El Día sin Carro se creó, hace 20 años, durante la primera alcaldía de Enrique Peñalosa y aunque ha tenido varios cambios desde su creación se mantiene la medida con un mismo objetivo: disminuir la contaminación y fomentar la movilidad sostenible.
Días antes, la Secretaría de Ambiente aseguró que la medida conduce a Bogotá a ser una ciudad sostenible. el objetivo era sacar de circulación 1.800.000 vehículos y 469.000 motos con lo que se ahorraría 12.325 toneladas de dióxido de carbono; una reducción de material particulado del 13%.
Además, la entidad afirmó que más de 2 millones de ciudadanos que usan el transporte público pueden llegar más temprano a sus destinos, gracias a que la velocidad promedio aumenta en 11% debido a la disminución del tráfico vehicular (circulan 42% menos carros y 86% menos motos) y que en el Día Sin Carro se incrementa el uso del servicio de taxi pasando de 53% a 65% en sus niveles de ocupación.
Y es que la expectativa es grande pues se espera que Bogota sea una ciudad carbono-neutra para 2050 reduciendo el 505 de material particulado y gases arrojados por la movilidad.
Para medir el impacto se pusieron 14 puntos de control en zonas donde tradicionalmente hay una congestión vehicular mayor.
Sin embargo, tras 20 años de haberse impuesto la medida, hay quienes aseguran que no ha tenido el impacto necesario para realmente marcar la diferencia en mitigar el impacto de la contaminación.
Las críticas
De acuerdo con las cifras dadas por la Alcaldía de Bogotá, 85% de los bogotanos diariamente usan transporte público o bicicleta. Esto quiere decir que para el 85% de los residentes de Bogotá este es un día común y solo el 11% de los usuarios de vehículos privados tienen que tener una historia diferente.
“Hoy es un día para que el 15 %, la minoría que usa carro, viva como el 85 % que todos los días usa transporte público, camina o usa bicicleta. Es un día para que sepan cómo vive la mayoría y para que reflexionemos. Es un día para no estar en trancones, en el que vamos a ver la ciudad desde otra perspectiva, desde sus andenes, desde el transporte público y es un día para que los taxistas se luzcan”, señaló la alcaldes Clara López.
Al principio, varios usuarios reportaron buena movilidad y llegadas pronto a sus lugares de trabajo, otros aseguraron que la congestión para entrar en las estaciones de Transmilenio fueron más largas de lo usual.
Otra crítica estuvo relacionada con la alta densidad de taxistas que se tomaron Bogotá lo que lleva a pensar que se convierte más en el Día del Taxista.
Pero las mayores críticas están relacionadas con la efectividad de la medida, especialmente porque los buses de transporte público son los que más contaminan. De acuerdo con diferentes estudios, 46% del material particulado proviene de las industrias chin¡menea, mientras que el 54% restante de fuentes móviles, sin embargo, este 54% se divide en: 43% vehículos de carga, 22% vehículos del SITP, 10% camionetas y camperos, 9% motos, 3% vehículos particulares y 2% Transmilenio.
Esto implica que realmente la reducción solo alcanzaría el 21% con todos los que dejan de movilizarse ese día, menos de la mitad de lo que producen los vehículos de carga.
Daniel Bernal, experto en calidad de aire, asegura que la medida del Día Sin Carro no es efectiva por esta razón, ya que el verdadero problema radica en la gran cantidad de vehículos de carga y transporte público pues son los que más contaminan la ciudad.
Aquí el gran ganador es el transMilenio que no contamina sino un 2%, mientras que la urgencia está en la modificación de los vehículos de transporte público como SITP y buses tradicionales, los únicos que paradójicamente circulan el Día Sin Carro.
El verdadero cambio entonces radica, según los expertos, en soluciones para el desmonte de estos vehículos y en la implementación de aquellos con energías renovables y sostenibles.
Estos son algunos reportes que hicieron los usuarios en redes sociales y que dan cuenta de la poco efectividad del Día Sin Carro y sin Moto.