Publicado: junio 8, 2025, 4:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-dice-adiccion-musk-drogas-razon-pelea-20250608194513-nt.html

Donald Trump ha hecho saber que en el origen de su colosal pelea con Elon Musk está la supuesta drogodependencia de este último, al que acusa de haberse dejado arrastrar por su adicción a la ketamina, un anestésico que también se emplea en tratamientos … experimentales contra la depresión, y a un medicamento llamado Adderall, un estimulante del sistema nervioso central recetado para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, pero que puede provocar dependencia cuando se consume de forma abusiva.
Trump, abstemio y contrario al consumo de drogas, recela profundamente de esos excesos. Sus recientes declaraciones telefónicas a medios como ‘The New York Times’ o CNN dejan entrever que las filtraciones sobre la adicción de Musk a la ketamina durante la campaña proceden del entorno más cercano al presidente. De hecho, ‘The New York Times’ llegó a publicar que había tenido acceso a fotografías del supuesto alijo que Musk transporta en sus viajes, y citó fuentes según las cuales su dependencia es tal que, en ocasiones, llega a perder el control y orinarse encima.
Lo que distingue estos ataques de otros previos contra todo tipo de adversarios es que, por una vez, Trump evita cuidadosamente la confrontación pública. Elude pronunciarse de forma directa, quizá consciente del peso que Elon Musk tiene entre jóvenes y sectores tecnológicos. Este sábado trascendió que había instruido a su vicepresidente, JD Vance, para que no entrara en la polémica y marcara distancias. Vance, que viajaba a Tennessee para conceder una entrevista al comediante y comentarista Theo Von, esquivó el escándalo con respuestas vagas, pese a que Musk había sugerido sustituir a Trump mediante un ‘impeachment’ y entregarle a él la presidencia.
La drogodependencia de Elon Musk, el hombre más rico del mundo con una fortuna superior a los 300.000 millones de dólares, es un secreto a voces en Washington. El propio Musk ha reconocido que consume ketamina de forma habitual para tratar una depresión.
El entorno de Trump atribuye a ese consumo algunos de los episodios más tensos que han vivido con él, incluidas discusiones a gritos en el Despacho Oval y en la sala del gabinete. Ahora ha salido a la luz que la bronca con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, durante la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en abril, estuvo a punto de terminar en una pelea física. Según reveló este sábado ‘The Washington Post’, Bessent le reprochó a Musk su falta de coherencia y le pidió contención tras varios anuncios contradictorios. Musk se abalanzó sobre él y llegó a golpearle en las costillas antes de ser separado por miembros del personal.
Algunos asesores de Trump, como el responsable de comercio, Peter Navarro, no han disimulado su alivio tras la salida de Musk. Navarro, que en más de una ocasión fue insultado por el magnate —lo llamó «imbécil» y «más tonto que un saco de ladrillos»—, reapareció este viernes en una Casa Blanca donde Musk ya es considerado persona non grata, para defender la política arancelaria y el nuevo enfoque aislacionista del gobierno.
Reunión de urgencia
De todos modos, Trump ha decidido reunir de urgencia a su equipo para tratar estra y otras crisis. Este es un momento complicado para el presidente. Se le resiste mediar la paz en Gaza y Ucrania; se ve obligado a repatriar a supuestos delincuentes deportados a El Salvador; los aranceles que prometió quedan en un 10% universal, y su ambiciosa ley de presupuestos está demorándose en el Capitolio, con la oposición activa de Musk y unos pocos republicanos.
El presidente viajará la noche de este domingo con su equipo y el vicepresidente a la residencia de Camp David para tratar de enderezar el rumbo y consensuar una respuesta a Musk. Ya en días recientes Trump parece más cauto al hablar con la prensa, ya no abre a diario el Despacho Oval a preguntas ni opta por una exposición máxima, tal vez guiado por advertencias de impopularidad en las encuestas.
De momento, Musk ha bajado algo la tensión. Primero ha borrado un mensaje en la red social X en el que acusaba a Trump de estar en la lista de depredadores sexuales de Epstein, y por ello impedir su publicación. Después, se ha centrado en circular la opción de un nuevo partido político que tome el relevo del trumpismo, mostrando más hartazgo con los republicanos que con el propio presidente, al que hasta hace unos días le profesaba su amor.