sea capaz de suplir la demanda internacional de alimentos”, concluye Sánchez.