Putin cuenta desde hoy con otro peón favorable en el tablero del flanco oriental de la OTAN. Además del primer ministro húngaro Viktor Orbán y el eslovaco Robert Fico, asume hoy el cargo de primer ministro de la República checa el multimillonario Andrej Babis … , quien ganó las elecciones a principios de octubre con su partido ANO (Acción de Ciudadanos Descontentos), populista y nacionalista, liberal en lo económico pero euroescéptico en lo político.
El partido ha logrado cerrar una coalición que incluye al partido de extrema derecha, antieuropeo y prorruso SPD, y al partido Motoristas por Sí Mismos, cuya principal agenda es oponerse a las políticas climáticas de la UE.
«Prometo a todos los ciudadanos que lucharé por los intereses de todos los ciudadanos, no sólo en casa sino en todo el mundo», ha declarado tras la jura del cargo, dando a entender que la política europea e internacional serán sus prioridades. Por su parte, el presidente checo, Petr Pavel, ha confirmado: «Lo nombro jefe de Gobierno. Confío en que dedicará toda su energía, conocimientos y experiencia al bien de la República Checa».
Las características de sus socios habían bloqueado durante meses la formación de gobierno. Por ejemplo, el presidente checo se negaba a aceptar el nombramiento como ministro de Filip Turek, presidente honorario del partido checo Automovilistas, un filonazi que participa en redes sociales con el pseudónimo «@DolphSegal».
El símbolo arroba antes del «Dolph» hace que el nombre pueda leerse como «Adolf», y el «Segal» suena demasiado parecido a «Sieg Heil», el saludo nazi. Pavel consideraba incompatible con la ley checa el espíritu que ha llevado a Turek a declarar sobre Obama que es «un negro que, como mucho, puede vender hachís en la estación de tren»; sobre un ataque incendiario sufrido por una familia gitana, «que se quemara un gitano debería considerarse circunstancia atenuante»; y sobre las mujeres que «antes de que el mundo se inundara con el derecho al voto femenino había orden en el planeta».
Babis ha salvado finalmente la situación gracias a un problema de salud de Turek, quien está hospitalizado y pendiente de una cirugía, a causa de una hernia discal, lo que le impide formar parte del gobierno.
Otro de los obstáculos durante semanas ha sido la propiedad del gran consorcio Agrofert, un grupo de más de 200 empresas fabricantes de productos químicos, alimentarios, agrícolas y otros sectores, que se benefician habitualmente de fondos europeos y ayudas estatales, lo que creaba conflictos de interés evidentes.
Finalmente, Babis anunció la semana pasada que transferiría su principal activo, Agrofert, a una estructura fiduciaria bajo un administrador independiente. Esto ha permitido que Babis, a sus 71 años, jurara su cargo hoy, en el Castillo de Praga, y comenzara con el cumplimiento de su programa electoral.
Se ha comprometido a recortar la ayuda militar a Ucrania con cargo al presupuesto nacional, y ha declarado que el nuevo gobierno podría poner fin a la iniciativa de municiones checa, que suministra munición de gran calibre a Ucrania desde todo el mundo. Argumenta que el plan no era suficientemente transparente y tenía un coste excesivo.
En sus primeras declaraciones tras jurar el cargo, Babis ha manifestado que quiere estar presente en la próxima cumbre de la Unión Europea, programada para los 18 y 19 de diciembre.
Durante la campaña electoral, pidió el fin del Pacto Verde para lograr la neutralidad climática, lo que da pistas sobre la posición que tomará sobre el freno a la desaparición de los motores de combustión en 2025. Además ha declarado que ANO seguirá cooperando con el Fidesz húngaro y el FPÖ austríaco en el grupo parlamentario «Patriotas por Europa».
Babis ya fue ministro de Finanzas entre 2014 y 2017, antes de ocupar la jefatura de gobierno durante cuatro años. Ideológicamente, es considerado muy flexible: se posicionó con los liberales europeos al principio de su carrera y se desplazó hacia la extrema derecha cuando fue apartado de esos círculos por los casos de corrupción, sobre todo asociados al uso indebido de fondos europeos.
Su relación con Moscú apareció en mayo de 2021, cuando el entonces ministro del Interior, Jan Hamácek, planeaba un viaje secreto a Moscú para comprar vacunas Sputnik V y ofrecer a cambio ocultar información sobre las explosiones en el depósito de municiones de Vrbětice, atribuidas al servicio ruso de inteligencia GRU. Babis, como primer ministro, apoyó públicamente a Hamácek, calificando de «absurdo» que se pensara en un intercambio de favores con Moscú.