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El heredero de Trump se decide en la guerra de Ucrania: Vance o Rubio

Era el penúltimo domingo de noviembre por la tarde y en la misión estadounidense de Ginebra el ambiente estaba ya muy cargado. La delegación ucraniana llegaba exhausta después de dos largos días de presiones del secretario del Ejército de los Estados Unidos, Dan Driscoll, … un amigo íntimo de J. D. Vance desde sus años en Yale. Este había venido repitiendo con dureza el mismo mensaje: aceptar antes de Acción de Gracias el plan de 28 puntos para la paz de la Casa Blanca –renunciar a la provincia del Dombás, un límite al tamaño de las fuerzas armadas ucranianas y veto total de entrada a la OTAN– o arriesgarse a la ira de Donald Trump y quedar a su suerte en el conflicto. Tenían de plazo hasta el jueves 27 de noviembre, Acción de Gracias, ni un día más.
Los europeos, inquietos, hablaban ya de que aquello se asemejaba a un degüello. Veían con alarma unas concesiones a Vladímir Putin, un regalo inesperado y chocante de Trump. Y entonces llegó Marco Rubio. El secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, ausente hasta ese momento en la elaboración del documento y en aquellos contactos, venía a arreglar las cosas. Su llegada cambió la temperatura de la sala: la imposición dio paso a una negociación más abierta y pausada. Según varios diplomáticos presentes, fue la primera vez en días que se respiró la posibilidad de un acuerdo que no obligara a Ucrania a aceptar su propia rendición, con concesiones sí, pero no inabarcables.
La paz en Ucrania –que se le resiste tanto a Trump– se ha convertido en el escenario donde en realidad se mide una nueva rivalidad soterrada entre el vicepresidente Vance y el secretario Rubio. De hecho, fue el equipo de Vance el que impulsó aquel plan de 28 puntos que tantos consideraron una lista de exigencias rusas sin modificaciones. En redes, el propio vicepresidente en persona lo definió como un intento honesto para «poner fin a un conflicto de cuatro años en Europa del Este» y se mostró furioso con quienes en su partido se oponen.

La magnitud del fiasco del plan fallido es enorme. A la mesa de negociaciones llegaron mediadores próximos a Vance, como Driscoll, que se sumaban a las gestiones de Steve Witkoff –amigo personal de Trump, empresario inmobiliario sin formación diplomática– y del propio Rubio.

Paz sin los ucranianos

Todo apuntaba a que el vicepresidente buscaba entregar al presidente un acuerdo de paz rápido, algo que sumar a la lista de logros con los que alimentar la idea de merecer el Nobel en una candidatura que debería quedar ya cerrada. Pero pronto quedó claro que se trataba de una paz sin los ucranianos y a costa de los ucranianos. Cuando la lista de exigencias a Zelenski se filtró, Witkoff llegó a insinuar por error, en un mensaje que pensaba que era privado, que seguramente lo habían filtrado los rusos.

Trump deberá escoger entre la postura que defiende Vance, cercana a Moscú, o la de Rubio, alineada con Kiev y Europa

El conflicto, en realidad, es triple: la guerra en Ucrania; la pugna interna de poder en la Casa Blanca, y la precampaña silenciosa hacia 2028, cuando Trump debe ceder el poder. Las tensiones llevan tiempo sobre la mesa. Fue Vance quien, en febrero, reprochó duramente a Zelenski en el Despacho Oval «no dar las gracias», mientras Rubio permanecía sentado en el sofá, ajeno al bochorno, casi resignado ante la escena.

Trump, junto a Vance y Rubio en el Despacho Oval

AFP

En aquellos meses, muchos daban por hecho que Marco Rubio tenía los días contados en la Administración. Era el ‘establishment’ en sí mismo: 14 años en el Senado y una confirmación unánime en la Cámara alta que incluso los demócratas celebraron con respeto. Vance era todo lo contrario. Su breve paso por el Senado –apenas dos años, de 2023 a 2025– fue incendiario, le hizo blanco de recelos, sobre todo tras su giro dramático desde calificar a Trump de «Hitler» hasta convertirse en su aliado más fiel. En ese contexto, la persona encargada de presionar a Kiev para que aceptara el plan fue Driscoll, cuyo principal activo no era su rango, sino su relación personal con Vance.

Poder silencioso

Pero Rubio fue ganando enteros. Mostró a Trump disciplina, discreción y un talante institucional que empezó a apreciarse tanto en Washington como en las capitales europeas. Se mantuvo al margen de la agitación causada por Elon Musk –cercano a Vance– y asumió más responsabilidades, incluida la dirección del Consejo de Seguridad Nacional y hasta ser Archivero. Es ya, de facto, el funcionario con más poder en materia exterior desde los tiempos de Henry Kissinger. En contraposición, la figura de vicepresidente suele ser, como mucho, la de un actor secundario en la política exterior, limitado a misiones puntuales y a un papel representativo que rara vez altera el rumbo real del gobierno.
Vance y Rubio se ven casi a diario y se coordinan en numerosas áreas. Pero son dos almas distintas dentro del Partido Republicano. Rubio, heredero del conservadurismo clásico: halcón en política exterior, firme defensor de Ucrania, Taiwán y de la alianza transatlántica. Vance, en cambio, encarna el aislacionismo contemporáneo: Europa como problema, Ucrania como carga y la convicción de que EE.UU. no debe comprometerse nada más allá de sus fronteras.
La elaboración del controvertido plan de los 28 puntos confirma esa división. Witkoff viajó a Miami para reunirse con Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso y enviado especial del Kremlin. Fueron tres días de conversaciones, parte de ellas en la propia casa de Witkoff. Allí se fijaron los elementos centrales del texto. Fue Vance quien llamó personalmente a Zelenski para exponer las condiciones. Después envió a Driscoll a Kiev para advertir de un colapso militar. El mensaje era inequívoco: la guerra estaba perdida, Kiev debía ceder.

Donald Trump, escoltado por Vance, Marco Rubio y Pete Hegseth

Reuters

El 18 de noviembre, con Mohamed bin Salmán en la Casa Blanca, Rubio recibió una copia del plan. Horas después, el medio digital Axios revelaba su existencia. El documento causó estupefacción. ¿Por qué presentaba la Casa Blanca un plan con todas las aspiraciones del Kremlin? ¿Por qué estaba escrito con giros y estructuras propias de una traducción defectuosa del ruso? Entre la confusión, Rubio decidió viajar a Ginebra.
Antes llamó a varios senadores. Según uno de ellos, Mike Rounds, Rubio les explicó que el texto «no era el plan de la Administración», sino «lista de deseos de los rusos». Lo dijo en un tono grave, casi de advertencia, subrayando que EE.UU. no podía asumir como propio un documento que parecía diseñado desde Moscú. Más tarde, ya en público, rectificó y afirmó que el plan estaba «elaborado por EE.UU.» con aportaciones rusas y ucranianas. El giro evidencia la tensión interna y confirma que Rubio trataba de reconducir la política exterior hacia posiciones compatibles con el Congreso y con los aliados de la OTAN.

La senda republicana

En Ginebra, Rubio se sentó junto a Witkoff, Jared Kushner, yerno de Trump, y Andy Baker, adjunto de Seguridad Nacional y mano derecha de Vance. Lo primero que hizo fue suspender el plazo de Acción de Gracias. Luego redujo las 28 exigencias a 19, dejando cualquier cuestión territorial en manos de los presidentes. Insistió: «Es solo un borrador».
Entre los diplomáticos europeos y de la OTAN, su intervención fue recibida con gran alivio. Dijeron dos de esas fuentes a ABC que el proceso se había vuelto «más lento» y «mejor». «Por primera vez desde el miércoles, Rubio controla la negociación», dijo una de ellas. Sin embargo, también advirtieron de la ausencia de una línea clara en Washington. Witkoff, Kushner, Driscoll actuaban con notable independencia, lo que hacía difícil prever el rumbo final.
Ante los apuros del vicepresidente, sus aliados ya se han movilizado, temerosos de que el Partido Republicano quede en manos de Rubio. La influyente organización Turning Point USA, tras el asesinato de su líder, Charlie Kirk, quedó bajo la dirección de su viuda, Erika. Esta declaró esta semana que apoyaría a Vance en unas futuras primarias y que esa era la voluntad del difunto fundador.

Marco Rubio goza de más crédito institucional, mientras J. D. Vance aglutina el entusiasmo de las bases trumpistas

Rubio permanece en su papel institucional, cuidando la relación con Europa, con el Capitolio –del que Trump depende para sus presupuestos y reformas– y con las estructuras del partido. Cualquier acuerdo de paz, si llega, deberá pasar por el Senado, un órgano más duro con Rusia de lo que suele ser la Casa Blanca. Y Rubio es, para muchos senadores, la figura fiable que puede devolver los términos de una negociación a un terreno razonable.
Al final, la realidad obligará a Trump a escoger. Una línea que se aproxima a las demandas iniciales de Moscú, representada por el plan de Miami y defendida por el círculo de Vance; o una estrategia más cercana a Kiev y a los aliados europeos, impulsada por Rubio. Y, aunque no lo diga en público, el Senado lo ha dejado claro: hoy Rubio goza de más crédito institucional, mientras Vance aglutina el entusiasmo de las bases trumpistas.

Steve Witkoff, el 'amigo invisible' de Putin

Donald Trump está en deuda con Steve Witkoff desde hace casi 40 años. El ahora presidente de EE.UU. se encontró con su actual negociador jefe para conflictos en todo el mundo una madrugada de 1986 en una cafetería ‘delicatessen’ de Manhattan. Witkoff … era entonces un abogado principiante de un despacho que trabajaba con Trump en una de esas negociaciones maratonianas para cerrar un acuerdo inmobiliario. Ambos habían bajado a uno de esos locales que abren toda la noche y tienen la plancha encendida, en la calle 39. Trump, que se había convertido en la sensación del negocio del ladrillo en Nueva York, se encontraba sin un duro en metálico. Witkoff le invitó a un bocadillo de jamón de york y queso.
Ese fue el germen de una amistad que se consolidó años más tarde, cuando Witkoff dejó la abogacía para seguir los pasos de su amigo, para invertir en el sector inmobiliario («Yo quería ser como él», ha dicho este año en una entrevista con Tucker Carlson).
Ahora los acuerdos que Witkoff tiene que cerrar para Trump van mucho más allá que la compra de un edificio en Manhattan. Él es el ariete de las negociaciones más delicadas de EE.UU. en todo el mundo. Una posición que ha venido cargada de polémica. En especial, tras la filtración de una llamada con Yuri Ushakov, mano derecha de Vladímir Putin para la negociación del fin de la guerra en Ucrania. En ella, Witkoff asumía posiciones que defiende Rusia –como la cesión completa de la provincia de Donetsk– y asesoraba a los rusos sobre cómo convencer a Trump.

Pero Witkoff también ha logrado éxitos rotundos. El mayor ha sido diseñar el acuerdo de paz entre Israel y Hamás que ha posibilitado, por el momento, el alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes que quedaban en manos del grupo terrorista palestino.
La reacción de Trump a la filtración de la llamada entre Witkoff y Ushakov fue decir que eso es algo «estándar» en una negociación. La realidad es que hay muy poco estándar en la diplomacia de Witkoff.

Se dice que Witkoff es unos de los pocos amigos íntimos de Trump

REUTERS

Trump ha colocado al frente de las grandes negociaciones internacionales de su segundo mandato –Gaza, Ucrania, liberación de prisioneros estadounidenses– a alguien sin ninguna experiencia diplomática, en relaciones internacionales o en seguridad nacional. Para Trump y sus aliados, esa es la clave de su valía: hacer las cosas de forma diferente, para lograr resultados nunca vistos.
Al mismo tiempo, al igual que a Trump, a Witkoff le han llovido las críticas por enriquecimiento personal. Uno de sus hijos es una de las cabezas de World Liberty Financial, la compañía de criptomonedas de los hijos de Trump, que han hecho negocio en los países del Golfo de forma paralela a la diplomacia de sus padres.
Witkoff, de 68 años, es neoyorquino, como Trump. Nació en el Bronx y se crió en los suburbios de Long Island, hijo de una familia judía de Europa del Este. Cuando empezó en el negocio del ladrillo, lo hizo con modestia, yendo a cobrar alquileres en bloques de apartamentos baratos. Según la leyenda, con un revólver atado al tobillo. Con sagacidad y osadía, acabó convertido en un tiburón inmobiliario.
En el proceso, forjó una gran amistad con Trump. En los negocios y en los campos de golf, afición que comparten. Dicen que es uno de los pocos amigos de verdad que tiene el presidente de EE.UU.
Con el regreso a Trump de la Casa Blanca, liberado de las ataduras que tuvo en su primer mandato, el presidente eligió a alguien sin ninguna experiencia pero con toda su confianza y su lealtad para ser su enviado especial por todo el mundo. Y eso es algo de lo que son conscientes los gobiernos de los otros países: Witkoff no será un diplomático, pero es la figura decisiva. Él es quien puede influir en Trump. Y por eso, como se ha visto en la negociación con Rusia, hay que influir en él.

Estados Unidos califica la reunión con Ucrania de «muy productiva», aunque «todavía queda trabajo por hacer»

Estados Unidos y Ucrania han mantenido este domingo una reunión en Floridad para abordar la manera de poner fin a la guerra tras la invasión por parte de Rusia, unas conversaciones que el jefe de la diplomacia de Washington, Marco Rubio, ha calificado … como «muy productivas». No obstante, ha advertido de que «todavía queda más trabajo por hacer».
«Tuvimos otra sesión muy productiva, aprovechando los resultados de Ginebra y los acontecimientos de esta semana, pero queda más trabajo por hacer. Esto es delicado. Es complicado», ha declarado Rubio a periodistas. Por su parte, el secretario del Consejo de Seguridad de Ucrania, Rustem Umerov, que ha encabezado la delegación de Kiev, también se ha pronunciado en estos términos.

Las negociaciones en Florida se producen en un momento en que Kiev se enfrenta a una creciente presión militar y política, además de a las consecuencias de un escándalo de corrupción interna. En estas conversaciones, Washington ha presentado un plan para poner fin al conflicto de casi cuatro años y busca concretarlo con la aprobación de Moscú y Kiev.

Las negociaciones, que se celebran tras otras desarrolladas en Ginebra, podrían sentar las bases para una próxima visita a Moscú del enviado del presidente Donald Trump, Steve Witkoff, que también ha estado presente en el encuentro y del que se espera que hable sobre Ucrania con el presidente ruso, Vladímir Putin.

AfD funda Generación Alemania para burlar la persecución legal de sus juventudes

«Aunque nos acosen y aunque nos persigan, vamos a seguir defendiendo a nuestro país», advertía este domingo Roman, un estudiante de 22 años, a la entrada de un local alquilado en el distrito de Schöneberg, en Berlín. «Es una vergüenza que se nos ataque … por defender los intereses de Alemania, como si fuera algo ilegítimo, pero esto está a punto de dar la vuelta y llegará un día de justicia en el que no sólo no se nos condenará, sino que seremos aclamados», confiaba.
Se refería sin citarlas a las encuestas, en las que el partido ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD), antieuropeo y prorruso, supera en medio punto porcentual a la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y se sitúa como el más votado en Alemania a escala federal. Un día antes, había tenido lugar en Giessen la fundación de Generación Alemania, la nueva forma que cobran las juventudes de AfD, después de que Junge Alternative, la formación original, haya sido disuelta.
En 2023, las autoridades alemanas catalogaron la organización como de «extrema derecha», lo que autorizaba a las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia a interceptar las comunicaciones de sus miembros y a infiltrar agentes entre sus filas, dado su carácter contrario a la Ley Fundamental alemana. El partido decidió en marzo la disolución, para evitar un mayor daño a su imagen pública y distanciarse formalmente de vínculos con grupos neonazis, pero sus miembros son más o menos los mismos e igualmente despreocupados por la Constitución.

Dos factores aconsejaban una refundación urgente. La directiva de AfD es consciente de que el resultado que avanzan las encuestas exigirá, llegado el momento, gran cantidad de personal para ocupar cargos en ayuntamientos, administraciones regionales y quizá federales. Los actuales cuadros no pueden cubrir esa demanda, por lo que el reclutamiento es una prioridad.
Además, la reforma de las pensiones planeada por el Gobierno de Friedrich Merz, que implica serios recortes para las siguientes generaciones, ha puesto de uñas a las juventudes de la CDU, la Junge Union, en cuyas filas espera pescar miembros decepcionados. De ahí las prisas para fundar Generación Alemania, que ha sido respondida por una manifestación de 30.000 personas en Giessen.
Dado el nivel de la protesta, un congreso fundacional programado para todo el fin de semana fue recortado a sólo una jornada y los asistentes improvisaron después reuniones locales el domingo en sus lugares de origen, como esta de Berlín. «En ningún otro país del mundo sucede que se persiga a alguien por su patriotismo, Alemania es un país enfermo y dominado por intereses externos», insistía Roman.

Jean-Pascal Hohm, director de la nueva organización juvenil de AfD

REUTERS

A pesar de contar con un estatuto legal y una cúpula visible ya nombrada, con el diputado de Brandemburgo de 28 años Jean-Pascal Hohm al frente, estas reuniones de Generación Alemania se celebran casi en la clandestinidad. Todavía no hay una sede oficial ni se ha emitido una convocatoria formal. Se desconfía de la prensa «vendida», tal y como hablan de los medios de comunicación sus responsables, y de los recién llegados.
Este domingo circulaba con profusión en las redes sociales alemanas el discurso en la Hessenhalle de Giessen de Alexander Eichwald, un dudoso músico de profesión que filosofó ante la asamblea sobre los cerdos que nacen en los establos de vacas, pero que siguen siendo igualmente cerdos, reivindicó un «organismo nacional alemán» y enfatizó que es «un deber nacional proteger la cultura alemana de influencias extranjeras».
«Está claro que es un informante, un infiltrado para perjudicar a AfD y a Generación Alemania. Para ridiculizarnos. ¿Vio usted cómo iba vestido? Un fantoche. Nadie de nosotros se viste así», rechazaba otro miembro berlinés de la organización juvenil. «Ustedes son los culpables», seguía Roman criticando a los periodistas, «porque publican eso en lugar de lo que de verdad está pasando, una fuerza política verdaderamente alemana que está surgiendo para levantar a este país».
Esa «fuerza», sin embargo, no se deja ver con claridad en la capital alemana. Sólo Roman, de los menos de veinte jóvenes reunidos en Berlín, aceptaba responder a unas preguntas y ser citado por su nombre de pila. Sí abunda la mercadotecnia, los artículos de propaganda como camisetas, llaveros y pegatinas de AfD, porque con las prisas no ha dado tiempo a encargar las de Generación Alemania. Y no falta presupuesto para pizza, bocadillos y cerveza. También parece haber un programa de acción relativamente definido, según Roman. «No es ningún secreto, vamos a estar presentes en colegios y universidades, en eventos deportivos, en clubes… hay mucha gente que, en silencio, comparte nuestras ideas. Pero no nos interesa cualquiera. Buscamos gente lista y capaz de asumir responsabilidades».

Seis jóvenes mueren carbonizados en un accidente de tráfico en Lisboa

Seis jóvenes, tres mujeres y tres hombres, todos ellos de entre 18 y 20 años, han fallecido esta madrugada en Lisboa (Portugal) tras un accidente de tráfico en el que el coche en el que viajaban se ha incendiado por completo. Las autoridades … han confirmado que el grupo era de origen angoleño y que se trataría de un grupo de amigos que se encontraba disfrutando de una noche de diversión.
El coche, un BMW de cinco plazas, se salió de la calzada alrededor de las 3.40 de la madrugada, tras chocar contra el bordillo, lo que provocó el incendio inmediato del vehículo, según la Policía de Seguridad Pública (PSP).
«El coche quedó completamente calcinado, y aún no se puede determinar si las víctimas murieron por el impacto o como consecuencia del fuego», ha explicado el comisario Dinarte Diniz, portavoz de la PSP. Solo dos de las seis víctimas han podido ser identificadas hasta el momento, ya que portaban documentación, según ha detallado. El resto deberá ser reconocido mediante pruebas de ADN.

Las primeras investigaciones descartan la participación de otro vehículo. La hipótesis principal es que el conductor perdió el control del automóvil, posiblemente a causa de un despiste, aunque aún se investiga si hubo exceso de velocidad, consumo de alcohol u otras causas que pudieran haber contribuido al siniestro. La Brigada de Investigación de Accidentes de la Policía trabaja en colaboración con el Ministerio Público para esclarecer lo ocurrido, y se están analizando las imágenes de videovigilancia de la zona.
Una de las circunstancias que más ha llamado la atención de los investigadores es el número de ocupantes: el coche tenía cinco plazas, pero transportaba a seis personas. «Viajaban dos delante y cuatro detrás. El vehículo estaba claramente sobrecargado», ha confirmado el comisario Diniz. El conductor, un joven de 19 años, de nacionalidad portuguesa y origen angoleño, conducía el utilitario de su padre, según ‘Correio da Manhã’, que publilcó una imagen reciente en la que se le ve posando junto al vehículo.
La PSP aún no puede confirmar si hubo consumo de alcohol u otras sustancias. No obstante, el portavoz policial ha aprovechado la ocasión para lanzar un mensaje de prevención: «Queremos recordar a todos los jóvenes la importancia de respetar las normas de tráfico y evitar conductas de riesgo».
En un primer momento, las autoridades creyeron que en el vehículo viajaban cinco personas, pero, tras las tareas de rescate, confirmaron que eran seis los ocupantes, todos fallecidos. Entre las víctimas hay dos hermanas y al menos dos estudiantes universitarios, según avanza la prensa portuguesa. La versión preliminar apunta a que se trataba de un grupo de amigos en una salida nocturna que terminó en tragedia.
La violencia del impacto ha sido tal que el coche ha quedado irreconocible y el fuego ha dificultado tanto la labor de rescate como la identificación de los cuerpos. A pesar de la rapidez de los servicios de emergencia, no se pudo hacer nada por salvar sus vidas. Un agente de Policía, que se encontraba en las inmediaciones para custodiar la embajada de Estados Unidos, fue testigo del accidente y alertó inmediatamente a los servicios de emergencia. «Todo ocurrió muy rápido. Cuando el agente llegó al lugar, el coche ya estaba envuelto en llamas», ha relatado el comisario.

Caos, colas y un sistema fallido desbordan la elección más tensa de Honduras en años

En el Colegio de Abogados de Tegucigalpa, un bastión habitual del voto conservador y del Partido Nacional, la escena a media mañana era de agotamiento y frustración. La fila daba vuelta y media a la manzana y avanzaba con una lentitud que agotaba y … enfadaba a los cientos de vecinos que llevaban allí desde las 6.00. A las 10.30, muchos no habían logrado siquiera acercarse a la puerta. Dentro del edificio, el panorama no ofrecía alivio: una sola planta habilitada para una decena de urnas funcionaba sin señalización clara, entre empujones, dudas y discusiones sobre el orden de ingreso. El ambiente, cargado de ansiedad y cansancio, reflejaba el desgaste de una jornada que había comenzado tarde y que ya acumulaba retrasos en cada mesa.
Desde primeras horas del domingo quedó claro que no todos los llamados a las urnas lograrían votar. Más de seis millones de hondureños estaban convocados a elegir presidente, Congreso, alcaldías y representantes al Parlamento Centroamericano en un país que vota bajo estado de excepción y con una desconfianza acumulada desde las fallidas primarias de marzo. Honduras llegaba a esta jornada con acusaciones cruzadas de fraude, con la oposición denunciando intentos de manipulación y con el oficialismo señalando interferencias externas. Todo ocurre, además, bajo la presión directa de Estados Unidos: Donald Trump ha respaldado abiertamente al conservador Nasry Asfura y ha advertido sobre «resultados catastróficos» si no gana su candidato. En este contexto, las demoras, una red de registro caída y la apertura tardía de centros alimentan el temor a que el desenlace no va a ser aceptado sin disputa.
En el colegio Gustavo Adolfo Alvarado, María Durón, de 70 años, aguardaba sentada junto a otros adultos mayores que buscaban resguardo del sol y del cansancio. «No quieren que votemos, quieren que nos vayamos cansados, para que las elecciones se hagan solo con el grupo que está ahora mandando», decía a ABC mientras la fila avanzaba por tramos mínimos. Dentro del recinto, la escena era de parálisis total: habían pasado más de dos horas desde la hora oficial de apertura y aún no podían empezar porque faltaban urnas y sellos básicos para habilitarlas. Los miembros de mesa llamaban sin pausa al centro de atención del órgano electoral, pero no lograban respuesta. Con las cajas sin cerrar, sin material y sin instrucciones claras, no quedaba más que esperar.

Y hay responsables claros detrás de este desorden. La logística depende de las Fuerzas Armadas, que en teoría reportan al Consejo Nacional Electoral, pero cuya jefa directa es la ministra de Defensa, la propia presidenta Xiomara Castro. Bajo su mandato, Honduras ha girado hacia China y ha estrechado vínculos con la izquierda que marcó la etapa de su marido, el expresidente Manuel Zelaya. La oposición, tanto Libertad y Refundación como el Partido Nacional, sostiene que estos fallos no son accidentales: acusan a Castro de preparar un escenario de caos que favorezca a su candidata, Rixi Moncada, exministra de Defensa y figura clave del oficialismo en esta contienda.

El ambiente, cargado de ansiedad y cansancio, refleja el desgaste de una jornada que comenzó tarde y que ya acumulaba retrasos en cada mesa
D. Alandete

Todos los ojos están puestos en Honduras y en las disputas sobre el resultado, cuyo recuento se alargó hasta después del cierre de esta edición. Hay miles de observadores desplegados en el país: misiones invitadas por el Gobierno, equipos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y delegados acreditados por la oposición. También han aterrizado figuras cercanas al oficialismo. En Tegucigalpa, en actos de campaña de Rixi Moncada, se vio a Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos y veterano asesor de regímenes de izquierda en política latinoamericana, y a la jueza electoral venezolana Jhannett Madriz, señalada como parte del entramado que avaló el fraude de ley de 2024 en las presidenciales de Venezuela. Su presencia ha añadido inquietud en una jornada ya marcada por retrasos, fallos técnicos y un ambiente de desconfianza creciente.
En varios colegios de Tegucigalpa el desorden fue evidente. Este diario recorrió cinco centros de votación junto a funcionarios del Consejo Nacional Electoral y ninguno abrió a la hora prevista. En todos se registraron fallos en alguna de las urnas vinculadas al nuevo sistema de telemetría, encargado de validar la identidad mediante huellas dactilares y fotografías. La aplicación o no del protocolo quedó, en la práctica, al criterio de cada presidente de mesa, lo que derivó en decisiones improvisadas y, en algunos casos, contrarias al reglamento. En la mesa 10.185 del Colegio de Abogados, por ejemplo, se permitió votar sin cotejo biométrico porque el dispositivo no funcionaba, pese a que la norma exige validar cada identidad antes de emitir el sufragio.
En el Colegio República de Panamá, la urna 9.901 presentó una anomalía aún más delicada: el sistema registraba más votos de los que habían sido depositados físicamente. Este diario contó 30 papeletas en la caja, mientras que la base de datos mostraba una veintena adicional. Ni el presidente de mesa ni el secretario ni los observadores pudieron explicar el desfase. Afirmaron que, al cerrar, se guiarían por los votos físicos, pero reconocieron que no tenían cómo garantizar que el desajuste digital no inflara el recuento posterior. Se trata de un centro situado en una zona donde el oficialismo de Libre concentra históricamente un apoyo considerable, lo que incrementó las suspicacias en una jornada ya tensa.
La historia reciente ya anticipaba este desenlace: un golpe en 2009, el caos poselectoral de 2017 y, ahora, un nuevo desastre logístico en el que el Ejército volvió a retrasar la entrega de urnas hasta entrada la noche en numerosos centros.