A pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno para mitigar el impacto de la corrupción, esta problemática sigue afectando los sectores productivos del país. De acuerdo con un informe de Asobancaria, en el mundo la corrupción está costando alrededor del 2% del PIB global, pero para Colombia esta cifra alcanza el 5% del PIB local.
Incluso, Asobancaria asegura que este dinero podría financiar la construcción de las vías de cuarta generación 4G, duplica el presupuesto para el Metro de Bogotá y supera casi siete veces los recursos generados por la última reforma tributaria.
Además, de acuerdo con la encuesta de percepción de Impacto de la Corrupción en la Actividad Empresarial realizada por la Asociación de Industriales de Colombia (ANDI), a nivel nacional, el sector de la salud ha sido el más afectado por la corrupción con un 74,7%, seguido por Aduanas (70,1%), Impuestos (58,6%), Transporte (51,7%), Minería (39,1%), Ambiental (37,9%) y Educación (28,7%).
En cuanto a los departamentos más afectados por esta práctica, la encuesta reveló que la Guajira (50%), Chocó (45%) y Atlántico (42,5%) son las zonas donde más se presentan actos de corrupción.
El informe agrega que 21,4% de los empresarios encuestados han recibido insinuaciones para agilizarles algún trámite con entidades del Gobierno a cambio de dinero y que los sectores donde más se ven este tipo de insinuaciones son Aduanas (62%), Alcaldías municipales (40,3%), Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y DIAN (37,3%).
Políticos corruptos, la raíz del problema
Los gobiernos locales y departamentales están en la mira de los entes de control pues, en la mayoría de los casos, los recursos destinados para obras públicas terminan siendo usados para intereses particulares.
Así lo asegura la senadora Claudia López, quien afirma que la causa de la corrupción en Colombia es que los gobernantes regionales se eligen en complicidad, con compras de votos y así obtener el control de las regalías en las zonas más apartadas del país.
“Colombia es un país que se mal gobierna en una democracia mediada con el clientelismo. El poder central se elige comprando gamonales regionales a cambio de darse votos e impunidad mutua, por eso en las regiones matan y roban sin que nadie haga nada”, afirmó la senadora durante el encuentro Reflexiones de la corrupción, realizado por la Universidad de los Andes.
En esto concuerda el senador Jorge Robledo, quien aseguró que: «Tenemos un vacío incrustado en el ADN de la política tradicional, inyectado hace medio siglo, pudriéndose cada día que pasa, el clientelismo de los recursos públicos, pero también los privados, legales e ilegales y hoy la política es una descomunal batalla de plata».