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Asfura pide que escrutinio sea público para que no haya duda sobre resultados en Honduras

El candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, quien lidera los resultados preliminares y cuenta con el respaldo público del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió este viernes que el escrutinio especial de las actas con inconsistencias que realizará el Consejo … Nacional Electoral (CNE) sea transmitido públicamente por televisión, con el fin de que «no haya duda de los resultados».
Así, añadió, busca garantizar que el próximo Gobierno pueda «trabajar en paz y tranquilidad» por Honduras.

«Pido que la revisión de las actas con inconsistencia que hará el CNE sea televisado y transmitida públicamente», subrayó Asfura en un mensaje difundido en la red social X, en el que también solicita la presencia de representantes de la sociedad civil, las iglesias, los medios de comunicación y organismos internacionales.
Asfura instó además a que los delegados de los tres partidos políticos acreditados ante el CNE, Nacional, Liberal y el gobernante Libertad y Refundación (Libre, izquierda), «hagan su trabajo en base a la ley» para que «no haya duda de los resultados y que el próximo gobierno trabaje en paz y tranquilidad por Honduras».

La segunda huelga general contra Meloni en dos meses tampoco logra parar Italia

Durante décadas, cada huelga general convocada por la CGIL (Confederación General Italiana del Trabajo) solía tener el mismo titular en los medios: «Italia se paraliza». Este viernes, 12 de diciembre, la fotografía es distinta. La CGIL, sindicato de izquierdas y mayoritario –aunque con una afiliación … cada vez más envejecida y fuertemente compuesta por pensionistas–, ha convocado un paro general contra la Ley de Presupuestos del Gobierno Meloni. Pero el país ha continuado moviéndose, con fricciones, algunos servicios interrumpidos y con manifestaciones en algunas ciudades, pero sin paralizarse.
La convocatoria llega en un contexto de fatiga social. A diferencia de épocas pasadas, muchos trabajadores no pueden permitirse perder un día de sueldo. El cansancio por las convocatorias también pesa. La CGIL llamó a otra huelga «general» el pasado 3 de octubre, a favor de Gaza, bajo el lema «Lo paramos todo», que tuvo un impacto muy limitado. Este viernes, el escenario se ha repetido parcialmente: la huelga se nota en sectores donde la CGIL conserva fuerza –metalurgia, transportes, servicios públicos–, pero su seguimiento es irregular en el resto del tejido productivo. Según la CGIL, la media nacional de participación ha sido en torno al 68%.
Más allá del rechazo a los presupuestos del Estado, el sindicato exige aumentos salariales para compensar la pérdida de poder adquisitivo; frenar el incremento de la edad de jubilación; rechazar la carrera de rearme y redirigir esos recursos hacia sanidad y educación; impulsar políticas industriales efectivas; y acometer una reforma fiscal considerada más justa, que alivie a trabajadores y pensionistas.

En el transporte público, las interrupciones han sido relevantes, aunque no generalizadas. La M3 de Milán y la línea 1 del metro de Nápoles han cerrado durante horas. En Roma, en cambio, el transporte público de Atac funciona casi con normalidad porque la huelga del sector ya se celebró el martes. En el ferrocarril, el paro del personal va de la medianoche a las 21.00, pero se garantizan los trenes de larga distancia y los regionales en las franjas de 6–9 y 18–21. Los vuelos aéreos operan con total normalidad, al tener una jornada de protesta propia convocada para el día 17.
La fotografía territorial es aún más fragmentada. En Liguria se han cancelado más de una quincena de trenes Intercity y regionales, y miles de trabajadores se han manifestado en Génova. En Emilia-Romaña y Lombardía se han suprimido trenes regionales y cerrado escuelas; en Campania, los primeros desplazamientos del día han sufrido retrasos moderados.
Mientras tanto, la restauración, el comercio y la hostelería –donde predominan los contratos privados y sectores menos sindicalizados– funcionan casi con normalidad. Bares, restaurantes y tiendas han abierto sin grandes variaciones. Para miles de empleados con salarios bajos o contratos precarios, la decisión de trabajar no es política: es económica.
El choque de declaraciones ha sido inmediato. La CGIL reivindica una alta participación y habla de «plazas llenas» en toda Italia, con una gran manifestación en Florencia encabezada por su secretario general, Maurizio Landini. El Gobierno, por su parte, trata de desactivar la narrativa del bloqueo. El vicepresidente y ministro de Transportes, Matteo Salvini, visitó la central operativa de Ferrovie dello Stato, en Roma, para comunicar que «las molestias o perturbaciones son muy limitadas» y que los datos de circulación son «alentadores».
En el frente político, la huelga deja al desnudo la soledad del sindicato de izquierdas. Ni la Cisl ni la Uil se han adherido, rompiendo la unidad sindical que históricamente daba fuerza a las grandes movilizaciones. La Uil, que el año pasado marchó junto a la CGIL, ha preferido organizar otras iniciativas. Este aislamiento se extiende al plano partidista: los únicos apoyos explícitos llegan desde la alianza Verdi–Sinistra. El Partido Democrático, el mayoritario de la oposición, y el M5S se han limitado a enviar delegaciones, sin colocar a sus líderes en la primera fila.
Desde la derecha, el discurso es contundente. La diputada de Hermanos de Italia Augusta Montaruli acusa al sindicato de «aislamiento» y considera «incomprensible» intentar parar el país cuando, según el Gobierno, el empleo está en máximos. Y reivindica los fondos de la ley de presupuestos para pensiones y jóvenes.

Italia no se paraliza, pero tampoco es indiferente. La huelga exhibe el malestar social, pero también los límites de un sindicalismo que ya no moviliza como antes

Landini, desde el escenario de Florencia, replica cargando contra el Ejecutivo. Denuncia que «estamos ya en un régimen» y que el Gobierno «cuenta al país un relato que no existe». El analista Dario Di Vico, en ‘Il Foglio’, periódico liberal, resume la tensión interna y externa que atraviesa a la CGIL al describir a Landini como un líder que ha llevado a su sindicato hacia un modelo combativo, cercano a los Cobas (comités autónomos de base, de fuerte tradición asamblearia): más lucha política que negociación, más plaza que mesa de diálogo, más coalición social que unidad sindical.
El balance de la jornada es revelador: Italia no se paraliza, pero tampoco es indiferente. La huelga exhibe el malestar social, pero también los límites de un sindicalismo que ya no moviliza como antes. Entre un Gobierno que presume de «disgustos limitados» y un sindicato que reivindica «plazas llenas», la disputa va más allá de la ley de presupuestos: es una batalla política en la que Landini, con claras aspiraciones políticas, según muchos analistas, es hoy el protagonista visible en su pulso al Gobierno de Meloni.

El miedo se apodera de los cristianos en la nueva Siria de Al Sharaa

El padre Peter dirige la oración y las canciones se mezclan con los martillazos y el estruendo de un generador. Un grupo de 200 fieles participa en la misa en recuerdo por los miembros de la comunidad fallecidos en 2025. Es un día de duelo … en el bajo de la iglesia greco-ortodoxa del Profeta Elías, en el que los fieles celebran las ceremonias desde hace seis meses. El 22 de junio ha quedado grabado con sangre en sus vidas. Ese domingo, pasadas las seis de la tarde, se produjo el primer atentado suicida de la historia de la nueva Siria y el objetivo fue esta iglesia del barrio de Dweila, a las puertas de la ciudad vieja. Fueron asesinados más de una veintena de fieles.
Desde entonces rezan en el sótano, mientras los obreros trabajan en la reparación del templo con el objetivo de reabrir las puertas lo antes posible. Desde entonces, el miedo y la desconfianza con las nuevas autoridades islamistas no ha parado de crecer entre unos cristianos de Siria que no creen en las buenas palabras de Ahmed Al Sharaa, presidente interino y exlíder de Al Qaida. «No estamos cómodos, tenemos miedo de salir a la calle, esa es la verdad. Cada vez que hay un acto hostil, las autoridades dicen que es ‘un acto individual’, pero no hacen nada para contener estas acciones y resulta perturbador. En el fondo son extremistas y tienen el poder», denuncia el padre Peter, quien alerta de un éxodo masivo de cristianos si las cosas no cambian.
Ese domingo negro de junio, un hombre armado con un fusil de asalto entró en el recinto de la iglesia y comenzó a disparar a quienes estaban en su camino hasta llegar a la puerta principal. La empujó y abrió fuego de forma indiscriminada. Acabado el cargador, sacó una granada del bolsillo, pero no le dio tiempo a activarla porque dos fieles se le echaron encima. Entonces, en el suelo, detonó la bomba que llevaba en su mochila. «La explosión fue muy fuerte pero, si llega a inmolarse en el centro de la iglesia habría sido mucho peor. Esos dos hombres que le cerraron el paso salvaron muchas vidas», recuerda el padre Peter, encargado de oficiar la misa en el momento de un ataque que dejó 25 muertos y 120 heridos.

El Ministerio de Interior atribuyó el atentado al grupo yihadista Estado Islámico (ISIS), ordenó levantar puestos de control en los accesos a este barrio de mayoría cristiana y detuvo a varios sospechosos por su vinculación con el atentado. El ministro Anas Khattab calificó lo sucedido de «crimen reprensible» y aseguró que «estos actos terroristas no detendrán los esfuerzos del Estado sirio por lograr la paz civil». El padre Peter piensa que «todo fue un teatro. Instalaron puntos de control, pero generaban más preocupación y miedo que tranquilidad, por lo que pedimos que los quitaran y pusimos a personas de la comunidad en la entrada de la iglesia para vigilar».
La reacción de los sacerdotes fue transmitir a la comunidad que «el atentado no puede matar a la Iglesia, sino que debe darle más vida. Nuestra religión nos enseñó amar la vida, por lo que trabajamos sin descanso y una semana después oficiamos un funeral colectivo al que acudieron miles de personas», recuerda el padre con emoción. Pero, pasada la efusividad inicial, el miedo es una losa que no pueden quitarse de encima. Los cristianos en Siria (ortodoxos, siríacos, asirios, maronitas, católicos de rito armenio…) representaban el 10 por ciento de los 22 millones de habitantes del país antes del estallido de la guerra civil en 2011. Ahora no hay cifras oficiales, pero las estimaciones apuntan a que más de medio millón de cristianos vive como desplazado o ha emigrado al extranjero.

Los fieles acuden a la iglesia greco-ortodoxa del barrio de Dweila, en obras por el atentado de junio

MIKEL AYESTARAN

En los aledaños del templo, un grupo de jóvenes sigue la marcha de las obras de reparación. «Hay más miedo que antes y cada vez viene menos gente a la iglesia porque pensamos que puede repetirse el atentado. Esperemos que con la ayuda de Dios las cosas mejoren, debemos estar muy unidos para superar esto», opina Fidel, estudiante de tercer año de Medicina en la Universidad de Damasco. Sus amigos prefieren no hablar.

«Hay más miedo que antes y cada vez viene menos gente a la iglesia porque pensamos que puede repetirse el atentado«

Fidel
Estudiante de Medicina en Damasco

Los cristianos comparten las mismas sensaciones que drusos y alauitas, las otras minorías religiosas del país. El padre Peter lamenta que «ellos creen que somos diablos o una especie de error en este país y lo quieren arreglar por sus medios. Hicieron una revolución de un solo color y no nos quieren. Tratan de embellecer sus actos ante el mundo, pero la realidad es otra bien diferente».

La madre de María Corina Machado, tras reencontrarse con su hija: «Han sido muchos meses de soledad»

Tras concluir los actos oficiales de la entrega del premio Nobel de la Paz, el ritmo de todos baja un poco. El vestíbulo del Grand Hotel comienza a vaciarse, y la prensa a desaparecer después de unos días muy intensos, presididos por la incertidumbre sobre … la presencia de María Corina Machado en Oslo. Pero llegó.
Los abrazos fueron «interminables», asegura Corina Parisca, la madre de la galardonada sobre cómo fue el reencuentro tras tanto tiempo. Parisca llevaba desde el pasado mes de mayo sin ver a Machado, y los hijos dos años. «El primer día la vi muy cansada, ya al día siguiente se estaba recuperando. Han sido muchos meses de soledad», declara a ABC, en referencia a los 16 meses en los que Machado estuvo viviendo en la clandestinidad para evitar ser detenida por el régimen de Maduro, cuya Fiscalía ha abierto varias causas contra ella y que la amenazó con declararla «prófuga» si abandonaba Venezuela.
En ese tiempo de aislamiento, la líder opositora ha tenido que acostumbrarse a autogestionarse en todas las facetas de su vida, incluso las más prosaicas: «Mami, aprendiendo a hacer cosas que nunca había hecho, como lavar, planchar, cocinar… No tengo a nadie», le contaba Machado a su madre tras reunirse con ella y el resto de la familia la madrugada del pasado miércoles, cuando logró aterrizar en Oslo, tras un periplo de película para salir de Venezuela. «Pero he aprendido a apreciar la soledad», también le dijo a su madre.

Igual de emocionante fue el encuentro con su hija Ana Corina Sosa, quien recogió el premio en su nombre debido a su ausencia. «La vi con la frente en alto, pero también vi a una mamá que sentía el anhelo de reunirse con su familia, de abrazarla», explica a preguntas de ABC en un encuentro con varios medios.
Sobre su arriesgada salida de Venezuela, Ana Corina Sosa relató que «fue un trayecto muy duro, y espero que el mundo también se dé cuenta de la crueldad de este régimen criminal, que persigue y asesina».
De hecho, Ana Corina Sosa llegó a temer la muerte de su madre en su odisea desde Venezuela hasta Noruega. «Fue un momento de grandes riesgos donde no sabíamos si ella iba a llegar viva, si iba a llegar normal y eso es muy real», recordó. Además, aprovechó para denunciar que «eso lo viven hoy cientos de familias venezolanas. Hoy tenemos 887 presos políticos que están siendo torturados y no se les da atención médica. Eso lo vivió mi mamá también».
Por todas estas penalidades y abusos, la hija de la Nobel de la Paz pidió «al mundo entero que nos escuchen, que no se trata solo de librar a un pueblo, sino que es algo de urgencia porque vivimos una crisis humanitaria y necesitamos apoyo».

Encuentro con los Reyes de Noruega

Mientras su madre y su hija hablan con algunos medios, María Corina Machado no está muy lejos. Tras reunirse por la mañana a puerta cerrada con los Reyes de Noruega, Harald V y Sonia, y con el Príncipe heredero Haakon, en el Palacio Real de Oslo, la podemos ver en el bar del Grand Hotel, hablando con el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, y quizá compartiendo planes de trabajo tras muchos meses de tener que trabajar en la distancia. A ellos se les une el expresidente colombiano Iván Duque, un gran defensor de la lucha de Machado y acérrimo crítico del régimen de Maduro. Duque también ha viajado a Oslo para acompañar a la líder opositora a recoger su galardón, ceremonia a la que ella no pudo llegar a tiempo.
Minutos después, la galardonada se reúne con miembros de su equipo en otro lugar del vestíbulo, donde comparten abrazos –que tanto necesitaba Machado– y selfis, que las afortunadas muestran con orgullo como si se tratara de una joya. Machado para muchos ha pasado de ser una líder a un icono.

En el bar del Grand Hotel se ve a Machado y a Edmundo González charlando, a los que se une durante unos minutos el expresidente colombiano Iván Duque

Antes de comer, la galardonada también comparte algo de su tiempo con un reducido grupo de medios extranjeros, ante los que insiste en no revelar ningún dato sobre la operación de extracción que le ha permitido estar en Oslo. Machado, que sí ha confirmado que contó con ayuda de EE.UU. para salir, se muestra categórica sobre este asunto.
Mientras tanto, en el vestíbulo del hotel se escucha el trasiego de clientes que llegan y otros que ya se van, y algo de acento venezolano, el de los más rezagados que todavía no se han ido.
Machado sigue moviéndose por el vestíbulo de abrazo en abrazo, siempre con una sonrisa, de selfi en selfi. Se reúne con su familia y su equipo para comer. Nadie le molesta. La seguridad existe, pero es discreta. En el momento de abandonar el restaurante se escucha un tímido aplauso, que rápidamente es acompañado. Son los comensales de las otras mesas, y los huéspedes del hotel que la reconocen. Y ella, de un extraordinario carisma, sonríe con timidez y agradece el gesto. El fenómeno María Corina Machado es hoy más universal que nunca.

Alemania acusa a Rusia de ciberataques en su espacio aéreo

El Gobierno alemán ha citado este viernes al embajador de Rusia en Berlín, Sergey Nechayev, para quejarse formalmente por lo que ha calificado como un «gran aumento en actividades híbridas amenazantes, incluyendo campañas de desinformación, espionaje, ciberataques e intentos de sabotaje».«Rusia está … amenazando nuestra seguridad de una manera muy concreta. El objetivo de las actividades rusas es dividir la sociedad en Alemania y debilitar la confianza en las instituciones locales. Dejamos claro que estamos vigilando muy de cerca las acciones de Rusia y que tomaremos medidas contra ellas», ha declarado el portavoz del Gobierno Martin Giese, durante una rueda de prensa habitual de los viernes.
Entre los ataques mencionados, destaca el ciberataque contra el control aéreo alemán en agosto de 2024, atribuido al colectivo ruso de hackers APT-28, respaldado por el GRU, también conocido como «Fancy Bear». Giese se refirió también a los intentos de influir en las elecciones alemanas a principios de este año, definitivamente vinculados a Storm-1516, una operación de influencia prorrusa observada previamente en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 que fue investigada por las autoridades estadounidenses.

La autoría rusa, detrás de estos y otros ataques, estaba sin embargo confirmada desde hacía tiempo, por lo que la fecha de la convocatoria no deja de sorprender. Coincide en el tiempo con la decisión de la Unión Europea de activar el estratégico Artículo 122 del Tratado y respaldar legalmente la inmovilización de los activos rusos congelados por las sanciones. Precede a la «reunión de alto rango» para la que se prepara el barrio gubernamental de Berlín, que tendrá lugar el lunes.
Se trata de una reunión que podría resultar decisiva en el proceso de paz para Ucrania y sobre la que no se han desvelado todavía detalles, aunque se negocia la presencia de Zelenski y de negociadores de Estados Unidos. También están previstas conversaciones en el llamado formato E3 con Alemania, Reino Unido y Francia.
Un contacto con el embajador de Putin daría la oportunidad a Berlín de tantear estos asuntos con Moscú sin que ese contacto figure oficialmente en la agenda del proceso de paz y sin intermediarios estadounidenses, por los que hasta ahora han pasado todos los contactos con el Kremlin.
En los esfuerzos por poner fin a la guerra de agresión rusa y proporcionar garantías de seguridad para Ucrania, el canciller Friedrich Merz sigue viendo una gran necesidad de aclaraciones. «Las conversaciones se están llevando a cabo de forma muy intensa estos días», ha dicho durante una visita a Heidelberg. «También estamos intentando involucrar al Gobierno estadounidense en las conversaciones que mantenemos entre nosotros, pero también con el Gobierno ucraniano y con el presidente ucraniano», ha señalado la conveniencia de trabajar a múltiples bandas.

Retirada del Donbás

El asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov, ha insistido este viernes públicamente en la retirada completa de las tropas ucranianas de todo el Donbás como requisito previo para un alto el fuego en Ucrania. La zona pasaría definitivamente a estar bajo el control de la Federación Rusa; «si no por negociaciones, entonces por medios militares», ha declarado a ‘Kommersant’. «Es muy posible que no haya tropas allí, ni rusas ni ucranianas. Pero estará la Guardia Nacional Rusa, nuestra policía, todo lo necesario para mantener el orden y organizar la vida», ha explicado la composición de lugar rusa.
A la hora de redactar los documentos de propuesta para el proceso de paz del E3, Alemania desearía contar por adelantado con la respuesta sura a ciertas sugerencias, para maximizar las posibilidades de que el proceso pueda avanzar, una vez se presente la proposición a Moscú.

La hija de María Corina Machado: «No sabía si mi madre iba a llegar viva a Oslo»

Esta ha sido una semana muy intensa para María Corina Machado, primero por su esfuerzo para dejar la clandestinidad después de 16 meses y salir del país. Lo ha hecho con ayuda, con la de Estados Unidos, según ha confirmado ella misma, en una … operación muy arriesgada que estuvo a punto de fracasar. Machado ha reconocido que temió por su vida en algún momento. Pero no solo ella.
ABC ha hablado con Ana Corina Sosa, la hija de la galardonada, que fue la encargada de recoger el Nobel de la Paz de su madre. Ella y su familia también han vivido una semana llena de emociones e incertidumbre. Machado llegó la madrugada del miércoles al jueves y lo primero que hizo fue reunirse y pasar unos minutos con ellos. Hacía dos años que no veía a sus hijos. Su prioridad estas últimas horas ha sido pasar el máximo tiempo con ellos, sus hermanas, su madre…
Le preguntamos cómo vio a su madre nada más llegar a Oslo después de un viaje de más de 48 horas, en las que hubo momentos de gran riesgo para ella en una operación que estuvo a punto de fracasar.

«Mi mamá está hecha de acero realmente. La vi con la frente en alto, pero también vi a una mamá que sentía ese anhelo de reunirse con su familia, de abrazarla. Por más que ella siempre se ha mantenido fuerte, erecta, recta, enfocada en la misión… Fue un momento muy emotivo ese reencuentro porque al final somos humanos y necesitamos a nuestras familias», ha señalado. «Los venezolanos aguantamos y aguantamos; y seguimos de pie incluso a pesar de esa separación que sentimos, pero sabiendo que ese reencuentro es importante».
Pero reconoce que ese sentimiento «es algo que a veces tratas de dejar a un lado para sobrevivir, para seguir luchando, para seguir aguantando, pero fue un momento muy emotivo, sin duda, y que nos recordó que no nos podemos detener hasta que todo el mundo pueda tener esa oportunidad de reencuentro. Y es algo esencial que nos hace humanos ese soporte familiar, fue emotivo», ha señalado.

«Espero que el mundo se dé cuenta de la crueldad del régimen, éste es un régimen criminal que persigue, que asesina»

Sobre el trayecto de salida de Venezuela, del que han transcendido algunos datos, afirma que «sin conocer todos los detalles», sabe que «fue muy duro. Espero que el mundo se dé cuenta de la crueldad del régimen, éste es un régimen criminal que persigue, que asesina». Y subraya que la prueba que ha superado su madre «fue un momento de grandes riesgos, donde no sabíamos si ella iba a llegar viva, si iba a llegar normal y eso es muy real. Y eso -continúa- lo viven hoy cientos de familias venezolanas. Hoy tenemos 887 presos políticos, que están siendo torturados, y no se les da atención médica; y eso vivió mi mamá también».

La urgencia de la crisis venezolana

Ana Corina espera que la situación de su madre, su lucha y las condiciones de su salida sirvan para que «alrededor del mundo se den cuenta de la urgencia de la crisis venezolana y de que hoy por hoy existen presos políticos de los que no se saben sus condiciones, ni les dan atención médica y sus familiares ni siquiera saben si están vivos».
Y ha concluido con una petición: «Pido al mundo entero que hoy nos escucha, que ven a Venezuela, que no se trata solo de librar a un pueblo y que no es solo algo que nos merecemos, sino que es algo de urgencia y que es una crisis humanitaria y necesitamos el apoyo del mundo entero. Y hoy espero que nos escuchen alrededor del mundo y que nos apoyen».