Trump ya prepara la vuelta de las petroleras a Venezuela cuando caiga Maduro

Donald Trump confirmó por primera vez públicamente que ha mantenido conversaciones con grandes compañías petroleras estadounidenses sobre un escenario posterior a un cambio de régimen en Venezuela. La afirmación se produjo durante una comparecencia en Mar-a-Lago, en la que Trump presentó un … nuevo programa naval bautizado como la «Clase Trump» de buques de guerra.
Preguntado sobre si había hablado con empresas estadounidenses cuyos activos fueron expropiados en Venezuela acerca de lo que podría ocurrir tras la salida de Nicolás Maduro, Trump respondió de forma directa: «Sí, lo he hecho. Con todas las grandes». No ofreció más detalles ni precisó el contenido de esas conversaciones antes de pasar a la siguiente pregunta.
Las declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión entre Washington y Caracas. Maduro se mantiene en el poder tras las elecciones presidenciales de 2024, cuyo resultado Estados Unidos no reconoce y ha condenado oficialmente, ya que carecieron de garantías democráticas. Desde entonces, la Administración Trump ha intensificado su presencia naval en el Caribe.

Persecución de un tercer buque

En paralelo, la Guardia Costera de EE.UU. persigue actualmente a un tercer petrolero en aguas internacionales próximas a Venezuela, después de haber interceptado dos buques en operaciones previas. Además, fuerzas estadounidenses han llevado a cabo bombardeos contra pequeñas embarcaciones a las que acusan de transportar drogas con destino a EE.UU. La Casa Blanca ha justificado estas operaciones en el marco de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.

Sin embargo, distintas fuentes han apuntado a motivaciones más amplias dentro de la Administración. En una entrevista reciente con la revista Vanity Fair, la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, sugirió que Trump estaría persiguiendo en realidad un cambio de régimen en Venezuela, pese a que el propio presidente no lo ha expresado de manera explícita en términos oficiales.
Trump ha ofrecido explicaciones cambiantes sobre la estrategia hacia Venezuela, con el cambio de régimen siempre en el horizonte. En distintas ocasiones ha citado el narcotráfico, la seguridad regional y la situación política interna del país. También ha aludido a los intereses energéticos estadounidenses, en particular a los campos petroleros que pertenecían a compañías de EE.UU. antes de las expropiaciones llevadas a cabo durante los regímenes de Hugo Chávez y después Maduro.

Trump precisó que ya se habían confiscado cerca de 1,9 millones de barriles y que ese petróleo no sería devuelto a Caracas

Bajo control de EE.UU. el crudo

Ni la Casa Blanca ni las empresas mencionadas han dado detalles adicionales sobre las conversaciones citadas por el presidente. Tampoco se ha precisado si existen planes concretos para la restitución de activos o la participación de compañías estadounidenses en el sector energético venezolano en un eventual escenario de transición política.
EE.UU. anunció además que mantendrá bajo su control el crudo venezolano incautado en las recientes operaciones marítimas. Trump precisó que ya se habían confiscado cerca de 1,9 millones de barriles y que ese petróleo no sería devuelto a Caracas. Según explicó, el crudo podría venderse en el mercado internacional o incorporarse a la Reserva Estratégica estadounidense, mientras que los buques interceptados quedarían igualmente bajo custodia de Washington.
Estas actuaciones se enmarcan en una ofensiva más amplia contra el chavismo que combina presión militar, sanciones económicas e interdicción marítima. En las últimas semanas, EE.UU. ha intensificado el cerco sobre la denominada flota fantasma venezolana, con la persecución e incautación de varios petroleros utilizados para exportar crudo al margen de las sanciones, dentro de una estrategia destinada a cortar las fuentes de financiación del régimen de Maduro y a desarticular las redes logísticas que conectan el petróleo venezolano con terceros países.