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Trump recibe en Washington a Bin Salman, el Príncipe que pasó de paria a aliado

Donald Trump recibirá este martes al Príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en su primera visita a la Casa Blanca desde 2018, cuando el asesinato de Jamal Khashoggi lo convirtió en un paria en Occidente. Esta vez no habrá distancias: la Casa … Blanca ha organizado una visita de Estado con todos los honores, con ceremonia de llegada, saludo oficial, reunión bilateral y almuerzo de trabajo, seguida de un segundo bloque por la tarde con besamanos, cena de gala y despedida final.
El asesinato de Khashoggi fue uno de los episodios más graves de la diplomacia reciente. El periodista saudí y columnista de ‘The Washington Post’ entró el 2 de octubre de 2018 en el consulado de su país en Estambul para recoger unos documentos y nunca salió. Turquía reveló que un comando saudí lo mató y desmembró dentro del edificio. Arabia Saudí reconoció después la muerte, pero negó que fuera una operación ordenada desde arriba.
Una evaluación de la inteligencia estadounidense, difundida en 2021 por la Administración de Joe Biden, concluyó que Bin Salman, apodado por sus iniciales MBS, había aprobado la operación. Fue el punto de inflexión que lo convirtió en un paria internacional durante años.

El aislamiento empezó a romperse por razones estratégicas. Biden se reunió con Bin Salman el 15 de julio de 2022 en Yeda, en plena crisis energética por la guerra de Ucrania. El saludo en forma de choque de puños, presentado por la Casa Blanca como una medida sanitaria, se interpretó como un gesto político evidente: Biden necesitaba que Arabia Saudí aumentara la producción de crudo. La imagen simbolizó la rehabilitación progresiva del Príncipe.
Ahora MBS regresa a Washington con 40 años, como gobernante de facto del reino y figura de peso en la política global, al frente de uno de los mayores fondos soberanos del mundo. Analistas citados señalan que llega con una delegación amplia y desde una posición muy distinta a la de 2018. En señal de bienvenida, las banderas saudíes ya ondeaban este lunes en el centro de la capital, a pocos pasos de la redacción del ‘Washington Post’.
Además, MBS logró ya acercar a Trump al nuevo presidente sirio, Ahmed al Sharaa, un dirigente que hasta hace pocos meses figuraba en las listas estadounidenses de delincuentes más buscados como combatiente yihadista. Su ascenso se produjo tras la caída de Bachar el Asad, aliado clave de Irán y Rusia, cuyo régimen terminó desmoronándose después de años de guerra, sanciones y aislamiento internacional.

Economía y seguridad

Trump ha cultivado una relación estrecha con Arabia Saudí y viajó al reino en mayo, en su primer desplazamiento internacional de su segundo mandato. Durante la visita elogió las reformas económicas de MBS y recorrió Diriyah, un proyecto estatal donde la Trump Organization negocia un acuerdo inmobiliario.
La agenda de esta visita se centra en economía y seguridad: un posible acuerdo de defensa entre ambos países, negociaciones sobre transferencia de tecnología nuclear civil y cooperación en inteligencia artificial. Washington también estudia la venta de cazas F-35 a Riad, aunque la comunidad de inteligencia ha advertido del riesgo de que China pueda acceder a la tecnología.
Trump insiste en que Arabia Saudí debería avanzar hacia la normalización con Israel. Sin concesiones claras de Israel y Trump hacia los palestinos, ese escenario sigue lejos.
El Príncipe ha reforzado lazos con China y otras potencias, mientras aliados de Estados Unidos en la región expresan dudas sobre la fiabilidad de las garantías de seguridad de Washington, especialmente tras incidentes recientes como el intento israelí de asesinar a dirigentes de Hamás en Qatar.

Programa nuclear

El viaje incluye la firma de acuerdos diplomáticos y corporativos en un momento en que el programa llamado «Visión 2030» encara dificultades por sus plazos y costes. El reino ha relajado algunas restricciones sociales en los últimos años, pero ha endurecido al mismo tiempo la represión política.
MBS llega decidido a asegurar dos prioridades: acceso a chips avanzados de inteligencia artificial y un acuerdo que permita desarrollar un programa nuclear civil con apoyo estadounidense. Ambos elementos son centrales en Visión 2030 y clave en la competencia con Emiratos Árabes Unidos, que en junio firmó un acuerdo tecnológico de gran escala con EE.UU.
Arabia Saudí aspira a un tratado de defensa ratificado por el Congreso. Washington propone una fórmula más limitada, similar a un acuerdo firmado con Qatar: consultas inmediatas ante una amenaza, sin compromiso automático de intervención militar. Aun así, se esperan anuncios sobre cooperación en defensa antimisiles, despliegues navales y reposición de armamento.

Publicado: noviembre 17, 2025, 9:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-recibe-washington-bin-salman-principe-paso-20251118211015-nt.html

Donald Trump recibirá este martes al Príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en su primera visita a la Casa Blanca desde 2018, cuando el asesinato de Jamal Khashoggi lo convirtió en un paria en Occidente. Esta vez no habrá distancias: la Casa Blanca ha organizado una visita de Estado con todos los honores, con ceremonia de llegada, saludo oficial, reunión bilateral y almuerzo de trabajo, seguida de un segundo bloque por la tarde con besamanos, cena de gala y despedida final.

El asesinato de Khashoggi fue uno de los episodios más graves de la diplomacia reciente. El periodista saudí y columnista de ‘The Washington Post’ entró el 2 de octubre de 2018 en el consulado de su país en Estambul para recoger unos documentos y nunca salió. Turquía reveló que un comando saudí lo mató y desmembró dentro del edificio. Arabia Saudí reconoció después la muerte, pero negó que fuera una operación ordenada desde arriba.

Una evaluación de la inteligencia estadounidense, difundida en 2021 por la Administración de Joe Biden, concluyó que Bin Salman, apodado por sus iniciales MBS, había aprobado la operación. Fue el punto de inflexión que lo convirtió en un paria internacional durante años.

El aislamiento empezó a romperse por razones estratégicas. Biden se reunió con Bin Salman el 15 de julio de 2022 en Yeda, en plena crisis energética por la guerra de Ucrania. El saludo en forma de choque de puños, presentado por la Casa Blanca como una medida sanitaria, se interpretó como un gesto político evidente: Biden necesitaba que Arabia Saudí aumentara la producción de crudo. La imagen simbolizó la rehabilitación progresiva del Príncipe.

Ahora MBS regresa a Washington con 40 años, como gobernante de facto del reino y figura de peso en la política global, al frente de uno de los mayores fondos soberanos del mundo. Analistas citados señalan que llega con una delegación amplia y desde una posición muy distinta a la de 2018. En señal de bienvenida, las banderas saudíes ya ondeaban este lunes en el centro de la capital, a pocos pasos de la redacción del ‘Washington Post’.

Además, MBS logró ya acercar a Trump al nuevo presidente sirio, Ahmed al Sharaa, un dirigente que hasta hace pocos meses figuraba en las listas estadounidenses de delincuentes más buscados como combatiente yihadista. Su ascenso se produjo tras la caída de Bachar el Asad, aliado clave de Irán y Rusia, cuyo régimen terminó desmoronándose después de años de guerra, sanciones y aislamiento internacional.

Economía y seguridad

Trump ha cultivado una relación estrecha con Arabia Saudí y viajó al reino en mayo, en su primer desplazamiento internacional de su segundo mandato. Durante la visita elogió las reformas económicas de MBS y recorrió Diriyah, un proyecto estatal donde la Trump Organization negocia un acuerdo inmobiliario.

La agenda de esta visita se centra en economía y seguridad: un posible acuerdo de defensa entre ambos países, negociaciones sobre transferencia de tecnología nuclear civil y cooperación en inteligencia artificial. Washington también estudia la venta de cazas F-35 a Riad, aunque la comunidad de inteligencia ha advertido del riesgo de que China pueda acceder a la tecnología.

Trump insiste en que Arabia Saudí debería avanzar hacia la normalización con Israel. Sin concesiones claras de Israel y Trump hacia los palestinos, ese escenario sigue lejos.

El Príncipe ha reforzado lazos con China y otras potencias, mientras aliados de Estados Unidos en la región expresan dudas sobre la fiabilidad de las garantías de seguridad de Washington, especialmente tras incidentes recientes como el intento israelí de asesinar a dirigentes de Hamás en Qatar.

Programa nuclear

El viaje incluye la firma de acuerdos diplomáticos y corporativos en un momento en que el programa llamado «Visión 2030» encara dificultades por sus plazos y costes. El reino ha relajado algunas restricciones sociales en los últimos años, pero ha endurecido al mismo tiempo la represión política.

MBS llega decidido a asegurar dos prioridades: acceso a chips avanzados de inteligencia artificial y un acuerdo que permita desarrollar un programa nuclear civil con apoyo estadounidense. Ambos elementos son centrales en Visión 2030 y clave en la competencia con Emiratos Árabes Unidos, que en junio firmó un acuerdo tecnológico de gran escala con EE.UU.

Arabia Saudí aspira a un tratado de defensa ratificado por el Congreso. Washington propone una fórmula más limitada, similar a un acuerdo firmado con Qatar: consultas inmediatas ante una amenaza, sin compromiso automático de intervención militar. Aun así, se esperan anuncios sobre cooperación en defensa antimisiles, despliegues navales y reposición de armamento.

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