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Trump se plantea ahora deportar a Musk: «Lo miraremos»

La guerra entre el hombre más poderoso del mundo y el hombre más rico del mundo se recrudece. Donald Trump se mostró abierto a la posibilidad de deportar a Elon Musk, el que fue hasta hace unos meses su mano derecha en la Casa … Blanca. La razón: las críticas furibundas de Musk a la gran apuesta legislativa de Trump, su ‘One, Big, Beautiful Bill’ (ley ‘Una, grande y bella’) por su impacto en el déficit desbocado de EE.UU, y en el sector de la energía renovable.
«¿Va a deportar a Elon Musk?», le preguntó una reportera este martes por la mañana, cuando Trump estaba a punto de salir desde la Casa Blanca a Florida, para visitar el llamado ‘Alligator Alcatraz’, un centro de detención para inmigrantes indocumentados entre las ciénagas de las Everglades. «No sé, tendremos que mirarlo», respondió el presidente de EE.UU. Él es conocedor de que Musk, nacido en Sudáfrica, es ciudadano estadounidense desde hace más de dos décadas. Pero esa idea de contestar la naturalización del hombre más rico del mundo y proceder a su deportación ha sido ventilada en los círculos más radicales del ‘trumpismo’. Entre otros, por el que fue director de campaña y estratega jefe de Trump en su ascenso al poder en 2016, el ideólogo populista Steve Bannon.
No quedaron ahí las amenazas. Trump dijo que «quizá tenemos que poner a DOGE contra Elon», en referencia al Departamento de Eficiencia Gubernamental, la agencia que Trump creó para que Musk aplicara recortes de billones de dólares en el sector público y que ha sido muy polémico. «DOGE es el monstruo que igual vuelve y se come a Elon. ¿No sería eso terrible?», preguntó con sorna Trump, que recordó que las empresas de Musk -entre otras, SpaceX y Tesla- «reciben muchas subvenciones».

«Está enfadado»

Trump defendió que la razón de que Musk esté en contra de su ley es que elimina las ventajas para la industria del coche eléctrico. Es decir, que «está enfadado» por el impacto que tendrá en el negocio de Tesla.
Musk ha redoblado sus críticas a la propuesta fiscal y de gasto en los últimos días y ha amenazado con crear un partido alternativo si la ley sale adelante y con esforzarse por echar de sus escaños a todos los legisladores que la apoyen.
«Si esta ley demencial resulta aprobada, se formará el Partido de América al día siguiente», aseguró el lunes Musk en un mensaje en su red social, X, en medio de las votaciones en el Senado de una ley que, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, aumentará el déficit de EE.UU. en 3,3 billones de dólares en una década. «Nuestro país necesita una alternativa al partido único Demócratas-Republicanos para que la gente realmente tenga voz», añadió.
Un poco antes, amenazó a los republicanos que pensaban votar a favor la medida, que son la gran mayoría. «Todos los miembros del Congreso que han hecho campaña a favor de la reducción del gasto gubernamental y que ahora votan de inmediato para el mayor incremento de deuda en la historia debería caérsele la cara de vergüenza», condenó Musk, cuya labor en sus apenas cuatro meses en la Administración Trump fue impulsar un Departamento de Eficiencia Gubernamental para meter tijera al gasto público. «Y perderán sus primarias el año que viene, aunque eso sea la última cosa que hago sobre la faz de la Tierra», añadió en una amenaza que no es vacía. Musk fue, de largo, el mayor financiador electoral de los republicanos en la campaña del año pasado, con casi 300 millones de dólares de su bolsillo. Su cartera puede agitar unas elecciones legislativas el año que viene donde, como permite la legislación electoral de EE.UU., son contribuciones a candidatos alternativos pueden ser ilimitadas.
Sin embargo, es difícil pensar que Musk tenga apetito para muchas nuevas aventuras en política, después de que su gasto multimillonario del año pasado haya acabado en una relación impetuosa, volcánica y, por fin, explosionada con Trump.
El impulso de la ley fiscal y de gasto, con la que el presidente de EE.UU. pretende financiar buena parte de su ambiciosa agenda política, fue calificada como «abominación asquerosa» por Musk el mes pasado. Eso acabó en una pelea en redes sociales en directo entre el hombre más rico del mundo y el hombre más poderoso del mundo, en la que Musk llegó a defender que Trump no había revelado todos los documentos del caso Jeffrey Epstein -el inversor acusado de pederastia y abusos sexuales- porque en ellos aparecía el propio presidente.
Ambos recompusieron la relación, pero la tensión de la tramitación final de la ley en el Congreso ha reabierto las heridas.

Publicado: julio 1, 2025, 12:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-plantea-deportar-musk-miraremos-20250701184152-nt.html

La guerra entre el hombre más poderoso del mundo y el hombre más rico del mundo se recrudece. Donald Trump se mostró abierto a la posibilidad de deportar a Elon Musk, el que fue hasta hace unos meses su mano derecha en la Casa Blanca. La razón: las críticas furibundas de Musk a la gran apuesta legislativa de Trump, su ‘One, Big, Beautiful Bill’ (ley ‘Una, grande y bella’) por su impacto en el déficit desbocado de EE.UU, y en el sector de la energía renovable.

«¿Va a deportar a Elon Musk?», le preguntó una reportera este martes por la mañana, cuando Trump estaba a punto de salir desde la Casa Blanca a Florida, para visitar el llamado ‘Alligator Alcatraz’, un centro de detención para inmigrantes indocumentados entre las ciénagas de las Everglades. «No sé, tendremos que mirarlo», respondió el presidente de EE.UU. Él es conocedor de que Musk, nacido en Sudáfrica, es ciudadano estadounidense desde hace más de dos décadas. Pero esa idea de contestar la naturalización del hombre más rico del mundo y proceder a su deportación ha sido ventilada en los círculos más radicales del ‘trumpismo’. Entre otros, por el que fue director de campaña y estratega jefe de Trump en su ascenso al poder en 2016, el ideólogo populista Steve Bannon.

No quedaron ahí las amenazas. Trump dijo que «quizá tenemos que poner a DOGE contra Elon», en referencia al Departamento de Eficiencia Gubernamental, la agencia que Trump creó para que Musk aplicara recortes de billones de dólares en el sector público y que ha sido muy polémico. «DOGE es el monstruo que igual vuelve y se come a Elon. ¿No sería eso terrible?», preguntó con sorna Trump, que recordó que las empresas de Musk -entre otras, SpaceX y Tesla- «reciben muchas subvenciones».

«Está enfadado»

Trump defendió que la razón de que Musk esté en contra de su ley es que elimina las ventajas para la industria del coche eléctrico. Es decir, que «está enfadado» por el impacto que tendrá en el negocio de Tesla.

Musk ha redoblado sus críticas a la propuesta fiscal y de gasto en los últimos días y ha amenazado con crear un partido alternativo si la ley sale adelante y con esforzarse por echar de sus escaños a todos los legisladores que la apoyen.

«Si esta ley demencial resulta aprobada, se formará el Partido de América al día siguiente», aseguró el lunes Musk en un mensaje en su red social, X, en medio de las votaciones en el Senado de una ley que, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, aumentará el déficit de EE.UU. en 3,3 billones de dólares en una década. «Nuestro país necesita una alternativa al partido único Demócratas-Republicanos para que la gente realmente tenga voz», añadió.

Un poco antes, amenazó a los republicanos que pensaban votar a favor la medida, que son la gran mayoría. «Todos los miembros del Congreso que han hecho campaña a favor de la reducción del gasto gubernamental y que ahora votan de inmediato para el mayor incremento de deuda en la historia debería caérsele la cara de vergüenza», condenó Musk, cuya labor en sus apenas cuatro meses en la Administración Trump fue impulsar un Departamento de Eficiencia Gubernamental para meter tijera al gasto público. «Y perderán sus primarias el año que viene, aunque eso sea la última cosa que hago sobre la faz de la Tierra», añadió en una amenaza que no es vacía. Musk fue, de largo, el mayor financiador electoral de los republicanos en la campaña del año pasado, con casi 300 millones de dólares de su bolsillo. Su cartera puede agitar unas elecciones legislativas el año que viene donde, como permite la legislación electoral de EE.UU., son contribuciones a candidatos alternativos pueden ser ilimitadas.

Sin embargo, es difícil pensar que Musk tenga apetito para muchas nuevas aventuras en política, después de que su gasto multimillonario del año pasado haya acabado en una relación impetuosa, volcánica y, por fin, explosionada con Trump.

El impulso de la ley fiscal y de gasto, con la que el presidente de EE.UU. pretende financiar buena parte de su ambiciosa agenda política, fue calificada como «abominación asquerosa» por Musk el mes pasado. Eso acabó en una pelea en redes sociales en directo entre el hombre más rico del mundo y el hombre más poderoso del mundo, en la que Musk llegó a defender que Trump no había revelado todos los documentos del caso Jeffrey Epstein -el inversor acusado de pederastia y abusos sexuales- porque en ellos aparecía el propio presidente.

Ambos recompusieron la relación, pero la tensión de la tramitación final de la ley en el Congreso ha reabierto las heridas.

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