Publicado: julio 9, 2025, 10:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/comisario-ue-tres-ministros-europeos-expulsados-libia-20250709173952-nt.html
El general Khalifa Haftar, conocido como ‘señor de la guerra de Cirenaica’ -noreste de Libia- y aliado estratégico del Kremlin, expulsó al ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, junto a una delegación europea que incluía a sus homónimos de Grecia y Malta y … al comisario de Inmigraciones de la Unión Europea, Magnus Brunner. Su misión era clara: buscar un mayor control sobre las salidas de embarcaciones cargadas de inmigrantes hacia las costas europeas, particularmente las italianas.
Pero el ministro italiano Piantedosi fue declarado «persona no grata», al igual que el resto de la delegación. Se les ordenó «dejar inmediatamente el territorio libio», acusados de «violación flagrante de las normas diplomáticas y desprecio de la soberanía nacional libia». Según fuentes libias en Trípoli, citadas por la agencia Adnkronos, el gesto fue el «enésimo chantaje» de Haftar para extorsionar a Europa.
La delegación había viajado a Bengasi tras reunirse en Trípoli con el Gobierno de Unidad Nacional, para pedir mayor control migratorio. Pero al aterrizar en el aeropuerto de Benina, a 19 kilómetros de Bengasi, les esperaba una orden de expulsión inmediata.
La oposición italiana y las redes sociales han ridiculizado con sarcasmo al ministro Piantedosi, afirmando que fue «rechazado por entrada irregular, justo como un inmigrante cualquiera». El Gobierno de Giorgia Meloni, sin embargo, ha tratado de minimizar el incidente. Lo calificó de «malentendido protocolario», asegurando que no afecta a las relaciones bilaterales con Italia, consideradas excelentes con ambas facciones libias. Pero la Liga del vicepresidente del Gobierno, Mateo Salvini, no minimiza la situación.
Para Paolo Borchia, jefe de la delegación de la Liga en Europa, «la expulsión de la delegación de la UE es una afrenta y demuestra la arrogancia desmedida de quienes durante años han sido considerados negociadores a pesar de su total falta de fiabilidad».
Amenaza a Europa
El episodio deja al descubierto las contradicciones de Italia y de la UE para frenar la inmigración procedente de Libia. Bruselas y Roma han coqueteado con el Gobierno de Trípoli y también con el general Haftar, cuyas milicias son cómplices de traficantes de seres humanos. Especialmente preocupante es la situación de la Cirenaica, controlada por Haftar, que hoy alberga tropas regulares del Kremlin en bases como Al-Khadim o Tamanhint. Desde esta última, a unos 1100 kilómetros de Sicilia, se sospecha que Rusia podría lanzar misiles de mediano alcance capaces de alcanzar el sur de Europa, según fuentes del Corriere della Sera.
Tras la caída de Asad, Moscú trasladó los barcos, radares y sistemas antimisiles que tenía en Siria a la zona libia controlada por el general Haftar. Y esas armas ahora amenazan a Europa. Rusia, que ya controla el 60% del petróleo libio por medio de Haftar, usa la Cirenaica como plataforma para proyectar su poder en África (Sudán, Chad, Níger e incluso Malí) y presionar a Europa. Moscú no busca una Libia unificada, sino mantener un statu quo donde Haftar domine el este y debilite a Trípoli, cuyo Gobierno se desmorona por luchas internas y la caída de los ingresos petroleros.
Temor a un verano de pateras
La humillación sufrida por el ministro Piantedosi y la delegación europea plantea serias dudas sobre la capacidad de Italia y la UE para gestionar los flujos migratorios desde Libia. Sin un diálogo efectivo con el Gobierno de Haftar, que controla la parte del territorio desde donde parten muchas de las embarcaciones, el riesgo de un aumento sustancial de llegadas durante el verano es una preocupación muy real.
Este escenario no solo pondría a prueba la ya frágil capacidad de acogida de Italia, sino que también representaría un varapalo político significativo para la Unión Europea, que ha invertido recursos en acuerdos y misiones diplomáticas para contener el problema.
Ante la inestabilidad libia, la colaboración entre Italia y Francia se presenta como una necesidad imperiosa. Así lo demuestra el análisis de la situación entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en encuentro en Roma, el pasado 3 de junio.
En definitiva, la expulsión de Piantedosi no es un incidente aislado. Con Rusia consolidando su presencia en Libia, el margen de maniobra de Europa se reduce. La estrategia de Meloni contra la inmigración irregular será puesta a prueba este verano, ante un mar en calma propicio para el aumento de las salidas de inmigrantes.