Publicado: mayo 12, 2025, 6:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-quiere-forzar-aumento-precios-medicamentos-europa-20250512165329-nt.html
Donald Trump firmó este lunes 12 de mayo un decreto que obliga al Departamento de Sanidad de Estados Unidos a negociar precios más bajos de medicamentos con las farmacéuticas, estableciendo un plazo de 30 dÃas para alcanzar un acuerdo.
El objetivo del presidente es reducir … los precios en Estados Unidos y que las farmacéuticas compensen esas pérdidas subiendo el coste en otros mercados, incluida la Unión Europea. Trump señaló que la Unión Europea es «mucho peor que China» en materia de comercio con Estados Unidos.
En caso de no lograrse un acuerdo, entrará en vigor una nueva normativa que vinculará el precio que paga Estados Unidos por los medicamentos al precio más bajo pagado en cualquier otro paÃs. Según Trump, esto permitirá que Estados Unidos pague lo mismo que la nación que menos paga en el mundo por los mismos fármacos.
El secretario de Sanidad de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr., defendió el decreto firmado por Donald Trump para reducir los precios de los medicamentos en el paÃs, calificándolo como «uno de los decretos más importantes en décadas para la salud pública estadounidense». Kennedy subrayó que Estados Unidos representa el 70% de los ingresos globales de las farmacéuticas y paga un promedio de 1.126 dólares por persona en medicamentos, mientras que los europeos «pagan mucho menos por los mismos productos».
«No tiene sentido que América sea quien financie la innovación para el resto del mundo», declaró Kennedy Jr. «Eso no va a seguir ocurriendo. Europa tiene que asumir su parte y pagar más para contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos». Según el secretario, si los paÃses europeos incrementaran un 20% el coste de los fármacos, eso generarÃa «10 billones de dólares adicionales» para financiar innovación y crear mejores productos.
«Estados Unidos ya no va a subsidiar los medicamentos de otros paÃses», añadió Kennedy Jr., insistiendo en que esta medida incentivará una distribución más justa de los costes de la investigación y el desarrollo en la industria farmacéutica global.

El secretario de Sanidad, Robert Kennedy Jr., defendió el decreto, calificándolo como «uno de los decretos más importantes en décadas para la salud pública estadounidense»
El presidente cargó duramente contra la industria farmacéutica y acusó a los grandes laboratorios de practicar una polÃtica de precios abusiva en Estados Unidos mientras otros paÃses se benefician de costes reducidos. «El lobby farmacéutico es el más fuerte de este paÃs, junto con el de los abogados. Tienen muchÃsimo poder», afirmó Trump.
Criticó el sistema actual, que según él permite que Estados Unidos «subsidie los medicamentos para otros paÃses». «Mientras nosotros pagamos precios altÃsimos, ellos pagan una fracción mÃnima por el mismo fármaco», señaló. Para Trump, esta situación es el resultado de un «abuso de precios y un aprovechamiento» por parte de las grandes farmacéuticas, aunque matizó que el verdadero problema viene de fuera: «Han sido los paÃses los que han forzado a las farmacéuticas a aceptar esos precios. La Unión Europea ha sido especialmente brutal».
Impacto en Medicare y la investigación farmacéutica
La medida podrÃa reducir significativamente los costes en el sistema de salud pública, especialmente en Medicare, que cubre a casi 70 millones de estadounidenses mayores de 65 años. Trump aseguró que la polÃtica ahorrará miles de millones de dólares a los contribuyentes, aunque enfrenta una fuerte oposición de la industria farmacéutica, que advierte sobre un posible impacto en la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos.
Además, podrÃa desencadenar recursos legales, como los que ya bloquearon un intento similar durante su primer mandato. También se prevé una intensa presión del lobby farmacéutico en el Capitolio para frenar esta reforma, dado que Estados Unidos es uno de los paÃses que más paga por tratamientos médicos.
Efecto global y represalias en Europa
La decisión podrÃa alterar el mercado global de medicamentos, ya que las farmacéuticas podrÃan compensar la reducción de ingresos en Estados Unidos aumentando los precios en otras regiones, incluida Europa. Además, al vincular los precios de Estados Unidos a los de otrros paÃses, podrÃa incentivar a gobiernos europeos a renegociar sus propios acuerdos para evitar un efecto dominó en el coste de los tratamientos. Las compañÃas farmacéuticas podrÃan también redirigir sus inversiones a mercados menos regulados, lo que podrÃa afectar la disponibilidad de nuevos tratamientos en Europa.
Entre las mayores farmacéuticas del mundo, un claro dominio corresponde a compañÃas de Estados Unidos, que lideran el mercado global tanto en ingresos como en innovación médica. Pfizer, Johnson & Johnson, AbbVie, Merck & Co., Bristol-Myers Squibb, Eli Lilly, Amgen y Gilead Sciences encabezan la lista, destacando por medicamentos clave como la vacuna de Pfizer contra el coronavirus; el tratamiento para la artritis reumatoide Humira de AbbVie; y los fármacos oncológicos Opdivo y Keytruda de Bristol-Myers Squibb y Merck, respectivamente.
El lideralzgo en biotecnologÃa y desarrollo farmacéutico de estas empresas refuerza no solo el peso de Estados Unidos en el sector de la salud, sino también su capacidad de influencia en la regulación de precios y polÃticas de acceso a medicamentos a nivel mundial. Trump explicó que esas empresas pagan esa investigación con un aumento de precios solo en Estados Unidos.
Trump apunta a Europa
El presidente denunció que, a su entender, la Unión Europea establece los lÃmites de precios y los impone a las farmacéuticas. «Ese juego se ha acabado», dijo. Como ejemplo, mencionó el caso del Ozempic, un medicamento cuyo precio en Estados Unidos es hasta diez veces superior al que se paga en Europa. Señaló también los inhaladores para el asma, que en territorio estadounidense alcanzan los 500 dólares, mientras que en el Reino Unido su costo es de apenas 40 dólares.
Trump confÃa en que esta nueva polÃtica no solo reduzca los precios para los consumidores estadounidenses, sino que además ponga fin a lo que considera una injusticia histórica en la que Estados Unidos ha estado subsidiando los costes de salud del resto del mundo.