Con el proyecto “Buena energía para ciudades inteligentes” que usa smart grids o redes inteligentes, dotadas de tecnología de tele medición para monitorear y controlar el consumo domiciliario y comercial, las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se convierten en el territorio pionero del país con la implementación de este tipo de metodología que persigue el ahorro y la sostenibilidad energética.
Con el liderazgo de la empresa Ingenierías Aliadas y en asocio con el proveedor de tecnología AMS Unión S.A.S, a hoy se han instalado 18.540 medidores tele administrados que reemplazaron a los viejos contadores de la Sociedad Productora de Energía de San Andrés (SOPESA).
Gracias a esta implementación se han logrado reducir las pérdidas de energía de un 28% en julio de 2013 a un 8,7% a febrero del 2017. Estas cifras representan una reducción de casi 60 millones de kilovatios/hora durante el mismo período, que equivale a más de 4 meses de ventas mensuales de energía del operador SOPESA.
El problema en la Isla radicaba en la evasión del pago de energía por conexiones fraudulentas y redes en mal estado, así como en la cultura de desperdicio del servicio en hoteles, comercios y hogares. Las estrategias del proyecto han consistido en el tendido de más de 50 kilómetros de redes, la implementación de medidores que permiten seguimiento en línea, la entrega de un display a los usuarios para visualizar el registro de sus consumos, la implementación de un centro de control para monitorear y tele gestionar las conexiones, y el acompañamiento social para lograr conciencia y racionalidad. Gracias a lo anterior, San Andrés es ahora una ciudad que camina a la vanguardia de la sostenibilidad energética del país.
El ingeniero León Darío Osorio, gerente general de Ingenierías Aliadas S.A.S, asegura que el éxito del proyecto es contundente desde las cifras, pues los $130.000 millones de pesos en subsidios que aportaba el Gobierno Nacional en 2013 para esta región (cuando comenzó esta intervención), bajaron a unos $60.000 millones de pesos que se registraron a finales de 2016, sin arriesgar la sostenibilidad del servicio ni la viabilidad financiera del operador que, por el contrario, se ha fortalecido.
Por su parte, la facturación del Operador de red subió un 38% en los últimos 3 años, mientras que la demanda de energía total solo creció en un 4.5% en el mismo periodo, una diferencia que se explica con la reducción de las pérdidas y los consumos no remunerados.
Una nueva fase para asegurar la sostenibilidad energética de las islas es el proyecto dirigido a promover el uso eficiente de la energía y a disminuir el monto de las facturas de los consumidores isleños. Este proyecto está a cargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que apoya la estrategia de sostenibilidad energética liderada por el Gobierno Nacional y las autoridades políticas locales de la Isla, con un crédito, concesional del mecanismo de desarrollo limpio, con cupo de US$10 millones para financiar el Programa de Gestión Eficiente de la Demanda de Energía para el archipiélago.
Según explica José Ramón Gómez, especialista senior en temas energéticos del BID, “la iniciativa está encaminada a generar un cambio cultural para lograr una mayor eficiencia en la generación de energía, capacitar a los operarios del sistema y sobre todo, concientizar a los habitantes del Archipiélago para que hagan el cambio paulatino de sus viejos electrodomésticos por equipos energéticamente eficientes”.
Otra de las grandes finalidades de este proyecto, apoyado por el BID, es el desarrollo de un plan de sostenibilidad ambiental que pretende reducir las altas emisiones de CO2 que ascienden a 162.386 toneladas por año, y procurar un manejo adecuado de los residuos que se generen con el programa.