Publicado: noviembre 3, 2025, 11:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/zohran-mamdani-favorito-elecciones-alcaldia-nueva-york-20251104194749-nt.html
Zohran Mamdani, el gran favorito para ganar la elección a la alcaldía de Nueva York de este martes, es la sensación política de este año en EE.UU. Llega con la ambición de dar un vuelco -esperanzador para algunos, peligroso para otros- a la mayor … ciudad del país.
En la capital del capitalismo, en la ciudad de Wall Street, en el gran centro financiero mundial, Mamdani trae un programa indisimuladamente socialista. A sus 34 años, ofrece una experiencia muy limitada -cinco años como diputado en la Asamblea estatal- para estar al frente de uno de los mayores presupuestos públicos del país. Y, casi un cuarto de siglo después de los ataques del 11-S, en medio de episodios de antisemitismo e islamofobia por las turbulencias de la guerra de Gaza, busca convertirse en el primer alcalde musulmán de la Gran Manzana.
Mamdani dio el campanazo en las primarias demócratas del pasado junio. Contra todo pronóstico y después de una campaña en la que supo movilizar a la izquierda del partido, se impuso al candidato del ‘establishment’, Andrew Cuomo, el exgobernador del estado de Nueva York.
Lo normal en un territorio donde los demócratas dominan con suficiencia es que el partido arrope al ganador de las primarias y que el resto de la campaña sea un paseo hasta la elección.
No ha sido así en el caso de Mamdani, a quien parte del electorado demócrata -y todos los republicanos- consideran un extremista al que hay que parar. Para ello, Cuomo decidió seguir en campaña como independiente, en un intento de aglutinar el voto ‘anti Zohran’. La presión sobre otro candidato -el actual alcalde, el polémico Eric Adams, que también se presentó como independientes- le llevó a dar un paso al costado para mejorar las opciones de Cuomo.
Mamdani está a un paso de hacer historia y convertirse en el primer alcalde musulmán de Nueva York –o de cualquier gran ciudad de Norteamérica–, en el segundo más joven –y hay que remontarse a Hugh J. Grant en 1889 para encontrar uno, que tenía 30 años– y, a juzgar por su programa, en uno de los más radicales. Es un miembro de los Demócratas Socialistas de América, una rama de los demócratas que apuesta por políticas radicales como el vaciado de las cárceles, nacionalizaciones masivas o la salida de la OTAN. En su programa lleva propuestas que han puesto a temblar a los sectores económicos de la ciudad: congelamiento de los alquileres, gratuidad de los cuidados infantiles de 0 a 5 años, autobuses gratis, tiendas de comestibles públicas.
Mamdani ha sabido llegar hasta aquí con una mezcla de habilidad y oportunidad. Porque su campaña a alcalde apuntaba a acabar como su primera incursión en política: se presentó a delegado de su clase en el colegio con la promesa de zumo gratis para todos… y perdió.
Ascenso en medio de crisis
Su ascenso no hubiera sido posible fuera del momento desquiciado que vive la política de Nueva York y, de forma más amplia, la de EE.UU.. En territorio neoyorquino, el Partido Demócrata y sus financiadores han vuelto a demostrar su capacidad para apoyar candidatos pésimos, como ya ocurrió a nivel nacional el año pasado en las presidenciales con Joe Biden y Kamala Harris. Andrew Cuomo, el favorito en primarias, es una figura del ‘establishment’ demócrata, pero desgastado para el electorado, después de que dejara el puesto de gobernador entre escándalos. Adams, el actual regidor, ha acabado convertido en una figura patética, acosado por tramas de corrupción y entregado a la protección de Trump.
Por otro lado, el regreso de Trump a la Casa Blanca solo ha polarizado todavía más la política en Estados Unidos y ha beneficiado a quienes, como Mamdani, están en los extremos.
Simpatizantes de Mamdani se toman una selfi durante un acto de campaña
Y la campaña ha coincidido con una crisis existencial para muchos neoyorquinos, sufridores de una ciudad en la que cada vez es más imposible vivir: con una criminalidad que no acaba de sacudirse el despunte de la pandemia, mal gestionada, sofocada por la llegada masiva de inmigrantes indocumentados y, sobre todo, cada vez más prohibitiva. En especial, la vivienda. El lema de Mamdani de luchar contra la ‘crisis de asequibilidad’ es algo que une a la gran mayoría de votantes.
Mamdani ha sabido surfear esas circunstancias y sus propias anomalías e incoherencias: un crítico furibundo de Israel, que ha llegado a defender que hay que «globalizar la intifada» en la gran ciudad judía de EE.UU., la mayor en el mundo fuera de Israel; un tipo de 34 años, con la única experiencia de un puñado de años como diputado en la Asamblea estatal que va a gestionar una ciudad de nueve millones de habitantes, compleja hasta el extremo y con un presupuesto de 115.000 millones de dólares; un dandi de imagen impecable, de chaqueta entallada y corbata estrecha, un chico bien de la elite del Upper West Side que pregona ideas casi marxistas; un seguidor del Islam que por la mañana reza en una mezquita del Bronx y por la tarde se proclama como gran defensor de la agenda del colectivo LGTBI; un activista que exigía los recortes a la policía y la denunciaba como «racista» en las protestas por el asesinato de George Floyd y que ahora ha tenido que dar marcha atrás en esos posicionamientos.
En Nueva York, un bastión del progresismo, ese popurrí ideológico y vital ha funcionado. Sobre todo, porque Mamdani ha hecho un uso maestro de las redes sociales, con una imagen atractiva y simpática, con mensajes sencillos y directos. Su tirón y su mensaje rupturista han movilizado a un electorado joven cada vez más activo y polarizado –como se ha visto en el aumento del apoyo a Trump– y Mamdani ha levantado un ejército de 75.000 voluntarios –algo nunca visto aquí– que han tocado las puertas de cada casa de la ciudad para propulsar al candidato socialista.
Miembro de la ‘izquierda caviar’
Mamdani nació en Uganda, hijo de padres indios, un profesor universitario izquierdista y una cineasta. La familia se trasladó a Nueva York cuando él tenía 7 años. Se educó en colegios privados, entre la elite cultural y académica de Nueva York, la versión de la ‘izquierda caviar’ en esta orilla del Atlántico.
Todavía no tenía 10 años cuando dos aviones secuestrados por terroristas islamistas se estrellaron contra las Torres Gemelas en septiembre de 2001. Aquello desató una oleada de islamofobia en EE.UU. que ha tenido un repunte –de forma paralela a los ataques antisemitas– con las turbulencias por la guerra en Gaza.
Eso no ha impedido el ascenso de Mamdani en Nueva York, pero le ha convertido en una figura política nacional, en el póster perfecto de la pesadilla multicultural y marxista con la que el Trump y sus aliados retratan al Partido Demócrata.
			