Publicado: febrero 18, 2025, 11:44 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/violencia-congo-ninos-adolescentes-armas-tomado-calles-20250218142838-nt.html
Mientras se recuentan los muertos registados por los duros enfrentamientos entre el Ejército congoleño (FARDC) y las milicias del M-23, grupo armado financiado por la vecina Ruanda, la población de Bukavu, capital de la provincia de Kivu del Sur, adapta su vida a las … nuevas circunstancias.
Por esta ciudad de la República Democrática del Congo (RDC) se respira una tensa calma. Sin embargo, la huida masiva de Bukavu y Goma (Kivu del Norte) de soldados y mandos de las FARDC y guerrilleros ‘wazalendo’ (milicias que luchan contra el M-23) ha generado una situación alarmante. «Se está viendo por los barrios a decenas de niños y adolescentes armados, que están intimidando a la población civil», según explica a ABC un ciudadano de Bukavu que prefiere mantener el anonimato.
Según parece, «están circulando vídeos donde se les ve con las metralletas y los uniformes que han abandonado sus padres y hermanos mayores», agrega. Se confirma por tanto que Bukavu es hoy una ciudad sin ley, donde la gente ha optado por refugiarse en sus hogares.
En uno de los vídeos aparece un adolescente, de entre 13 y 15 años de edad, que está siendo interrogado por un grupo de adultos civiles que lo capturaron. El niño, visiblemente conmocionado, fue detenido mientras disparaba descontroladamente al aire. Según sus declaraciones, inicialmente vendía cepillos de dientes cuando un amigo lo llamó para ir a un campamento militar a recoger armas.
En las imágenes, el adolescente presenta signos de violencia: le sangra la nariz y su rostro refleja un estado de angustia y trauma. Dice que recibió entrenamiento básico en el uso de armas antes de que le dieran una y luego le ordenaron defender a su vecindario. También explica que no estaba solo: «a muchos otros niños les dieron armas, pero no sé dónde están ahora».
Este niño, que vive aproximadamente a diez kilómetros del campamento militar de Bukavu, fue capturado mientras disparaba al aire a siete kilómetros del campamento. Afirma no haber matado a nadie y teme por su vida, temiendo una ejecución inminente. En el barrio donde fue detenido, los vecinos se habían organizado para localizar a estos jóvenes que, disparando al aire, estaban sembrando el pánico y dando la sensación de que había un enfrentamiento armado.
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En este captura de un vídeo, se ve un niño, uniformado con varias tallas más grandes, armado con un fusil
Entre estas historias destaca la de Exhaussé, hijo de un militar congoleño, que sobrevive vendiendo huevos. En este caso, fue su propio padre quien le dio un arma con la intención de que la conservara, no de utilizarla. Sin embargo, cuando su padre huyó a Uvira para seguir órdenes, Exhaussé se encontró solo.
Fue capturado por la calle también mientras disparaba al aire. En una imagen viralizada en redes sociales, aparece junto a un montón de casquillos de bala. Exhaussé, vestido con el uniforme militar de su padre, encarna trágicamente la realidad de los niños sacrificados por la guerra, transformados en actores involuntarios de un conflicto que les priva de toda inocencia.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha «confirmado casos de ejecuciones sumarias de niños por parte del M-23 tras su entrada en la ciudad de Bukavu la semana pasada». «Pedimos a Ruanda y al M-23 que garanticen el respeto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario», declaró la portavoz Ravina Shamdasani en una rueda de prensa. Según un trabajador de la Cruz Roja, habría muerto ya más de 40 niños.
A esta situación de peligrosidad hay que sumar la huida masiva de miles de presos de las principales cárceles de Goma y Bukavu. En el caso del centro penitenciario de Goma, fueron violadas y quemadas vivas más de 160 reclusas durante una fuga masiva.
Sin cifras de muertos
Por el momento no hay cifras de muertos en Bukavu, «pero ya se ha visto a muchos militares heridos en combate que están siendo atendidos en los diferentes hospitales de la ciudad», comenta el vecino anónimo.
En la toma de Goma por parte del M-23, hace casi dos semanas, se calcula que murieron entre 3.000 y 5.000 personas, muchos de ellos civiles.
Esta dramática situación ha provocado una diáspora masiva de ciudadanos, que han huido con lo puesto a través de las fronteras con Ruanda, Burundi y Tanzania.
Según Médicos Sin Fronteras (MSF), miles de personas que escapaban de los combates han encontrado refugio en Burundi. MSF ha enviado un equipo a la provincia de Cibitoke para evaluar las necesidades y proporcionar ayuda de emergencia.
En las últimas horas, fuentes sobre el terreno confirman que en Goma se están produciendo algunas manifestaciones de la población civil en contra de la misión de Naciones Unidas en la RDC (Monusco), por considerar que no les están ayudando.
Analistas internacionales han acusado al M-23, respaldado por el presidente de Ruanda, Paul Kagame, de querer anexionarse el este del Congo para hacerse con la riqueza minera del país, que posee el 80% de las reservas mundiales de coltán Con dicho mineral se fabrican las baterías de los coches eléctricos, las ‘tablets’, los teléfonos móviles, etc… Por si todo ello no fuera suficiente, también hay minas de oro y cobalto.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha expresado gran preocupación por la escalada de violencia en esta región de los Grandes Lagos de África, provocada por la ofensiva del M-23.
«Si no se hace nada, lo peor todavía puede estar por venir para la población de esa zona de la República Democrática del Congo, y también para la que se encuentra más allá de las fronteras», ha advertido Volker Türk ante el Consejo de Derechos.
Türk ha instado a todas las partes a entablar un diálogo y cesar las hostilidades, subrayando que una solución militar solo agravaría el conflicto. «El riesgo de escalada en toda la subregión nunca ha sido mayor», subrayó.
Los Estados miembros del Consejo han aprobado la creación de una misión para investigar las violaciones extremas de los derechos humanos y de las leyes humanitarias internacionales que se cometan en ambas provincias.