Al relacionar a personajes referentes en creación de empresa como Steve Jobs y Mark Zuckerberg con su formación profesional, la sorpresa es que abandonaron sus estudios en cuanto empezaron con ideas de emprendimiento. Cualquiera pensaría que una persona con tanto éxito tuvo que terminar su carrera antes de empezar a emprender, pues bien, la creación de empresa se puede dar en el momento menos esperado, todo es cuestión de identificar la oportunidad.

Existen emprendedores que surgen de la nada, sin ninguna preparación, pero con una idea clara de cómo funciona la empresa, y hay otros que son exitosos de la mano de una formación profesional.

Por años, de manera indirecta, el conocimiento adquirido en instituciones han sido la inspiración para formar una compañía.

En los últimos años, las universidades han cambiado, y la manera de emprender también lo ha hecho. Aunque existen muchos factores que inciden en la creación de empresa, como los recursos financieros, oportunidad en el mercado y respaldo del Gobierno, las universidades cumplen un papel fundamental en el impulso a la creación de empresa.

Según Confecámaras, en el primer semestre de 2017 se crearon 177.545 unidades productivas: 38.183 sociedades y 139.362 personas naturales, lo que representa un crecimiento de 8,3% con respecto al mismo periodo del año anterior; y en la clasificación del Foro Económico Mundial, Colombia ocupa el cuarto lugar como el país más innovador de 44 en el mundo, antes de Chile, Dinamarca, y Sudáfrica.

Se ha disparado la creación de empresa en Colombia como nunca antes, las Pymes se han tomado la economía del país, y quienes están detrás de estas ideas que mueven dinero, son personas que identificaron oportunidades en el momento indicado y quizá tuvieron un impulso de alguna institución.

Según el reporte GEM en Colombia, el 87% de los emprendimientos que surgen por oportunidad tienen un emprendedor con formación de posgrado. “También lo han demostrado estudios en un contexto de América Latina; los emprendedores de base universitaria tienen mayores oportunidades de convertirse en un fundador de empresa, una empresa creada por oportunidad y no por necesidad”, dice Andrea Ávila, directora del Centro de Emprendimiento y de la Maestría de emprendimiento en la Universidad Del Rosario.

La directiva asegura que el papel de la academia, ha jugado y debe jugar un papel fundamental en el desarrollo del emprendimiento en Colombia. El emprendimiento es un tema de alto interés en la formación de nuevos profesionales y en el desarrollo económico y social de los países.

Por años, las universidades se dedicaron a la formación disciplinaria de los estudiantes, ahora su enfoque está no solo en la formación de conocimiento, sino en cómo llevarlo a la práctica. Roberto de la Vega, director de las Maestrías en Administración en la Pontificia Universidad Javeriana y PhD en Emprendimiento en Grenoble (Francia), dice que si bien las universidades son las instituciones llamadas a desarrollar las habilidades para el emprendimiento, en Colombia la mayoría de las universidades en programas de administración de empresa, ya sea a nivel de pregrado o posgrado, siguen enfocadas en la transmisión del conocimiento disciplinar necesario para la administración de empresas y hay unas pocas que han dado el salto hacia el emprendimiento.

“Algunas entendimos que las necesidades del mercado no son las mismas que en el siglo XX, y que muchos de los estudiantes que ingresan a los programas de administración de empresas, o similares, ya no están pensando trabajar en grandes corporaciones sino en lanzar sus propias empresas o en trabajar en entidades sin ánimo de lucro”, agrega de la Vega.

Las universidades se reinventan

Las instituciones de educación superior están modificando sus metodologías y currículos para desarrollar las habilidades necesarias para el emprendimiento, como el liderazgo y el reconocimiento de oportunidades.

Aunque los resultados todavía no son tan evidentes, porque la universidad es solo uno de los muchos actores que intervienen para crear un ecosistema que apoye el surgimiento de emprendimientos de alto impacto, los frutos ya se están dando.

“Para las universidades ha sido relativamente fácil instalar algunas plataformas para poder promover el emprendimiento como incubadoras, aceleradoras, programas de acompañamiento a emprendedores y los concursos internos”, agrega Manuel Esteban Acevedo Jaramillo, decano de la Escuela de Administración en la EAFIT.

Las universidades están creando alternativas para dinamizar su oferta académica y aportar a la formación empresarial de los estudiantes. De acuerdo con Roberto de la Vega, de la Universidad Javeriana, hay instituciones que promueven el emprendimiento social, otras enfocadas en el emprendimiento por supervivencia y necesidad, otras enfocadas en la creación de pequeñas empresas que carecen del potencial para generar impacto significativo en su entorno, y otras dedicadas a gestar emprendimientos de alto impacto.

Emprendimientos desde la U.

La mayoría de empresarios que han tenido éxito en Colombia, tienen una profesión y una universidad que los acreditó. Dentro de los casos conocidos se puede mencionar el éxito de Té Hatsu, cuyo gerente es egresado de la Universidad EAFIT, esta compañía dio inicios en el 2010 y en 2016 empezó la integración con la marca Postobón.

Así mismo, la compañía LORAPP, un emprendimiento con egresados de otras universidades, que crearon una plataforma donde ya no existe la fotocopia impresa, sino que los estudiantes puedan tener las lecturas que les dan en clase en esta aplicación. Esta idea surge de un equipo de estudiante con egresados de la Universidad del Rosario.