100 Gerentes más exitosos 2017
Gerente presenta a los 100 gerentes que, gracias a la gestión realizada en sus empresas, son los más exitosos del país este año
Convertida en una plataforma acelerar la innovación y mejorar la eficiencia de las empresas, el gigante azul redobla su apuesta por la la nube híbrida y la inteligencia artificial.
Con más de 100 años de historia, IBM no solo fue clave para la masificación del computador personal, en la década de los 80, sino que menos de dos décadas después le mostró el camino a la industria cuando tomó la decisión de salirse de la fabricación y venta de PCs- convertidos en un commodity- para centrarse en la prestación de servicios de consultoría y software, a finales de los 90.
En un momento en el que la economía global es cada vez más digital y las empresas tradicionales se ven amenazadas por la aparición de nuevos competidores, la ya conocida disrupción, la industria de TI está poniendo todas sus cartas en la transformación digital, convertida en una oportunidad de negocio, a medida que los compradores de tecnología necesitan ser más competitivos, automatizar sus procesos e innovar.
En la carrera por la diferenciación, la tarjeta de presentación de IBM se llama Watson, la materialización de la llamada computación cognitiva o inteligencia artificial hoy tan en boga, y que saltó a la fama en 2011 cuando participó en un concurso de televisión llamado Jeopardy, derrotando a otros competidores humanos a pesar de no estar conectado a Internet.
Con Watson, llamado así en honor al fundador del gigante azul, IBM busca transformarse y consolidarse en mercados donde hay mayor valor para entregar y capturar, explotando sus principales fortalezas: analítica, social, bases de datos, pronósticos, computación cognitiva, etc, a partir de una plataforma que está basada en la nube.
De hecho, en un reciente evento, Ginni Rometty, CEO de la compañía, señaló que el gigante azul busca convertirse en una plataforma para la próxima era de los negocios, a partir de 3 pilares o fortalezas: las empresas, los datos y la inteligencia artificial o cognitividad, como eje de la estrategia.
“La computación cognitiva no es una moda, sino que está en el corazón de nuestra estrategia junto con Watson”, explicó esta veterana de la industria y una de las pocas mujeres que maneja una corporación de la envergadura de IBM.
En un momento en el que la información se ha convertido en un recurso abundante, el desafío que tienen las empresas es cómo utilizarla y explotarla, teniendo en cuenta los millones de datos que se producen y almacenan todos los días, y allí es donde la computación cognitiva tiene un papel para jugar.
“En los últimos años Cloud -el uso más eficiente de infraestructura- pasó de ser ahorro de dinero a plataforma de innovación y acá es donde la ‘plataforma como servicio’ ha creado una gran disrupción”, explica Gonzalo Escajadillo, gerente de Cloud para Latinoamérica en IBM.
Con la infraestructura ofrecida como un servicio en una nube híbrida -es decir, que se paga según el uso, tal como ya sucede con el software-, los usuarios de la tecnología pueden crear aplicaciones y enfocarse en su estrategia de negocios y desarrollar nuevos modelos de negocio, sin preocuparse de tener que realizar grandes inversiones en servidores, por ejemplo.
“Creemos en la nube híbrida y abierta, para que las cosas se comuniquen, y gracias a una arquitectura común, no obligamos a los clientes a tener un lock in”, explica el vocero al señalar: “la nube está hecha para data y cognitive y eso va a ser un diferencial nuestro con Watson para brindarles propiedades cognitivas a los clientes”.
En un momento en el que los países de la región enfrentan desafíos, por el fin de la bonanza de materias primas que les permitió navegar con viento de cola durante casi una década, la tecnología está llamada a convertirse en un habilitador de la innovación y la competitividad.
“Hace 10 años, se decía que en Latinoamérica las cosas sucedían 12 o 18 meses después que en EU y se podía planear, pero eso cambió con la computación en la nube que redujo los costos pero también eliminó las barreras competitivas”, señala Escajadillo.
Con una economía cada vez más globalizada, hoy pueden aparecer competidores de la nada, tal como ya sucede con Uber o Airbnb. ¿Resultado? “Ese tiempo desapareció, se necesita una modernidad a la par con el resto del mundo y eso es lo que hace posible la tecnología”, concluye.