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Tecnología

Dos de cada diez españoles estarían dispuestos a votar a un candidato hecho con IA antes que a un político real

20/11/2024

Actualizado a las 16:51h.

La inteligencia artificial ya ha comenzado a hacer sus pinitos en la política. Hasta hay países en los que se ha llegado a presentar algoritmos a las elecciones, como es el caso de Dinamarca o, más recientemente, de Reino Unido. En el futuro, con el avance de la tecnología, no sería raro que comenzasen a surgir más casos así en otros lugares del mundo, y, en principio, en España parece que la idea podría hacerle gracia a más de un votante. Así, al menos, se deja ver en un reciente estudio, elaborado por el proveedor de alojamiento web Hostinger, en el que señala que dos de cada diez españoles ya se plantearían votar a un avatar en lugar de una persona.

El estudio, que ha sido realizado a partir de una encuesta demoscópica a 1.020 personas, recoge que el 20% de los consultados respondieron afirmativamente cuando se les preguntó si estarían dispuestos a votar a un candidato político que es un avatar de IA.

Evidentemente, esto no implica que llegado el momento ese 20% de electores se decidiesen finalmente a depositar su confianza en un algoritmo. Más todavía si se tiene en cuenta los paupérrimos resultados electorales que han conseguido otras inteligencias artificiales que se han presentado a elecciones.
La última que se presentó a unos comicios en Occidente fue AI Steve, candidato hecho a partir de inteligencia artificial que se presentó a las elecciones de Reino Unido del pasado mes de julio. El candidato virtual, creado por el empresario tecnológico británico Steve Endeccot, contaba con una plataforma a través de la cual quien quisiera podía conversar con él y compartir sus preocupaciones e ideas. ¿El resultado? 179 votos en total, y gracias.

Omar Hatamleh: «Los niños que están naciendo ahora vivirán sin problema hasta 130 años gracias a la IA»

Omar Hatamleh es español, y también una de las voces más autorizadas que hay en el mundo cuando se habla de inteligencia artificial (IA). Hijo de padre jordano y de madre granadina, el ingeniero lleva ya casi tres décadas trabajando para la NASA. Actualmente es asesor jefe de Inteligencia Artificial e Innovación del Goddard Space Flight Center, dependiente de la agencia espacial estadounidense, para la que también trabaja como director de estrategia tecnológica. Pero hasta aquí, porque todavía no se ha sentado a charlar con ABC y ya se está marcando ‘un Paco Umbral’: pide que su trabajo para la NASA quede a un lado y que toda la conversación gire en torno a ‘Esta vez es diferente’ (Deusto), su reciente libro.
En la obra, cuyos ingresos estarán destinados totalmente a la ONG Sonrisas sin cáncer, Hatamleh retoma cuestiones ya dichas y redichas sobre las oportunidades y amenazas de la IA; pero no se queda ahí. También dedica buena parte de las páginas a esbozar una imagen en la que muestra su visión del hombre del futuro. Ese que ya comparte las aceras con robots humanoides, conduce coches voladores y que, cree, vivirá más (hasta mucho más). Y todo gracias a los ingenios que están ya a la vuelta de la esquina.

—Usted afirma, hasta en el título del libro, que la Revolución de la IA será distinta a todas las que la humanidad ha conocido hasta ahora. ¿Por qué «esta vez es diferente»?
—Al principio mucha gente la comparaba con la Revolución Industrial, pero esta afectó solamente a los trabajadores manuales. Lo que está pasando ahora con la IA es que va a afectar a todos los campos, también a los trabajos intelectuales, y ahí entran los ingenieros, los filósofos y hasta usted (periodista). No va a haber una sola persona que se vaya a salvar de los cambios.

«Eres una carga para la sociedad, por favor, muere»: la humillación de la Inteligencia Artificial de Google a un estudiante universitario

Con el paso de los años nos hemos acostumbrado a pedir a los servicios de asistencia de nuestros teléfonos móviles que nos lleven aquí o allá, que nos configuren la alarma para el día siguiente o nos recomienden los mejores restaurantes de la zona. Desde hace un tiempo esas mejoras han dado un paso más hacia una sociedad de la tecnología que se asemeja a lo que de niños entendíamos como ‘el futuro’ gracias, en gran parte, a la Inteligencia Artificial (IA).
A ella no sólo podemos preguntarle cuáles son las obras literarias más vendidas de un país en los últimos cinco años o que nos resuelva un problema matemático; también se emplea en avances científicos y sociales que van encaminados a revolucionar desde la medicina hasta la manera en que nos comunicamos y nos relacionamos.

Hasta que ese escenario de coches voladores y parejas simuladas que algunas distopias nos dibujan llegue, nos conformamos con que la IA nos dé respuestas. Aunque, como cualquier evolución, en el ámbito que sea, entraña riesgos. Y el caso de Vidhay Reddy, un estudiante de Michigan (EE.UU.) de 29 años, lo deja claro. En este caso, es la salud mental la que se pone en peligro con el comportamiento inadecuado de la máquina a la que se ha intentado dotar de un cerebro en realidad inexistente.

Reddy se encontraba junto a su hermana utilizando ‘Gemini’, el servicio de IA de Google. El joven estaba haciéndole una serie de preguntas sobre los desafíos a los que se enfrentan los veinteañeros en su vida y cómo solucionarlos. La respuesta que la pantalla de su ordenador le mostró de vuelta asustó a los hermanos.