«Yo también tengo cáncer»: la 'larga enfermedad' ya no es un secreto - Colombia
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«Yo también tengo cáncer»: la 'larga enfermedad' ya no es un secreto

No son casos aislados. El 15 de septiembre, el humorista Javier Cansado, escribía en la red social X: «Amigos, amigas, este verano me puse enfermo, un tumor era el culpable. Me han operado y esta semana empiezo el tratamiento, así que estaré varios meses sin participar en mis movidas. Un abrazo». La legendaria banda de rock Ilegales informó el pasado 19 de septiembre que suspende toda su gira debido al diagnóstico de cáncer que ha recibido su cantante y líder, Jorge Martínez. Y William Macintyre, subcampeón de la F4 británica, de 18 años, compartía con sus seguidores este mensaje esta misma semana: «Me han diagnosticado cáncer de cerebro y de pulmón. ¡Desgraciadamente, es tan grave como parece! El increíble equipo del Hospital Milton Keynes (Inglaterra) ha sido increíble ayudándome a elaborar un plan para combatirlo».
Y todos estos anuncios del verano se suman a los que en los últimos años han hecho otras personalidades públicas como Sergio Peris Mencheta, Sara Carbonero, Dani Rovira, Julia Otero, Pau Donés, Luz Casal… y un largo etcétera entre famosos patrios e internacionales, incluida la realeza europea, como Carlos de Inglaterra y Catalina de Cambridge.
El cáncer afecta a cada vez más personas y ya no se esconde como en los tiempos en los que se hablaba en los medios de «una larga y grave enfermedad». «Ha habido un cambio muy importante con respecto a la evolución de la enfermedad y a cómo se comunica. Hace apenas 50 años era un tema completamente tabú, ni siquiera el médico hablaba abiertamente con el paciente de ello. Se lo comunicaba a las familias. Y se asociaba en muchos casos a la muerte», rememora Carmen Yélamos, psicooncóloga y directora de Atención al Paciente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en conversación con ABC.
La evolución de la medicina, el avance de los tratamientos y la detección precoz ha aumentado la curación y supervivencia de las personas, lo que ha hecho que la enfermedad ya no se relacione directa y necesariamente con un desenlace fatal y se vaya perdiendo el miedo a hablar. «El cáncer hace unos años era una enfermedad globalmente de muy mal pronóstico. Ser diagnosticado en muchos casos conllevaba una condena a un sufrimiento y a un desenlace fatal. En los últimos 10-20 años, ha habido una mejoría en el pronóstico del paciente. Curamos más cáncer. También hay una notable mejoría con los tratamientos de soporte que hacen que la calidad de vida de los pacientes sea mejor», explica a ABC el doctor César A. Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Pacientes más activos

Además, apunta Yélamos, ha habido un proceso de cambio en la comunicación con los pacientes, que demandan más información: «Están cada vez más empoderados. Necesitan sentirse partícipes, conocer qué les pasa y preguntan qué pueden hacer para sentirse mejor. Al mismo tiempo, los profesionales sanitarios necesitan esa implicación de los pacientes».
Cada vez más personas hablan abiertamente de ello tanto en la esfera privada como en la pública. Y llamar a las cosas por su nombre tiene una importancia que va más allá de la corrección léxica: lo que no se nombra, no existe. «Lo coherente, lo que más ayuda como sociedad es que las personas hablen abiertamente de ese proceso de enfermedad, tratamiento y vulnerabilidad porque contribuye a generar conciencia social, a reducir el estigma y a sensibilizar», señala la psicooncóloga.
Decir la palabra cáncer y no utilizar eufemismos ayuda a normalizar la patología, que afecta cada vez a más personas (para 2050 podrían alcanzarse 30,5 millones de nuevos casos anuales, según un informe publicado ayer en ‘The Lancet’) y romper el silencio. «Ocultar la enfermedad aumenta la ansiedad, dificulta la confianza y genera aislamiento cuando el paciente lo que necesita es apoyo emocional. Cuando hablamos abiertamente, empodera al paciente, ayuda a la persona a normalizar el proceso y a tomar un papel activo. Y además visibilizar la realidad fomenta la parte de investigación, concienciación y prevención. Cuando uno cuenta que tiene cáncer de próstata y que se lo han visto en una revisión, todos los amigos van a hacerse el PSA. O si se ha hecho el test de sangre oculta en heces y le han detectado unos pólipos, arrastrará a todo su entorno hacia la detección precoz», asegura Yélamos.
Aunque ella no considera imprescindible que el paciente tenga que transmitir el diagnóstico a todo el mundo, pero sí es importante que pueda hacerlo libre y conscientemente a quien quiera. «Como psicóloga soy partidaria de que comunique el diagnóstico a su entorno más cercano, su principal fuente de apoyo, con el objetivo de reducir el aislamiento y la soledad. Además, esto facilita la comunicación y comprensión por parte de los demás, que van a entender que un día no quiera salir o esté más triste. Pero el paciente siempre tiene derecho a que se respete su privacidad y a comunicarlo según su ritmo y preferencias», afirma.
El presidente de la SEOM advierte de que, aunque se haya perdido el miedo a hablar de cáncer, aún estamos en situaciones de desigualdad según el tipo: «Hay tumores a los que se ha perdido mucho más el miedo por campañas muy potentes de visibilización, como el cáncer de mama. Pero todavía hay otros mucho más difíciles de visibilizar, como el cáncer de pulmón o cabeza y cuello, que tiene mucho que ver con el sentimiento de culpa. Parece que el de mama te ha tocado, pero tener de pulmón o laringe es que te lo has buscado por fumar. El cáncer no es una enfermedad son decenas y en algunos tumores aún queda mucho camino».
De la misma opinión es Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC): «Tú ves un lazo rosa e identificas cáncer de mama, pero hay otros cánceres sin lazo y muchos se silencian por los pronósticos menos buenos o porque van a asociados a hábitos de vida poco saludables. Todos los cánceres tienen derecho a tener su día y su visibilidad porque esto lleva aparejado el interés para que se investigue más»
En opinión de la directora de Atención al Paciente de la AECC, es positivo que la gente conocida salga a decirlo públicamente por «visibilidad, sensibilización y reducción del estigma». «Creas esa parte de normalización, de que todos estamos en la misma situación, con independencia de la clase social, el género o la edad. Todos podemos atravesar procesos difíciles», señala. Aunque también apunta a la responsabilidad por parte de los personajes públicos de no difundir mensajes erróneos o sobre pseudoterapias. Como el caso de la modelo Elle McPherson, que en septiembre de 2024, concedió una entrevista a la revista ‘Australian Women’s Weekly’, con motivo de la salida a la venta de sus memorias, en la que contó que hace siete años le diagnosticaron un cáncer de mama y que, tras someterse a una tumorectomía, rechazó la quimioterapia que le recomendaron hasta 32 médicos por «un enfoque intuitivo, holístico y guiado por el corazón». Oncólogos y pacientes tuvieron que salir públicamente a advertir sobre los peligros de rechazar la medicina convencional por terapias alternativas sin base científica.
Tampoco es bueno, en opinión del presidente de la SEOM, que determinados cánceres estén asociados «con una imagen frívola y de ‘aquí todo se cura’». Y se refiere en concreto al cáncer de mama: «Ha sido la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en España. Y las pacientes con cáncer de mama metastásico pueden vivir muchos años, pero no se curan. Es bueno normalizar la palabra cáncer, pero no pasar al lado contrario para no banalizarlo. Mueren 6.000 mujeres al año en España por cáncer de mama».

Educación para la salud

Para el doctor Rodríguez, es positivo que los personajes públicos comuniquen sobre su enfermedad de forma objetiva, y además le parecería muy bien que se transformaran en «embajadores de información rigurosa sobre hábitos de vida sana para tener menos probabilidades de recaída».
El cáncer aumenta porque hay mas población y más envejecida, pero también determinados hábitos de vida están contribuyendo a una mayor incidencia, como el tabaco, el alcohol, el sobrepeso, el sedentarismo y la contaminación ambiental. «Seguimos mejorando la supervivencia con cáncer, pero tenemos que intentar reducir la incidencia. Entre el 30-50% de los tumores son evitables con hábitos de vida y detección precoz. El ejercicio es una pieza fundamental en la reducción del riesgo de cáncer por mecanismos muy bien demostrados. Tenemos que mejorar en educación para la salud», concluye el oncólogo.

Publicado: septiembre 25, 2025, 10:15 pm

Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/cancer-larga-enfermedad-secreto-20250926165330-nt.html

No son casos aislados. El 15 de septiembre, el humorista Javier Cansado, escribía en la red social X: «Amigos, amigas, este verano me puse enfermo, un tumor era el culpable. Me han operado y esta semana empiezo el tratamiento, así que estaré varios meses sin participar en mis movidas. Un abrazo». La legendaria banda de rock Ilegales informó el pasado 19 de septiembre que suspende toda su gira debido al diagnóstico de cáncer que ha recibido su cantante y líder, Jorge Martínez. Y William Macintyre, subcampeón de la F4 británica, de 18 años, compartía con sus seguidores este mensaje esta misma semana: «Me han diagnosticado cáncer de cerebro y de pulmón. ¡Desgraciadamente, es tan grave como parece! El increíble equipo del Hospital Milton Keynes (Inglaterra) ha sido increíble ayudándome a elaborar un plan para combatirlo».

Y todos estos anuncios del verano se suman a los que en los últimos años han hecho otras personalidades públicas como Sergio Peris Mencheta, Sara Carbonero, Dani Rovira, Julia Otero, Pau Donés, Luz Casal… y un largo etcétera entre famosos patrios e internacionales, incluida la realeza europea, como Carlos de Inglaterra y Catalina de Cambridge.

El cáncer afecta a cada vez más personas y ya no se esconde como en los tiempos en los que se hablaba en los medios de «una larga y grave enfermedad». «Ha habido un cambio muy importante con respecto a la evolución de la enfermedad y a cómo se comunica. Hace apenas 50 años era un tema completamente tabú, ni siquiera el médico hablaba abiertamente con el paciente de ello. Se lo comunicaba a las familias. Y se asociaba en muchos casos a la muerte», rememora Carmen Yélamos, psicooncóloga y directora de Atención al Paciente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en conversación con ABC.

La evolución de la medicina, el avance de los tratamientos y la detección precoz ha aumentado la curación y supervivencia de las personas, lo que ha hecho que la enfermedad ya no se relacione directa y necesariamente con un desenlace fatal y se vaya perdiendo el miedo a hablar. «El cáncer hace unos años era una enfermedad globalmente de muy mal pronóstico. Ser diagnosticado en muchos casos conllevaba una condena a un sufrimiento y a un desenlace fatal. En los últimos 10-20 años, ha habido una mejoría en el pronóstico del paciente. Curamos más cáncer. También hay una notable mejoría con los tratamientos de soporte que hacen que la calidad de vida de los pacientes sea mejor», explica a ABC el doctor César A. Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Pacientes más activos

Además, apunta Yélamos, ha habido un proceso de cambio en la comunicación con los pacientes, que demandan más información: «Están cada vez más empoderados. Necesitan sentirse partícipes, conocer qué les pasa y preguntan qué pueden hacer para sentirse mejor. Al mismo tiempo, los profesionales sanitarios necesitan esa implicación de los pacientes».

Cada vez más personas hablan abiertamente de ello tanto en la esfera privada como en la pública. Y llamar a las cosas por su nombre tiene una importancia que va más allá de la corrección léxica: lo que no se nombra, no existe. «Lo coherente, lo que más ayuda como sociedad es que las personas hablen abiertamente de ese proceso de enfermedad, tratamiento y vulnerabilidad porque contribuye a generar conciencia social, a reducir el estigma y a sensibilizar», señala la psicooncóloga.

Decir la palabra cáncer y no utilizar eufemismos ayuda a normalizar la patología, que afecta cada vez a más personas (para 2050 podrían alcanzarse 30,5 millones de nuevos casos anuales, según un informe publicado ayer en ‘The Lancet’) y romper el silencio. «Ocultar la enfermedad aumenta la ansiedad, dificulta la confianza y genera aislamiento cuando el paciente lo que necesita es apoyo emocional. Cuando hablamos abiertamente, empodera al paciente, ayuda a la persona a normalizar el proceso y a tomar un papel activo. Y además visibilizar la realidad fomenta la parte de investigación, concienciación y prevención. Cuando uno cuenta que tiene cáncer de próstata y que se lo han visto en una revisión, todos los amigos van a hacerse el PSA. O si se ha hecho el test de sangre oculta en heces y le han detectado unos pólipos, arrastrará a todo su entorno hacia la detección precoz», asegura Yélamos.

Aunque ella no considera imprescindible que el paciente tenga que transmitir el diagnóstico a todo el mundo, pero sí es importante que pueda hacerlo libre y conscientemente a quien quiera. «Como psicóloga soy partidaria de que comunique el diagnóstico a su entorno más cercano, su principal fuente de apoyo, con el objetivo de reducir el aislamiento y la soledad. Además, esto facilita la comunicación y comprensión por parte de los demás, que van a entender que un día no quiera salir o esté más triste. Pero el paciente siempre tiene derecho a que se respete su privacidad y a comunicarlo según su ritmo y preferencias», afirma.

El presidente de la SEOM advierte de que, aunque se haya perdido el miedo a hablar de cáncer, aún estamos en situaciones de desigualdad según el tipo: «Hay tumores a los que se ha perdido mucho más el miedo por campañas muy potentes de visibilización, como el cáncer de mama. Pero todavía hay otros mucho más difíciles de visibilizar, como el cáncer de pulmón o cabeza y cuello, que tiene mucho que ver con el sentimiento de culpa. Parece que el de mama te ha tocado, pero tener de pulmón o laringe es que te lo has buscado por fumar. El cáncer no es una enfermedad son decenas y en algunos tumores aún queda mucho camino».

De la misma opinión es Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC): «Tú ves un lazo rosa e identificas cáncer de mama, pero hay otros cánceres sin lazo y muchos se silencian por los pronósticos menos buenos o porque van a asociados a hábitos de vida poco saludables. Todos los cánceres tienen derecho a tener su día y su visibilidad porque esto lleva aparejado el interés para que se investigue más»

En opinión de la directora de Atención al Paciente de la AECC, es positivo que la gente conocida salga a decirlo públicamente por «visibilidad, sensibilización y reducción del estigma». «Creas esa parte de normalización, de que todos estamos en la misma situación, con independencia de la clase social, el género o la edad. Todos podemos atravesar procesos difíciles», señala. Aunque también apunta a la responsabilidad por parte de los personajes públicos de no difundir mensajes erróneos o sobre pseudoterapias. Como el caso de la modelo Elle McPherson, que en septiembre de 2024, concedió una entrevista a la revista ‘Australian Women’s Weekly’, con motivo de la salida a la venta de sus memorias, en la que contó que hace siete años le diagnosticaron un cáncer de mama y que, tras someterse a una tumorectomía, rechazó la quimioterapia que le recomendaron hasta 32 médicos por «un enfoque intuitivo, holístico y guiado por el corazón». Oncólogos y pacientes tuvieron que salir públicamente a advertir sobre los peligros de rechazar la medicina convencional por terapias alternativas sin base científica.

Tampoco es bueno, en opinión del presidente de la SEOM, que determinados cánceres estén asociados «con una imagen frívola y de ‘aquí todo se cura’». Y se refiere en concreto al cáncer de mama: «Ha sido la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en España. Y las pacientes con cáncer de mama metastásico pueden vivir muchos años, pero no se curan. Es bueno normalizar la palabra cáncer, pero no pasar al lado contrario para no banalizarlo. Mueren 6.000 mujeres al año en España por cáncer de mama».

Educación para la salud

Para el doctor Rodríguez, es positivo que los personajes públicos comuniquen sobre su enfermedad de forma objetiva, y además le parecería muy bien que se transformaran en «embajadores de información rigurosa sobre hábitos de vida sana para tener menos probabilidades de recaída».

El cáncer aumenta porque hay mas población y más envejecida, pero también determinados hábitos de vida están contribuyendo a una mayor incidencia, como el tabaco, el alcohol, el sobrepeso, el sedentarismo y la contaminación ambiental. «Seguimos mejorando la supervivencia con cáncer, pero tenemos que intentar reducir la incidencia. Entre el 30-50% de los tumores son evitables con hábitos de vida y detección precoz. El ejercicio es una pieza fundamental en la reducción del riesgo de cáncer por mecanismos muy bien demostrados. Tenemos que mejorar en educación para la salud», concluye el oncólogo.

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